viernes, 29 de septiembre de 2017

Cuatro reglas para la vida, de Lao Tzu



¿Cómo vivir una vida inspirada y pacífica? Hace muchos siglos, Lao Tzu, habló de las cuatro virtudes cardinales, enseñando que cuando las practicamos como una forma de vida, llegamos a conocer la verdad del universo.


El antiguo maestro chino dijo que vivir y practicar estas enseñanzas puede abrirte a la sabiduría superior y a una mayor felicidad, ya que te realineas con la fuente y eso te permite acceder a todos los poderes que la fuente de energía te puede ofrecer.


“Cuando logres conectar tu energía con el reino divino a través de la alta conciencia y la práctica de la virtud indiscriminada, la transmisión de las últimas verdades sutiles seguirá”.
Lao Tzu
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Las Cuatro Virtudes Cardinales se encuentran en el Tao Te Ching, una colección de dichos que exponen las principales enseñanzas taoístas. Tiene 81 versos poéticos cortos llenos de sabiduría universal para la política, la sociedad y la vida personal, y tiene como objetivo apoyar la armonía personal a través de la correcta visión y comprensión de la existencia.

El Tao (también conocido como el Camino o el Dao) ha desconcertado a sus lectores durante siglos con sus crípticas y deliberadas contradicciones, pero ofrece una profunda contemplación a los buscadores, prestándose a variadas interpretaciones y cuestionamientos internos.

El Tao Te Ching es el texto básico del taoísmo, pero también ha influido en el confucianismo y el budismo chino, y está entre algunas de las obras más traducidas de la literatura mundial. Este poderoso texto del Tao refleja la fuerza del universo e incluso del universo mismo. Mientras muchos han tratado de dar sentido a su misterio, un hombre se sumergió en este texto, literalmente viviendo su sabiduría, y luego destiló la esencia de estas antiguas enseñanzas de misterio para una audiencia moderna.

En 2006, el difunto Wayne Dyer se sintió inspirado a pasar todo su 65º año leyendo, investigando y meditando sobre los mensajes de Lao Tzu, yendo a retirarse para practicarlos y, en última instancia, anotando las ideas que sentía que Lao Tzu quería que supiéramos. El Dr. Dyer investigó diez traducciones muy respetadas del texto y el resultado de ese año que le cambió la vida fue su libro más vendido Change Your Thoughts-Change Your Life: Living the Wisdom of the Tao.

Cariñosamente conocido como el Padre de la Motivación, el Dr. Dyer dice Las cuatro virtudes cardinales de Lao Tzu representan la manera más segura de dejar hábitos y excusas detrás y reconectarse a su naturaleza original. “Cuanto más armonices tu vida con las cuatro virtudes, menos controlado serás por el ego intransigente”.
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“Darse cuenta de la constancia y estabilidad en su vida es darse cuenta de la naturaleza profunda del universo. Esta realización no depende de ninguna condición transitoria interna o externa, sino que es una expresión de la propia naturaleza espiritual inmutable. La única manera de alcanzar el Camino Universal es mantener las virtudes integrales de la constancia, estabilidad y sencillez en la vida cotidiana.”
Lao Tzu
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El Tao nos anima a estar en contacto con nosotros mismos, particularmente con nuestro ser más profundo, porque cuando sabes quién eres realmente, es cuando descubres la paz eterna. A Lao Tzu le gustaba comparar diferentes partes de la naturaleza con diferentes virtudes. Él dijo: “Las mejores personas son como el agua, que beneficia a todas las cosas y no compite con ellas. Se queda en lugares humildes que otros rechazan. Por eso es tan similar al Camino (Dao).”

Cada parte de la naturaleza puede recordarnos una cualidad que admiramos y debemos cultivar nosotros mismos: la fuerza de las montañas, la resistencia de los árboles, la alegría de las flores.
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Las cuatro virtudes cardinales, o reglas para vivir la vida, pueden proporcionar un marco para una vida llena de paz interior y propósito.


1. Reverencia por y para toda la vida



Esta virtud se manifiesta como amor incondicional. Recuerda en tu corazón una verdad olvidada: incondicional significa sin condiciones. Amor y respeto, sin condiciones; sin esperar que por ello te amen o te respeten, sin esperar gratitud o reconocimiento.. nada. Eso es incondicional.

Una consideración positiva por todas las criaturas del universo, comenzando por nosotros mismos, entonces esto fluirá naturalmente hacia todos los demás. Esta reverencia es para toda la vida, no sólo algunas formas de ella. Es honrar todas las formas de vida; en tu núcleo adquieres una comprensión espiritual innata de cómo funciona el universo realmente, todos somos chispas de un solo fuego.

Cuando vivimos con reverencia por toda vida, renunciamos a nuestra necesidad de controlar y dominar. Naturalmente vemos en el aprecio sincero y en la gratitud por toda la vida, la clave para disminuir el ego.

Afirma esto tan a menudo como puedas, porque cuando te ves de una manera amorosa, no tienes nada más que amor, es lo que extendiendes hacia afuera. Y cuanto más amas a los demás, menos necesitas viejos patrones de excusa, particularmente los relacionados con la culpa.

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2. Sinceridad natural



Esta virtud abarca la bondad y la autenticidad. Es un sentimiento de compasión y un amor que todo lo abarca, para todos los seres. Cuando somos sinceros y actuamos con integridad, nos movemos hacia la paz y la tranquilidad interior. Nuestra conciencia es clara, no tenemos malas sensaciones sobre nuestras acciones, ya no son deshonestas, no pueden erosionar una mente pacífica.

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“Mi religión es muy simple, mi religión es bondad.”
Dalai Lama.

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Gran parte de estos cuatro pilares se relacionan con el karma, la ley de causa y efecto, y el mantenimiento del equilibrio y la impecabilidad. Esta virtud es la honestidad, la sencillez y la fidelidad, dice Wayne Dyer. Se trata de ser fiel a uno mismo y caminar tu camino.

Si te resulta desafiante, trata de afirmar, “Ya no necesito ser insincero o deshonesto. Esto es lo que soy, y así es como me siento.”


3. Gentileza

jueves, 28 de septiembre de 2017

OMETEOTL: UNA INTERPRETACIÓN FILOSÓFICA SOBRE LA DIVINIDAD POLAR TRINITARIA DEL MÉXICO ANTIGUO


EN UN INTENTO POR RESCATAR EL SIMBOLISMO COSMOGÓNICO DEL ANCESTRAL PUEBLO DE ANÁHUAC (HOY CONOCIDO COMO MÉXICO), EXPONDREMOS UNA INTERPRETACIÓN MÁS CERCANA A LA FILOSOFÍA DE LOS ANAHUACAS


¿Qué forma tendrán nuestros rostros en la casa del misterio? ¿Es aquello real o acaso no lo es? ¿Quién puede, de cierto, definir la verdad? El Dador de Vida se muestra impenetrable.

Cantares de los Señores

Y quisiera alegrar al desventurado fauno, que yace allí bajo la tierra dormida.

W. B. Yeats

En un intento por rescatar el simbolismo cosmogónico del ancestral pueblo de Anáhuac (hoy conocido como México), expondremos una interpretación más cercana a la filosofía de los anahuacas, pues debido a la confusión producto de la imposición cultural y religiosa, así como las dificultades propias de adaptar términos de una lengua profundamente ligada a un pensamiento filosófico tan distinto al europeo, propician que surjan interpretaciones erróneas o superficiales, que carecen del significado trascendental en que su lengua madre los concibió.

El significado tradicional que actualmente se atribuye al término Ometeotl puede generalizarse como: "Divino Señor de la Dualidad", lo cual dista bastante de la visión que tenían de Ometeotl los pobladores del antiguo territorio de México, pues el término Ometeotl es una expresión para designar una rica filosofía producto de un pueblo culto con un pensamiento metafísico altamente sofisticado que representaba como divinidades de su panteón. Para adentrarnos al conocimiento detrás de este término primero es necesario conocer el origen de la palabra, así como clarificar las confusiones interpretativas que han surgido en su estudio.

Según nos dicta la etimología, el termino Ometeotl está compuesto por:

"ON" (prefijo reverencial) + "E" (tres) + "OME" (dos) + "TEOTL" (divino)

La partícula "On" significa unidad, Por su parte, la raíz "E" significa tres; cuando se unen, ambos elementos componen el número "Ome", dos. A su vez, cuando el número "Ome" se une con otro término, pierde la desinencia "E" (salvo excepción), como en "Ome" (dos) + "Teotl " (divino) = "Onteotl" (divina dualidad); sin embargo, el componente “Ome” del nombre de Ometeotl no se refiere al número 2, sino a la composición "Om-E", (respetable 3). De ahí que el informante mexica que asesoró la confección del Códice Vaticano lo tradujera como "Señor de Tres Dignidades" (Om, "digno" + E, "tres" + Teotl, "divino"), por lo que la traducción más acertada seria:

Ometeotl: Divina Uni-Dual-Trinidad. Ometeotl es único en esencia, triple en acción y dual en manifestación.

Este detalle no lo tuvo en cuenta el padre Garibay Kinana, quien en la década de 1940 lo dio a conocer cuando tradujo los cantos mexicas, traduciéndolo como “dios dual”, y tampoco los miembros de la llamada "mexicanidad" que, a fines del siglo pasado, tomaron el nombre de Ometeotl de las obras de Kintana y Portilla, con todo y traducción.

Omeyocan: este es como si dijésemos la 'Causa Primera', por otro nombre llamado Ometeotl, que es tanto como 'Señor de Tres Dignidades'.

(Códice Vaticano 3738, única fuente conservada que explica el termino como “Señor de Tres Dignidades”)



Todos estos detalles aunados a la idea del “dualismo” del cristianismo occidental moderno, como un concepto moral de "el bien" y "el mal", condujeron al entendimiento erróneo de Ometeotl como personificación de la toxica idea dualista del cristianismo moderno (hago énfasis en el término “moderno”, pues la doctrina del cristianismo ha sido tan deliberadamente manipulada y alterada que el cristianismo moderno puede considerarse una fragmentación adulterada del cristianismo original primitivo; todo parece indicar que la idea de dualidad no existía en el cristianismo original, esta idea fue posteriormente adoptada de la antigua religión zoroástrica).

Ometeotl no tenía templos; era, pues, casi desconocido por el pueblo común, pero muy nombrado en los poemas de las clases altas, pues aparece en las Antiguas Palabras y en los Cantares de los Señores, que son documentos más bien filosóficos, y ahí es donde yace la clave para entender la profundidad del término.

El principio de la tríada se puede encontrar en muchas religiones trinitarias, y en diversas escuelas filosóficas y/o esotéricas, como la de los egipcios, los hindúes o la propuesta teológica de la Santísima Trinidad de los cristianos; también encontramos la triple gema del budismo, o los tres principios de la alquimia; en esencia todos representan lo mismo, pero cada uno manifiesta una visión única propia de sus creencias, cultura y su facultad de percibir al mundo a su propia manera.

Ometeotl, en la ideología tolteca, viene a encarnar:

CÓMO LOGRAR LA TRASCENDENCIA SEGÚN EL FILÓSOFO JIDDU KRISHNAMURTI



KRISHNAMURTI INVITA A ASUMIR QUE SOMOS SERES RADICALMENTE DIFERENTES CONFORME PASA EL TIEMPO, Y QUE EL RETO VERDADERO ES VOLVER AL MUNDO UN LUGAR MEJOR

En 1943 el psicólogo Abraham Maslow propuso la teoría de la motivación humana, en la cual se explica cómo una persona actúa en función de una jerarquía de necesidades: desde las necesidades más básicas, como respirar, comer, descansar, tener sexo y generar homeostasis, hasta las más elevadas características de la autorrealización, como la creatividad, la espontaneidad, la falta de prejuicios, la aceptación de los hechos y la resolución de problemas. Esto, en Occidente, permitió comprender la naturaleza cambiante del ser humano frente a deseos superiores de autorrealización.

Sin embargo, para su coetáneo oriental, el escritor y filósofo espiritual Jiddu Krishnamurti, la trascendencia interna de un individuo va mucho más allá del sentido de autorrealización. En su libro The Revolution From Within, Krishnamurti explicó que son los pensamientos, las actitudes y la cultura en la que vivimos lo que produce un cambio radical y fundamental; no obstante, este cambio no es más que una modificación de lo que solíamos ser. ¿Es eso un cambio fundamental hacia la autorrealización? Para él, sólo queda observar esos procesos mentales y preguntarnos acerca de todo lo que conocemos.

En cierto sentido, Krishnamurti deseó sembrar la semilla de la duda cuestionando el verdadero significado del cambio: ¿es posible tener un cambio fundamental? En el fondo, como mencionaba en sus pláticas, las preguntas más importantes de la vida realmente no tienen respuestas finales. Él compara los resultados con un eje asintótico, es decir que sólo podemos acercarnos a la perfecta verdad a través de la negación, de descartar lo que no es verdad ni útil, en un intento de dirigirnos más allá del pensamiento condicionado –por la cultura– y alcanzar un cambio fundamental y radical.

Por esta razón, para acercarnos a la verdad, es importante cuestionarse constantemente sobre lo que se sabe y acercarnos a las preguntas más trascendentales desde un punto de vista de alguien naïve o que lo desconoce todo, es decir, que al vernos en el espejo seamos capaces de preguntarnos quiénes somos, de dónde venimos, a dónde nos dirigimos, en dónde estamos parados ahora mismo, y respondernos sólo con lo que estamos enfrentando con la vista.

No se trata tan sólo del cumplimiento de cada uno de los niveles en la jerarquía de las necesidades, ni de alcanzar un mayor conocimiento a través de libros, documentales o pláticas, sino de experimentar un cambio radical que provoque una revolución en la mente mediante la libertad en el aquí y en el ahora. Esto es, en la sensación de haber liberado todo resentimiento y tristeza en cualquier momento que decidamos, para poder sentirnos en abundancia –en conexión mente y cuerpo– en el aquí y en el ahora.

Para lograrlo, Krishnamurti invita a asumir que somos seres radicalmente diferentes conforme pasa el tiempo, y que en la actualidad ya no es costeable ser alguien “ordinario” pues el reto verdadero es volver al mundo un lugar mejor. Si se toma en cuenta que cada una de nuestras acciones impacta en el cambio del mundo, pues “somos el mundo; y no somos sus orillas”, seremos capaces de ver que “lo que hacemos, hace al mundo, y en cada lugar en donde enfrentamos los problemas reales, estamos ejerciendo un cambio radical y fundamental”.

Ese cambio fundamental puede realizarse cuestionándonos en torno a nosotros y al medio en el que vivimos: a) ¿Ese objetivo vale la pena?; b) ¿Es necesario?; c) ¿Necesito cambiar del todo? No obstante, hay momentos en que la confusión puede abrumarnos ante estas preguntas, por lo que Krishnamurti explica que cuando uno está confundido, se debe pausar todo tipo de actividad mental; de lo contrario, sólo comenzaremos a saturar a nuestra confusión:

Observa las actividades de la mente sin intentar cambiarlas o ponerles un fin, porque en el momento en que encuentres un final, regresarás a la dualidad de ‘yo, no-yo’. Es la mente la que no está consciente de sus propias actividades que alguien más introdujo, y de las cuales nos volvemos esclavos.

De modo que para liberarnos de este abrumo y realizar una transformación fundamental, es cuestión de comprender el proceso de nuestro propio pensamiento: ¿de dónde vino?, ¿con qué está relacionado?, ¿es funcional o útil?…

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Los 6 hábitos de las personas agradecidas


La gratitud, el agradecimiento o la apreciación son sentimientos, emociónes o actitudes de reconocimiento de un beneficio que se ha recibido o se recibirá. La experiencia de la gratitud ha sido históricamente un foco de varias religiones del mundo, y ha sido tratada de forma extensa por filósofos, psicólogos y sociólogos.


La gratitud y su hermano, el aprecio son las herramientas mentales que usamos para acordarnos de lo bueno. Es una luz que enfocamos en las personas que nos dan las cosas buenas de la vida; aplicamos a las bendiciones de otra manera invisibles, como calles limpias o salud o comida suficiente para comer.

La gratitud no hace desaparecer los problemas. Pero, a diferencia de la preocupación, no los hace más grandes. Además, ante un conflicto o una mala situación, las personas agradecidas no se dejan llevar por las circunstancias, y son capaces con mayor facilidad de ver el lado positivo.

Según una investigación, aumentas tus posibilidades de sobrevivir psicológicamente a tiempos difíciles y tienes la oportunidad de ser más feliz en los buenos tiempos. No se trata de ignorar las amenazas, sino de apreciar los recursos y las personas que podrían ayudarte a hacer frente a esas amenazas.


1. Son conscientes de los finales, por eso aprecian el camino.


Según varios estudios, contemplar finales te hace ser más agradecido con la vida. No se trata de presenciar la muerte o de perder a seres queridos, pero si de ser consciente de lo maravilloso en el durante, sin necesidad de que llegue el después para apreciar lo que se tubo al perderlo.

En un experimento se pidió a las personas voluntarias que visualizaran sus propias muertes; su gratitud aumentó considerablemente. De manera similar, cuando pidieron a las personas que imaginaran la repentina desaparición de sus parejas románticas de sus vidas, se volvieron más agradecidos con sus parejas. Lo mismo ocurre al imaginar que algún evento positivo, como una promoción en el trabajo, nunca sucedió.

Esto no es sólo teórico: cuando te encuentras dando algo bueno por sentado, intenta renunciar a ello por un tiempo. Verás lo mucho que lo valoras aunque hasta ese momento no lo hicieras.

Al apreciar el camino ocurre otra cosa curiosa: disfrutas de lo conseguido.  ¿Recuerdas cuando aprobaste el carnet de conducir?¿Cuando alquilaste el piso?¿Lo que te costó bajar de peso?¿Acabar algo que empezaste? Cuanto hace que no entras en casa y sonries porque, ¡sí, esa es tú casa! o conduciendo te sale una sonrisa al pensar que hace ya tantos años un día como hoy estabas haciendo prácticas, ¡y ahora conduces!

No es sólo a la vida o a los demás, también recuerda agradecerte a tí mismo todo el camino recorrido, y todo lo logrado en él. No importa si grande o pequeño, pero tu yo de ayer, estaría encantado de ver a tu yo de hoy.


2. Saborean las experiencias positivas


Y huelen el café, el olor a pan recién horneado, el aroma de una flor, lo que les da placer. El psicólogo de la Universidad de Loyola, Fred Bryant, encuentra que saborear experiencias positivas las fija más en tu cerebro y aumenta sus beneficios para tu psique. La clave: está en expresar gratitud por la experiencia. Esa es una de las formas en que el aprecio y la gratitud van de la mano.

Un estudio publicado este año en Psychological Science descubre que rituales como la oración o simplemente sacudir un paquete de azúcar “hacen que la gente preste más atención a la comida y prestar atención hace que el sabor de los alimentos mejor “, como Emily Nauman informes en su artículo sobre dicha la investigación. El “estar presente” durante la experiencia cotidiana, hace que la apreciemos más. Aunque sea una experiencia habitual: ducharse, comer, andar, notar el calor del sol o la sombra de un árbol, una brisa… a menudo, no nos damos cuenta de estos placeres del día a día.

Los seres humanos somos criaturas asombrosamente adaptables, y nos adaptamos incluso a las cosas buenas. Cuando lo hacemos, su valor subjetivo comienza a disminuir; empezamos a darlo por sentado.

Esto también es válido para las personas que tienes a tu alrededor: Si tienes a alguien en tu vida a quien “das por sentado” que está ahí, da un paso atrás e imaginar tu vida sin esa persona. Luego intenta saborear su presencia, al igual que lo harías con una rosa. O un atardecer. ¡Lo que sea! El punto es, la ausencia puede hacer que el corazón se sienta agradecido.


3. Toman las cosas buenas como regalos, no como derechos de nacimiento


La gratitud es aquello que damos al ser conscientes de que hemos recibido. Para agradecer, es necesario ser consciente de qué es lo agradecido. Las personas agradecidas, ven más que las personas que no lo son. Son mas conscientes de los regalos y las bendiciones de la vida, de los amigos, de las cosas sencillas del día a día que no dan por supuestas; las agradecen, aunque, y esto es importante, esos regalos de la vida siempre hayan estado allí.

“En todas sus manifestaciones, una preocupación por el YO puede hacernos olvidar nuestros beneficios y nuestros benefactores, o sentir que se nos deben cosas de otros y por lo tanto, que no tenemos motivos para sentirnos agradecidos”, escribe Robert Emmons, codirector de la Proyecto Gratitud de GGSC. “Contar bendiciones será ineficaz porque las quejas siempre superarán en número a los regalos”.

