De la Abstracción y la Concentración a la Presencia Consciente
Estés donde estés y hagas lo que hagas, siempre hay tres cosas diferentes que puedes hacer con tu atención. En primer lugar, puedes poner atención a la cháchara del pensamiento en tu cabeza ― la corriente de asociaciones mentales (imágenes, recuerdos, proyecciones futuras, preocupaciones, etc.) que corren a través de nuestras mentes cuanto nuestra atención no está ocupada. En segundo lugar, puedes elegir sumergir tu atención en determinadas tareas o distracciones, tales como programas de televisión, revistas, Internet, o algún hobby. O, en tercer lugar, puedes dedicar tu atención a tu experiencia presente actual ― es decir, centrar tu atención en tu entorno real, y la experiencia que vives en ese entorno. Por ejemplo, si estás en la sala de espera de un consultorio médico, puedes soñar despierto (quizás pensar acerca de lo que harás el fin de semana, o reflexionar sobre algunos problemas que estés teniendo en el trabajo), puedes sumergir tu atención en alguna revista o en tu teléfono móvil, u observar a las demás personas a tu alrededor, o a los objetos, o a la decoración en sí. O cuando sales a correr, puedes ya sea soñar despierto, escuchar un audio-libro en tu i-pod, o sumergir tu atención en tu entorno, el escenario que va pasando y la naturaleza que te rodea.
En pocas palabras, hay tres estados: abstracción (es decir, inmersión en el parloteo mental), concentración o ensimismamiento (es decir, en actividades o distracciones) y presencia consciente (es decir, la atención consciente hacia nuestra experiencia actual). Por supuesto que no se trata de algo completamente absoluto y tajante ― en un estado de abstracción o concentración, aún estás en un estado de presencia consciente parcial. Por ejemplo, aunque uno esté soñando despierto o escuchando un audio-libro mientras corre, uno está obviamente consciente del entorno, hasta cierto grado ― lo suficiente como para prestar atención al tráfico, o para mantener la ruta deseada. Pero por lo general se trata de una consciencia muy básica y funcional; la mayor proporción de nuestra energía mental está dedicada a la concentración o a la abstracción.
Cada momento de nuestras vidas evaluamos inconscientemente estas tres opciones y elegimos una de ellas ― y por lo general es una de las dos primeras la que preferimos.
Piensa acerca de la cantidad de tiempo que pasas en cada uno de los tres estados. Como promedio aproximado, estima qué proporción de un día común y corriente pasas en un estado de abstracción, en uno de concentración y en uno de presencia consciente...
Les he hecho esta pregunta a muchas personas en talleres y en cursos por internet, y casi siempre estiman que pasan la mínima proporción de tiempo en estado de presencia consciente. Como promedio aproximado, la gente dice que pasa del 5 al 15% de su tiempo en presencia consciente, del 50 al 60% en concentración y del 25 al 35% en abstracción.
Esto es una lástima, porque vivir en un estado de presencia consciente es, por mucho, el estado más beneficioso. Estar presente equivale a un estado de bienestar. Nos permite percibir la belleza y la maravilla del mundo que nos rodea. Y, en cierto sentido, estar presente significa estar realmente vivo. Nuestras vidas consisten únicamente en el presente ― el pasado y futuro son sólo abstracciones que en realidad no existen. Nunca hay nada, excepto nuestra experiencia en el momento presente. Por eso, si no estamos conscientes de nuestra experiencia en el momento presente ―si estamos en un estado de concentración o abstracción― entonces, en cierto sentido, no estamos viviendo realmente.
Esto no quiere decir que debamos pasar todo el tiempo en un estado de presencia consciente, con nuestra atención dirigida a nuestra experiencia o a nuestro entorno. Tanto la abstracción como la concentración pueden resultar bastante agradables, útiles y necesarias, a veces. Pero ciertamente podríamos tratar de aumentar la cantidad de tiempo que le dedicamos a la presencia consciente. En términos de los porcentajes mencionados, podríamos intentar disminuir la cantidad de tiempo que pasamos en abstracción y concentración, y transferirlo hacia la presencia consciente.
El Amoroso Codazo Mental