miércoles, 18 de octubre de 2017

8 Beneficios de vivir fuera de tu zona de confort


La zona de confort es ese espacio en el que nos sentimos cómodos, seguros, en el que tenemos el control de la situación. Salir afuera puede hacerte sentir que ya no hay red de seguridad, y que cualquier cosa puede suceder.


Cuando nos movemos fuera de ella, o empujamos sus fronteras, podemos sentirnos ansiosos, inquietos e inseguros, sin la familiaridad de saber que tenemos nuestros conocimientos, habilidades y experiencia para respaldarnos. Estar un poco ansioso nos mantiene alerta y despiertos, y por lo tanto afila todos nuestros sentidos. Si hablas con cualquier ejecutante acertado, un atleta por ejemplo, te dirán cómo han empujado este límite de la ansiedad hasta el final, consiguiendo así salir de la zona de confort.

El desafío es este: Te sientes inseguro por perder el control, encontrarte en terreno desconocido. Pero en el exterior de esta zona, la magia sucede. Siempre y cuando queramos crecer y aprender. Llamemos a esto la “zona de aprendizaje”.


“No podemos convertirnos en lo que queremos ser al permanecer lo que somos.” – Max DePree


Cómo te sientes acerca de tu vida entera, te dirá mucho acerca de lo cómodo que eres. Puede ser que no sea lo que esperabas, pero cuando estás insatisfecho, es muy probable que también estés cómodo. Vivir una vida llena de rutinas que te mantienen haciendo lo mismo todos los días, esperando que el viernes aparezca, no es gratificante. Dentro de la zona de confort, hay orden y continuidad, repeticiones y estructura. La red de seguridad es claramente visible.

Decir zona de confort suena bastante agradable, y a veces lo es, pero aunque nos sentimos cómodos nos estamos perjudicando a nosotros mismos. Al igual que con las creencias falsas y la resistencia al cambio, estamos evitando las oportunidades de crecimiento por nuestro propio miedo al dolor, al sufrimiento, o al fracaso. Qué dulce es revolcarnos en nuestra propia tristeza, y ser cómodamente capaces de decir “no” a cualquier cosa que nos quite nuestro enfoque de nuestra verdad; cualquier cosa que nos saque de nuestra zona de confort.


“Amplía tu zona para que puedas extender tus alas.” 
– Hilde Larsen



Cuanto más y más tiempo permanezcamos dentro de nuestra zona, menor es lo que tendemos a conseguir; y más difícil nos resulta salir fuera. Nos ponemos aún más cómodos y perezosos, y nos llenamos con falsas creencias. El muro se hace más alto y más difícil de escalar, una pared invisible construida, con la ayuda de la vieja  y siempre presente programación.

Si decidimos quedarnos atados a nuestra comodidad, nunca encontraremos nuestros verdaderos potenciales, y nunca experimentaremos lo que somos capaces de lograr. Cualquier aprendizaje ocurre fuera de esta zona. Siempre que empieces algo nuevo, como un hobby, aprendas un nuevo idioma, un nuevo deporte, o comiences un nuevo trabajo, estarás operando fuera de tu zona de seguridad. Los límites deben ser empujados.

8 efectos de la vida libre de zona:


1. Te darás cuenta de que el miedo está sobrevalorado.


La declaración más común que sigue, tras haber hecho algo que te daba miedo y que era aparentemente arriesgado, es: “Si hubiera sabido que iba a ser tan fácil o a ir tan bien, lo habría hecho años atrás”. El miedo en sí es a menudo lo que más tememos. La falsa creencia de que el miedo es algo de lo que debemos huir también cambiará, como te diste cuenta de que el mundo no llegó a su fin, y nadie murió.


