sábado, 5 de marzo de 2016

Wu Wei: Aprender a fluir con la vida


Pasamos gran parte de la vida preocupados por cosas que nunca sucederán, culpándonos por situaciones que no podemos cambiar o desesperándonos por hechos que no llegan. De esta forma malgastamos una gran cantidad de energía mental y creamos estados emocionales negativos que, a la larga, nos alejan de nuestras metas y nos hacen sentir mal.

Sin embargo, existe otra manera de vivir, un estilo de vida mucho más sosegado que nos permite alcanzar nuestros objetivos con menos esfuerzo, manteniendo nuestro equilibrio emocional. La clave proviene de la filosofía taoísta, específicamente del concepto de Wu Wei.

La acción de la no acción

Uno de los conceptos más poderosos del taoísmo es el “wu-wei”, que significa, literalmente, inacción o no acción. Sin embargo, también se trata de uno de los conceptos más mal interpretados en Occidente ya que nuestra cultura prioriza la acción sobre todas las cosas.
Para comprender su esencia debemos profundizar en el sánscrito, en el que existen dos palabras bien diferenciadas para expresar dos ideas que a menudo intercambiamos:
akarma = inaccion
akarmakR^it.h = sin hacer nada

Son dos conceptos diferentes, la inaccion es algo natural que no demanda esfuerzo. Al contrario, si pretendemos estar sin hacer nada tenemos que esforzarnos porque no es algo natural. Si nos imponemos la inmovilidad, si nos obligamos a estar sin hacer nada, no podremos relajarnos.
Por ejemplo, cuando algunas personas se sientan a meditar intentan no hacer nada y se esfuerzan por dejar la mente en blanco. Por eso les resulta tan difícil y abandonan esta práctica. Sin embargo, si dejaran a su mente fluir libremente, si tan solo permanecieran inactivas, se darían cuenta de que pueden lograr ese estado de relajación y tranquilidad que buscan rápidamente.

El Wu Wei propone precisamente aprender a fluir a través de la inacción. No se trata de permanecer inactivos, si necesitamos realizar algo, lo hacemos, pero en esa acción seguimos fluyendo. Se trata de un estado mental que nos permite saber cuándo debemos esforzarnos y cuándo es una pérdida de tiempo y energía.

La flor crece sin esfuerzo, de forma natural

Las flores crecen sin esfuerzo, de manera natural. Sin embargo, imaginemos por un momento que una flor desarrolla una conciencia similar a la nuestra. Es probable que comience a preocuparse por el proceso de floración que debe enfrentar. Quizá se preguntará de qué color serán sus hojas, si podría acelerar el proceso usando fertilizante, cuánto cuesta y si puede permitírselo o incluso se preguntará si será más bella y más grande que la flor que crece a su lado. Así, lo que es un proceso natural, podría convertirse en un auténtico trauma.

Obviamente, nosotros tenemos muchísimas más preocupaciones, y tomamos decisiones en base a los estados mentales que estas generan, en vez de centrarnos únicamente en los hechos. Esas preocupaciones, ideas preconcebidas y prejuicios son exactamente lo contrario de fluir. Cada vez que intentamos vislumbrar el futuro y nos preocupamos por lo que puede suceder, estamos yendo en contra del Wu Wei, lo cual significa que estamos gastando energía y que nos esforzamos por gusto.
No hacer nada, pero no dejar nada por hacer

El Wu Wei no promueve la inactividad sino hacer las cosas de forma espontánea y natural, sin agobiarnos con preocupaciones que nos conduzcan por caminos forzados. Este concepto no implica pereza, pasividad o dejar de hacer las cosas. De hecho, uno de sus principios más importantes afirma que “no hay que dejar nada por hacer” porque la idea es conquistar el mundo con menos esfuerzo.

Este concepto implica dos cambios de mentalidad esenciales:

Regresen al Amor Por Wayne W. Dyer


El amor empieza conmigo. Si ustedes no se aman a sí mismos, nadie más lo hará. No sólo eso, no serán buenos amando a nadie más. El amor comienza con el yo.

Perciban cada día si están eligiendo vivir en miedo o en amor. El miedo puede mantenerlos desconectados de la presencia amorosa en el interior de ustedes. Provocar miedo es una táctica del ego, sea el propio ego de ustedes o el ego del mundo. El ego del mundo es un reflejo del poder del ego individual y de la cantidad de miedo que está activa.

El miedo está presente cuando olvidamos que somos una parte del diseño divino de Dios. Aprender a experimentar amor auténtico significa abandonar la insistencia del ego de que ustedes tienen mucho que temer y que están en un mundo hostil. Pueden tomar la decisión de librarse del miedo y de la duda y regresar a la luz brillante del amor que siempre está con ustedes. Quienes ustedes son es ese amor despejado.

Aquí tienen algunas ideas para atraer el amor a sus vidas en lugar del miedo.

*    Acuérdense que Dios los creó en perfecto amor que es eterno e inmutable. Su cuerpo está cambiando, al igual que su mente, así que ustedes no son ese cuerpo ni esa mente. Ustedes fueron creados como un espíritu que es puro amor. Es ahí donde quieren mantener enfocada su atención.

*    Perdónense y den la bienvenida al amor de regreso a su vida. Cuando pueden hacer esto, ocurre algo así como equilibrio. En lugar de aplacar las faltas con la culpa, ustedes están más comprometidos a promover la alegría y el servicio. Comenzarán a hacer lo que originalmente vinieron a hacer aquí.

*    Observen los actos de bondad que tienen los demás en lugar de sus defectos. Es así como la presencia amorosa los ve a ustedes. Todos nosotros somos almas buenas, decentes, amorosas que ocasionalmente nos perdemos. Cuando ustedes puedan enfocarse en lo bueno del otro y mantener eso en su mente, están actuando desde su yo superior. Esto puede contribuir a disipar el miedo y la ira.

ACTIVA LA PROSPERIDAD EN TU PRESENTE


Recuerda, tu responsabilidad es tal, que no la puedes pasar a ningún otro, no la puedes arrojar sobre ningún otro. Tu responsabilidad es absolutamente tuya. La prosperidad en tu vida depende exclusivamente de ti. Tú tendrás que pensar, tú tendrás que sentir, tú tendrás que meditar, tú tendrás que corregir tus equivocaciones. Y déjame que te recuerde de nuevo: quizás te encuentres en situaciones en las que antes nunca te encontraste y te preguntas ¿por qué debes pasar por ellas?

Te recomiendo que mantengas activa tu atención consciente para sobrepasar esa determinada situación aprendiendo la enseñanza que Dios te quería dar. Porque si al contrario transitas por ella sin aprender el significado en cualquier otro momento futuro volverá a ti de una forma diferente para que aprendas la enseñanza.

La mente ejerce mayor influencia entre nosotros, por eso vale la pena tratar de alcanzar la paz mental y la salud global (cuerpo- mente – espíritu- emoción). El progreso material es importante pero debemos equilibrarlo con nuestra paz interior y al alcanzarla seremos capaces de enfrentar situaciones con calma y madurez.

El dar y el recibir tienen la misma importancia. El recibir es una manifestación de que también sabemos dar. Si queremos recibir, necesitamos estar abiertos a ello, debemos aceptarlo libremente sin limitar el flujo de energía. Es también aceptarnos y tener conciencia de que merecemos recibir.

Cuando en nuestra vida recibimos y aceptamos libremente con humildad muestras de afecto, cumplidos, respeto, admiración, etc., estamos aceptando que merecemos todo lo bueno que la vida nos ofrece fácilmente. Y aunque estas características no pertenecen al dinero o al mundo material en sí, es un acto de la conciencia del merecer y aceptar. En cambio si el recibir un elogio es motivo de pena, y si alguien nos dice “gracias” contestamos con un “no fue nada”, le estamos restando valor a nuestras capacidades. Estaremos rechazando el flujo del recibir.

Si damos estas mismas muestras de respeto, admiración y cortesía a nuestros semejantes, no debemos dudar en que se nos serán devueltas, multiplicadas, pero hay que estar abiertos a recibirlo, hay que aceptarlo, si no lo hacemos, es posible que no venga, hasta que estemos preparados para ello.

