Todos tenemos una profunda conexión con el Universo.
Cada vez más personas se dan cuenta de nuestra profunda conexión con el Universo. Incluso la ciencia nos proporciona explicaciones de esta conexión a través de la teoría cuántica.
Los cambios en el planeta Tierra incluyen gran variedad de fenómenos, desde anomalías de clima extremo a volcanes y terremotos, por lo cual es una buena idea ver si podemos dar sentido a algunos de los cambios en el clima cósmico que podrían estar afectando la forma en que pensamos y sentimos, pero también tienen un efecto en nuestros cuerpos físicos y energía.
Incluso, si eres una de esas personas que aman observar las fases de la Luna, indica que tienes el instinto natural de conocer los efectos de la Luna sobre nosotros. La Luna tiene el poder de afectar nuestros estados de ánimo, e incluso nuestros cuerpos. Cabe anotar que la Luna no es el único cuerpo celestial que tiene un efecto directo sobre nosotros, todo en el Cosmos está interconectado, y tiene algún tipo de efecto en lo demás.
1. Cambios cósmicos que hacen que nuestras energías disminuyan
Somos propensos a tener energías bajas cuando muchos planetas están en retrógrado, lo que significa que hay un tránsito significativo o cambio que está teniendo lugar.
Durante este período, estamos obligados a mirar hacia atrás a nuestro pasado para poder avanzar. Si no somos conscientes, estas bajas frecuencias de energía pueden crear bloqueos que nos hacen sentir atrapados, estancados, letárgicos, perezosos o desmotivados y sin enfoque.
En el nivel físico, podemos encontrar problemas digestivos, hinchazón, irritabilidad, congestión nasal, estreñimiento, dolores musculares y dolores de espalda. Como resultado, anhelamos un tiempo extra para dormir.
2. Cambios cósmicos que hacen que nuestras energías se eleven
El comienzo de un nuevo ciclo, como la luna nueva o la luna llena, evoca una mayor energía. Esto también ocurre cuando un planeta se mueve hacia un nuevo signo y en casos de un eclipse solar o lunar.
Este período de alta energía aumenta nuestra intuición y habilidades psíquicas y activa nuestro tercer ojo. Debido a que nos proporcionan una sensación de liberación, estas energías de alta frecuencia también amplifican dolores reprimidos, dolores, heridas y también buenos sentimientos.
También es el período en el que nos sentimos más llenos de energía e inspiración.
En el nivel físico, nos volvemos más sensibles. Podemos vernos afectados por tos, resfríos y virus ya que es una ocurrencia común durante este tiempo.
Aparte de eso, las frecuencias de alta energía pueden hacer que nuestro cuerpo sea propenso a problemas de presión arterial, pérdida de equilibrio, sensación de mareo, afecciones de la piel y problemas de la piel como espinillas o acné. También tendemos a sentirnos insomnes, preocuparnos más y estar inquietos.
3. Cambios cósmicos que dirigen nuestra energía internamente
Estamos obligados a dirigir nuestra energía hacia nuestro interior durante el retrogrado de los planetas, el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno.
Cada vez más personas se dan cuenta de nuestra profunda conexión con el Universo. Incluso la ciencia nos proporciona explicaciones de esta conexión a través de la teoría cuántica.
Los cambios en el planeta Tierra incluyen gran variedad de fenómenos, desde anomalías de clima extremo a volcanes y terremotos, por lo cual es una buena idea ver si podemos dar sentido a algunos de los cambios en el clima cósmico que podrían estar afectando la forma en que pensamos y sentimos, pero también tienen un efecto en nuestros cuerpos físicos y energía.
Incluso, si eres una de esas personas que aman observar las fases de la Luna, indica que tienes el instinto natural de conocer los efectos de la Luna sobre nosotros. La Luna tiene el poder de afectar nuestros estados de ánimo, e incluso nuestros cuerpos. Cabe anotar que la Luna no es el único cuerpo celestial que tiene un efecto directo sobre nosotros, todo en el Cosmos está interconectado, y tiene algún tipo de efecto en lo demás.
1. Cambios cósmicos que hacen que nuestras energías disminuyan
Somos propensos a tener energías bajas cuando muchos planetas están en retrógrado, lo que significa que hay un tránsito significativo o cambio que está teniendo lugar.
Durante este período, estamos obligados a mirar hacia atrás a nuestro pasado para poder avanzar. Si no somos conscientes, estas bajas frecuencias de energía pueden crear bloqueos que nos hacen sentir atrapados, estancados, letárgicos, perezosos o desmotivados y sin enfoque.
En el nivel físico, podemos encontrar problemas digestivos, hinchazón, irritabilidad, congestión nasal, estreñimiento, dolores musculares y dolores de espalda. Como resultado, anhelamos un tiempo extra para dormir.
2. Cambios cósmicos que hacen que nuestras energías se eleven
El comienzo de un nuevo ciclo, como la luna nueva o la luna llena, evoca una mayor energía. Esto también ocurre cuando un planeta se mueve hacia un nuevo signo y en casos de un eclipse solar o lunar.
Este período de alta energía aumenta nuestra intuición y habilidades psíquicas y activa nuestro tercer ojo. Debido a que nos proporcionan una sensación de liberación, estas energías de alta frecuencia también amplifican dolores reprimidos, dolores, heridas y también buenos sentimientos.
También es el período en el que nos sentimos más llenos de energía e inspiración.
En el nivel físico, nos volvemos más sensibles. Podemos vernos afectados por tos, resfríos y virus ya que es una ocurrencia común durante este tiempo.
Aparte de eso, las frecuencias de alta energía pueden hacer que nuestro cuerpo sea propenso a problemas de presión arterial, pérdida de equilibrio, sensación de mareo, afecciones de la piel y problemas de la piel como espinillas o acné. También tendemos a sentirnos insomnes, preocuparnos más y estar inquietos.
3. Cambios cósmicos que dirigen nuestra energía internamente
Estamos obligados a dirigir nuestra energía hacia nuestro interior durante el retrogrado de los planetas, el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno.