martes, 14 de marzo de 2017

El amor a los demás


¿Qué es el amor?

La palabra "amor" se refiere a una experiencia vivida. Es una experiencia paradójica porque a pesar de que todos hemos experimentado su realidad, parece escapar a todo intento de comprenderla, de describirla o de repetirla.

El tierno deleite que teníamos en nuestra infancia, cuando mirábamos una hermosa ilustración en color, la dulce emoción cuando pensamos en un ser querido, el impulso que nos mueve a consolar a un extraño en un profundo dolor y ayudarle cuando está en peligro, la repulsión que nos invade cuando se comete crueldad contra la inocencia oprimida. Todas estas circunstancias entre muchas otras apuntan a una experiencia común que no puede ser descrita o definida.

Si queremos profundizar en el descubrimiento de esta experiencia central parece que nuestra investigación se evapora debido a la falta de apoyo objetivo. Si no tengo palabras para expresarla y no hay imágenes para describirla, es porque no hay percepciones o sensaciones para experimentarla objetivamente. Sin embargo, sí que tenemos esta experiencia. Esa es la paradoja: está sin lugar a dudas presente. Tiene el mismo carácter innegable y etéreo como la presencia consciente. Conocemos esta experiencia de la misma manera que sabemos que somos conscientes.

Si tratamos de describir la trayectoria hasta el último momento en el que se cruza con lo inexpresable, parece como si el sentimiento del "yo" se disolviera, quizás sólo temporalmente, en una realidad más amplia, infinita, una bendita paz que pone fin a toda agitación emocional o intelectual. No somos ajenos a esta nueva dimensión. No es el descubrimiento de una América espiritual. Es reconocida de inmediato como absoluta intimidad y ternura. Es el centro de nuestro ser y del mundo, al mismo tiempo. Esta presencia es amor.

¿Hay alguna condición especial antes de que esta cualidad de auténtico amor y compasión sea revelada?

La condición es la desaparición temporal o permanente de la idea de un "yo" separado. Esta desaparición no puede ser nunca el resultado de una acción realizada por este "yo". El amor vuela con sus propias alas y no conoce leyes. Es la aparición de la gracia lo que nos arranca de la hipnosis de la separación. La liberación surge de la propia libertad.

Pero no se debe concluir que todo acto y práctica destinada a establecernos como amor sea inútil. Tal decisión nos limitaría a un embotamiento intelectual. El anhelo de amor viene del amor mismo, no desde el ego separado. Por el contrario, tenemos que rendirnos a todo lo que nos lleve al amor. En esta entrega descubrimos la verdadera vida, la paz interior que siempre hemos buscado.

¿Puede el amor existir sin un objeto?

Cómo aliviar los efectos de una culpa que no te deja avanzar


Vivimos en un medio cultural que intenta imponer ciertas pautas de comportamiento. Se nos dice que hay premios y castigos por nuestros actos. Y cuando cometemos un error o hacemos algo contrario a ese “deber ser” o simplemente dejamos de hacerlo, aparece el sentimiento de culpa. Comienzan entonces nuestros problemas.

En cualquier espacio encontramos esa clase de normas. En la familia, el trabajo, la escuela, la cotidianidad. En todo momento nuestras decisiones pasan por esa especie de código de comportamiento encargado de diferenciar lo correcto de lo incorrecto. Una moral que nos acompaña a medida que nos convertimos en sujetos sociales.


“Yo no tengo la culpa de que la vida se nutra de la virtud y del pecado, de lo hermoso y de lo feo”.

-Benito Pérez Galdós-

Inclusive a veces las cosas parecieran ir más allá. Por ejemplo, en algunas religiones como la Católica, los creyentes nacen con una deuda llamada “pecado original”, que solo puede ser borrada a través del sacramento del bautizo. Nos declaran culpables antes de venir al mundo y no sabemos cuál es la razón para que se nos señale de esa manera.


