miércoles, 24 de febrero de 2016

El maravilloso cerebro emocional de las personas con alta sensibilidad


A veces no es fácil, en ocasiones resulta complicado encajar en un mundo con “demasiados alfileres”, con demasiado ruido, egoísmos y dobles intenciones. Los sentidos de las personas con alta sensibilidad (PAS) son tan vulnerables como privilegiados, pueden sentir lo que otros no perciben, o hacerlo a en una intensidad tan elevada que el mundo se muestra ante ellos con un abanico de realidades que a otros, se nos escapan.

¿Qué hace en realidad que una persona con alta sensibilidad sea de esta forma? ¿Es genético? ¿Por qué sufren más que otros? ¿Por qué el amor es a la vez tan intenso y doloroso en sus relaciones? ¿Por qué disfrutan de su soledad y a la vez, sienten una profunda incomprensión desde que son niños?

En el 2014 se publicó un trabajo llevado a cabo en la Universidad de Stony Brook, donde se intentaba dar explicación a las particularidades del cerebro de las PAS, y de qué modo podría diferenciarse de las personas que no lo son, o que al menos, no presentan esa apertura emocional tan característica.

Los resultados del trabajo llevado a cabo por seis investigadores fueron publicados en la revista “Brain and Behavior“, y pasamos seguidamente a descubrirte las interesantes conclusiones. Estamos seguros que te van a sorprender.

El cerebro emocional de las personas con alta sensibilidad (PAS)

Se estima que casi el 20% de la población dispone de las características básicas que definen la alta sensibilidad. Lo habitual, es que pasen gran parte de su vida sin saber que pertenecen a ese pequeño grupo de privilegiados, y a quienes, de alguna forma, les ha tocado vivir con unas “gafas invisibles” que les harán ver el mundo de otro modo, y con un corazón más abierto, a la vez que vulnerable.

Los estudios llevados a cabo en la Universidad de Stony Brook revelaron que las personas con alta sensibilidad dispone de un cerebro emocional dotado de una gran empatía. Son cerebros orientados plenamente a la “sociabilidad”, y a la unión con sus semejantes.

¿Qué quiere decir esto? Básicamente lo que se concluyó es que los procesos cerebrales de estas personas muestran una sobreexitación en las áreas neuronales relacionadas con las emociones y con la interacción: son capaces de descifrar e intuir los sentimientos de quienes tienen en frente, pero a su vez, deben enfrentarse a un problema muy básico…

El resto del mundo carece de su misma empatía, por tanto existe un claro desequilibrio respecto a su sensibilidad y la de quienes le rodean. “Se ven a sí mismos como diferentes”.

Para llegar a estas conclusiones se llevaron a cabo diferentes pruebas como resonancias magnéticas, ahí donde estudiar los procesos cerebrales de las personas diagnosticadas como PAS, de aquellas que no lo eran. Y para ello, se les expuso a diferentes estímulos para ver la actividad bioquímica y de las diferentes estructuras que conforman el cerebro. Los resultados fueron muy visibles en dos aspectos:

Las neuronas espejo

Estamos seguros de que ya has oído hablar de las neuronas espejo. Cumplen una función social, de ahí que estén presentes sobre todo en humanos y en primates. Situadas en la corteza frontal inferior del cerebro, y muy cerca de la zona del lenguaje, están relacionadas sobre todo con la empatía y con nuestra habilidad para captar, procesar e interpretar las emociones ajenas.

En las personas con alta sensibilidad, la actividad de las neuronas espejo es continua y muy destacable desde la infancia.


La ínsula

4 pasos para eliminar la dependencia emocional



Eliminar la dependencia emocional es posible. Para ello es uno mismo el que debe tomar la decisión de cambiar para tener una mejor calidad de vida. Las personas que sufren de apego excesivo, no disfrutan de las relaciones, se enganchan en exceso y pierden su individualidad satisfactoria.

Hay más porcentaje de mujeres con este problema, aunque también hay hombres que lo sufren exactamente igual que cualquier mujer, con la desventaja de que les suele dar más vergüenza acudir a una consulta psicológica. Sienten que su hombría está en duda, cuando en realidad nada de eso tiene que ver, una autoestima baja puede acarrear este problema, independientemente del sexo de la persona.

