miércoles, 3 de agosto de 2016

Invierte en aquello que te puedas llevar al morir


Hace años cuando compré mi casa mi madre me preguntó justo antes de coger las vacaciones “hija ¿cómo es que te vas de viaje si no has cambiado las ventanas de tu casa?”. En ese momento algunas ventanas no cerraban bien y entraba un frío considerable por ellas. Quizás lo “sensato” hubiera sido quedarme, en cambio mi respuesta fue “prefiero invertir mi dinero en algo que pueda llevarme al morir”. Y mira, a día de hoy pienso igual.
Mis ventanas se quedarán aquí. Mis muebles, mi ropa y todo lo que poseo también. Mis viajes, mis lecturas, mis aprendizajes, mis decisiones, mis atrevimientos, mis relaciones, mis recuerdos… Todo eso me lo llevo donde vaya y es lo que me convierte en lo que soy.

“Estamos en una sociedad que nos da múltiples ideas sobre dónde gastar nuestro dinero, que da importancia a lo banal y nos convence de que somos imperfectos. ”
Estamos en una sociedad que nos da múltiples ideas sobre dónde gastar nuestro dinero, que da importancia a lo banal y nos convence de que somos imperfectos. Deberías quitarte esos kilos de más, deberías de ganar más (como tu hermano), deberías de casarte que se te va a pasar el arroz, deberías de ser diez centímetros más alto, deberías de teñirte el pelo que se te ven las canas, deberías de ser mejor madre… Todo a nuestro alrededor indica que ni tú ni yo somos lo esperado, lo perfecto. Y ahora ¿qué hacemos? Una posibilidad es luchar desesperadamente intentando llegar a un ideal absurdo. Para ello recorreremos tiendas y compraremos ropa que transmita nuestro gran estilo, nos someteremos a rigurosas dietas y tablas de ejercicios, compraremos la última maravilla antiarrugas, estaremos muy pendientes de lo que llevan y hacen los famosos (ellos sí que saben) y, sobre todo, nos dejaremos un dineral intentando aparentar ser alguien que no somos. Al final de esta carrera estaremos como el hámster en la rueda: en el mismo sitio. Un lugar muy, muy lejos de nuestro verdadero ser.

“Criticarse a uno mismo es la herramienta más efectiva de una sociedad de consumo”


El otro día viendo un video de Esther Perel decía que “criticarse a uno mismo es la herramienta más efectiva de una sociedad de consumo”. Efectivamente tratar de convertirnos en otra persona cuesta mucho dinero y al final nos quedamos eternamente frustrados. Como ex publicitaria me pongo algo tensa cuando escucho (muy de vez en cuando, normalmente quito el volumen) las barbaridades que nos cuentan en los anuncios. Si quieres ser buena madre debes tener la casa impoluta y dar a tus bebés unos maravillosos polvos que sustituyen perfectamente tu leche materna. ¿Qué sabrá la naturaleza de alimentación? ¡La tele sabe más! También deberías de saber que el mundo está lleno de gente mala que quiere entrar en tu casa, ante la duda témelos a todos y, sobre todo, contrata el servicio de seguridad que solo quiere lo mejor para ti (ni se te pase por la cabeza que desean aprovechar tu miedo para enriquecerse). Ya que estás tampoco está de más que compres un coche que ni necesitas ni te viene bien pagar, porque da mucho estatus. Como estos ejemplos, cientos.
Con esto no quiero demonizar a los publicitarios, solo indicar que son cómplices al reforzar las bases de una sociedad enferma con sus anuncios. Eso sí, cada vez que tú te crees lo que dicen también lo eres. ¿Es sencillo salir de esa rueda? No. ¿Se puede? Sí.

“ Al reflexionar quizás veas que detrás de lo que compras hay miedo, falta de valoración personal o ganas de aparentar. En tal caso, ahórratelo. ”

NO DES IMPORTANCIA A LO QUE NO ES IMPORTANTE‏


“El mundo está lleno de cosas bellas; la vida y la muerte son las más importantes.”(Anónimo)

“Desde hace tiempo ha sido para mí un axioma que las cosas pequeñas son con mucho las más importantes.” (Arthur Conan Doyle)

“El mayor azote de la vida moderna es tener que dar importancia a cosas que, en realidad, no la tienen.”(Rabindranath Tagore)

Hay una diferencia notable entre aquello a lo que le damos importancia y lo que es importante.
En el primer caso es una valoración subjetiva e interesada, y cada persona mete en esa definición lo que es conveniente a sus intereses. En cambio, lo que es importante, ya lo ES. No necesita ser valorado porque ya tiene su propio valor.
Hay cosas que son importantes para buena parte de la Humanidad, y cosas que aparentan ser importantes para uno, pero solamente porque se les otorga esa importancia. Cuando algo es realmente importante para ti, según tu escala de valores personal, debes hacerlo tuyo, cuidarlo, defenderlo, y lograr que forme parte indisoluble de ti.

