La mayor fuente de insatisfacciones no es la realidad, las adversidades o los obstáculos, sino nuestras expectativas. Somos nosotros nuestro principal enemigo porque, cuando nuestras expectativas son demasiado elevadas y no se corresponden con la realidad, corremos el riesgo de venirnos abajo. De hecho, una de las características esenciales de las personas resilientes consiste en tener expectativas adecuadas, objetivas y contextualizadas.
Para formar expectativas que guíen nuestros pasos por el buen camino, no basta con ser conscientes de nuestras potencialidades y limitaciones sino que también debemos tener una imagen realista del mundo que nos rodea. Desgraciadamente, con el auge del positivismo en la Psicología, muchas personas han perdido, de cierta manera, el contacto con la realidad, alimentando expectativas poco realistas que dan lugar a la frustración y hacen que el fracaso tenga un sabor aún más amargo. Las expectativas irreales no solo no nos acercan a nuestras metas sino que nos convierte en personas más vulnerables.
Por eso, de vez en cuando es conveniente tener en cuenta algunas lecciones de vida, enseñanzas que pueden convertirnos en personas más fuertes o, cuanto menos, más conscientes y proactivas.
¿Cuáles son las enseñanzas que siempre deberías tener presente?
1. Puede que no exista un mañana
Es probable que ahora mismo haya alguien en el mundo planificando un mañana que no llegará. Es triste pero, a la misma vez, es cierto. Todo lo que tenemos es el presente, así que es mejor que lo aprovechemos sabiamente, porque el mañana es incierto.
2. La vida no es fácil
Para lograr que nuestros sueños se hagan realidad, debemos trabajar duro. El éxito se construye día tras día, no llega con golpes de suerte. Detrás de cada persona exitosa, siempre hay una historia de sacrificios. Cuanto antes comprendamos esta realidad, antes podremos poner manos a la obra.
3. No se puede controlar todo
La sensación de control nos hace sentir cómodos y seguros. Sin embargo, la mayoría de las cosas más importantes de la vida, se escapan a nuestro control. Eso implica que, en vez de invertir tiempo y esfuerzo en intentar controlarlas, es mejor aceptar la incertidumbre y aprender a lidiar con la inseguridad ante el futuro.
4. La información no es conocimiento
Tener información no significa, necesariamente, comprender, los conocimientos más importantes de la vida suelen provenir de la experiencia directa. Solo a través de esas vivencias podemos crecer y entender la verdadera magnitud de muchos eventos. Es necesario experimentar y vincularse emocionalmente para conocer a fondo.
5. Es imposible cambiar el pasado
Nadie puede volver atrás para empezar de nuevo, pero tenemos la posibilidad de comenzar hoy mismo a construir un nuevo final. De nada sirve lamentarse por lo ocurrido porque no podemos cambiarlo, pero podemos cambiar nuestra reacción ante ese evento. Recuerda que solo cuando aceptamos el pasado, nos liberamos de él y somos libres para construir un nuevo futuro.
6. No se obtiene, sin dar algo a cambio
Por mucho que la sociedad se haya empeñado en decirnos que podemos obtener todo lo que deseamos, lo cierto es que para lograr grandes cosas, para poner en práctica cambios trascendentales, siempre nos veremos obligados a renunciar a algo. Ir hacia adelante también implica dejar cosas, costumbres o incluso personas en el pasado.








