martes, 16 de junio de 2015

“El patrón conductual y el tablero rúnico de la mente” David Topí.


Hemos hecho alusión en varias ocasiones a las runas del patrón conductual, y pensaba que, en general, era algo conocido por haber varios artículos en la red que hablan de ello desde diferentes ángulos. Como, por las preguntas que recibo, veo que no es así, os hago un resumen de este artículo extraído del blog “Ciencia Cósmica” y de este otro de Detrás de lo Aparente, donde está bastante bien explicado combinando ambos. Como complemento, la antropóloga mexicana María del Rosario Mendoza hizo en 2005 una tesis doctoral sobre los esenios, quienes parece que tenían cierto conocimiento sobre la estructura de nuestras esferas mentales y donde trabajó y tocó un poco también este tema, que se puede descargar aquí.

Extraído de ambos artículos y de los documentos anteriores, ésta es la explicación resumida de cómo funciona el patrón conductual:

El funcionamiento automático del cuerpo orgánico

Los seres humanos tenemos un sistema automático de funcionamiento regido por el centro motor e instintivo, por el cual no hace falta que nosotros seamos conscientes para que su funcionamiento sea correcto. Estos sistemas automatizados se manejan por “patrones básicos” o programas preestablecidos que vienen cargados de fábrica en nuestro ADN. Nuestro sistema tiene funciones básicas que son autónomas a nuestra voluntad y que efectúan su trabajo sin nuestra intervención, como son las funciones metabólicas de nuestro cuerpo y de conducta de nuestra mente. Estas funciones están regidas por patrones metabólicos y conductuales específicos que trabajan con programas básicos, pero complejos.

El patrón conductual es una placa energética que está ubicada en la superficie de las esferas mentales, en la parte superior del cuerpo calloso y consiste en una laminilla de seroglobulina beta. Dicha laminilla se subdivide en ocho filas y ocho columnas, formando un total de 64 casillas que cumplen una labor específica y está formada por tres capas o niveles: el nivel externo o de registro, el nivel medio o de interpretación y el nivel inferior o de conexión.




¿Cuál es la función de este tablero rúnico insertado en nuestra mente? Estamos de acuerdo en que todo lo que acontece en nuestro medio ambiente nos afecta según como lo valoremos cada uno, ya que una situación que para una persona es completamente normal, para otra no lo es; para el nudista es normal estar desnudo en una playa, pero para una persona puritana, sería el colmo de la inmoralidad y ninguna entenderá a la otra, pues cada uno piensa tener la razón. El patrón conductual es la lente a través de la cual interpretamos las diferentes situaciones.

Grabando las runas

Del mundo que nos rodea recibimos toda clase de estímulos desde nuestro nacimiento, por medio de nuestros sentimientos y emociones; igualmente del medio ambiente, ya sea éste familiar, escolar, religioso o social. Estos estímulos se convierten en impulsos electrónicos que se graban en la laminilla de seroglobulina; donde quedan registradas todas nuestras impresiones y experiencias en el mundo material. Estas grabaciones se registran en forma de símbolos, que se denominan Runas. Encontramos allí las runas que corresponden al nivel del hombre “común”, cualquiera de nosotros, ocupando las 48 primeras casillas. De igual manera aparecen allí 16 casillas que corresponden a las runas del nivel llamado “SUPERHOMBRE”, un siguiente nivel evolutivo.

Entonces, de los tres niveles que tiene cada runa, el nivel externo es aquel que registra la información en bruto, las señales recibidas de los estímulos externos de los sentidos. El nivel medio o de interpretación es aquel que se ocupa de asociar y decodificar la información recibida por el primer nivel, y el nivel inferior o de conexión es el encargado de conectar los canales aferentes (anatomía biológica o energética que transmite un impulso desde una parte del organismo a otra del mismo organismo) o eferentes (anatomía biológica o energética que trasmite impulsos hacia afuera desde una parte del organismo a otras que se consideran periféricas con respecto de ella) con la memoria celular, registro hormonal, central de archivos volitivos (arquetipos que manejan la voluntad) y memorias védicas de la persona.

Cambios periódicos en las runas

La realidad es

Gilbert Schultz

Palabras son palabras

Ninguna palabra puede capturar el significado de la vida. Todas estas palabras son como cualesquiera otras, sólo palabras. Los libros sagrados y la literatura profana son lo mismo. Están hechos del mismo material: papel, tinta y palabras. No hay nada en ningún libro que pueda sostenerse por sí mismo. Las palabras se registran y evocan un significado, ¿pero de dónde? Tú suministras todo el significado. El destino de todos los libros impresos es quedar reducidos a polvo.

La consciencia no está sujeta a la mente. No hay ningún “llegar a ser consciente” real que tenga lugar en alguna parte. Todo aparece como un desplegarse sobre la consciencia. El despliegue es siempre cambiante, mientras que la consciencia permanece tal como es. Si alguna palabra resuena en ti, bien, si no, no te preocupes. Muévete hacia aquello que resuena. Es la resonancia lo que cuenta. Cualquier supuesto “llegar a ser” que esté apareciendo, pertenece al tiempo y la mente. La consciencia no está sujeta a la mente.

El tiempo es memoria y la mente es tiempo. Toda duda está limitada al tiempo. ¿Y quién es el que recuerda? ¿Quién es ése envuelto en recuerdos? ¡Los recuerdos son sólo olas transitorias de apariencia! Lo constante, es-idad, ES ― tú ERES realidad. ¿Por qué sacrificas tu absoluto silencio y la simplicidad del comprender por un puñado de creencias, palabras y conceptos?

Enfatizar la “iluminación” como algún logro especial es la información más inconducente de todas. Hipnotizada por esa promesa, la mente pasa por alto la perfecta y simple naturaleza de la vigilia ordinaria. Tú debes SER, y sólo puedes ser, siempre, esta presencia que tú eres. No hay ninguna necesidad de colocar una identidad (“yo”) sobre esta cognición desnuda.

Como “el gurú del gurú” de mi último maestro señala: “Tú eres el silencio y la quietud desde la cual surge el universo entero”. La manifestación es sólo la apariencia de “ninguna cosa”. El psicológicamente limitado “yo” no conoce esto, ni tampoco puede conocer realmente nada en absoluto, simplemente porque, en sí mismo, es una entidad supuesta (en la que se cree), hecha sólo de pensamientos, y los pensamientos no pueden conocer nada por sí mismos.

El pensamiento es aparentemente poderoso. Sin embargo, todo pensamiento no tiene más sustancia que la de una efímera mariposa en la imaginación. Nuestra verdadera naturaleza silenciosa absorbe cada sonido. No hay NINGUNA entidad aquí o allí que conozca nada, y no obstante, todo es conocido espontáneamente y sin esfuerzo, con anterioridad a la idea de “yo”.

Puede muy bien que caigas en la cuenta de que esta PRESENCIA desnuda ―esta simple presencia cotidiana, tal como es― es “lo que yo soy”. La presencia no cambia, aun cuando pueda existir la creencia de que está en constante flujo. Es la mente la que está vibrando en la miríada de “cosas”, no la presencia o consciencia.

Cuando la mente concreta su propia vacuidad, todas las preguntas y posibles respuestas desaparecen naturalmente por sí mismas, y se cae en la cuenta de que “lo que verdaderamente soy” está totalmente desnudo, sin ninguna carga. Es CONOCER, la actividad de conocer. No tiene ninguna forma.

La libertad no tiene obligación alguna, ni objetos, ni sujetos, ni ídolos ni imágenes. En el VER desnudo, la creencia es naturalmente reemplazada, sin incidentes, por este CONOCER inmediato, el cual, irónicamente al parecer, ha estado siempre presente, aunque aparentemente cubierto por creencias.

“CONOCER” ES. No hay nada que sacar de este libro. Puede que revele simplemente lo que ha sido siempre obvio, bien a la vista. Si coges un “regusto” de lo que se está señalando, no quedarás solo. Como a un sabueso tras las huellas de un zorro, el aroma te llevará adonde necesitas ir. El aroma es la resonancia en el ser ―el tañer de la campana― el conocer que hay algo innatamente conocido y verdadero, aun cuando la mente no pueda explicarlo.

Es en verdad muy, muy simple. Esta energía pura, que se manifiesta como esta apariencia fenoménica llamada “el mundo y yo”, parece seductora, y la mente tiene el hábito de enredarse con sus propias ocupaciones, pero los hábitos pueden romperse.

Observa a la mente y ve cómo opera. Calla y VE. CONOCER es cognición instantánea, inmediata. ¿Puedes realmente negar que está ocurriendo ahora mismo?

