lunes, 30 de enero de 2017

Conecta con Dios y cambia tu frecuencia vibratoria


Y si te dijera que Dios está siempre contigo y en ti…


Y si te dijera que sin darte cuenta te susurra al oído con la brisa de la mañana…


Y si te dijera que sin pensarlo es Él quien hace latir tu corazón…


Y si te dijera que cada rostro que te sonríe es su Amor por ti… Y si te dijera que tus ganas son su energía liberándose para ser expresada…


Y si te dijera que no estás solo ni un sólo segundo de tu vida…


Y si te dijera que tu cuerpo es el universo en pequeñito y que eres la más perfecta de las creaciones…


Y si te dijera que sus dedos te acarician con los rayos del sol…


Y si te dijera que lo más sagrado de ti, tu esencia…es El…


Y si te dijera que no lo sabes…y que tienes que descubrirlo y que cuando desnudes tu alma llegarás a reconocerlo en ti…y entonces…no podrás describirlo.


Y si te dijera que la más maravillosa de las emociones es sentir su presencia en tu Ser, que El y Tu sois UNO…


Y si te dijera que el CIELO está dentro de ti y cuando lo sientas tu vida será mágica y extraordinaria…


Y si te dijera que solo basta con abrir el corazón y los ojos de la mente…y todo lo que veas se transformará en luz y belleza…


Y si te dijera que en el dolor habita Él para sanar tu herida y transformarlo en amor…


Y si te dijera que el niñ@ que eres es Él… sin tapujos, sin dobleces, sin egos…es la chispa divina, única y genuina…es su huella, su energía, su SER…



Y si te dijera que no tienes que temer…que pase lo que pase ocurrirá el encuentro…


Y si te dijera que no tienes que preocuparte…que solo tienes que sonreír, que ser tú, fiel a ti mismo… y volarás…

Tu lugar en el mundo


Imagino que a más de uno le ha sucedido, en alguna época de su vida, no saber cómo encajar en el mundo. La sensación de estar desubicados, de no encontrar un propósito, de no tener claro el rumbo a seguir. Hay muchos aspectos involucrados en este tipo de sensación: psicológicos, energéticos, espirituales, e incluso físicos y hormonales, pues diferentes etapas de la vida a partir de los diferentes ciclos que nos rigen,  nos hacen pasar por esas llamadas “crisis existenciales” de vez en cuando.

Cómo superar la sensación de desubicación requiere, como todo en la vida, de trabajo interior para recomponer nuestra conexión con nuestra hoja de ruta pre-planificada antes de nuestra primera entrada a cada nueva existencia, y hay dos componentes importantes que hoy vamos a explicar, un poco, para desgranar más a fondo como funciona eso del “encaje” en el “plan mayor” que rige nuestras existencias, y nuestro acople a la realidad en la que esta se desarrolla.


Una estructura energética compleja

Creo que somos conscientes, la mayoría, que no somos nuestro cuerpo físico, ni nuestras emociones, ni nuestra mente. Eso no es más que un traje temporal para nuestra alma, y más allá, para nuestro ser o Yo Superior, un envoltorio que se hace y se deshace, se forma y se destruye, se crea y se descrea.

Así que el ser que somos requiere múltiples capas, llamadas cuerpos sutiles, entrelazados entre sí, involucrados y coordinados unos con otros, y donde el menos denso y más energético, interpenetra al más denso y material. De esos cuerpos tenemos varios, pero solo cinco están medianamente desarrollados en el ser humano. No hemos llegado aún al nivel evolutivo en el cual se haya de activar la materia que forman los cuerpos superiores en la mayoría de las personas. Para el humano medio, excepciones aparte, la composición que presentamos es la siguiente:

Cuerpo físico, químico y orgánico
Cuerpo vital o etérico
Cuerpo emocional o astral
Cuerpo mental
Cuerpo causal

Así, para cada encarnación, y referente al trabajo que nos proponemos hacer en la misma, como misión o propósito, hay dos estructuras energéticas que son importantes, pues son las que nos permiten encajar en la totalidad del rompecabezas que representa la realidad humana a la que entramos a formar parte, como la pieza de un puzle que si está correctamente insertada en su lugar, permite que sintamos que formamos parte de un propósito más amplio.

Así, en este caso, los dos componentes del sistema energético que revisaremos como parte de esa pieza del rompecabezas que nos permite encajar en el gran esquema de las cosas, son, primero, una de las capas del aura (la quinta), y, segundo, el llamado cordón dorado o línea del Hara.


La capa transetérica del aura

El campo electromagnético que rodea al ser humano es llamado por la mayoría de culturas orientales el “aura”, y forma parte de la estructura del primero de nuestros cuerpos sutiles, el cuerpo etérico. En el interior de este campo, se suelen distinguir 7 niveles.

Explica Bárbara Ann Brennan y otros escritores del tema, que el quinto nivel del campo electromagnético que poseemos, como parte de nuestro cuerpo etérico, corresponde al nivel de la voluntad divina y de nuestra ubicación en el mundo. Esta capa contiene no sólo la forma y molde de nuestro cuerpo físico (algo de lo que se ocupa la información o plantilla que forma la primera capa de este aura), sino también la información que forma las plantillas del resto de la vida consciente en la realidad con la que interactuamos, y, por ello, contiene el modelo evolutivo, diagramas, y formas, de la vida que se manifiesta en nuestro planeta y de la que somos parte. Es, por intentar explicarlo más claramente, la parte de nuestro campo energético que contiene, “impresionado” en él, la voluntad de los niveles superiores del ser humano para cada encarnación, pero registrada en forma de esquemas, modelos y formas, como los planos de algo que luego se va a crear y se ha de construir en el mundo tangible a los sentidos.

De esta manera, los planos y diagrama que forman nuestra plantilla de existencia y nuestra hoja de ruta para cada encarnación existe dentro de todos nosotros, y tenemos el libre albedrío de alinearnos o no con esa planificación que no es más que una guía para el plan evolutivo de cada uno, y así mismo de nuestra relación con la humanidad y nuestra ubicación en la Creación. La energía que existe en esta plantilla en el aura está viva, vibra y se despliega constantemente, a medida que interactúa en su mismo nivel de frecuencia y vibración con el “molde” global de la realidad humana de la que formamos parte, ya que cada nivel de los campos y capas que nos componen resuena y vibra con un nivel afín de la estructura dimensional de la realidad, de ahí que, si pudiéramos sentir la energía de esta quinta capa aural, nos daría la sensación intensa, casi inexorable, de voluntad e intención, de orden perfecto. Es un nivel energético de precisión donde todas las cosas tienen que encajar con todas para que la vida discurra correctamente.

Por este motivo, parte de la sensación de desubicación y de no saber como encajar en el mundo viene de la falta de alineación de la personalidad, y la realidad que hemos manifestado, con el contenido de esta quinta capa. Si uno está alineado con su propia plantilla de existencia, diseñada por una consciencia superior a la personalidad, incluso al alma, es cuando uno siente una intensa conexión con todo cuanto le rodea, y tiene la sensación que está en su lugar, con su propósito, y sincronizado con todos los lugares y todas las intenciones. Se conoce el orden como un principio universal, y se está conectado con el propósito de esta encarnación.

Por contra, cuando no estamos alineados con esa plantilla, y nos sentimos desubicados de nuestro propósito y misión, el campo aural en su quinta capa suele aparecer distorsionado. No encajamos en el modelo global de la humanidad, y no nos sentimos parte de todo lo que nos rodea. No conocemos nuestro lugar en el gran esquema de las cosas ni nuestro objetivo para con el mismo. De hecho, la idea de que exista tal cosa quizá no tiene sentido para nosotros, y nos da la sensación de que no encajamos o no sabemos cómo integrarnos en el mundo en el que vivimos.


La línea del Hara y la conexión con nuestro propósito

TU YO SAGRADO capitulo 6


Acallar el diálogo interior
Vacíate de todo.
Deja que la mente descanse en paz.
Diez mil cosas suben y caen mientras
El Yo las observa regresar.
Crecen y florecen y luego regresan a su origen.
Regresar al origen es inmovilidad, que es el camino de la naturaleza.
El camino de la naturaleza es inmutable.
Conocer la constancia es sabiduría.
No conocer la constancia conduce al desastre.
Conociendo la constancia, la mente está abierta.
Con una mente abierta, tendrás abierto el corazón.
Al tener abierto el corazón actuarás admirablemente.
Al actuar admirablemente alcanzarás lo divino.
Al ser divino serás uno con Tao.
Ser uno con Tao es eterno.
Y aunque el cuerpo muerte, el Tao nunca desaparecerá.
Lao-Tzu

Cuando más escucho, más profundo se hace el silencio
Los especialistas estiman que nuestra mente tiene sesenta mil pensamientos
cada día durante las horas de vigilia. Sesenta mil veces cada día, algo hace
que un nuevo pensamiento penetre en nuestra conciencia y luego salga para
dejar paso a otro.

El problema de esto no radica en la enormidad del número, sino en que hoy
tendremos esencialmente los mismos sesenta mil pensamientos que tuvimos
ayer y antes de ayer. Nuestro mundo interior es una frenética colmena de
actividad con los mismos pensamientos que se repiten interminablemente.
A este frenesí interno yo lo llamo diálogo interior. Es un zumbar omnipresente.
La mayor parte de dicho diálogo interior es una suma de creencias que otras
personas nos han transmitido. Esos pensamientos incluyen todas sus
creencias sobre todo lo imaginable. No hay límites: la familia, las relaciones, el
sexo, la política, la historia, el entorno, los delincuentes, Dios, todo. Los
pensamientos llegan y se marchan un día sí y otro también, en una repetitiva
interacción de creencias.

Puede que recuerde lo que antes escribí acerca de las creencias. Expliqué que
llevan en sí la duda porque las obtuvo de otras personas. Pro lo tanto, su
diálogo interior refuerza la duda. Duda respecto de uno mismo, de su
capacidad para crear milagros, de su capacidad para las relaciones divinas,
para curarse, para alcanzar prosperidad, y finalmente, duda sobre la capacidad
para conocer el júbilo de la paz interior.
La forma de llegar a este lugar de paz interior, y en consecuencia lograr la
conciencia superior, es acallar el frenesí interno.



LA PAZ Y EL DIÁLOGO INTERIOR

El sabio chino Seng T’san nos legó la siguiente muestra de sabiduría: “Deja e
hablar, deja de pensar y no habrá nada que no puedas entender. Mira al
interior, y en un destello conquistarás lo aparente y la nada”.
Sólo nos aconseja que dejemos de hablar y dejemos de pensar. Ésta es la
tercera clave para obtener la sensación de paz que forma parte de la búsqueda
espiritual.

Quiero dejar claro que la paz no es la ausencia de conflictos. Siempre habrá
conflictos porque siempre habrá otras personas que querrán que se comporte
según sus dictados. Si tiene una arraigada percepción de usted mismo como
un individuo único, siempre se le presentarán oportunidades para reforzar esa
creencia. Los conflictos también se presentarán cuando consiga acallar su
diálogo interno y aquietar su mente.

La paz no es la ausencia de conflicto. Paz es vivir la presencia de Dios. A
medida que aprenda a acallar su diálogo interior y sentirse más en paz,
comenzará a percibir la presencia de Dios en su vida. Esa paz la sentirá tanto
en su cuerpo como en su mundo interior. Las creencias desaparecerán. Y su
lugar lo ocupará el conocimiento.

Mientras me preparaba para escribir este libro, leí el Nuevo Testamento y me
encontré con algo escrito por san Pablo, y que para mí resultó de una suprema
importancia. En la epístola a los Filipenses 2, 5:6, escribió:

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús, quien siendo en
forma de Dios o tuvo por usurpación ser igual a Dios.
La razón por la que esto tuvo tanto valor para mí es que el primer discípulo de
Jesús, San Pablo, acaba con la noción de Dios como ente separado del
hombre. Me parece que rechaza la acusación de aquellos que creen que es
blasfemia el hablar de Dios como parte de nosotros. Cuando usted acalla el
diálogo interno, se encuentra en contacto directo con la amante presencia de
Dios. “Dejad que esta mente esté dentro de vosotros.... Dios reside dentro de
vosotros”.

Para sabe dar este primer paso, la frase de Melville citada anteriormente resulta
tan apropiada que la repetiré: “El silencio es la única voz de nuestro Dios”.
Pero este silencio sólo vale lo que traigamos al regresar de él. La capacidad
para penetrar en el interior, conocer a Dios y traer de vuelta algo de valor en
forma de conciencia superior es alcanzable sólo cuando uno acalla el diálogo
interno. Lo que se trae de vuelta es la paz.

En diferentes momentos de mi vida, tanto el alcohol como otras sustancias
fueron parte de mi sendero vital.

Mediante la meditación conseguí dejar el alcohol, y desde entonces no he
vuelto a tocarlo. Pero con otras sustancias, creía que podía usarlas cuando
quisiera para conseguir un efecto de recarga energética superior. Que tenía la
capacidad de utilizarlas, disfrutar del incremento energético, y luego dejarlas
durante largos períodos. Pero llegó un momento en el que me encontré
recurriendo con mayor frecuencia a estas fuentes externas de energía. Llegó el
día en el que supe que estaba tomando decisiones estúpidas y vacías de todo
contenido espiritual, y que ello se relacionaba con el hecho de que buscara la
ayuda de esas sustancias adictivas.

Mi reto se convirtió en librarme de esa adicción. Intenté librarme de ellas
mediante la lectura, pero volví. Probé la acupuntura, los tratamientos con
especialistas y la curas con hierbas. Pero volvía a caer. Estaba decidido a no
continuar jugando con esas sustancias. Pero caía una y otra vez. Entonces
tuve mi momento de iluminación.

A las 4,50 de una madrugada de un enero estaba meditando. En la quietud, en
el silencio de esa meditación, el pensamiento de que nunca más recurriría a
esa sustancia se hizo real. Fue mi primera vivencia de Dios. Se me “abrió el
corazón”, como dice Lao-tzu en la cita que da comienzo a este capítulo.
Toda la pantalla interna de mi conciencia se transformó en una brillante
luminiscencia mi entras oía una voz que decía: “Has intentado todo lo demás
¿por qué no intentarlo conmigo?”.

domingo, 29 de enero de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (CERTEZA SEGURA DE DIOS)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE.

CERTEZA SEGURA DE DIOS.

En toda actividad de la Vida tiene que haber algo a lo cual pueda anclarse la conciencia o que pueda estabilizarla. En la mente externa, están los principios y fórmulas que puede utilizar para llegar a una conclusión definitiva.

Por ejemplo, si nos adherimos a los principios de las matemáticas, llegamos a ciertos resultados. Cuando se dilucida una fórmula, se producen ciertos resultados —no hay dudas al respecto.
Es tanto más importante, por ende, hacer que la atención del individuo se centre sobre la “Presencia” Interna con la misma certeza. 

Tienes que saber que el Principio de la Vida en ti y a tu alrededor es superior con creces a las cosas externas que has experimentado durante largos siglos, y a las cuales te has aferrado sin saberlo.



SI QUIERES SUSCRIBIRTE, PINCHA EL SIGUIENTE ENLACE:
https://www.youtube.com/user/TheIsmavision

viernes, 27 de enero de 2017

¿Adiós al dentista? Un nuevo método ayuda a los dientes a regenerarse


Un nuevo tratamiento diseñado por unos científicos británicos podría reducir la necesidad de empastes en el futuro estimulando la reparación natural de los dientes.

Científicos del Kings College de Londres han elaborado un método para regenerar dientes podridos que podría reducir sustancialmente la necesidad de empastes en el futuro. El tratamiento usa un medicamento llamado tideglusib, que se aplica también para tratar los síntomas de alzhéimer, según el estudio, publicado recientemente en la revista 'Nature'.

Los científicos británicos obtuvieron los resultados de su estudio tras realizar varios experimentos con ratones. Los investigadores hicieron unos agujeros en los dientes de los animales, donde colocaron una esponja biodegradable empapada con tideglusib, para posteriormente sellarlos con un adhesivo dental. Unas semanas después, descubrieron que la esponja se había degradado y había sido reemplazada por una nueva dentina.

Los dentistas explican que es preferible restaurar la estructura original del diente, ya que los cementos dentales utilizados en los empastes convencionales debilitan el diente, haciéndolo propenso a infecciones e inevitablemente acaban erosionándose o despegándose. Si las cavidades son grandes, el diente necesita incluso ser extraído después de varios tratamientos.

El nuevo método propuesto, que estimularía la reparación natural de los dientes, tiene el potencial de eliminar estos problemas, según los científicos. "Los empastes funcionan bien, pero si el diente puede repararse a sí mismo es sin duda mucho mejor. De esta manera, consigues restaurar toda la vitalidad del diente", comentó Paul Sharpe, uno de los autores del estudio.

TU YO SAGRADO capitulo 5


Cultivar la condición de espectador
En verdad, es la vida la que da vida... Mientras que tú, que te consideras un
donador, no eres más que un testigo.
Kahlil GIBRAN

Me doy cuenta de que siempre estoy en libertad para dejarme ir y observarme
Cultivar la condición de espectador es la segunda de las cuatro claves para
acceder a la conciencia superior que le conducirá por el camino de la búsqueda
espiritual. Hay muchos beneficios al asumir esta postura.

En el presente capítulo le pido que cambie la percepción de sí mismo y cultive
un aspecto superior de usted: el de espectador comprensivo. En lugar de
pensar en sí mismo como un ser humano que tiene pensamientos,
sentimientos y hábitos, comience a salir de usted mismo. Estoy señalándole el
camino hacia un nuevo tipo de libertad en la que usted será espectador de su
vida y ya nunca volverá danzar al ritmo que le marquen otros.



¿QUÉ SIGNIFICA SER EL ESPECTADOR? 

Tómese un momento para reflexionar sobre cómo se ve a sí mismo. Mientras
lo hace, piense en lo que significa decir: “Estaba diciéndome a mí mismo
que...” Descubrirá que la frase da a entender que usted es dos personas.
Una persona es el “yo” que estaba diciendo. La otra es el que recibía las
palabras del que hablaba. El yo le hablaba al mí mismo cosa que, cuando uno
examina sus diálogos internos, se hace centenares de veces al día. Cuando se
cultiva la condición de espectador uno se aparta tanto de la posición del yo
como de la del mí mismo.

Aquí desde un espacio invisible, ajeno a su cuerpo físico, el espectador se
desprende de todas las emociones, sentimientos y comportamientos. Desde
ahí, el espectador observa amorosamente el acontecer de toda su vida.
Hace varios años traté un caso en el que la paciente sufría lo que ella llamaba
tristeza terminal. Estaba siempre deprimida. Describía sus sentimientos con
frases como: “Todas las partes de mi ser están deprimidas. Estoy deprimida
cada día, en todo momento. Me despierto deprimida y me voy a dormir
deprimida. Al parecer no puedo librarme de esta terrible sensación de
depresión”.

Un día le formulé una pregunta que se convirtió en el punto de inflexión de su
tristeza.
Dígame –le pedí-. ¿hay estado advirtiendo esta depresión con mayor frecuencia
en las últimas semanas?

Ella respondió:
Sí, he advertido que cada vez se expande más.
Ahora piense con cuidado antes de responder –proseguí yo- ¿La persona que
advierte eso está deprimida? –Ella me pidió que repitiera la pregunta-. ¿La
persona que advierte eso está deprimida? –repetí.
Quedó demasiado desconcertada como para responder. Pero por primera vez
fue capaz de contemplar que existía otro aspecto de ella misma aparte de la
depresión.

Ese aspecto era la parte de ella misma que advertía la depresión. Esta que la
advertía era la testigo, la observadora, que no había sido atrapada por la
depresión. Esa entidad invisible, sin fronteras, era su yo espiritual. Antes de
aquella sesión, la mujer nunca había conocido esa parte de sí misma.
Pasé meses enseñándole a dejar de identificarse con los pensamientos y
sentimientos deprimentes. Aprendió a desprenderse de ellos y observarlos
desde la posición del espectador comprensivo, con independencia de sus
pensamientos y de su cuerpo físico.

Convertirse en espectador supone un acto de amor. Nos saca del mundo de
fronteras y formas y nos permite entrar en un espacio de amor puro.
Así pues, comience ahora a advertir realidades de su vida. Advierta lo plácido
que se siente, o cuánta ansiedad tiene. Advierta su apariencia física. Cuánto
pesa, lo en forma que se siente y el grado de fatiga. Advierta cuánto tiempo
quiere pasar con su familia, en su trabajo, viajando, jugando y rezando. Déjese
penetrar por todo lo suyo. ¡Sus uñas, sus hábitos de conducción, su jardín!
Ahora examine el número de veces que he usado la palabra “advierte”.
Recuerde que existe una actividad llamada advertir, y que incluye al que
advierte y al que es advertido. Entonces, concéntrese en ser el que advierte y
acostúmbrese a acudir a ese lugar de su conciencia durante su vida cotidiana.


¿POR QUÉ DARLE LA BIENVENIDA A LA CONDICIÓN DE ESPECTADOR?

“En mi mundo, nunca nada va mal”. Estas palabras fueron pronunciadas por
Nisargadatta Maharaj en respuesta a una entrevistadora que, exasperada, le
pidió a Maharaj que hablara de los problemas de su vida. Para mí, es la
afirmación de mayor fuerza que haya oído jamás. La tengo presente cada día
de mi vida y he hecho colgar una reproducción de la misma en un lugar
estratégico de mi despacho como recordatorio de su supremo valor.
La entrevistadora insistió en que Nisargadatta tenía que tener problemas como
todos los otros seres humanos. Nisargadatta le dijo:

Ejercicio de visualización: La importancia de tener fe en sí mismo

“Cuida tus pensamientos, porque se volverán palabras. 
Cuida tus palabras, porque se volverán actos. 
Cuida tus actos, porque se harán costumbre. 
Cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter. 
Cuida tu carácter, porque formará tu destino. 
Y tu destino será tu vida.”



Básicamente la confianza se caracteriza por unas elevadas expectativas de éxito y es un componente fundamental si deseas tener una fuerte motivación para emprender una serie de acciones productivas pero difíciles de llevar a cabo. En esta oportunidad, vamos a trascender las reflexiones y la teoría para hacer algo más práctico y que espero que se convierta en un hábito en ti.

Me gustaría que hicieras un ejercicio de visualización, algo que es ampliamente utilizado en las terapias psicológicas de todo tipo. Antes de que repliques pensando que estos ejercicios son muy tontos y no sirven para nada, quiero que sepas que la visualización es una de las técnicas más utilizadas en psicología para mejorar el rendimiento de atletas de élite, empresarios y, en general, de cualquier persona que desea sacar el máximo provecho de sus habilidades. Sencillamente, la visualización funciona porque, primero, crea expectativas de un buen desempeño y, segundo, porque en psicología social se ha estudiado el tema ampliamente y se ha descubierto que la persuasión dirigida hacia sí mismo es una de las técnicas más efectivas para mejorar nuestra eficacia en algo que requiere de nuestras mejores destrezas.

En palabras más sencillas, la visualización es una de las herramientas de programación mental más poderosas -y a un tiempo, más fáciles de hacer (eventualmente espero enseñarte la mayoría)-. Y esto es así porque nuestra mente inconsciente no es muy hábil para distinguir la realidad de la imaginación. Esto no es palabrería barata ni mucho menos, es psicología pura y dura, como lo demuestra el efecto placebo y algunas experiencias como los sueños (que se sienten extremadamente reales y sólo los calificamos como sueños luego de despertarnos). En conclusión, todo lo que imaginas vívidamente, la mente inconsciente lo considera como algo real.

En otras palabras, para una parte de nuestra mente es lo mismo pensar que hacer.

La visualización es un instrumento de programación mental que crea imágenes en la mente que eventualmente son tomadas como algo real, y por lo tanto, tienen el mismo efecto como el resto de nuestras experiencias. Si constantemente te visualizas teniendo éxito en una actividad, ese éxito ya existe en tu mente mucho antes de que tengas la oportunidad de materializarlo, y por tanto ha sido interpretado como algo real e incorporado a la experiencia. Al final, si la visualización es lo suficientemente persuasiva, tu mente procederá con base en esa visualización. Este, llanamente, es el verdadero poder de la mente humana.



Ahora bien, para que la “auto-persuasión” que vamos a realizar por medio de la visualización sea realmente efectiva, los detalles de las imágenes deben ser los más completos posibles. Cuantos más datos y diferentes puntos de vista contengan, más fuerte será el cuadro visual. Esto quiere decir que debemos fortalecer el cuadro visual involucrando la mayor cantidad y diversidad de información posible: visual, auditiva y kinestésica.

Algunos escritores y psicólogos recomiendan lo que se conoce como “experiencia realizada”, que básicamente consiste en visualizar el resultado más que el proceso. Sin embargo, creo que enfocarte en el resultado no permite simular una experiencia completa. Tienes que visualizar tu objetivo pero también el camino que recorres para llegar hasta él. De lo contrario, cuando te enfrentes realmente a la situación que has simulado en tu mente, ésta se confundirá porque estará esperando el resultado de la situación y no sabrá qué pasos debe cumplir para llegar hasta él.



Los cinco pilares de la visualización

Para maximizar el poder persuasivo de nuestra propia mente, es preciso prestar especial atención a cinco factores fundamentales: la repetición, la claridad, la acción en el tiempo presente, la implicación personal y el uso de los cinco sentidos.

1. La repetición simplemente asegura que nuestras simulaciones mentales sean lo suficientemente fuertes y queden impresas en nuestra mente, por esta razón es importante hacer el ejercicio varias veces.


2. La claridad asegura que nuestras imágenes sean nítidas tanto en forma como en contenido y por tanto es importante que utilicemos la mayor cantidad de información posible en nuestros ejercicios de visualización. Forma tu mundo imaginado detalle por detalle (cuanto más practiques, más fácil te será agregar detalles). Visualiza el escenario: ¿en dónde estás?, ¿es de día o de noche?, ¿hace frío?, ¿cómo es el lugar: amplio, iluminado, cómodo? Visualiza las personas: ¿qué apariencia tienen?, ¿hay muchas?, ¿cómo interactúan contigo: te felicitan, te sonríen, te aplauden, te piden un favor? Visualízate también al máximo detalle: ¿estás recién bañado?, ¿qué fragancia estás usando?, ¿de qué color son tus prendas?, ¿estás emocionado o calmado?, ¿qué estás diciendo?, ¿qué haces?, ¿qué sientes?