miércoles, 11 de mayo de 2016

¿Una misión en la vida?


Muchos andamos por la vida con esta pregunta. Es más, hay seres conflictuados por ella y al no encontrar respuesta siguen en una búsqueda angustiosa que lo único que hace es hacerles perder el presente. Cabe hacer la pregunta: ¿esa supuesta misión tan anhelada satisfará a mi ego o es una búsqueda real para Ser? Si por satisfacer a mi ego entiendo que significa: “al fin encontré lo que buscaba, mi mirada sobre mí y la de los otros cambiará. Logré hacer algo por lo que me admiraré y me admirarán…” Pobre de nosotros humanos si la “misión” fuera esa… Andaríamos por el mundo una inmensa mayoría que “no hemos hecho nada destacable” y una minoría que sí lo hizo. (Léase “escribir una gran obra”, “crear una importante fundación”, “cincelar una maravillosa estatua”, etc. etc.).

Sin embargo, ¿“crear algo grande es la misión”? ¿Cuántos de quienes lo lograron también llegaron a una profunda Paz interior?

Muchos de ellos trasmitieron sus vaivenes por una gran depresión o sus búsquedas constantes de “algo más”.  ¿Será que en sus estados creativos, tuvieron chispazos de conexión o recuerdos de la Esencia Universal de la que participamos todos los seres desde la Unidad y por eso sus obras nos llegan al alma fuera del tiempo y el espacio?.

¿Y las respuestas?

Si partimos de la convicción de que la “misión en la vida” no es “crear algo destacable”, ¿cómo damos respuestas a la pregunta angustiante del inicio?. A menudo escuchamos: “tengo hijos, pero reconozco que no es esa mi búsqueda”, mis trabajos fueron siempre mediocres”, “necesito ayuda en este sentido, me siento vacío/a”, “no logré nada en mi vida”, etc. Pero a pesar de que esos planteos u otros produzcan sensación de vacío o angustia, es positivo que nos sintamos así. Quiere decir que estamos despertando y de acá en más no podremos seguir dormidos por la vida.

Las respuestas…Podrá haber muchas que vayan en distintos sentidos. Personalmente siento que es fundamental una Toma de Consciencia que nos lleve primero a nuestra Esencia y de ahí a la Unidad.

¿Qué significa estar “en Consciencia”?

Es comenzar a vivir con plenitud cada momento, desde la comprensión y el amor, estar presente. Puedo preguntarme,  sea como sea mi vida y lo externo que me rodea, ¿“escucho”?, ¿”miro desde el alma? ¿salgo de mi ego y comprendo”, ¿en el abrazo doy un abrazo?…(esto no significa que andaré de acá en más abrazando fuerte, mirando con insistencia, mostrándoles a todos como cambié, etc). De todos modos, ya no es momento de mirar para atrás, es necesario que comience a verme, a sacarme las capas de superficialidad, reconocer mis miedos, conflictos, llegar a estar en Paz conmigo y ver mi entorno: desde el árbol a la brisa, desde el ser más cercano al más lejano, reconocerlos, amarlos y cuidarlos. Todo tiene que ver con todo. Si comienzo desde mi interior irradio hacia el afuera que en realidad no es “afuera”.

¿Cómo puedo ir logrando mi Paz interior?

El poder de la autocompasión


A menudo pensamos que para lograr nuestros objetivos en la vida es necesario ser duro y exigente con uno mismo. Sentimos que tenemos que mantener nuestras debilidades a raya, desarrollar y exhibir nuestras habilidades, descansar sólo cuando es estrictamente necesario y estar siempre en control de las cosas. Esta actitud, además de parecer muchas veces efectiva y de ser culturalmente aceptada, a menudo ha sido nutrida a lo largo de años de condicionamiento a través de premios y castigos. A través de la misma metodología en que un perrito aprende a hacer un truco o se hace caminar a un burro (evitando palos y persiguiendo zanahorias), vamos por la vida persiguiendo nuestras sofisticadas zanahorias y tratando de evitar palos (que en general son “palos psicológicos”).
En este proceso, nuestro sistema nervioso va aprendiendo hábitos que cada vez se refuerzan más y se hacen más difíciles de cambiar.

La activación psico-fisiológica ante la percepción de riesgo desencadena en nosotros la respuesta de estrés que nos prepara para luchar o huir de “los palos”. A su vez, la búsqueda de recursos, incentivos y oportunidades en el ambiente nos pone en un estado de hiper-alerta para estar atento a las “zanahorias” disponibles. Este sistema nervioso que evolucionó enfrentando ambientes donde los riesgos podían ser tan concretos como correr o luchar ante un posible depredador, y donde la búsqueda de recursos determinaba la diferencia entre vivir y morir, continúa activándose  de la misma manera ante situaciones que a menudo son objetivamente menos riesgosas. De hecho, muchas veces el estrés  que experimentamos no se debe a ningún riesgo concreto externo, sino que a la voz con que nos hablamos a nosotros mismos y las imágenes que proyectamos en nuestra pantalla mental. Buena parte del tiempo, nuestra mente es un simulador de situaciones futuras o un cine rotativo de situaciones pasadas, con un narrador “en off” especializado en identificar lo que puede salir mal.

¿Te has fijado alguna vez en el tono con el cual te hablas a ti mismo/a en la intimidad de tu mente? ¿Es este un tono de un amigo cercano, de alguien que está a tu lado para apoyarte en el camino? ¿O es la voz de un tirano, de un jefe enojado, o de un papá castigador? ¿Qué te dices cuando sientes que te equivocas? Lo que te dices, ¿se parece a los comentarios que escuchaste de los adultos cuando de niño te equivocabas al hacer algo? De la misma manera en que usualmente es una buena intención la que motiva el llamado de atención de un padre a un hijo por sacarse una mala nota (que el niño se esfuerce más para evitar el fracaso), esa voz interna que exige, demanda, y ordena, suele tener la buena intención de evitarnos algo que tememos, como fracasar en nuestras tareas, o perder el respeto y amor de otras personas. Sin embargo, una buena intención no siempre va acompañada de la estrategia más sana o efectiva para lograr lo que se quiere.

Imagina que un niño  de diez años vuelve a casa con una mala nota en un exámen. En el primer escenario, imagina que los padres le dicen en tono hostil “eres un idiota, si sigues así no vas a llegar a ninguna parte en la vida. Más vale que pongas más esfurzo porque si no, vas a tener que enfrentar las consecuencias”. En el segundo escenario, en cambio, los padres se sientan con el niño, y le dicen con un tono comprensivo y respetuoso: “Entendemos que hiciste un esfuerzo y que te debes sentir desalentado por tener una mala nota [aceptar y no negar la situación]. Nosotros te amamos y te amaremos independientemente de tus notas [amabilidad incondicional]. ¿Cómo podemos ayudarte a que te vaya mejor la próxima vez? [Apertura creativa a nuevas posibilidades de acción]”. No es difícil ver en esta situación cuál respuesta de los padres tiene mayor probabilidad de generar en el niño las condiciones que a largo plazo le permitan un mayor éxito escolar y, de manera más imporante, le muestren cómo lidiar de una manera más sana con las dificultades naturales de la vida. Cuando nos hablamos a nosotros mismos como los padres hablan al niño en el segundo escenario, es decir, con auto-compasión, generamos en nosotros las condiciones para florecer en nuestras capacidades.
Como se materializa esto en la práctica.

Nuestro sistema nervioso, junto con la capacidad de alertarnos ante los posibles riesgos y de movilizarnos frente a las posibles oportunidades, tiene también la capacidad de “suavizar, calmar y permitir”. Cuando se activa este sistema neuro-afectivo de calma/confianza, nos sentimos seguros, cuidados, contentos y acogidos. Es un bienestar que va más allá de la ausencia de riesgos y que involucra las cualidades de amor y compasión. Este sistema se activa inicialmente en los bebés a través de las señales de cuidado y amabilidad de sus cuidadores, lo cual da al ser humano la sensación primaria de bienestar, conexión social y seguridad. Al crecer, este sistema se sigue nutriendo a través de nuestras interacciones con otros, y de manera muy importante, con la relación que tenemos con nosotros mismos. La meditación mindfulness y la práctica de la auto-compasión  activa este sistema de calma/ confianza al cultivar activamente una actitud abierta, no enjuiciadora y compasiva hacia nuestra experiencia.

Suavizar es la expresión de la compasión a nivel físico. En este mismo momento puedes llevar tu atención a las sensaciones de tensión que hayan en tu cuerpo, y en vez de luchar contra ellas (lo que crea más tensión), simplemente obsérvalas dirigiendo tu respiración consciente hacia esos lugares. Notar las sensaciones físicas de tensión en el cuerpo toma tiempo de práctica, así que no te desalientes si no las notas de inmediato. Esta es una práctica que puedes realizar en el contexto de tu meditación sentada o en tu día a día.

Calmar es la expresión de la compasión a nivel emocional. La notable educadora ciega y sorda Helen Keller una vez dijo, “cuando una puerta de la felicidad se cierra, otra se abre; pero a menudo nos quedamos mirando tanto tiempo a la que se cerró que no vemos la que ha abierto para nosotros”. Calmar implica practicar salir de la estrechez de la emoción negativa (sin por eso negarla o reprimirla) para ver nuestra experiencia con más amplitud permitiendo ver las otras posibilidades que se abren.
Permitir es la expresión de la compasión a nivel mental, e implica relacionarnos con nuestros pensamientos como pensamientos y no como realidades fijas. La actitud de permitir implica “airear” nuestra mente, generando un espacio de no apego hacia las imágenes y las palabras que surgen en ella dejándolas fluir en vez de apegarnos a ellas. En la práctica de meditación sentada esto puede implicarobservar el ir y venir de los contenidos mentales sin identificarnos ni reprimirlos, mientras que en la vida cotidiana la práctica se puede traducir en permitir la emergencia de puntos de vista alternativos sobre las cosas y preguntarnos, sobre todo cuando notemos que estamos fijos en ciertas ideas, ¿estoy seguro de esto? ¿Pueden haber otras perspectivas sobre este asunto? ¿Es esta toda la verdad?

martes, 10 de mayo de 2016

Suiza legaliza la homeopatia mientras la Universidad de Barcelona la suprime de sus enseñanzas




Suiza legaliza la HOMEOPATIA y otras 4 “terapias”


Compartimos con ustedes esta importante información:

Parece ser que no todos los médicos y gobiernos, son iguales. Que casualidad que seamos los mas listos. Que son nuestros  médicos españoles, nuestros gobiernos y todos sus medios de comunicación que al servicio de unos poderosos sean los que saben de todo. Va a resultar que en España no hay la verdad absoluta y antes de aprobar, categorizar y hacer campañas sangrientas se debiera informar de que pasa en otros sitios.

“El Ministerio del Interior de Suiza anunció sus planes de otorgar a cinco terapias complementarias el mismo estatus que la medicina convencional.

La homeopatía, la medicina holística, la fitoterapia, la acupuntura y la medicina tradicional china recibirán el mismo estatus que la medicina ‘tradicional’ en mayo de 2017, pues será incluida en los servicios aceptados en el seguro de enfermedad básico, que todos los habitantes de Suiza se ven obligados a contratar con una aseguradora privada.

En 2005, las autoridades decidieron no integrar la medicina alternativa en el paquete de posibilidades de cobertura en el seguro en caso de enfermedad, por falta de pruebas científicas de su eficacia. No obstante, en 2009, el electorado respaldó que fuera incluida en la lista oficial de los servicios de salud de seguro obligatorio, antes mencionado.

Como resultado de esta votación, esos tratamientos son cubiertos en el seguro básico obligatorio desde 2012, durante un periodo experimental de 6 años; pero aún se prueba su eficacia. Los resultados de estos estudio  se analizarán en 2017.

Las relaciones, la hipnosis, la meditación, ¿podemos descubrir los misterios de la conciencia a través de ellos?


Los “estados alterados de conciencia”, que encontramos a través de la hipnosis o la meditación, explotan la capacidad del cerebro para liberarse de la realidad.

Este es un debate hecho por profesionales en el que debaten el vínculo entre estos temas y los secretos de la conciencia en el anfiteatro de Sorbona, se debatió así:

–Gracias por estar ahí, en este sábado por la mañana. Gracias, de todos modos, por estar aquí físicamente, porque en este punto, no puede haber ninguna duda.

Sin embargo, me pregunto sobre el estado psicológico en el que usted está presente, esto sería mucho más difícil de responder. En esta zona (estado psicológico), la presencia de todos y cada uno de ustedes es mucho menos segura.

Tal vez escuchéis con atención lo que estoy diciendo. Pero tal vez hay otros que ni me oyen y sin duda, esta actitud se muestra en sus caras.  se piensa en otra cosa sin que esto se detecta en su cara.

Podéis estar pensando los que no me oís, en qué es lo que vais a hacer esta tarde/noche… en que los niños están solos en casa, quizá en que dejasteis el coche mal aparcado, o en ese paisaje tan impresionante que descubriste alguna vez, en el caso, por supuesto que no estéis escuchando las palabras que yo digo, pero bueno allá cada uno y vuestras experiencias.

Así que os explico más o menos con un par de palabras cuyo único objetivo tenemos de profundizar en el tema de la mesa redonda: “Las relaciones íntimas, la hipnosis, la meditación, y si realmente ¿podemos descubrir los misterios de la conciencia? “

Hay “personas mágicas” rodeándonos por todas partes


Hay “personas mágicas” rodeándonos por todas partes. Son aquellas con las que conoces la felicidad, aquellas que te ayudan a volar, a brillar y a descargar tu mochila. Ellas, personas con las que compartes la complicidad, la permanencia.
A veces no hace falta decir “estoy a tu lado” porque sobran las palabras. A veces encajas con una persona y como de la nada te guías por la melodía del “quiéreme bien”. Es un vínculo sano, claro en contenidos, abierto a experiencias. La amistad es de esas de miradas sinceras que aligeran pesares y nos ayudan a deshacernos de los obstáculos que se nos presentan.
“Hay personas mágicas. Te lo prometo, las he visto. Se encuentran escondidas por todos los rincones del planeta. Disfrazadas de normales. Disimulando su especial forma de ser. Procuran comportarse como los demás. Por eso, a veces, es tan difícil encontrarlas. Pero cuando las descubres ya no hay marcha atrás. No puedes deshacerte de su recuerdo. No se lo digas a nadie, pero dicen que su magia es tan fuerte que si te toca una vez, lo hace para siempre”.
-Autor/a desconocido-

Esquimales dándose un beso

Los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano

Los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano. Esta es una gran verdad que probablemente nadie puede negar. Esto es natural, pues no podemos cuadrar expectativas, sentimientos, emociones, pensamientos y aficiones con cada persona que pasa por nuestra vida.
Hay gente con la que conectamos de manera especial y a la las experiencias nos vinculan, sirviéndonos de esto para sustentar uno de los planos más importantes de nuestra vida: el social. Como dijo Aristóteles, somos animales sociales y, por lo tanto, necesitamos de estas uniones para sentirnos completos.
Las “personas mágicas” son aquellas que tienen grandes cualidades sociales y emocionales, las que nos brindan su apoyo, nos rescatan y nos encaminan. En otras palabras, las que poseen inteligencia social, prima hermana de la inteligencia emocional.
amigos-disfrazados

La inteligencia social y sus dos ingredientes principales

lunes, 9 de mayo de 2016

“Montañas y valles”


“Montañas y valles tienen sus correspondencias en la vida interior. Los valles, por los que fluyen los arroyos y los ríos, representan la fertilidad, es decir la abundancia, la generosidad, la bondad. 

Es en estos valles y no en las cimas de las montañas donde se encuentran las praderas, los jardines, los frutos, las flores, las ciudades y sus habitantes. 

En las altas cimas se encuentran las rocas, el hielo, la aridez.

¿Os sentís solitarios? Pues bien, no os quedéis en la cima donde vuestro intelecto, con su orgullo, su deseo de crítica os ha arrastrado. 

Descended al valle donde reina la abundancia, donde el corazón se manifiesta, donde fluyen las aguas del amor.

El saber que habéis adquirido en las cimas gracias a vuestro intelecto, debe fundirse para formar arroyos, ríos y fertilizar los valles. 

Salirse del Juego de los Juicios por Jim Self


Has estado en este sendero de conocimiento por muchísimo tiempo. Has estudiado los mejores libros de autoayuda, has tomado los seminarios y has seguido a todos los maestros más inspiradores. Has aprendido que estás en completo control de cómo diseñas tu vida. Entonces, ¿por qué sigues encontrándote juzgando a los demás? (Sí, esa voz pequeñita y diminuta todavía está ahí susurrando.)

¿Por qué eso sigue presentándose en tu vida cuando pensabas que ya estabas más allá de todo eso?

Porque TÚ has sido juzgado.

Hay una línea muy interesante en medio del Padre Nuestro. Dice: “Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”. No dice: “Ve a arreglar a ese tipo de allí y cuando él sea perfecto y amable y considerado, entonces yo voy a considerar perdonarlo.”

Lo que esto realmente significa es: “He asumido el equipaje de alguien y lo estoy llevando conmigo a todas partes. Pero ahora estoy decidiendo y eligiendo creer que ellos son buenos. Por muy mal y horrible que puedan estar actuando en este momento, ellos en realidad son buenos. Simplemente están sintiendo mucho dolor.”

Verás, no hay gente mala—sólo hay mucha gente sintiendo dolor. A veces ese dolor se manifiesta en voz muy alta. A veces ese dolor es arrojado hacia ti en forma de juicios.

¿Alguna vez has tratado de trabajar mientras tenías un dolor de muelas? No es muy cómodo. ¿Alguna vez has tenido una astilla en el dedo mientras tratabas de teclear? No es fácil. La gente tiene un dolor generalizado, porque se les ha mentido y mentido y mentido. Ellos simplemente están manifestando lo que mejor saben hacer. ¿Alguna vez has visto a alguien ir por ahí encolerizado, con dolor y energía de víctima? A ellos les han mentido. La luz que reside en su interior se ha atenuado y ellos simplemente están manifestando lo que creen que es la verdad.

¿Alguna vez has tenido la experiencia de guardar rencor? Por ejemplo, digamos que yo te pateo y me voy. Tú piensas para ti: “Qué imbécil que es ese tipo. Ni siquiera se disculpó.” Tú estás realmente molesto por eso y se lo cuentas a todos tus amigos. Un año más tarde yo vengo a tu ciudad y te digo: “Oye, qué gusto verte de nuevo.” ¿Qué es lo primero que te viene a la mente? “Imbécil.” Pero entonces lo que pasa es que yo digo: “Parece que estuvieras enojado conmigo.”

“¡Lo estoy! Tú me diste una patada y eres un idiota y…”

“Vaya, no lo sabía. Ahora que lo pienso, recuerdo que cuando me levanté pensé que había golpeado la silla o algo así. Lo siento mucho. Si lo hubiera sabido, definitivamente te habría pedido disculpas.”

En ese momento, ¿todavía sientes ese rencor? No realmente. Pero durante todo ese año, ¿quién estuvo atascado—tú o yo? Tú te sentaste todo un año refunfuñando y juzgando. Mayormente, tú elegiste quedarte en esa energía de juicio porque no obtuviste lo que realmente y apasionadamente querías de mí. Tú querías un “¡Hola!”. Hola. ¡Yo te veo! Eso es lo que has querido toda tu vida. Sólo querías que alguien te dijera: “¡Hola! Yo puedo ver tu resplandor.” Muy sencillo.

En el jardín de infantes, ¿le mostraste a alguien tu dibujo de un elefante que habías pintado color naranja por todas partes, saliéndote de las líneas? Tal vez la respuesta fue: “Eso no es un elefante. Es sólo un garabato pintarrajeado. ¿No sabes que los elefantes son grises y se quedan dentro de las líneas? Que no se te ocurra volver a dibujar así.” Si eso te pasa a ti, ¿vas a volver a dibujar otro elefante? Probablemente no. Entonces, ¿llevas contigo un poco de juicio en tu espacio acerca de quién eres y de qué eres capaz? (Mucho).

Esa desaprobación proviene de personas que están sintiendo dolor. Ellos no son malos—sólo están sufriendo. ¿El mirar atrás a esa experiencia pasada desde una nueva perspectiva, la cambia un poco? Te deshiciste de los juicios de correcto/incorrecto y bueno/malo. Por ahí se van los juicios. Todo lo que queda es experiencias— experiencias interesantes, divertidas. Tú puedes hacer una elección distinta ahora.

Puedes elegir la compasión