a humanidad está cansada de verse privada de un modelo de vida al que aspirar; Es de vital importancia el surgimiento de hombres y mujeres con corazones iluminados por la luz del amor divino; para promover comunidades cuya forma de conducirse infunda esperanza al mundo.se busca ejemplos de cómo los seres humanos deben ser unos con otros. Se propone que examinen, dado el prominente papel que ha jugado en el estado de agitación en el que se hallan embrolladas tantas personas, la vida económica de la humanidad, que tolera la injusticia con indiferencia y considera la ganancia desproporcionada como el emblema del éxito. Estas perniciosas actitudes están arraigadas tan profundamente que resulta difícil imaginar cómo una persona sola pueda alterar las normas prevalecientes por las que se que rigen las relaciones en esta esfera. Desde luego hay prácticas que los amados de Dios evitarán, como son la falta de honradez en sus transacciones o la explotación económica de otras personas.
Observar fielmente las amonestaciones divinas exige que no haya ninguna contradicción entre nuestro comportamiento en lo económico y nuestras creencias religiosas, filosóficas o espirituales. Una sola alma,aplicando en su vida los principios de la justicia y la equidad, es capaz de fijar un estándar muy superior al umbral bajo con el que el mundo se mide a sí mismo.
Observar fielmente las amonestaciones divinas exige que no haya ninguna contradicción entre nuestro comportamiento en lo económico y nuestras creencias religiosas, filosóficas o espirituales. Una sola alma,aplicando en su vida los principios de la justicia y la equidad, es capaz de fijar un estándar muy superior al umbral bajo con el que el mundo se mide a sí mismo.
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