El niño alcanza la “madurez” cuando cae en la cuenta de que Santa Claus pudiera ser un personaje inventado, ¿verdad? Tal vez entonces el adulto alcance la “madurez” cuando haya la “realización” de que el “yo” es también un personaje inventado.

¡No hay NINGÚN individuo real en ninguna parte! Todos los pensamientos aparecen y desaparecen… no obstante, tú permaneces. Aun en el sueño profundo, si alguien llama a tu puerta lo bastante fuerte, o en un terremoto, vas a despertar y levantarte.

La consciencia ES.

Cuando “estás” en sueño profundo, no hay nada que conocer. Los sentidos, abatidos, han sido arrullados hasta la pasividad. En el sueño profundo, has retrocedido hasta tu verdadera naturaleza ― ¡la FUENTE única!

Por la mañana estás repuesto. ¿Necesitas acaso conectar las baterías antes de que la consciencia esté allí? ¡No! La consciencia está allí antes de que abras los ojos. ¡Nunca se fue! Es lo que tú ERES. Una vez despierto te pones en movimiento, y pronto te colocas una máscara y una identidad limitada, inconscientemente, y el drama de la vida se despliega una vez más.

Uno debe “entrar” en la propia nada conscientemente, para realizar la verdadera naturaleza de uno. Si estas palabras ayudan en algo, santo y bueno. Deja a los “otros” aferrarse a sus sagradas creencias de estar atrapados en el tiempo, atrapados en un sistema de creencias mecánico o habitual. Los pensamientos son materia muerta. El pasado, muerto y terminado. En este presente vivo “deja que los muertos entierren a los muertos” ―deja que el pasado se haga cargo del pasado― y sé esta inmediatez, que es eternamente ahora. Es tiempo de sacudir la jaula de las creencias erróneas. Sin una sacudida, las tristes historias del “yo” simplemente se perpetúan. Así que… ¡no más historias tristes sobre “mí”!

La realidad es

¿CÓMO PODEMOS ACEPTAR?


La aceptación es una de las cosas más difíciles, es todo un trabajo interior que requiere de mucha comprensión.

Cuando se da una situación concreta en la vida, la cual te produce malestar, como por ejemplo tener un trabajo que no disfrutas y no te sientes feliz con él; no te gusta y es algo que te ves obligado a vivir, pero no puedes de ninguna manera cambiar la negatividad y el rechazo que sientes con respecto a ello, suele surgir resignación en ti.

La resignación no es aceptación, la resignación es cuando algo no te gusta, no sientes alegría con ello, pero interiormente dices "no tengo más remedio que aguantar".

Llegar a este punto, es ir en contra de nosotros mismos, pues no podemos realizar ninguna actividad si no sentimos en lo más profundo de nuestro interior alegría alguna. De aquí surge el enojo, la ira, la depresión, la resignación, la esclavitud... Te sientes totalmente preso, sin alternativa alguna, y no eres feliz. Te ves "obligado" a vivir esa experiencia que la vida te ha puesto delante, sin otra solución.

Esto es un karma.

Cuando la vida te pone delante cualquier experiencia de la cual sientas sufrimiento y negatividad, es karmático.

Por tanto, la única manera que tenemos de transformar nuestra negatividad y resistencia interior ante la experiencia es con la ACEPTACIÓN.

¿Y cómo podemos aceptar?

Con comprensión... con sabiduría... con una visión superior.

Sabemos que la vida está regida por el karma, la ley de causa y efecto. También sabemos que todo es impermanente.

Somos conscientes de que en la vida venimos a experimentar lecciones para "aprender" de ellas (volvernos más sabios y conscientes), por tanto, lo único que debemos hacer para lograr aceptar es CAMBIAR NUESTRO ENFOQUE. Es decir, cambiar nuestra manera de ver las cosas... mirar desde otra perspectiva más elevada y superior, conscientemente, con sabiduría, sin identificarnos con la experiencia en sí, ya que es en la propia experiencia donde se esconde el aprendizaje, la lección.

Si cambiamos nuestra percepción de las cosas, podremos lograr más comprensión y por tanto, más aceptación.

En el ejemplo anterior sobre el tener un trabajo que no nos satisface, no nos produce alegría, hemos de ser conscientes de que en ese trabajo se esconde la gran lección que la vida nos ha traído. Hemos de observar en nuestro interior y discernir; buscando el "por qué y para qué tengo que vivir esto".
Cuando indagas en tu interior, descubres que ese trabajo es la gran oportunidad para ti de lograr un estado más elevado de consciencia.