Cuando nosotros no sabemos dar amor, respeto o no valoramos las acciones de los demás, estamos cerrando nuestra conciencia de dar. El dar sin esperar nada a cambio nos brinda la oportunidad de sentirnos útiles, el dar también nos provee de satisfacciones.

viernes, 4 de marzo de 2016

Años de educación y aún no sabemos amarnos a nosotros mismos


Suspenso. No apto. Hiperactivo. Baja motivación. Desafiante. Son muchas, muchísimas las etiquetas que reciben los niños a lo largo de su educación escolar y muy pocas las miradas que se detienen a comprender qué emoción se esconde detrás de cada alumno difícil.

Resulta curioso cómo desde desde escenarios como la empresa o la política se valora ya a la Inteligencia Emocional como algo imprescindible y vertebrador para todo profesional, mientras que las Instituciones Educativas, cojas en este aspecto, no contemplan la Inteligencia Emocional como una competencia a potenciar.

La educación debe darnos competencias para ser capaces de valernos por nosotros mismos, y de nada nos vale formar niños aptos en ciencias o literatura si primero, no les enseñamos qué es la autoestima, el respeto o la empatía.

El peso de las competencias cognitivas siguen siendo algo esencial para el sistema académico. Las emociones, por su parte, se ven como ese aspecto “tabú” que es mejor restringir al ámbito privado, a la soledad de cada niño en su delicado intento por conocerse a sí mismo en un mundo cada vez más complejo.



Una educación que forma mentes pero no personas

Los niños y adolescentes de ahora son hábiles estrategas en las nuevas tecnologías. Los emoticonos en sus mensajes de texto son muchas veces su único acercamiento al mundo de las emociones. Pero, cuando se alejan de los dispositivos móviles, son incapaces de gestionar o prevenir situaciones como por ejemplo, el bullying.

Begoña Ibarrola, psicóloga e investigadora, nos indica que en aquellos centros que han integrado la Inteligencia Emocional en las aulas y en el currículum escolar, las conductas de acoso han desaparecido y el rendimiento académico ha mejorado de forma notable. Resulta esperanzador, no hay duda.



La educación tiene como propósito formar personas que cambiarán el mundo el día de mañana: instruyamos entonces personas felices, aptas en alegría, diestras en el respeto y brillantes en esperanza.
 hoja fragmentada representando el valor de la educación

Si nos preguntamos ahora la razón por la cual no se da el paso a esta transformación tan necesaria en nuestra educación, hemos de detenernos en estos aspectos para reflexionar unos minutos:

El diseño curricular está determinado en muchos casos por una tendencia política que pauta el tipo de plan de estudio que considera más adecuado.

El peso de lo cognitivo sigue muy arraigado en nuestro sistema escolar a pesar de que teorías como “las inteligencias múltiples de Gardner”, nos hablan de la clara necesidad de trabajar la Inteligencia Emocional en los niños de forma temprana.

Hemos de tener en cuenta, además, que todo cambio a nivel institucional requiere tiempo. Se necesita de una clara concienciación social, porque invertir en emociones es invertir en convivencia, es aprender a ser más aptos en relaciones humanas, en respeto y en ese cambio de enfoque donde se deje a un lado la necesidad de educar niños perfectos para formar personas felices.




Eduquemos niños únicos, no alumnos iguales

“El Principio de NO Intervención”


La mayoría de los casos de confusión y desinformación, se sustentan básicamente en el desconocimiento de este principio, el cual es vital para entender dentro de este sistema dual, quien tiene una intención positiva y quien la tiene una negativa. No nos podemos fiar (y menos a estas alturas) de las apariencias, de los códigos que nos aporte el individuo, quien sea su fuente, lo amoroso de su mensaje o lo concienciado que parezca, menos aún de lo que resuene o no finalmente este aporte. Son tantas las formas de llevarse a alguien al huerto, que lo raro sería encontrar una intención pura tras un informador, un contactado o un trabajador de la Luz.