El antídoto, dice Emmons, es ver que no nos creamos a nosotros mismos; fuimos creados, por la evolución, por Dios, por nuestros padres; elige. Del mismo modo, nunca somos verdaderamente autosuficientes. Los seres humanos necesitamos a otras personas para cultivar nuestra comida y curar nuestras heridas; Necesitamos el amor, y para eso, necesitamos familia, socios, amigos y mascotas.

Ver con ojos agradecidos requiere que veamos la red de interconexión en la que alternamos entre ser dadores y receptores. La persona humilde dice que la vida es un regalo por el que agradecer, no un derecho a ser reclamado.


4. Están agradecidos a la gente, no sólo a las cosas


Al comienzo de esta pieza, mencioné la gratitud por la luz del sol y los árboles. Eso es genial para mí, y puede tener buenos efectos, como llevarme a pensar en mi impacto en el medio ambiente, pero a los árboles no les importa. Del mismo modo, el sol no sabe que existo; ni siquiera es consciente de su propia existencia, por lo que sabemos. Mi gratitud no hace que se vea más brillante.

Eso no sucede con la gente; las personas brillarán en gratitud. Decir gracias a un hijo podría hacerlo más feliz y puede fortalecer vuestro vínculo emocional. Agradecer al hombre que te prepara el café puede fortalecer los lazos sociales-en parte, profundizando nuestra comprensión de cómo estamos interconectados con otras personas.

Experiencias que aumentan las conexiones significativas con los demás -como notar cómo otra persona te ha ayudado, reconociendo el esfuerzo que le llevó – implican sistemas biológicos para la confianza y el afecto, junto a circuitos de placer y de recompensa. Esto proporciona un impulso sinérgico y duradero a la experiencia positiva. Diciendo “gracias” a una persona, el cerebro registra que algo bueno ha sucedido y que estás más conectado a una comunidad social significativa.


5. Atención al detalle

El desapego desde el Tao: deja de ver carencias donde no las hay


Buda nos enseñó que el apego genera el deseo, y el deseo la inseguridad y el sufrimiento. Los deseos que más sufrimiento nos generan son el querer retener y mantener un estado permanente, la necesidad.


Lao Tzu, ampliamente considerado como el autor del Tao Te Ching, describe el Dao (o Tao) como la fuente y el ideal de toda existencia: es invisible, pero no trascendente, inmensamente poderoso y sumamente humilde, siendo la raíz de todas las cosas, y al la vez la nada. La gente tiene deseos y voluntad (y por lo tanto son capaces de alterar su propia naturaleza). Nosotros al actuar “al margen de lo natural”, al apegarnos a ciertas cosas, alteramos el equilibrio natural del Dao.


 Renuncia y tendrás éxito. -Lao Tzu.


El principio general detrás del desapego es cultivar una mente libre y carente de toda necesidad. Una vez hecho esto, podemos entonces avanzar hacia una mente de unidad que implica la compasión, la comprensión de la impermanencia y las experiencias que se ven como lo que son.  Pero no es nada fácil, ¿o no?


El Daodejing tiene la intención de llevar a los estudiantes a un “retorno” a su estado natural, en armonía con el Tao. A continuación se presentan cinco citas de Lao Tzu y el Tao Te Ching, que ilustran cómo podemos actuar de forma natural y volver a nuestro verdadero estado de armonía y desapego.



Nada es más débil que el agua, sin embargo, para superar lo que esduro y fuerte, nada lo supera.-Lao Tzu.


No sólo nos apegamos a los objetos físicos o las cosas, sino también a las relaciones, las ideas y las opiniones. Nos anclamos a la felicidad asociada a lo material, al éxito y el cumplimiento con estos objetos externos, con la esperanza de encontrar la felicidad duradera.



 Nutre tu verdadera naturaleza. Sólo habla con la verdad . Haz de el amor tu regalo para los demás.-Lao Tzu.


Entonces, ¿Qué podemos hacer? Al igual que el ratón en la cinta de correr, esperamos llegar, con el tiempo, al lugar donde queremos estar. Siempre estamos tratando de lograr algo, en un ciclo sin fin de querer y tener, pensando que esto nos llevará a la felicidad duradera.


