La Rana René no lo podía creer cuando su psicólogo le dijo que ella no actuaba por voluntad propia.
Se tomó exámenes y comprobó la verdad.
En realidad, era un titiritero quien controlaba sus actos y sus palabras.
Esto no es una broma, es la realidad que muchas personas viven en el mundo. Ellos creen que actúan de forma libre y voluntaria, pero en realidad –como le sucede a René- otros controlan sus vidas.
¿Cómo es posible que otra persona controle tu vida? Eso sucede cuando vives para cumplir las expectativas de tus padres, de tu pareja o de tu gurú. Mientras vivas para complacer a otros no eres libre, eres una marioneta de los demás.
Muchas personas son adictas al reconocimiento, siempre están buscando que otros alaben sus logros y éxitos. Esta adicción es más fuerte que la cocaína y es la causa de la infelicidad humana. Esta adicción hace que te vistas, hables o actúes según lo que se espera de ti por parte de tu iglesia o grupo de amigos. Todo esto con tal de recibir el anhelado reconocimiento.
La libertad máxima está en la posibilidad de Ser quien eres. Para eso debes liberarte de la necesidad de complacer a la sociedad, lo cual incluye la religión y la familia.
Ser quien eres requiere mucha valentía, hará que otros te ataquen o se burlen de ti. Pero al final alcanzarás el don más preciado: la congruencia. Congruencia es cuando lo que piensas, lo que sientes y lo que haces está en armonía.
La mayoría de las personas está fragmentada: piensan una cosa, sienten otra y dicen lo contrario. Esa es una forma de vivir muy pobre. Para ser congruentes hay que ser auténticos, originales, hay que ser nosotros mismos. Y eso requiere renunciar al control de los demás, renunciar al condicionamiento y programación de la sociedad. Esto es libertad pero muy pocos quieren obtenerla, ellos prefieren vivir dentro de la seguridad que les ofrecen las prisiones mentales construidas con las creencias más arraigadas. Eso le proporciona seguridad a la mente, la mente no puede vivir sin seguridad.
Para ser libres hay que dejar de tener miedo. Pero no se trata de rechazar el miedo, sino de tomar Consciencia Plena de él para comprender su naturaleza ilusoria.
Ahora que te das cuenta de que muchas de las cosas que has hecho han sido con el objetivo de cumplir con las expectativas alguien más empiezas a reflexionar sobre tu vida… ¿qué es real y qué no? ¿Es aterradora esa sensación de vacío?
La mente se confunde, el ego busca la manera de defenderse de este ataque. Simplemente obsérvalos de forma ecuánime. No juzgues los pensamientos, con el sólo hecho de ser observados estos pasan a un segundo plano y pierden el control sobre tu vida. Lo demás vendrá por añadidura…
fuente:http://serelser.blogspot.com.es/2014/06/que-pasaria-si-te-enteraras-de-que-toda.html