1. Reconocer que hay un problema

Analiza. No solo existe la dependencia emocional en las relaciones de pareja, también se puede dar en amistades, compañeros, familia y personas del entorno. En general, es una situación que puede establecerse en cualquier ámbito.


A continuación, te ofrecemos un listado de situaciones y sentimientos para que evalúes si sufres este problema. Así, una persona con apego enfermizo o que tiene dependencia emocional se caracteriza por:

-Su felicidad se centra en una sola persona, no disfruta de otra cosa que no sea estar con quien ama o aprecia.

-Su alegría depende de cómo le tratan los demás y de lo que piensen de ella. Si se siente aceptada todo genial, pero como sienta que cae mal o que tienen mala opinión de ella, se esfuma la felicidad.

-Dependen en exceso de los demás para estar bien o mal.

-Evitan a toda costa llevar la contraria para evitar enfrentamientos, le invade el temor a molestar o a ser rechazado.

-Antepone el deseo de otros, al suyo propio, se siente como si no tuviera capacidad de decisión, su vida la manejan.

-Solo se siente bien consigo mismo si se siente querido. Si no hay alguien a quien querer, se siente vacío, sin amor propio.

-Le invade el miedo a menudo, miedo a perder a esa o esas personas que tanto ama o aprecia. Ese miedo le impide disfrutar como debería de las relaciones.

-Cae fácilmente en los chantajes emocionales, no soportaría que por su culpa alguien se hiciera daño. Sacrifica su felicidad para dársela a otros.

-Prefiere sufrir, antes que dejar a la persona a la que estás enganchado/a. No tienes la fortaleza de cortar un contacto porque tampoco siente que tiene la capacidad de salir adelante sin esa persona a la que quiere.

-Necesitas al otro/a, sino la vida pierde total sentido.

-El sentimiento de culpa está a menudo con ella. Siente que es el responsable de la felicidad de los demás, ya sea su pareja, familia, amistades, etc. Se siente con la obligación de contentar a los demás y si no lo hace se siente culpable.

-Quiere tener el control de toda su vida, para tener la seguridad de que no le perderá. Se convierte en una especie de espía para seguir incluso las conversaciones que tiene con otras personas. Se obsesiona un poco con esa persona, deja de vivir su vida para seguir la del otro.

-La persona está tanto en el centro de su vida, que sus amistades y demás pierden importancia para ella. Hay tendencia de aislamiento social, sólo le apetece estar con esa persona, y cuanto más tiempo diario mejor.

-La relación genera ansiedad. La persona nunca está contenta porque quiere más, y sobre todo teme que la dejen, lo cual sería una catástrofe porque no se imagina la vida sin esa persona.

-A cualquiera nos gustaría tener a alguien especial en nuestra vida, lo que diferencia a una persona no dependiente, es que cuando están solo/as pueden tener momentos de melancolía, pero eso no les detiene para seguir disfrutando de otras facetas de su vida. La persona con dependencia emocional necesita al otro para disfrutar.

En cambio la persona dependiente no puede estar sola, se deprime, su autoestima decae y no es capaz de disfrutar de la vida. Ha convertido la relación con el otro en una necesidad para creer sentirse bien…

2. Listado de cosas que perjudican y se hacen por amor o cariño

Una vez que ya has reconocido que tienes un problema y tienes el convencimiento de que quieres eliminar la dependencia emocional de tu vida, haz un listado de cosas que has llegado a hacer por alguien, que a ti te perjudicaban. Debes ser consciente de que una persona dependiente no se fija en su bienestar personal, prefiere contentar a la otra persona para no perderla.

Si quieres cambiar, lo primero que debes hacer es pensar en ti lo primero, que tu bienestar sea lo principal en tu vida.

¿Qué cosas tenía la otra persona que te perjudicaban?, ¿qué has hecho tú por el otro que a ti te hacía daño?, ¿has dejado de lado amistades, familia, actividades, estudios, desarrollo personal, etc..?, ¿te han tratado con el respeto que te mereces?, ¿Has hecho cosas que no están bien para no perderle?, ¿cómo ha sido tu estado emocional?, ¿sientes que has mendigado amor o afecto y has ido muy insistente detrás?