Para que tu vida sea lo más satisfactoria posible, para que sea plena y atractiva, es preciso que descubras lo que es importante PARA TI. Y que nadie se escandalice pensando que esto es apología del egoísmo, porque no lo es. Es apología del Egoísmo, con mayúscula. Y es notable la diferencia. En este caso, “egoísmo” no tiene que ver con el ego, sino con el Uno Mismo. Desear lo mejor para Uno Mismo es justicia, y no otra cosa. La vida está compuesta por momentos rutinarios y vacíos, y por otros que calificamos como buenos o felices, por tragedias y disgustos, aunque, en realidad, son solamente definiciones o adjetivos, y no siempre se adjudican bien.

Hay otros momentos que SÍ son importantes.
Y esos momentos se pueden provocar. Se pueden crear a voluntad propia. Porque el valor de algo no se lo adjudica una tasación externa: no hay una tarifa. Es Uno Mismo quien hace que la sonrisa de otra persona sea el acto más trascendental de su vida, que una puesta de sol se convierta en un recuerdo histórico, que una palabra que le dedicaron sea esencial en su existencia, o un beso sea lo más valioso que tiene.
Cada uno puede, y debe, hacer que todo en su vida sea grandioso, especial, maravilloso, porque estos adjetivos pueden dejar de serlo para convertirse en estados del alma, en sentimientos profundos.

Los sentimientos, y no los pensamientos, son los que acaban apreciando y decidiendo lo que realmente es importante. Los pensamientos tienen facilidad para enumerar las cosas a las que damos importancia, que casi siempre son cosas y logros materiales. Los sentimientos, en ese terreno, son mucho más sinceros porque no se sienten condicionados por los asuntos externos cuyo valor es apreciado socialmente pero a ellos no les parecen meritorios.

Lo importante está dentro, mientras que las cosas a las que damos importancia están fuera.

Lo importante forma parte de nosotros, de nuestra esencia, mientras que a lo que damos importancia se queda fuera. Si lo piensas, posiblemente llegues a la conclusión de que los momentos más importantes de tu vida están relacionados con sentimientos –los sentimientos que te han provocado a ti y no a tu ego, acláratelo bien-, y son sentimientos que te los han producido cosas inmateriales: besos, abrazos, palabras, afectos, miradas, compañías, amor…

Las cosas a las que das importancia te han podido dar placer, pero eso no es importante, eso es algo a lo que das importancia. Conviene saber distinguir una y otra cosa.
Y valorar y promocionar lo importante, que es lo enriquece la vida.
Si lo valora tu ego, le está adjudicando importancia. Si lo aprecia tu Ser, entonces es importante.

martes, 2 de agosto de 2016

“Después del invierno siempre llega la primavera”


Sea lo que sea lo que queramos hacer en la vida, y aunque tengamos los mejores proyectos, siempre nos encontramos con dificultades, con obstáculos. 

Debemos saberlo y tomar precauciones para nunca dejarse llevar por el desánimo, que es una de las peores tentaciones que existen.


Cuando empecéis a sentiros agobiados, sobrepasados por la situación, decíos inmediatamente que este estado no va a durar. 

Refugiaos en vosotros mismos, como si entraseis en hibernación y permaneced ahí hasta que el soplo de la vida vuelva a visitaros. 

El desánimo es como el invierno; pero después del invierno llega la primavera. 

Según los años, la primavera llega más o menos pronto; a veces, llega muy tarde, pero siempre acaba llegando.

Por eso nunca hay que perder completamente la esperanza y el ánimo. 

En un momento u otro, vuestro entusiasmo, vuestra energía, volverán. 

La causa de todo sufrimiento

Sri Bhagaván

La causa raíz de todo sufrimiento es el sentimiento de existencia separada. Tenemos una conciencia divisiva que percibe las cosas como el yo y el no yo, lo mío y lo no mío, como mi gente y la tuya, como mi nación y la tuya.

Habiendo dividido todas las cosas, nos sentimos amenazados por el otro. El miedo luego engendra guerra, conflicto y más formas de violencia.

¿Estamos entonces más allá de la redención? ¿Deberíamos permanecer como un grupo de filósofos pesimistas o apáticos observadores lamentando nuestra perdición colectiva? No necesariamente.

Como raza humana, estamos al borde de una transición colosal desde la separación a la Unidad. Despertaremos de la oscuridad a la luz, de la falsedad a la verdad. Nos daremos cuenta de la unidad de todas las cosas vivas.

Aunque cada uno de nosotros viva vidas diferentes, ubicadas lejos unas de otras en el espacio y el tiempo, somos biológica, emocional y espiritualmente uno. Hay sólo un cuerpo. 

Lo que le sucede a los animales en los mares, nos sucede a nosotros, hombres y mujeres. 

Lo que le ocurre a los bosques, nos ocurre a nosotros en nuestros cuerpos, ya que nuestros cuerpos, como los árboles, están hechos de la misma tierra. ¿No son nuestros cuerpos formas de barro en movimiento dotadas de inteligencia?

Un esfuerzo consciente de sanar la tierra se manifestará como la sanación final de nuestros propios cuerpos. Hay sólo una mente. Ésta es la mente que ha fluido a través de nuestros antepasados, de nosotros y la que continuará viviendo a través de nuestros hijos y su progenie. El tormento colectivo o el miedo sufrido por nuestro propio hermano en una parte del mundo se manifestará como las pesadillas, en sueños o vigilia, de alguien en otro lugar del mundo.

Nuestros placeres y dolores están interminablemente interconectados. Somos uno y no podemos continuar viviendo más en la ilusión de la separación. Hay sólo una conciencia. Vivimos en un universo holográfico. Cada individuo despertando a la unidad está afectando automáticamente a miles de personas, empujándolas hacia la única alternativa cuerda de experimentar la realidad.

RESPETO


Nunca permitas que nadie, absolutamente nadie, perturbe tu paz y tu libertad.

Cada vez que permites que alguien te maltrate, ya sea física, verbal o emocionalmente, estás permitiendo que perturbe tu paz y tu libertad, y por tanto, no aprendes la lección y ésta se va a ir repitiendo una y otra vez, con distintos escenarios y personas.

Nunca perturbes la paz y la libertad de otra persona, animal, la naturaleza, la madre Tierra, etc… Todo está vivo, y todo debe ser respetado.

Mientras perturbes la paz y libertad de otro ser sintiente, estás generando sufrimiento y karma, que se te devolverá en su momento; experimentarás el mismo sufrimiento que generaste, como ley de equilibrio y consecuencia.

El amor incondicional no se trata de decir a todo que Sí…
No se trata de permitir todo…
No se trata de que los demás perturben tu paz y tu libertad y tú no les pares los pies o te alejes de ellos…
El amor incondicional te enseña a saber decir “No” cuando alguien está perturbando tu libertad.

Busca siempre tu equilibrio… aprende a saber decir “No” y a alejarte de todo aquello y todos aquellos que no te respetan y que actúan manipulándote para que seas su esclavo.

lunes, 1 de agosto de 2016

“Un buen día de mañana”


“El futuro es muy a menudo una fuente de preocupación para los humanos: se preguntan si no les va a faltar dinero, si tendrán de qué comer, dónde vivir, etc. 

Se preocupan tanto por todo eso que descuidan cuestiones mucho más importantes, cometen faltas que deberían reparar inmediatamente pero que no lo hacen y como todo eso se acumula, llega un momento en el que se encuentran sumergidos, aplastados.

Para evitar caer en este engranaje, es necesario meditar las palabras de Jesús: 

«No os inquietéis del día de mañana, porque el día de mañana cuidará de sí mismo.» 

El día de mañana cuidará de sí mismo significa que, si veláis cada día para que todo vuestro comportamiento sea impecable, el día de mañana quedará automáticamente despejado; y estaréis disponibles para realizar vuestros proyectos, siguiendo siempre vigilantes para que nada se quede atrás. 

De esta manera, cada nuevo día os encontrará libres, bien dispuestos, dispuestos a trabajar, a estudiar, a alegraros y toda la vida tomará un colorido extraordinario de felicidad y de bendición.

¿Qué es el Agua Codificada?


El agua es el remedio más barato y abundante del mundo, dado que la enfermedad es una desincronización y el agua, con las estructuras que adopta, es por su naturaleza, sincronizadora de todos aquellos medios que contienen agua, como el cuerpo humano, las plantas y los animales.

Según la ley de Desdoblamiento del Tiempo que expresa que todas las conexiones en el ser se realizan a través del agua y según Masaru Emoto, el Dr. japonés que documentó fotográficamente cómo el agua se sintoniza con las vibraciones, el agua debería tomar la codificación apropiada y alejar toda mala vibración (desorden) que pudiera contener, purificándose entonces.

Esta cualidad del agua ya era conocida y practicada por los antiguos místicos antes de que “las descubriera” M. Emoto y también J. P. Garnet con su ley del Desdoblamiento, conocimiento milenario que por alguna causa, no fue transmitido apropiadamente a las personas a pesar de que los medios de comunicación fueron desarrollándose e incrementándose a través de los tiempos. Puede que uno de los inconvenientes más entorpecedores, haya sido que un vaso de agua generalmente no se puede cobrar.

Al agua se le puede pedir que adquiera su más alta vibración mediante la meditación, sosteniendo el vaso con ambas palmas de las manos, unos 5 minutos en los que la persona se encuentre relajada y con el pensamiento en positivo o en lo que la persona sienta como que es benéfico y luminoso antes de tomarla.

Y con mucho amor pidiéndole que nos ayude, al tomarla, con salud y sanación de cualquier problema, malestar o enfermedad. Me recuerda un caso en el que una señora curó su cáncer de piel, lavándose con agua muy amorosamente tratada (¿Habría desarrollado el cáncer esta señora en respuesta a una falta de amor a sí misma?).