"¿Qué es lo que tengo que aprender de este trabajo que no me gusta?"...
La respuesta puede ser "ser más paciente", "ser más tolerante", "adquirir más sabiduría", "volverme más consciente", etc...

No hay ninguna experiencia que no nos aporte más sabiduría, pues la vida no suele darte lo que quieres sino lo que necesitas para impulsar tu estado consciencial.

Por tanto, viendo la situación desde esta perspectiva más elevada (sin estar identificado, atrapado, en ella), es cuando podemos aceptar que todo lo que experimentamos en la vida es para nuestra propia evolución.

Una vez hayas aprendido lo que tenías que aprender de esa experiencia, automáticamente ésta desaparecerá; ese karma se disolverá... ya lo habrás liberado, trascendido.

Agradece por cada situación y vivencia, pues en ella se esconde el más grande de los tesoros "impulsar y expandir tu estado de consciencia y adquirir más sabiduría y comprensión."

Camino al Despertar

lunes, 15 de junio de 2015

ESTAS TENIENDO PROBLEMAS CON TU MEMORIA? PERCEPCIONES PENTA DIMENSIONALES


Muchos estáis teniendo problemas con vuestra memoria. Quizá no estéis seguros de por qué sean causados, si es porque os deslizáis cada vez más en el AHORA, o porque tenéis algún problema en vuestro vehículo terrenal. En muchos de vosotros ha surgido este “problema” porque estáis pensando multidimensionalmente con vuestro cerebro tridimensional.

Vuestro cerebro tridimensional no fue creado para pensar multidimensionalmente. Pero por causa de que vuestra consciencia se está expandiendo más allá de los límites del Mundo físico, necesitáis “cambiar de velocidad” al pensamiento multidimensional de vuestra Mente Multidimensional.

Vuestro cerebro físico está calibrado para percibir las realidades de las Dimensiones 3ª y 4ª, mientras que vuestra Mente Multidimensional está calibrada para percibir la 5ª Dimensión y más arriba. En otras palabras, para procesar lo que percibís en los bordes de vuestras percepciones tridimensionales, debéis calibrar vuestra consciencia con las ondas cerebrales superiores.

Vuestras percepciones tridimensionales han llegado al límite tratando de computar frecuencias de más allá de la 4ª Dimensión. De aquí que vuestras breves vislumbres de lo que está apenas más allá de la visión y la audición tri/tetradimensionales, sólo pueda llegar a un nivel subliminal de vuestro cerebro tridimensional.

Tu vehículo terrenal está sintiendo que hay algo muy diferente, pero no puede determinar qué es ese “algo”. Todos estos cambios de vuestra percepción son causados porque estáis haciendo la transición de las percepciones tri/tetradimensionales, a las percepciones Penta-Dimensionales y superiores.

Las percepciones tetradimensionales se presentan cuando estás soñando o cuando estás empeñado en una labor creativa o gozosa. Gradualmente, te estás acostumbrando a estas percepciones. Cuando te acostumbres a esta frecuencia de estímulos, se convertirá en tu nueva frecuencia “estándar”.

Luego pasarás a las percepciones Penta-Dimensionales. Nuestros arraigados están experimentando cada vez más algo que pasa velozmente por su consciencia, parpadea en el borde de su visión, susurra suavemente a su oído y/o pasa velozmente por su cuerpo.

Estas varias percepciones se están incrementando mientras os entrenáis en la realidad Penta-Dimensional que SIEMPRE os ha rodeado. Sí, la 5ª Dimensión siempre ha sido un componente de vuestra realidad, pues las frecuencias superiores de la realidad existen infinitamente dentro del AHORA del UNO.

La densidad del temor y la ira que han rodeado a la querida Gaia por más “tiempo” queMuchos estáis teniendo problemas con vuestra memoria. Quizá no estéis seguros de por qué sean causados, si es porque os deslizáis cada vez más en el AHORA, o porque tenéis algún problema en vuestro vehículo terrenal. En muchos de vosotros ha surgido este “problema” porque estáis pensando multidimensionalmente con vuestro cerebro tridimensional.