A parte de esta persona, ¿has tenido otras facetas en tu vida donde has disfrutado? Pueden ser aficiones, amistades, etc… ¿has aguantado muchas cosas negativas con tal de no perder a esa persona?

Es importante que hagas consciente el sufrimiento que has tenido por ser una persona dependiente. Piensa en todo lo negativo que te ha traído esa relación, de esta manera reforzarás tus ganas de cambiar y de eliminar la dependencia emocional.


3. Reforzar la autoestima para eliminar la dependencia emocional

martes, 23 de febrero de 2016

La glándula pineal cada día más interesante


Hoy sabemos que su misión biológica es la secreción interna de melatonina, hormona cuya cantidad disminuye con la edad y que está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño (ritmos circadianos) y con los procesos de la pubertad, además de ser un poderoso antioxidante y participante en la apoptosis de células cancerosas 
Es una glándula fotosensible, es decir, responde a las variaciones de luz que se dan a nuestro alrededor. De esta manera, se activa en la oscuridad para segregar melatonina, la cual nos induce a un estado de calma e introspección.
De todos es sabido que la circulación de hormonas por nuestro organismo provoca una serie de emociones y sensaciones concretas. Las sustancias endorfinas segregadas por la glándula pineal nos ayudan a entrar en un estado de conciencia más íntimo provocado por la sensación de tranquilidad que aporta la melatonina.
Esta segregación de endorfinas permite disminuir y relajar los sentidos, lo que se refleja en el cuerpo mediante una reducción del glucógeno en la sangre, induciéndonos al sueño y llevándonos a un estado de duermevela. Al ser éste un estado en el que la actividad cerebral está bajo mínimos, reduce las interferencias del mundo externo y la concentración sobre uno mismo es superior. Esto, a nivel práctico, nos permite distanciarnos de los problemas y observarlos con una nueva perspectiva, por lo que la mayoría de nosotros lo aprovechamos para reflexionar y repasar los acontecimientos cotidianos, encontrando a veces respuestas y soluciones que sin esa calma y concentración nos resultarían difíciles de intuir.
Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos insisten en que la glándula pineal es también un magnetorreceptor, es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
El profesor José Luis Bardasano, de la Universidad de Alcalá de Henares, es uno de los mayores especialistas en temas relacionados con bioelectromagnetismo. En su ponencia “Electromagnetismo, glándula pineal y salud pública” nos dice que :
“.. En el organismo existen dos sistemas de comunicación: el de base química y el de base eléctrica : 
-En el primero (sistema endocrino), las señales de información (mensajes) son las hormonas que se transmiten a través de canales de información: vasos sanguíneos, vasos linfáticos, canal neural, etc. alcanzando los órganos diana o efectores.
-En el segundo (sistema nervioso) las señales son electromagnéticas y poseen una red de distribución con centros y ”subestaciones” que asienta sobre las células neuronales (neuronas) alcanzando los músculos, corazón, glándulas, etc..
Éstos dos sistemas han evolucionado paralelamente y colaboran mutuamente desde sus orígenes en perfecta armonía cronobiológica (la cronobiología es la ciencia que estudia los ritmos). Los ritmos y ciclos que en estos dos sistemas se suceden están coordinados por la glándula pineal .. “
Para el profesor Bardasano, la luz es el temporizador o sincronizador principal de los ciclos vitales, mientras que los campos electromagnéticos constituyen el sincronizador adicional. Los estudios realizados han llevado a concluir que las alteraciones electromagnéticas, al igual que lo hace la luz, interrumpen el proceso de secreción de melatonina. Una exposición continuada y la consiguiente reducción de actividad en la glándula pineal provoca casos habituales de fatiga, estrés, trastornos del humor, trastornos del sueño, rendimiento profesional disminuido, depresión e incluso riesgos de padecer cánceres como el de mama.

El Mayor Obstáculo A La Iluminación Espiritual


Pregunta: ¿Qué es la Iluminación?

Eckhart Tolle: Un mendigo había estado sentado a la orilla de un camino durante más de 30 años. Un día pasó por allí un extraño. “¿Tienes algunas monedas?”, murmuró el mendigo, estirando mecánicamente el brazo con su vieja gorra. “No tengo nada que darte”, respondió el extraño. Y luego preguntó, “¿Qué es eso sobre lo que estás sentado?”. “Nada”, replicó el mendigo, “sólo una caja vieja. He estado sentado sobre ella desde que tengo memoria”. “¿Alguna vez has mirado en su interior?”, preguntó el extraño. “No”, respondió el mendigo, “¿Para qué? No hay nada adentro”. “Echa una ojeada”, insistió el extraño. El mendigo logró entreabrir la tapa. Para su asombro, incredulidad y euforia, descubrió que la caja estaba llena de oro.
Yo soy ese extraño que no tiene nada para darte y que te dice que mires en tu interior. No dentro de alguna caja -como en la parábola- sino en un lugar aún más cercano: dentro de ti mismo.

“Pero no soy un mendigo”, te puedo oír decir.

Aquellos que no han descubierto su verdadera riqueza -la brillante joya del Ser y la profunda e inalterable paz que se encuentra en ese lugar-, son mendigos, aún cuando tengan gran riqueza material. Buscan externamente desechos de placer o plenitud -para la validación, la seguridad o el amor-, mientras en su interior tienen un tesoro que no sólo incluye todas esas cosas, sino que es infinitamente más grande que cualquier cosa que el mundo pueda ofrecer.

La palabra “iluminación” evoca la idea de algún logro sobrehumano, y al ego le gusta verlo así; sin embargo, se trata simplemente de tu estado natural sentido de unión con el Ser. Es un estado de conexión con algo inconmensurable e indestructible, algo que, casi paradójicamente, eres tú en esencia y que, sin embargo, es mucho más grande que tú. Es el encuentro de tu verdadera naturaleza, más allá de nombres y formas. La incapacidad de encontrar esta conexión da origen a la ilusión de separación de ti mismo y del mundo que te rodea. Te percibes entonces a ti mismo, consciente o inconscientemente, como un fragmento aislado. Surge el temor, y el conflicto -interno y externo- se vuelve habitual.

Me gusta la sencilla manera en que el Buda define el estado de iluminación: “el fin del sufrimiento”. ¿Hay acaso algo sobrehumano en esto? Por supuesto, como definición es incompleta. Sólo te dice lo que la iluminación no es: no es sufrimiento. Pero, ¿qué es lo que queda cuando ya no hay sufrimiento? El Buda guarda silencio al respecto, y su silencio implica que tendrás que descubrir eso por ti mismo. Utiliza una definición negativa, de modo que la mente no pueda transformarlo en algo en qué creer o en algún logro sobrehumano, en una meta que te sea imposible alcanzar. A pesar de esta precaución, la mayoría de los budistas sigue creyendo que la iluminación es para el Buda -no para ellos- al menos por esta vida.

Pregunta: Utilizaste la palabra “Ser”. ¿Puedes explicar a qué te refieres con eso?

Eckhart Tolle: El Ser es la Vida Única eterna y omnipresente que se encuentra más allá de las innumerables formas de vida que se hallan sujetas al nacimiento y a la muerte. Sin embargo, el Ser no sólo se halla más allá sino en la profundidad de cada forma, como su esencia más interna, invisible e indestructible. Esto significa que eso está a tu alcance ahora, como tu naturaleza más verdadera, tu yo más profundo. Pero no intentes comprenderla con la mente. No trates de comprenderla. Sólo puedes conocerla cuando la mente está quieta. Cuando estás presente, cuando tu atención se halla en forma total e intensa en el Ahora, podrás sentir al Ser, pero nunca podrá ser comprendido con la mente. Tomar nuevamente consciencia del Ser y vivir en ese estado de “consciencia sentida” es la iluminación.

Pregunta: Cuando dices Ser, ¿estás hablando de Dios? Y si lo estás, ¿por qué no usas esa palabra?