2. Crecerás más allá de la creencia.


Nada es más potenciador que conquistar algunos obstáculos de larga duración. Ya sea la resistencia a dar el salto hacia el inicio de un régimen de salud, mudanza o iniciar tu propio negocio. Tal vez quieres vender todo lo que posees, para iniciar el viaje de tu vida, para viajar por el mundo; o simplemente quieres pedir a alguien que realmente te gusta, una cita.

No importa cual sea el punto; crecerás, y tu horizonte se ampliará. El primer paso es siempre el más difícil, pero promoverá el hambre de más. A medida que tu zona de confort crece, el crecimiento se vuelve constante; imparable. Se ha plantado una semilla. Ahora, todo lo que tienes que hacer es regar y nutrirla.


3. Te convertirás en tu propio jefe.


La posición era siempre nuestra, aunque tan fácilmente la regalamos, o tratamos de regalarla. Hablamos de recuperar nuestro poder, como si alguna vez hubiera dejado de ser nuestro; ¡empoderarnos!

Nunca ha dejado de ser tuyo, siempre ha estado allí, aunque escondido o suprimido. Resulta fácil esconderse detrás de los juicios y defectos de otra persona, cuando nos sentimos pequeños e inferiores en nuestras propias vidas. En última instancia, siempre has sido el que has estado esperando; esperando a poder elegir por tí mismo, a dejar de ceder la elección. Siempre has sido lo que has estado buscando, pero ahora se volverá aún más claro para ti, y sentirás más.. ¡Qué poderoso e inspirador!


4. Te volverás más entusiasta y perderás el arrepentimiento.


Hay varios refranes que enfocan en esta dirección del pensamiento: “Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado en absoluto”, o “Es mejor haber intentado y fracasado, que lamentar no intentarlo”, o mi favorito “Mas vale un me arrepiento que un porqué no lo hice”. Creo firmemente que esto es muy cierto. El entusiasmo que surge de entrar en terreno nuevo es contagioso. Fácilmente te animará a estirar más, para llegar a conocerte aún mejor. Nunca nos arrepentiremos de haberlo intentado, una vez que veamos los beneficios que nos dará. Además, aunque no nos salga bien la primera vez, verás como te es más fácil intentarlo una segunda.


5. La incomodidad se convierte en un camino hacia el éxito.

¿Qué es un trauma transgeneracional?


El trauma transgeneracional es un impacto, una transferencia donde el dolor emocional, físico o social sufrido por una persona en un momento dado que se transmite a las nuevas generaciones de formas que van mucho más allá del simple comportamiento aprendido. Hablamos sobre todo de epigenética y sobre cómo la influencia del ambiente puede cambiar la expresión de determinados genes.

El tema no es nuevo, de hecho, el trauma transgeneracional o intergeneracional tiene su origen de estudio en esas décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando diversos trabajos pudieron comprobar cómo las generaciones siguientes a los supervivientes del Holocausto mostraban determinadas conductas (pesadillas, problemas afectivos y de comportamiento) donde quedaba en evidencia que el trauma original del abuelo seguía contenido de muy diversos modos en los nietos.


“La mente se desarrolla como el cuerpo a través de crecimiento interno, la influencia del medio ambiente y la educación. Su desarrollo puede ser inhibido por la enfermedad física o por un trauma”
-Umberto Eco-


Podríamos decir sin duda que todo ello puede determinarse por el estilo de crianza y el patrón educativo, por el peso del recuerdo y esa narrativa consciente o inconsciente que envuelve a toda dinámica familiar. Esa donde el pasado continúa haciéndose presente de muy diversos modos. Sin embargo, es algo que trasciende más allá, algo que como ya hemos señalado puede llegar incluso a nivel genético.

Por ejemplo, pensemos qué efecto puede asociarse al hecho de haber sufrido desnutrición. Pensemos también en el impacto genético que puede ocasionar el miedo y el sufrimiento expresado en esos niveles de cortisol elevados que durante varios años llevan causando estragos en un organismo. Reflexionemos también en esos traumas a veces no canalizados, no desahogados y traducidos casi siempre en estrés postraumático y en depresiones crónicas…

Las generaciones posteriores a esa persona que ha sufrido el trauma original no desarrollarán de forma obligatoria esos mismos trastornos, pero serán, eso sí, mucho más vulnerables que otras personas a la ansiedad, el estrés y la depresión. Veámoslo con detalle.



