¿Sientes una repetida dosis de vergüenza, angustia o enojo en tu vida?
Si ante situaciones que se repiten sientes una respuesta emocional que te cuesta modificar, entonces estás ante una adicción emocional.
En este artículo descubrirás como salir de ella. En la actualidad el término adicción hace referencia a: “cualquier tipo de conducta que el individuo no puede controlar, que lo lleve a comportamientos dependientes y compulsivos, que atraen hacia él consecuencias que deterioran, afectan negativamente y destruyen relaciones, a la vez que perjudican su calidad de vida en general, impidiendo su funcionalidad en la sociedad”
¿Pero por qué no podemos controlar nuestras emociones?
¿Qué es lo que sucede dentro nuestro que nos impide reaccionar de manera diferente?
El origen de la adicción emocional se encuentra en la construcción de una salida “placentera” a situaciones dolorosas. Por ejemplo, en lugar de experimentar vívidamente una situación que te provoca dolor, buscas mitigar ese dolor de forma inconsciente a través del enojo.
El enojo en este caso adormece, hasta cierto punto, el dolor. Esto evidencia una falta de manejo emocional y espiritual frene al dolor. Para evitar el dolor, siempre recurrimos a un alivio rápido aunque sea de corta duración.
Por lo tanto, estamos manteniendo una relación defectuosa con el dolor, del cual simplemente huimos o tratamos de evitar. Esto significa que, con el tiempo, ante cualquier señal de dolor o que nosotros percibamos como una amenaza, reaccionamos de la misma manera.
Estas reacciones pueden ser:
Mentales Ejemplo:
Cuando te notas triste, comienzan a surgir los mismos pensamientos destructivos de siempre como “No sirvo para esto”.
Fisiológicas Ejemplo:
Cuando sientes un fuerte enojo, te empieza a bullir la sangre. Una emoción altera la química corporal.
Motoras Ejemplo:
Cuando te sientes frustrado, comes más de la cuenta. Cuando te sientes estresado, te prendes un cigarro.