Lo ideal es no dejarnos paralizar por el sentimiento de culpa. Es bueno reconocer los errores, hacer una reflexión, aprender. Pero no es sano cargar esa culpa toda la vida. Así nadie sería capaz de crecer personalmente y alcanzar sus metas. Si hay algo peligroso es un sentimiento de culpa tan fuerte que termine gobernando nuestras vidas.

No te juzgues tan severamente, ni permitas que los demás sean tus verdugos

Siempre estamos pendientes de la aprobación social. Muchas veces no somos capaces de dar un solo paso sin tener en cuenta lo que digan los demás. Y nuestra existencia, en vez de ser un tesoro, se transforma en un lugar frío, oscuro, sin esperanza. Nos aislamos, no nos atrevemos a dar ninguna clase de opinión y hacemos todo lo posible para volvernos invisibles.



La situación se complica cuando defraudamos a alguien o a nosotros mismos. Sin importar quién tiene la razón, lo primero que se nos impone es asumir una culpa que nos lleva a juzgarnos de una manera, a veces, cruel y despiadada. Así, la confianza en nosotros y la autoestima reciben un golpe brutal.

Puede suceder también que sean los otros quienes se encarguen de decirnos que nuestra conducta no es la adecuada y nos impongan una sanción injusta, arbitraria y desproporcionada. Inevitablemente, los únicos lastimados seremos nosotros. Piensa que merecemos el respeto que damos porque esa es una de las garantías para la convivencia.

Nadie tiene derecho a negarte una segunda oportunidad; ni siquiera tú mismo. Asumir las equivocaciones es un acto noble y que te enriquece espiritualmente. Todos estamos en igualdad de condiciones. Para que una culpa no se te convierta en obstáculo es necesario que te perdones, sepas perdonar y entiendas que tus semejantes no tienen poder sobre ti.


Deja que la culpa se quede en el pasado y ponte a caminar en el presente

lunes, 13 de marzo de 2017

CIENTÍFICOS DESCUBREN CÓMO "CARGARLE" CONOCIMIENTO Y HABILIDADES AL CEREBRO HUMANO


LA EXCITANTE POSIBILIDAD DE INDUCIR NUEVAS HABILIDADES DIRECTAMENTE EN EL CEREBRO HUMANO YA SE PERFILA EN EL HORIZONTE

Cuando millones de nosotros vimos en la película The Matrix cómo Neo, el protagonista, recibía una descarga de conocimientos diversos, por ejemplo una serie de habilidades avanzadas de múltiples artes marciales, tal vez todos deseamos que existiese esa tecnología y que pudiéramos acceder a ella. Bueno, pues si bien aún no se encuentra en un estado tan sofisticado como en ese caso, un grupo de investigadores ha anunciado que desarrolló una estimulación que puede proveer al cerebro humano con información práctica, para inducir habilidades a corto plazo. 

El equipo de los HLR Laboratories, con sede en California, advierte haber encontrado una ruta para amplificar el conocimiento. Lo anterior lo habrían conseguido luego de alimentar el cerebro de un grupo de personas con las señales eléctricas emitidas por el cerebro de un experimentado piloto de aviones. Esto ocurrió mientras el novato aprendía a volar una aeronave en un simulador.  



El estudio, publicado en Frontiers in Human Neuroscience, determinó que aquellos voluntarios que recibieron la estimulación de señales eléctricas vía electrodos obtuvieron mejores resultados (en un 33%) que el resto de los aprendices. 

El doctor Matthew Phillips, uno de los responsables de la investigación, asegura que aunque parezca increíble, podríamos estar ante un sistema que permita acelerar significativamente la obtención de habilidades y nuevos conocimientos:

LA MENTE ES EL MAR, LA ORILLA Y LA ARENA: UNA NUEVA DEFINICIÓN DE LA MENTE MÁS ALLÁ DEL CUERPO


UNA NUEVA DEFINICIÓN CIENTÍFICA DE LA MENTE: UN SISTEMA ABIERTO DE RELACIONES QUE NO SE LIMITA AL CUERPO

Mientras que la mayoría de los científicos siguen intentando encontrar la conciencia dentro de las neuronas, creyendo que la mente es un efecto del cerebro, otros empiezan a romper con el paradigma materialista y concebir visiones de la mente más amplias y refrescantes. Uno de ellos es Dan Siegel, profesor de UCLA.

Siegel ha definido a la mente como "un proceso autoorganizado, tanto embebido como relacional que regula el flujo de información y energía entre nosotros", pero esto debe explicarse un poco más. Para Siegel, la mente no está confinada a nuestro cuerpo o a nuestras percepciones de las experiencias sino que es esas mismas experiencias; no se puede desenlazar la mente de nuestras interacciones con el mundo. Esto recuerda tanto la física cuántica como la visión del budismo mahayana y vajrayana.

Recientemente, el físico José Ignacio Latorre señaló que no existe "una realidad objetiva preexistente y local"; esto, en otras palabras, nos dice que la realidad no existe independientemente de nuestra observación, es decir, de nuestra propia subjetividad. En el budismo vajrayana se dice que la conciencia y los fenómenos (o apariencias) son indivisibles. Siegel utiliza una bella metáfora:

Me di cuenta de que si alguien me pedía definir la costa, e insistía, "¿es el agua o la arena?", yo le diría que la costa es tanto la arena como el agua. No puedes limitar tu entendimiento de la costa a decir que es uno o lo otro. Empecé a pensar que tal vez la mente es como la costa --un proceso interior y un proceso de interrelación. La vida mental para un antropólogo o un sociólogo es profundamente social. 

Su definición se sirve de la definición matemática de un sistema complejo que es abierto, que puede influir en cosas fuera de sí mismo, que es capaz del caos y es no lineal. Los beneficios de una definición más abierta de la mente consisten en que se elimina la sensación de aislamiento y desconexión:

La energía de buscarse a uno mismo



Ya sabemos todos que cuando estamos en desacuerdo con alguna cosa y queremos tener la razón al respecto, es porque tenemos claro que los demás están equivocados, y nosotros somos los que vemos con claridad radiante el verdadero estado de las cosas. También se oye de forma habitual que lo que hacemos normalmente es hablar de terceros, y de lo que hacen y dejan de hacer, con el consiguiente desgaste y pérdida energética, y reforzando una vez más, sin darnos cuenta, el poner la atención donde no debe ser puesta.

¿Cómo es esto de echar balones fuera y ver siempre la paja en el ojo ajeno? De nuevo, es otra de las funciones automáticas imbuidas en el ser humano para evitar que, realmente, pueda descubrir sus propios bloqueos, carencias y puntos débiles, y trabajar en ellos cuando funcionamos en modo autómata y nos dejamos llevar por los programas de gestión de la personalidad que poseemos.


La energía de la búsqueda de sí mismo

Algunos posiblemente sabréis que una parte de la evolución de la raza humana se sustenta en una octava (proceso energético) cuyo combustible es la energía de la “búsqueda de uno mismo”, esto quiere decir que parte del camino qué, como especie estamos andando, y por el escenario evolutivo por el que transitamos, la octava que marca el curso del sendero que hemos de recorrer tiene como gasolina la energía del “buscar realmente quienes somos”. Cuando las personas se buscan a ellas mismas, para conocer su origen, su naturaleza, su “porqué de estar aquí”, generan una energía internamente con una vibración y calidad determinada que proporciona una cierta cantidad de combustible para su propio avance, y el avance de todos.

Si todos estuviéramos involucrados la mayor parte de nuestro tiempo en esos procesos de búsqueda y conocimiento interior, el combustible generado para la octava sería mucho mayor y potente, y los acontecimientos que se van manifestando, cuando las diferentes notas de la octava van siendo alcanzadas tendrían, posiblemente, otras velocidades y ritmos y serían más difíciles de parar o manipular. Digo posiblemente, pues hay en juego octavas sobre octavas, procesos sobre procesos, y energías que dependen de otras energías de la estructura multidimensional de la realidad, para que todo esto funcione de forma armónica para ese crecimiento en consciencia de todos nosotros, y del conjunto de la vida en el planeta.



Mirar hacia fuera, para ocultar lo de dentro

Así pues, para evitar que las personas en general se miren hacia si mismas para encontrar a los responsables de las situaciones que no nos gustan en la realidad que co-creamos entre todos, el mecanismo creado e imbuido en el sistema mental del ser humano durante la modificación o alteración genética del vehículo que usamos, se encarga de poner el punto de atención y el foco del “porqué pasa esto” siempre en el exterior de uno mismo, ya no a escala planetaria, que también, sino simplemente en la realidad cercana del día a día de cada uno de nosotros.

Si alguien ha leído algo sobre la técnica hawaiana conocida como el Ho’oponopono, sabréis que, justamente, se basa en que cualquier cosa que pasa ahí fuera, por muy remota que parezca, tiene una base en mí, que debo sanar en mí y hacerme cargo de ella para que pueda ser solucionada externamente. Es algo que cuesta entender que yo tenga algo que ver con cosas que, a priori, me parecen desconectadas de mis procesos, pero no es así, no hay nada desconectado de nada, y no hay nada que no sea responsable y causa, en su justa medida, de todo lo demás, pero, habiendo instalado en nosotros estos programas de “mirar hacia fuera siempre” para encontrar el porqué de las cosas, no podemos darnos cuenta de ello, de nuevo, en la manera general que una mayoría de la población humana tiene aun de gestionar su realidad.

Siempre se intenta esconder que el verdadero potencial y todo lo que necesitamos para nuestra existencia está en el interior de uno mismo, pero lo interesante es que no pasa nada si a lo largo de toda una vida no lo hacemos, es decir, que por mucho que esta sea una frase repetida hasta la saciedad, no pasa nada en términos de poder tener la experiencia terrenal con sus altos y bajos si no nos damos cuenta que es una verdad factual, y que precisamente lo que se intenta hacer es que no la descubramos. Al no tener repercusiones “directas” y manifestadas inmediatamente, podemos pasarnos toda la vida sin comprender que esa vida la podríamos haber gestionado de otra forma de haber mirado “hacia adentro”, todo lo que intentábamos comprender “ahí fuera”.



Un motor inconsciente para nuestra existencia

sábado, 11 de marzo de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (La Hueste Ascendida)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE.

¡Oh, Magno Ascendido Jesucristo, Presencia Individualizada en todos y cada uno! Te alabamos y te damos gracias por Tu portentosa actividad en cada momento del día, —por cuanto eres Tú la Conciencia que eleva a la humanidad de la mente humana.
 Damos gracias y alabanzas porque la Magna Hueste Ascendida se manifieste, tanto visible como invisiblemente.



SI QUIERES SUSCRIBIRTE, PINCHA EL SIGUIENTE ENLACE:
https://www.youtube.com/user/TheIsmavision

viernes, 10 de marzo de 2017

Lo que mis ojos no ven


Continuando con la introducción respecto a los otros sentidos que poseemos pero que no están activos, hemos de añadir y recalcar que, simplemente, en la mayoría de los casos, es por falta de energía, de la calidad y octanaje adecuado, que su puesta en marcha se hace tan difícil, amén de otros bloqueos y restricciones impuestas bien por uno mismo (miedos a ver, a percibir, a sentir, a lo desconocido, etc.), bien externamente (programas, patrones inducidos, fantasías respecto a lo que son provenientes de la educación y la sociedad, etc.)

La parte de bloqueos y restricciones se puede eliminar con trabajo interior, a través de las diferentes técnicas de sanación energética que tenemos disponibles, la parte de tener energía suficiente para poder activarlos es ya un trabajo más complejo de aprender de forma detallada el funcionamiento de todo el conjunto del sistema energético, y de cómo usarlo correctamente. Combinando ambas funciones, y con constancia y paciencia, todo el mundo puede ver resultados a la hora de poner a funcionar las seis marchas del coche en vez de seguir siempre conduciendo en primera.