La mayoría de las personas tienen buena intención y creen que todos juegan con las mismas reglas y esto no es así. El pueblo, cada uno de nosotros, los que engrasamos la máquina del sistema, somos básicamente seres de gran corazón y buen proceder, caemos en los prejuicios y las falsas apariencias, arrastrados por una educación incorrecta, pero en el fondo ayudamos cuando tenemos oportunidad, somos básicamente amorosos y compasivos, pero el sistema nos está recordando constantemente que el amor es otra cosa y que la empatía es inútil, que el egoísmo es lo normal y que la sensibilidad es debilidad.

Como somos almas, espíritus de luz y amor, somos la expresión real de la energía con la que se crean los ladrillos que sostiene todo lo creado, nos auto engañamos fruto quizá, de vivir insertados en una mentira, como decía, nos engañamos pensando que todos son iguales a nosotros, que todos guardan dentro de sí esa luz y que todos tienen los mismos códigos morales impresos en su ser, pero es evidente que no, esto es un juego de apariencias, unos van disfrazados de ciudadano modelo, otros de respetable vecino y otros de amantísimo amigo, pero sólo es lo que parece, la realidad por lo general es otra y llegar al fondo de la intención real que alberga cada uno, es algo que difícilmente llegaremos a ver a la luz del día.


La mayoría de la gente vive en una constante dependencia de otros, para avanzar en sus propios procesos..



Desde aquí, se entiende por qué caemos una y otra vez en la misma trampa, fiarnos de los códigos de conducta que ellos nos programaron, nos impide ver la real versión de esa persona que tenemos enfrente. Tras el primer contacto nos creamos un juicio de esa persona por simple apariencia, tras el primer dialogo, tiramos de memoria, buscado patrones en los que encajar a ese ser, dentro de los módulos que el sistema rige para las conductas, normal, singular, extravagante, raro, friki, loco… Una vez lo hayamos encajado todo, abrimos o cerramos nuestra capacidad de entablar relación y cuán profunda puede ser ésta. Aquí es donde tendríamos que empezar a poner en práctica el principio de no intervención, ya que por lo general, nos esforzamos por modular al otro para que todo su Ser encaje en el patrón que diseñaste para él, sin que quede arista alguna que distorsione tu ideal.

Modificar su pensamiento, sus costumbres, modos y cultura, para que finalmente sólo quede un mero replicante de lo que tú estimas adecuado para ti y asi, sea lo deseado finalmente en alguien que se digne conservar tu compañía. Sus creencias se deben ajustar milimetricamente a las tuyas, su ideario político, social y moral, deben encajar de igual modo. Es prácticamente inevitable que tratemos de cambiar la opinión del otro, la lucha por la razón es la batalla inútil con la que diariamente hacemos chocar nuestra cornamenta, en una perpetua época de celo que nos empuja a ser el jefe de la manada a toda costa, lo único que nos separa de un animal es que no marcamos con orina nuestro territorio, pero en algunos casos hasta lo dudo.

El principio de no intervención dicta que el respeto al otro prima sobre cualquier otra razón o principio, el respeto a sus decisiones, a sus errores, a sus creencias, a su capacidad y a su intención. Si cualquier ser interfiere sobre otro modificando alguna de sus estructuras, se estará impidiendo que la expresión de sí mismo se manifieste, que su libre albedrío se ejerza y que su capacidad natural aflore y se desarrolle.

La mejor forma de aprender es mediante la duda, la búsqueda, la investigación y la práctica, lo que al final se imprime tras este proceso, es una forma natural de evolución y crecimiento, en la que el individuo descubre y se descubre, mediante la interacción con su entorno. Intervenir o influenciar en el proceso de cada uno es un error irreparable, ya que ese ser será desviado de su camino y transitara caminos que no fueron creados por él ni para él.

Quizá en nuestro fervor por ayudar, queramos despertar al prójimo a toda costa, pero la mayoría de las veces tras esa intención de ayudar, existe el egoísmo, quizá por no pasar a solas este complicado transito lleno de mentiras o porque creemos que así los salvamos de algo, es evidente que esto no funciona, ya que muchos que despertaron de forma forzada, engrosaron las filas de aquellos que les quisieron vender cualquier panacea, con lo que la sensación de estafa al final será aún mayor.

No intervenir no significar pasar del otro u obviar su estado, sino respetar sus decisiones por encima de tus modelos (dogmas) morales. El bien o el mal, lo correcto o lo incorrecto no sirven para medir las intenciones de otros, para con nosotros o con su entorno. Si alguien, sea quien sea, te dice que tal o cual cosa es como él dice, estará interviniendo y moderando tu capacidad de aprender por ti mismo a construir una imagen pura de ti, te estará quitando la oportunidad de pulirte y crecer por ti mismo. Si esto lo extrapolamos a cualquier ente o ser que proceda de otro estado distinto al nuestro, densidad, dimensión, plano o planeta, deberá aplicar el principio de no intervención sí o sí, porque si no tenemos esto en cuenta, por ambas partes, cualquier gesto o palabra, es una clara intervención en la libertad del otro.

“Purificación de las Emociones” Wayne W. Dyer.


Las emociones son reacciones ante los pensamientos. Estas sensaciones aparecen en su cuerpo y provienen de cómo utilice su mente. Las emociones no son cosas que sencillamente suceden; son elecciones que usted hace.

Si su cuerpo se ve atormentado por respuestas emocionales malsanas como sentimiento de culpa, enojo, preocupación, miedo, timidez y ansiedad, tiene que examinar el proceso de pensamiento que da soporte a dichas sensaciones. Las reacciones fisiológicas ante estas emociones incluyen alta presión sanguínea, rubor, aceleración respiratoria, aumento del ritmo cardíaco, sensación de tener un nudo en el estómago, úlcera, erupciones y la tendencia a morderse las uñas, entre otras.

Puede identificar sus emociones en el plano físico mediante la observación. Pero también tiene que saber que el sistema de soporte de estas reacciones es su elección de pensamientos. Si está entregado a los pensamientos malsanos estará produciendo respuestas emocionales malsanas que provocarán en su cuerpo un estado de ansiedad y desasosiego.

La verdad es que usted es por completo responsable de lo que piensa. El mundo no gobierna su mente ni tampoco su cuerpo gobierna sus pensamientos. Es al revés. Quien está al mando es el cerebro, puro y que está en paz.

A los pensamientos malsanos —como los prejuicios, los pensamientos libidinosos, el espíritu de contradicción, los pensamientos adictivos y los comparativos— puede observárselos y luego dejarlos marchar. Sencillamente obsérvelos llegar y luego decida no centrarse nunca más en ellos.
Esta sencilla fórmula es el secreto para crear en su cuerpo reacciones emocionales que manen del amor, la aceptación, la paz, la tolerancia, la comprensión, la bondad y el perdón. Estos pensamientos de pureza, dictados por su yo superior, provocarán las reacciones emocionales del contento, la homeostasis, el equilibrio, el júbilo y la calma.

Por lo tanto, para purificar sus emociones, usted tiene que purificar sus pensamientos y luego observar mientras les da la vuelta a esas antiguas reacciones emocionales malsanas a las que se ha acostumbrado llamar herencia.

Hubo una época en la que yo esperaba recibir reconocimiento cuando hacía un regalo. Si no recibía el agradecimiento que esperaba, me sentía molesto y acusaba interiormente al ingrato destinatario. Podía advertir los cambios corporales que provocaban mis pensamientos.

En la actualidad, escucho a mi yo superior y soy capaz de dar de forma anónima. Mi yo superior me hace dar por la sola razón del deseo de ayudar. Ya no doy para recibir algo a cambio. Mis pensamientos a este respecto están purificados y por lo tanto todas las reacciones emocionales de enojo y frustración han sido reemplazadas por una sensación de equilibrio y bienestar.

De modo similar, he extirpado la dolorosa reacción emocional de los celos. En lugar de permitir que mi ego esté al mando, me vuelvo hacia mi yo superior en busca de guía. Ya no me digo a mí mismo que debería sentirme desairado cuando alguien obtiene más de lo que yo tengo. Consulto a mi yo superior y observo mis pensamientos en silencio. Desde ese lugar estratégico, veo que el amor es lo que puedo enviarles a todos aquellos que están en este planeta conmigo, independientemente de las apariencias o diferencias externas.

Tenga presente que el ego es una pequeña parte de usted mismo, la cual ha asumido el mando en su intento de protegerle con su falsa idea de que usted es sólo un cuerpo. A partir de esta imagen incompleta de su totalidad, el ego fomenta reacciones emocionales malsanas así como comportamientos del mismo jaez.

Mientras avance por el sendero de su yo espiritual, tenga presente estas palabras de mi maestro Nisargadatta Maharaj:

jueves, 3 de marzo de 2016

SI TRABAJAMOS NUESTROS SUEÑOS, PURIFICANDO TAMBIÉN NUESTRA VIGILIA, PODREMOS TENER UNA VISIÓN MÁS CLARA DEL ALMA Y ASÍ DE LA DIVINIDAD


En la nueva entrega de Cadena Áurea de Filosofía conversamos sobre uno de los textos más importantes en la historia del estudio de los sueños: "Sobre los sueños", del filósofo neoplatónico Sinesio. Un texto que fue escrito a partir de un sueño revelatorio y hace de la "onirocrítica" una herramienta filosófica. Sinesio nos llama a ser obreros oníricos, a purificar nuestra psique, a limpiar la pantalla de nuestra fantasía para que se refleje la divinidad, para que la materia no oscurezca la luz del alma. 

Debemos nadar hacia el fondo de nuestro propio océano para entender y ver los sutiles mensajes de los sueños. El sueño, como el universo mismo, es un texto que debemos aprender a leer. Este texto se volverá más claro, dice Sinesio, si purificamos nuestro ser, si obramos con virtud y honestidad. De aquí que los sueños no puedan dividirse de nuestra vida cotidiana y sean un reflejo, un pulso y un marcador de nuestra evolución ética y espiritual. Con Sinesio, invitamos a darle importancia al mundo onírico, a laborar por su pureza y a permitir que los sueños hagan de la existencia un cauce multidimenisonal, lleno de significado.

Minuto:
0-1:00 Intro/ "Sobre los Sueños", el gran texto filosófico sobre los sueños y la fantasía de Sinesio/ Una reflexión sobre por qué los sueños son importantes para nuestra existencia/ Llevar un diario de noche/ Un texto que es un sueño dentro de un sueño: la fractalidad de Sinesio/ La divinidad y los sueños/ Los sueños como herramienta mántica/ Los sueños verdaderos son los proféticos/ ¿Cómo interpretar los sueños? Haciendo un trabajo de percepción del alma/ La divinidad posible que existe en todos los sueños.

5:00-10:00 Debemos evitar una fantasía gorda y terrosa, mantenerla etérea y celeste/ Tener una fantasía esbelta, un alma delgada/ Una nueva dieta onírica y celeste/ Purificación para entender los sueños/ Sample: Waking Life/ Cultivar la virtud para soñar/ Realizar las 12 labores de Hércules para poder ver/ "El sabio es el que descubre los vínculos del cosmos".

10:00-1500 La fuerza descendente y la fuerza ascendente/ Sample: Waking Life: "They Say Dreaming is Dead"/ Decir la verdad nos lleva a lo divino/ La forma más transparente de medir nuestro nivel de conciencia son los sueños/ Los sueños son el pulso de nuestra actualidad.

15:00-20:00 Cita de Sinesio/ "¿Como el agua turbia y la transparente, la estancada y la que está en movimiento podrían comportarse de igual manera al reflejar una misma figura?"/ Una psique pura tiene sueños a su altura y refleja imágenes en correspondencia/ Tener un trabajo onírico/ Sobre la interpretación/ Después de Freud: los sueños ya no ven hacia el futuro, sólo al pasado/ Los sueños siempre tienen algo que decir/ La gramática de los sueños existe sólo en el interior del soñador/ Sample.

20:00-25:00 El sentido práctico de los sueños/