Un ejemplo de trauma transgeneracional

Andrea sufrió abusos sexuales por parte de un familiar durante una buena parte de su infancia y adolescencia. Creció en un entorno desestructurado donde también su madre fue maltratada en su niñez. Una vez pudo salir de ese escenario, cumplida la mayoría de edad, se negó a recibir apoyo psicológico para hacer frente a ese trauma. Solo quería olvidar, pasar página lo antes posible.

La huella, la herida, sigue latente en ella de muy diversos modos: ansiedad, trastornos alimentarios, baja autoestima, hipervigilancia, depresión, insomnio… A ello se le añade un sistema inmunitario frágil, con bajas defensas que hacen de ella una persona con propensión a las infecciones, a las gripes, a las alergias…

Andrea tiene ahora un niño de 7 años. Es su razón de ser y todo su mundo, ha encontrado la estabilidad y la fortaleza, además de un motivo para cuidarse mucho más. Sin embargo, se está dando cuenta de que educar a su niño es cada vez más complicado: duerme mal, tiene problemas de atención, muchas rabietas y comportamientos desafiantes. Cuando la llaman desde el colegio, Andrea tiene la sensación de que ponen en tela de juicio su papel como madre, hasta el punto de que tiene la clara sensación de que “está haciendo algo mal”.


El trauma no afrontado y su impacto en la genética

martes, 17 de octubre de 2017

Mandalas: guías de color a la espiritualidad y la sanación


Los mandalas son representaciones simbólicas espirituales y rituales del macrocosmos y el microcosmos, utilizadas en el budismo y el hinduismo. El término sánscrito significa círculo sagrado.


Algunos de los libros para colorear más populares de los llamados “adultos” de hoy en día son de mandalas. El acto de colorear un mandala ayuda a conseguir calma, como la meditación. Centra en la paz, la armonía y la unidad que representa.

Los mandalas han existido desde hace siglos. Utilizados por los antiguos hindúes, los monjes budistas e incluso los indios americanos, los mandalas tienen significados muy espirituales. Para todas las culturas que los utilizan, tanto en la meditación, como en la curación, los mandalas representan el universo, el círculo sagrado de la vida, y otros símbolos espirituales, tales como la armonía, plenitud y unidad. Son el símbolo de nuestra unidad con el universo y con los demás.
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Los copos de nieve son muy difíciles de estudiar. Se funden tan pronto como entran en contacto con la mano humana. Los científicos las han estudiado, sin embargo, y es por eso que tenemos conocimiento acerca de las complejidades de sus diseños. Son a su vez, una manifestación de mandalas en la naturaleza. Las flores son también mandalas. Teniendo esto en mente, es importante entender el significado más amplio de los mandalas, ya que son mucho más que un diseño geométrico atractivo.

 El Universo tiene muchas facetas, pero todas esas facetas existen en perfecta armonía.


Se utilizan mandalas durante la meditación. Al centrarse en el círculo, sin principio ni fin, una meditación puede tener a un individuo centrado y aumentar su energía espiritual. Las complejidades y la simetría del diseño nos recuerdan que el Universo tiene muchas facetas, pero todas esas facetas existen en perfecta armonía. Es cuando salimos de la armonía con el Universo que el mundo entra en la discordia. Contemplando el mandala durante la meditación nos recuerda que el mundo real no es el mundo en alineamiento.