La percepción de lo que no se ve

De una de esas marchas hablaremos hoy, que no es otra que aquella que nos permite percibir (que es diferente a “ver”) lo que los ojos no captan. Se puede percibir con la piel, se puede percibir con la mente, se pueden percibir con las manos, ya que el “percibir”, es un concepto muy amplio que significa que podemos captar una serie de frecuencias, que no forman parte del rango visible del espectro lumínico, y dirigiéndolas hacia la pantalla mental (que es una herramienta interna presente en todos nosotros, y controlada por la glándula pituitaria), uno puede tener imagen mental de decenas de cosas del entorno que no son percibidas por la vista ordinaria.

Y es que, de este sentido, la visión “extra-ocular”, derivan cosas tales como la visión remota o la clarividencia, a partir de la cual uno puede entender lo que se mueve alrededor suyo, sin que por ello deje de ver el mismo mundo de mesas, coches y arboles físicos que ven el resto de seres humanos. En este aspecto, el principal problema es el miedo que subyace, especialmente en capas profundas del subconsciente, y en el cuerpo mental normalmente, a captar y ver algo que sabemos que existe pero que entra en conflicto con lo que nos han dicho que existe, o mejor dicho, que todos hemos podido ver algo alguna vez, sea de pequeños, sea en sueños, sea en otras encarnaciones donde esta facultad estuvo activa, que ahora mismo genera tal contradicción con la programación natural e implantada por los sistemas de control y gestión de la humanidad que hay, literalmente hablando, un conflicto de intereses entre lo que sabemos que está “más allá de nuestros sentidos” (lo saben otras partes de nosotros que no permiten o tienen acceso a la mente lógica y racional) y lo que esa misma programación y sistema de creencias racional admite.

Así pues, en un amplio número de situaciones sociales, puedes percibir que hay cierto tipo de entidades no físicas alrededor de la gente, puedes percibir desencarnados, puedes percibir que estás sintiendo un cierto tipo de energías, pero quizás no puedes admitirlo delante de los demás. Para muchas personas, el entrar a un sitio y largarse inmediatamente porque está lleno de “cosas” que no te gustan, pero que no puedes explicar, porque no es aceptado como algo “natural”, causa tantos conflictos en el inconsciente humano, colectivo e individual, que llega a extrañar que no se nos crucen los cables y nos cortocircuitemos más a menudo.

Una activación paulatina

Para poder activar ciertos sentidos extrasensoriales, hay que superar el miedo a lo que hay más allá de lo que actualmente vemos. No tenemos la culpa en cierto sentido ninguno de nosotros de poseer esos miedos, ya que han formado parte siempre de los procesos de indoctrinación que están en marcha para mantener siempre a la población confinada en unos parámetros adecuados para su gestión, lo que sucede es que es necesario hablar abiertamente de ello, porque millones de personas, por los cambios energéticos del planeta, van a abrirse, lo quieran o no, a otra realidad, a la percepción de otras realidades, por las razones que explicamos en el artículo sobre los picos en la resonancia de Schumann, y, si esta apertura se hace sin preparación intelectual previa, el resultado será muy contraproducente incluso para la propia salud mental de la persona.

Con esto quiero decir que el hecho que ahora nos esté dando en el blog por escribir de temas que en el mundo occidental muchos millones de personas consideran fantasía, es por la necesidad de que imbuyamos en nosotros la idea de que quizás, solo quizás, a medida que el entorno en el que nos movemos cambia, nuestro sistema energético cambia, y si este cambia, cambiará la forma en la que vemos la realidad. No hace mucho, en una incursión para lidiar con un problema, un ente me emitió, literalmente el mensaje: “otro humano que puede vernos y oírnos”, y si esta frase, generada con una energía de desprecio brutal, que se produjo haciendo una sanación a una persona, no vino como si fuera la primera vez que le pasaba, significa que estamos ante una situación donde el ser humano ha de ser consciente de que, en cualquier momento, puede empezar a percibir muchas cosas que pueden causar quizás algo de aprensión al principio, pero que no puede ser parado ni frenado, ya que, en una parte sí que depende de nosotros y de lo que nos trabajemos, pero, por otro lado, simplemente es consecuencia de los cambios planetarios que estamos viviendo y de los que no podemos escapar.

Una realidad más expandida