Eckhart Tolle: La palabra “Dios” ha perdido completamente su significado, a través de miles de años de mal uso. La utilizo a veces, muy escasamente. Por “mal uso”, me refiero a que personas que nunca han tenido siquiera un atisbo del ámbito de lo sagrado, de la infinita inmensidad existente detrás de esa palabra, la utilizan con gran convicción, como si supieran de lo que hablan. O bien, argumentan en su contra, como si supieran qué es lo que están negando. Este mal uso origina creencias, afirmaciones e ilusiones egóticas absurdas, como “Mi Dios o nuestro Dios es el único dios verdadero, y el tuyo es falso”, o la famosa frase de Nietzche: “Dios ha muerto”.

La palabra Dios se ha transformado en un concepto cerrado. Apenas la palabra es pronunciada, se forma una imagen mental -quizás ya no de un anciano de barba blanca-, pero sigue siendo una representación mental de alguien o algo fuera de ti; y, sí, casi inevitablemente un algo o alguien masculino.

Ni “Dios” ni el “Ser” ni ninguna otra palabra pueden definir o explicar la inefable realidad que se halla detrás de la palabra, de modo que la única pregunta importante es si la palabra es una ayuda o un obstáculo en cuanto a permitirte experimentar Aquello a lo cual apunta. ¿Apunta acaso más allá de sí misma, hacia esa realidad trascendente, o se presta muy fácilmente a transformarse en nada más que una idea, una creencia en tu cabeza, un ídolo mental?

La palabra “Ser” no explica nada, pero tampoco la palabra “Dios”. “Ser”, sin embargo, tiene la ventaja de ser un concepto abierto: no reduce el infinito invisible a una entidad finita. Es imposible formarse una imagen mental de él. Nadie puede adjudicarse la posesión exclusiva del Ser. Es tu esencia misma, y te es accesible de inmediato como la sensación de tu propia presencia, la sensación de “Yo soy” previa a “Yo soy esto o lo otro”. Así que sólo hay un pequeño paso entre la palabra “Ser” y experimentar el Ser.

Pregunta: ¿Cuál es el mayor obstáculo para experimentar esta realidad?

El que quiera ser amado, que ame


Mahatma Gandhi cuáles son los factores que destruyen al ser humano.?

Él respondió así:

“La Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.

La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable;
que las personas están tristes, si estoy triste;
que todos me quieren, si yo los quiero;
que todos son malos, si yo los odio;
que hay caras sonrientes, si les sonrío;
que hay caras amargas, si estoy amargado;
que el mundo está feliz, si yo soy feliz;
que la gente es desagradable, si yo soy desagradable;
que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.
La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.”

“EL QUE QUIERA SER AMADO, QUE AME”.

fuente:http://cuentossufies.blogspot.com.es/search/label/Gandhi

lunes, 22 de febrero de 2016

“Plenitud”


“¿Por qué, después de un momento de gran intensidad espiritual, experimentáis un sentimiento de plenitud? 

Exteriormente, sin embargo, no os ha sucedido nada; nada ha cambiado, pero os sentís colmados, como si hubieseis sido alimentados, saciados… 

Los ignorantes dirán, claro, se trata de una ilusión. Pero entonces, cuando sufren, cuando se sienten desdichados sin causa aparente, ¿son también ilusiones esos momentos de angustia, de depresión? 

No, para ellos son una realidad, el sufrimiento es una realidad, pero el gozo espiritual es una ilusión.

 ¡Qué razonamiento!
Procurad, de ahora en adelante, elevaros hasta las regiones del alma y del espíritu, comed, bebed y sabréis lo que es la plenitud. 

Entonces, ya no será como en el plano físico en donde cada día nos vemos obligados a comer para no encontrarnos hambrientos y sin fuerzas. 

El alimento que tomáis en las regiones sublimes os sacia durante días y días. El mundo divino está hecho de elementos de una riqueza tal que, si llegáis a probarlos, sólo una vez, la sensación de plenitud que os darán ya no os abandonará nunca más. 

Nada podrá quitaros esta sensación de eternidad. Evidentemente, antes de llegar hasta ahí, deberéis

La Práctica del No Sufrir

Tomado del Libro Las Cuatro Revelaciones del Dr. Alberto Villoldo, 
esta práctica forma parte de la primera revelación “El Camino del Héroe”.