A día de hoy, la popularidad de los mandalas ha aumentado, tanto su creación y posterior coloración, como la simple coloración de los que ya han sido creados por otros. Son utilizados por los individuos de cada grupo demográfico en la sociedad por sus propiedades beneficiosas: aliviar el estrés y la tensión, lo que reduce la hiperactividad y otros trastornos de la conducta en los niños, y ayudan a la gente a sobrellevar las dificultades y los traumas.
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El acto de colorear un mandala nos centra en la paz, la armonía y la unidad que representan. No es de extrañar que cada vez más gente empiece a utilizar los mandalas como un conductor de motivación.

¿Cómo puede ayudar un Mandala?


Lo principal es elegir aquel que para tí represente algo especial, que te llame la atención; si vas a crear uno debes tener en cuenta no solo la simetría, sino su significado. Ten esto en cuenta mientras te concentras en él, sobre los elementos de diseño y los colores. Ten presente que simboliza la maravillosa simetría, la gran simetría del universo físico y de la Mente Universal. Estos pensamientos son los que te ayudarán a materializar el mandala y a entrar en ese estado de abstracción. El mandala te conecta con el ahora.
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Se trata de disfrutar de toda la belleza del diseño, de todo el proceso. Dejar que tu mente “flote” lejos del mundo, y que la creatividad y el flujo de la mente pasen a través de ti. Muchos de los que los hacen consiguen que las cuestiones y los problemas con los que han estado luchando se resuelvan; vaciando la mente llega la solución.


Creación de un Mandala original

Precognición: Cómo nuestro cuerpo reacciona hasta 10 segundos antes de que algo ocurra


En las últimas décadas ha surgido una cantidad significativa y notable de investigación científica que contribuye a la noción de que la precognición humana podría muy bien ser real y que todos podríamos poseer este potencial.


Gracias a la investigación de varios científicos presentada en este artículo, las capacidades humanas ampliadas están comenzando a salir del reino del pensamiento supersticioso, la ilusión y la irracionalidad y encontrar su camino en el mundo de los fenómenos confirmados. Los reclamos de precognición o “narración futura” han ocurrido a lo largo de la historia humana en prácticamente todas las culturas y períodos.

No es difícil ver por qué estamos tan fascinados con estos conceptos. Al igual que el fenómeno extraterrestre, la validez de estos conceptos parece reducirse a simple fantasía, ciencia ficción, debido al hecho de que son “sólo películas”. Aunque las historias que acompañan a este tipo de fenómenos en las películas son probablemente facciosas, los conceptos tienen alguna validez. Examinemos la verdad detrás de la precognición y las afirmaciones acerca de “ver el futuro”.


¿Qué es la premonición o precognición?


El término psi denota procesos anómalos de información o transferencia de energía que son actualmente inexplicables en términos de mecanismos físicos o biológicos conocidos. Dos de las variantes de la psi son la precognición (conciencia cognitiva consciente) y la premonición (aprehensión afectiva); ambas variantes se definen como la capacidad de conocer hechos con anterioridad a su acontecimiento e independencia de su situación especial que no pueden ser deducidos a partir de información adquirida en el presente mediante los sentidos o del pensamiento racional.

La precognición es la capacidad de tener una premonición de un evento futuro que no podría ser anticipado a través de cualquier proceso conocido. Es la influencia de un evento futuro que aún no ha tenido lugar en las respuestas de un individuo. No solo se trata de la clásica figura cinematográfica de “conocer” lo que sucederá. Se define como dos tipos de respuestas: conscientes o inconscientes (sin conocer el motivo, actuamos o respondemos de un modo u otro en función de un conocimiento futuro inconsciente).


La ciencia detrás de la precognición


Existe una profunda preocupación en el ámbito científico por el estudio de un fenómeno que está contaminado por su asociación con la superstición, el espiritismo y la magia. Las investigaciones llevadas a cabo en este campo parecen estar más preocupadas por proteger la libertad académica que por fomentar la exploración científica. Pero esto parece estar cambiando.