 Sirve a las necesidades de los demás, y todas tus necesidades seránsatisfechas. A través de la acción desinteresada, se alcanza la plenitud.-Lao Tzu.

martes, 26 de septiembre de 2017

“El Ser Que Está por encima del Pensador”


Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo.

Tu sentido más interno de ti mismo, tu sentido de quién eres, es inseparable de la quietud. Ése es el Yo Soy que es más profundo que el nombre y la forma. 

La quietud es tu naturaleza esencial. ¿Qué es la quietud? El espacio interno o conciencia en el que las palabras de esta página son percibidas y se convierten en pensamientos. Sin esa conciencia, no habría percepción, ni pensamientos, ni mundo.

Tú eres esa conciencia, disfrazada de persona. 

El equivalente del ruido externo es el ruido interno del pensamiento. El equivalente del silencio externo es la quietud interna.

Cuando quiera que haya silencio a tu alrededor, escúchalo. Esto significa que, simplemente, has de darte cuenta de él. Préstale atención. Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de ti, porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.

Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea, no estás pensando. Eres consciente, pero no piensas. 

Cuando te das cuenta del silencio, se produce inmediatamente ese estado de serena alerta interna. Estás presente. Has salido de miles de años de condicionamiento colectivo humano. 
 Mira un árbol, una flor, una planta. Deja que tu conciencia descanse en ellos. ¡Qué quietud manifiestan, qué profundamente enraizados están en el Ser! Permite que la naturaleza te enseñe la quietud. 

Cuando miras un árbol y percibes su quietud, tú mismo te aquietas. Conectas con él a un nivel muy profundo. Te sientes unido a cualquier cosa que percibes en y a través de la quietud. Sentir tu unidad de ti mismo con todas las cosas es verdadero amor. 
El silencio ayuda, pero no es necesario para hallar la quietud. Aunque haya ruido, puedes sintonizar con la quietud subyacente, el espacio en el que surge el ruido. Ese es el espacio interno de pura conciencia, la conciencia misma.

Puedes darte cuenta de que la conciencia es el trasfondo de todas tus percepciones sensoriales, de toda tu actividad mental. Siendo consciente de la conciencia surge la quietud interna. 
Cualquier ruido molesto puede ser tan útil como el silencio. ¿Cómo? Abandonando tu resistencia interna al ruido y permitiendo que sea como es; esa aceptación también te lleva al reino de paz interna que es quietud.

Cuando aceptas profundamente este momento tal como es —tome la forma que tome—, estás sereno, estás en paz. 

Presta atención a la pausa: la pausa entre dos pensamientos, al breve y silencioso espacio entre las palabras de una conversación, entre las notas de un piano o de una flauta, o al breve descanso entre la inspiración y la espiración.

Cuando prestas atención a esas pausas, la conciencia de «algo» se convierte simplemente en conciencia. Surge de dentro de ti la dimensión informe de pura conciencia y reemplaza la identificació n con la forma. 

La verdadera inteligencia actúa silenciosamente. Es en la quietud donde encontramos la creatividad y la solución a los problemas. 

¿Es la quietud tan sólo ausencia de ruido y contenido? No; es la inteligencia misma: la conciencia subyacente de la que nace toda forma. ¿Y cómo podría eso estar separado de quien tú eres?

“Escucha a tu Alma”.


Si quieres oír cantar a tu alma, rodéate de silencio.


“Recuerda que el presente es todo lo que tienes. Haz del “ahora” el centro de tu vida”

La esencia de toda la actividad mental consta de ciertos pensamientos, emociones y patrones reactivos repetitivos y persistentes con los cuales nos identificamos más fuertemente: 
Esa entidad es el ego.

 “Acepta todo. Cualquier cosa que el presente te ofrezca, acéptado como si lo hubieses elegido. Trabaja con lo que tengas, no en su contra”

La emoción surge en el punto en que se encuentran la mente y el cuerpo. 
Es la reacción del cuerpo a su mente, o podríamos decir, un reflejo de su mente en el cuerpo.


Somos una especie que perdió su camino. 

En toda la natura­leza, en cada flor o árbol, en cada animal, hay una lección impor­tante para nosotros, si tan solo nos detuviéramos a observar y oír. 

“Algunos cambios parecen negativos a primera vista pero crean el espacio para que algo nuevo llegue”