La siguiente práctica es la del no sufrir, lo cual quiere decir no escribir historias sobre nuestro dolor.  Aquí nos abrimos a la posibilidad de aprender directamente de la infinita sabiduría del Universo –ya no necesitamos padecer las mismas desgracias una y otra vez-. Sin embargo, es imperativo que aprendamos nuestras lecciones o acabaremos perpetuando nuestra propia infelicidad. En Oriente, a esto se le llama romper el ciclo del karma y entrar en el dharma. Los laicas lo llaman practicar el «éxtasis».

El sufrimiento se produce cuando formas una historia en torno de los hechos. En algún momento, vas a perder a uno de tus padres, o a un ser querido o un empleo, y entonces podrás convertir este hecho en un relato tan dramático como desees. Por ejemplo, te puedes decir a ti mismo: «Ahora ya no tengo madre, nadie va a cuidar de mí». Esto se convertirá en algo enorme, y los otros te verán siempre como  «la persona que ha perdido a su madre».

A menudo decidimos lo importante que nuestra historia debería ser guiándonos por la opinión de los demás, de la misma forma que cuando un niño pequeño se cae, mira inmediatamente a su madre, como preguntando: « ¿Cómo de grave ha sido la caída? ¿De qué forma debo comportarme?». Luego crea una historia que se ajuste a la intensidad de la reacción de su madre. De la misma manera, nos rodeamos de amigos que se compadecen de nosotros; sin embargo, al hacer esto, les permitimos colaborar en nuestra historia de víctima, e incluso agrandarla. Puede que nos digan que no deberíamos estar irritados con nuestra situación; ¡deberíamos sentirnos furiosos! O puede que reconozcan que tenemos todo el derecho de sentirnos fatal o profundamente resentidos. En cualquier caso, con su aliento, creamos una historia dramática en que la gente se aprovecha de nosotros, no nos comprende y nos maltrata.

Buda vino a enseñarnos que aunque el sufrimiento es parte de la condición humana, no es necesario. Esto no quiere decir que el dolor no exista –el dolor es inevitable porque todos tenemos un sistema nervioso que siente el fuego y la pérdida-. Como les suelo decir a mis alumnos, si quieres comprender la diferencia entre el dolor y el sufrimiento, prueba lo siguiente: cuando te estés dando una agradable ducha caliente, gira la llave hacia la posición de frío, pero hazlo en dos etapas. Primero, coloca la mano sobre el grifo y nota cómo tu cuerpo se estremece en anticipación a lo que va a suceder –esto essufrimiento-. Luego, cuando gires de golpe la llave hacia la posición de frío, lo que vas a experimentar es dolor. Como puedes ver, el sufrimiento y la angustia suceden cuando te pones a pensar en lo fría que va a estar el agua y lo mucho que te va a doler cuando la sientas golpeándote la piel.

Cuando un dentista administra un anestésico local, puede extraerte un diente y no vas a sentir el menor dolor. Sin embargo, sí sentirás una sensación de tracción o presión. Deberíamos ser capaces de relajarnos totalmente, conscientes de que no sentimos ningún dolor, pero nuestra mente comienza a pensar en la experiencia en cuestión: «Ése es el sonido del taladro, y ¡realmente me está sacando un diente!». Nos ponemos nerviosos y nos sentimos incómodos porque estamos creando una historia en torno a un dolor que ni siquiera estamos sintiendo.

Cuando practicas el no sufrir, aceptas los hechos de la vida y las lecciones que han venido a enseñarte. Si estos hechos son dolorosos, naturalmente vas a sentir ese dolor, pero no lo intensificas agravando la historia y diciéndote a ti mismo: «Esto es devastador. No puedo soportar el sufrimiento de vivir sin mi pareja. Es demasiado grande. Me va a destruir».

Después de haber perdido a un ser querido, es natural que tus sentimientos de tristeza se activen de vez en cuando. Puedes experimentar esa pena y escribir un relato heroico en que el dolor sea una parte importante de tu curación, o una historia que te confirme como víctima y te condene a un sufrimiento aún mayor. Puedes pensar: «Yo lo amaba tanto… Él me dio tantas cosas buenas, y le estoy agradecido por eso.

Fue maravilloso tener ese tipo de relación con otro ser humano, y me gustaría tener otra así algún día». O puedes decir seguir diciéndote a ti mismo: