La gnosis advaita es conocimiento/realización de la Realidad última y única en la medida en que es conocimiento del Sí mismo. Más aún, el conocimiento de Sí mismo es la vía ineludible para la realización directa de lo Absoluto; es el inicio y el fin de toda gnosis.
El Vedanta advaita es, en esencia, una invitación al conocimiento de nuestra verdadera identidad. Su objetivo no es otro que el de obedecer lo que en Occidente se expresó en el mandato de la divinidad de Delfos: "Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses". El primero, último y único paso de este camino de liberación es el auto-conocimiento; todo lo demás viene dado por añadidura. Para el Vedanta, como para la casi totalidad de las doctrinas metafísicas orientales, "la ignorancia no es la ausencia de conocimientos librescos; (...) la falta de conocimiento propio es la esencia de la ignorancia". (1)
(1) Distinción entre el Sí mismo universal y el yo individual
Antes de adentrarnos en el camino advaita de auto-indagación en la naturaleza del Yo, haremos una aclaración relativa a lo que en este contexto quiere decir "sí mismo". El Advaita distingue dos niveles básicos de consideración del "yo" o "sí mismo":
a) El Sí mismo universal (Atman).
b) El sí mismo individual (Jivatman o Jiva).
a) El término "Atman" ("Sí" o "Sí mismo"; en sánscrito: el pronombre reflexivo "sí") tiene en las Upanishad sentidos diversos. En ocasiones es sinónimo del Espíritu universal que es la esencia última de todas las cosas o el Sí mismo de todo, es decir, tiene un sentido idéntico al del término Brahman.
En otras ocasiones ―y ésta es la acepción habitual del término "Atman" en el contexto de la tradición advaita― alude a dicho Espíritu en el hombre, al Fondo último del yo, a nuestro "Sí mismo". La referencia de ambas acepciones es la misma, pues la esencia del yo es la esencia de toda cosa. Atman es Brahman. La diferencia radica en el matiz por el que, en su uso más restringido y habitual, Atman alude a dicho Espíritu en su relación al yo humano. Si Brahman es la realidad absoluta y la esencia última de todo desde un punto de vista objetivo, referida al fondo último de la subjetividad es Atman. (2)
Atman ―al igual que Brahman― puede ser considerado:
―En y desde sí mismo: Atman como Paramatman o el Supremo Atman trascendente.
―Desde un punto de vista relativo, es decir, en relación con la manifestación universal (ya sea el mundo manifiesto en su conjunto o un ser particular). En este caso, se enfatiza su aspecto inmanente.
Atman, el Sí mismo o Yo universal, es distinto del "sí" con el que aludimos ordinariamente al "yo" o al "tú", a "este" o a "aquel" individuo. Para la mente dividida y divisora, Atman o el "Sí mismo" de todo se muestra dividido en las realidades particulares, supuestamente separadas en virtud de nama-rupa; pero en sí no está escindido pues es siempre la misma y única Presencia (3). Todos los seres constituyen una única existencia indivisible. Hay un único Yo: Atman. (4)
b) Si consideramos al Sí mismo como dividido o particularizado, este "sí mismo" ya no es Atman sino Jivatman o Jiva: el sí mismo individual.