El lugar que habitamos es testigo de nuestra incesante evolución y desarrollo. Somos seres que tenemos la capacidad para ir en búsqueda de retos, desafíos y de proponernos cosas no antes vistas, definimos quienes somos y tenemos la capacidad de decidir hacia dónde vamos.
Es así como llegamos a reflexionar sobre la pregunta ¿cuál es el fin último de la vida? Después de varios intentos, esta pregunta nos hace pensar sobre alcanzar algo tan grande que como consecuencia nos convierta en personas plenas y felices, lo cual va más allá de los logros intelectuales y económicos del hombre. Es por eso que la consciencia nos permite entender que todos los seres vivos cumplimos un propósito o una función dentro nuestro ecosistema, el no corresponder al mismo, nos lleva a la extinción.
El descubrir nuestro propósito es un proceso individual, apasionante e inspirador de tal forma que una idea que surgió como un desafío personal puede ser compartida por muchos, si esta es lo suficientemente relevante para sus vidas.
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