Un estudio recientemente publicado (metanálisis) en la revista Frontiers in Human Neuroscience titulado “Predecir lo impredecible: análisis crítico e implicaciones prácticas de la actividad anticipatoria predictiva” examinó una serie de experimentos sobre este fenómeno que fueron conducidos por varios laboratorios diferentes.

Estos experimentos indican que el cuerpo humano puede detectar realmente los estímulos entregados aleatoriamente que ocurren 1-10 segundos por adelantado. En otras palabras, el cuerpo humano parece saber de un evento, y reacciona a un evento que aún no ha ocurrido. En el cuerpo humano lo que ocurre antes de estos eventos son cambios fisiológicos, que se miden con variaciones en valores cardio-pulmonares, cambios en la piel y en el sistema nervioso.

Es importante señalar que estos tipos de respuestas a eventos futuros que se miden en el cuerpo son respuestas inconscientes, lo que significa que el sujeto (humano) no es consciente de que realmente están teniendo lugar. Por lo tanto, es una forma de precognición incosciente, pero no las premoniciones conscientes.

El hecho de que existan estos cambios en nuestra actividad fisiológica, que el sistema nervioso autónomo cambie y se prepare para eventos futuros es notable; y el hecho de que esto sea “precognición inconsciente” no debe quitarle importancia a la posibilidad de que este hecho nos ayude a comprender mejor el fenómeno de precognición consciente. Todavía estamos esperando que la ciencia se ponga al día y proporcione una explicación para la precognición consciente, sin importar si el fenómeno se ha observado o no.

En los últimos 36 años se han publicado más de 40 experimentos que investigan este fenómeno en seres humanos (Hartwell, 1978, Radin et al., 1995, 2011, Bierman y Radin, 1997, Radin, 1997, Don, 1998, Bierman y Scholte, 2002, McDonough et al., 2002, Spottiswoode y May, 2003, McCraty et al., 2004a, B, Sartori et al., 2004, May et al., 2005, Tressoldi et al Al., 2005, 2009, 2011, Radin y Borges, 2009, Bradley et al., 2011). Esto es lo que promovió el metanálisis la revista  Frontiers in Human Neuroscience.


Conclusiones del análisis


“La anticipación fisiológica predictiva de un evento futuro verdaderamente aleatorio y, por tanto, impredecible, ha estado bajo investigación durante más de tres décadas, y un reciente metanálisis conservador sugiere que el fenómeno es real”. Afirma dicha revista

Otro documento publicado recientemente a través de la Revista de Personalidad y Psicología Social por el profesor universitario de Cornell, Dr. Daryl J. Bern, sugiere que la precognición puede ser real. Así que su trabajo sugiriendo que la precognición puede ser real es un gran salto para este tipo de fenómeno.

El estudio del Dr. Bern describe nueve experimentos que involucraron a más de 1000 participantes que “prueban la influencia retroactiva por el tiempo, revirtiendo los efectos psicológicos bien establecidos, de modo que las respuestas del individuo se obtengan antes de que se produzcan los estímulos causales”. Después de examinar y examinar estos experimentos, el Dr. Bern concluyó que todos menos uno de ellos dieron resultados estadísticamente significativos.

De nuevo, la precognición ha sido bien documentada y observada en laboratorios de todo el mundo. Sólo porque haya una falta de capacidad para la investigación de estos estados por la comunidad científica más conservadora, no se debe desacreditar el fenómeno en sí. Es importante proporcionar una explicación de los fenómenos observados.


“Históricamente, el descubrimiento y la exploración científica de la mayoría de los fenómenos han precedido a las teorías explicativas, a menudo por décadas o incluso siglos”. Berna 


Otro estudio del Dr. Dean Radin, uno de los varios autores señalados en el primer estudio utilizado en este artículo, realizó cuatro experimentos de doble ciego que también muestran que algunas intuiciones, medidas por fluctuaciones en el sistema nervioso autónomo, implican la percepción inconsciente de eventos futuros que todavía no se han producido. Sus experimentos apoyaron esta idea. Podeis leer sus estudios sobre el “Campo Psiquico y el entrelazamiento mental”
  haciendo click aquí.

Otro estudio significativo fue publicado en el Journal of Parapsychology por Charles Honorton y Diane C. Ferrari en 1989; examina una serie de estudios que fueron publicados entre 1935 y 1987.

Concluyen en su análisis de experimentos de precognición que se puede “confirmar la existencia de un efecto de precognición pequeño pero altamente significativo. El efecto parece ser repetible; resultados significativos son reportados por 40 investigadores usando una variedad de paradigmas metodológicos y poblaciones de sujetos. El efecto de la precognición no es simplemente una salida inexplicada de una base de referencia teórica, sino que es un efecto que covaria con factores que se sabe influyen en aspectos más familiares del desempeño humano “.


¿Por qué es inconsciente este tipo de precognición? ¿Tiene el potencial de ser consciente?

lunes, 16 de octubre de 2017

Siempre habrá alguien que no reconozca tu valor, procura que ese alguien no seas tú


Estamos sometidos a la exposición ante muchas personas, acostumbrados desde pequeños a buscar la aprobación de los demás, muchas veces adaptándonos a lo que se espera de nosotros, vinculando aprobación con amor.

En medio de nuestra necesidad de aprobación y quizás conscientes de que no le agradaremos a todos y que siempre habrá más de una persona que no esté de acuerdo con nuestras acciones, bien sea porque nos quiere y dentro de ese cariño, está la protección que invita a querer para nosotros algo diferente a lo que hacemos o bien porque poco lo importamos y solo tiene la costumbre de juzgar y criticar la vida de los demás, demostrando la mayoría de las veces que no ocupan demasiado tiempo en sus vidas.

Estar conscientes de que siempre puede existir esa persona que no nos reconozca nuestro valor, resulta de utilidad para filtrar lo que decidimos que nos importe. Pero que esa persona que no reconoce nuestro valor y que además está constantemente desalentándonos puede resultar la manera más cruel de sabotear nuestras vidas.

Muchas veces asociamos ese tipo de conductas con quienes tienen una pobre autoestima, pero resulta que en menor o mayor medida, todos tenemos una vocecita que pretende atemorizarnos constantemente, que nos habla de que no somos lo suficientemente buenos, atractivos, inteligentes, responsables o capaces… y esto puede convertirse en un reto para demostrarnos a nosotros mismos de que podemos alcanzar lo que nos proponemos o por el contrario puede ser la piedra de tranca que nos acompañe siempre.

Limitarnos por falta de reconocimiento y confianza en nosotros mismos, nos obligará a estar en un banda inferior a la que podríamos y si llegamos a estar donde queremos, nos sentiremos con las sensación de que no lo merecemos, que no hemos hecho o somos suficiente, que ese lugar le corresponde a otro, o que sencillamente no ha sido por mérito propio, sino por algún factor externo fuera de nuestro alcance, donde hasta la suerte tiene cabida.

Soltar no es decir adiós, sino gracias


Muchas veces cuando hablamos de soltar, nos viene a la mente un adiós, un desprendimiento o separación de algo o alguien que nos haya mantenido atados a una situación. Pero debemos considerar que el verdadero acto de soltar, cuando lo asumimos desde lo más profundo de nuestro ser, es aquel que viene cargado de agradecimiento.

El agradecer por una situación que no nos ha agradado, que aún nos duele o que sentimos nos ha generado de alguna manera alguna consecuencia negativa, requiere de mucha sabiduría, requiere aceptación, entendimiento e inclusive fe.

Lo primero que debemos hacer es tratarnos de concienciar que cada situación que se nos presenta en la vida, de una forma u otra la hemos atraído, la necesitamos para poder avanzar o sanar nuestras heridas pasadas. Cuando entendemos esto, se nos hace más sencillo encontrar la relación entre diferentes acontecimientos de nuestras vidas, los nexos con determinadas personas y los pasos dados.


Ciertamente los puntos se unen hacia atrás, a medida que avanzamos en la vida es que se nos hace posible hacer una relación  precisa entre las diferentes estaciones de nuestro trayecto. Inclusive esto solo sería posible si nos lo planteásemos justo en el fin de este recorrido.

No es necesario ir haciendo conjeturas, ni trabajando cómo detectives tratando de descifrar cómo ha influido en nuestras vidas alguien en particular, o quizás tratar de darle sentido a un viaje realizado o ese trabajo que no tomamos… Solo basta con entender que todo está ocurriendo por un motivo y que cada paso que damos es el que necesitamos en ese determinado momento.

Cuando algo acaba, acaba, no debemos darle más vueltas, no debemos perder más tiempo. Todos sabemos en el fondo cuándo hemos hecho suficiente, cuándo hemos dado todo lo que podíamos, cuándo hemos llegado a límites de tolerancia, de respeto, de tiempo o cualquier otro que acote nuestra permanencia en una situación.

miércoles, 11 de octubre de 2017

3 enseñanzas Zen sobre el miedo que no tienen precio


Si el ego tuviera un motor, su combustible sería el miedo. El miedo puede hacernos temblar, hacernos sentir inútiles, o motivarnos hacia el cambio. En el estudio del Zen, aprendemos no sólo a superar nuestros temores, sino a ser valientes. Esto se conoce como el rugido del león de Zazen.


El león es la encarnación viviente del poder propio. Este animal tiene dominio sobre todo lo que ve, así como el coraje, la velocidad y el poder para alcanzar todo lo que desea. Su conducta es real y tranquila. La metáfora del león se utiliza para describir cómo se supera el miedo en la Majjhima Nikaya, una colección de discursos sobre las enseñanzas de Buda (link a los Sutras del León Zazen). Describen los temores que la mayoría de nosotros enfrentamos.



Miedo a la pérdida de la vida


El Maestro Zen, D.T. Suzuki dice que el miedo a la pérdida del cuerpo es lo que debemos superar primero. Al tratar de superar este miedo, nuestro ser interno toma conciencia de que estamos amenazando la bien aceptada noción de que somos simplemente seres corpóreos, y ese “pensamiento” nos asusta.

Necesitamos observar las sensaciones corporales que surgen cuando simplemente reflexionamos sobre el temor. Se produce una sensación de vacío en el bajo vientre, hay una inmovilidad en la base de la lengua, y nuestra respiración se restringe. Si tratamos de eliminar estas sensaciones corporales, sin embargo, el miedo se convierte en una cosa sin sentido. Es a través del cuerpo, que podemos hacer desaparecer el miedo de la mente.

Sukuki atestigua que, de acuerdo con el Zazen, nuestro objetivo es mantener el abdomen bajo lleno de energía, la respiración siempre uniforme, el latido del corazón tranquilo y los músculos de todo el cuerpo resilientes para que si las emociones como el miedo surgen, puedan ser fácilmente encontradas y despedidas.



Miedo a la pérdida del “yo”


Aunque podamos anhelar niveles de conciencia más ricos, no siempre estamos tan dispuestos a dejar ir los hábitos y las muletas que han sostenido nuestro actual nivel de conciencia. Como el poeta sufí Rumi dijo una vez, “Nadie encontrará su camino a la Corte de la Magnificencia hasta que sea aniquilado”.

El miedo nos hace equivocarnos, o nos vuelve dóciles; subyugados a la inmovilidad del mundo, por miedo al cambio. Nuestra conciencia fluctúa fácilmente, y nos cuesta alcanzar un estado de Zen, y con mayor dificultad en nuestras actividades diarias. Es sólo cultivando los 4 estados mentales Zen que podemos “llenar nuestros abdómenes” de poder y rugir como un león con valentía.



Miedo al sufrimiento