Vuestro cerebro tridimensional no fue creado para pensar multidimensionalmente. Pero por causa de que vuestra consciencia se está expandiendo más allá de los límites del Mundo físico, necesitáis “cambiar de velocidad” al pensamiento multidimensional de vuestra Mente Multidimensional.

Vuestro cerebro físico está calibrado para percibir las realidades de las Dimensiones 3ª y 4ª, mientras que vuestra Mente Multidimensional está calibrada para percibir la 5ª Dimensión y más arriba. En otras palabras, para procesar lo que percibís en los bordes de vuestras percepciones tridimensionales, debéis calibrar vuestra consciencia con las ondas cerebrales superiores.

Vuestras percepciones tridimensionales han llegado al límite tratando de computar frecuencias de más allá de la 4ª Dimensión. De aquí que vuestras breves vislumbres de lo que está apenas más allá de la visión y la audición tri/tetradimensionales, sólo pueda llegar a un nivel subliminal de vuestro cerebro tridimensional.

Tu vehículo terrenal está sintiendo que hay algo muy diferente, pero no puede determinar qué es ese “algo”. Todos estos cambios de vuestra percepción son causados porque estáis haciendo la transición de las percepciones tri/tetradimensionales, a las percepciones Penta-Dimensionales y superiores.

“Ni mundano, ni espiritual; ni lo exterior, ni lo interior; ni activo, ni pasivo” Emilio Carrillo.



Es la mente, al funcionar con base en los contrastes y al usarla para lo que no le corresponde ni está preparada, la que divide y distorsiona la realidad inventando un mundo ficticio lleno de opuestos, de extremos… Salta conscientemente por encima de ellos y no te etiquetes ni aprisiones con ninguno…

 No seas mundano… ni seas espiritual.

 La vida es la totalidad, vive toda ella sin rechazar nada porque la vida nada rechaza: ¿cómo iba a hacerlo si todo forma parte de ella misma y en ella existe y se integra? Lo mundano y lo espiritual tienen su sitio exacto en la vida, pero no como vivencias separadas y confrontadas, sino conectadas e interrelacionadas, interactuando y retroalimentándose siempre entre sí… En la existencia, lo mundano se encuentra con lo espiritual y lo espiritual con lo mundano…

No te clasifiques, no te autolimites, no optes por lo exterior ni por lo interior. Esas divisiones pertenecen a la mente. El interior y el exterior son uno: el exterior es solo la prolongación del interior; el interior, la penetración del exterior. Si optas por lo exterior, notarás que te falta algo, que tu vida no es completa porque te has volcado excesivamente en lo externo y no captas ni disfrutas experiencias interiores. Y si eliges lo interior, percibirás esa misma carencia de algo en tu vida porque le has prestado demasiada atención a lo interno y eso te ha lastrado y coartado para vivenciar el mundo exterior.

Ni mundano, ni espiritual; ni lo exterior, ni lo interior… Ni activo, ni pasivo… Recuerda lo ya compartido: la cristalización de la consciencia es la acción. No una acción al rebufo del lío de los pensamientos y el barullo de las emociones, sino una acción despierta y consecuente con lo eres y es… Y lo que hagas como fruto de esa acción, hazlo totalmente, con toda tu atención, con todo tu ser… ¿Qué sucederá? Que, tras la actividad, la pasividad llegará a ti: la pasividad te envolverá como consecuencia de la actividad desarrollada. Será una pasividad tan potente como la actividad desplegada. Vívela plenamente y… ¿qué pasará?

La pasividad consciente dará paso de manera natural a la actividad, a la acción que es plasmación de la consciencia… Actividad y pasividad no son opuestos, sino que configuran el fluir de idéntica energía, solo se diferencian en el ritmo. No elijas ni la una ni la otra. Si haces algo centrado en ello enteramente, disfrutando de la actividad con toda tu energía y sin que nada de ti se mantenga alejado de lo que estás haciendo, entonces el descanso vendrá a continuación automáticamente. Y al gozar el descanso completamente, sin que ninguna parte de ti sea ajeno a él, la actividad le seguirá de modo consustancial y espontáneo porque, al reposar, recuperas energía y emanará de ti el compartirla de nuevo.

Evita los extremos. No hagas ninguna distinción entre lo mundano y lo espiritual, lo exterior y lo interior, la pasividad y la actividad… Fluye, sé equilibrado. Esos hipotéticos opuestos son igual que los dos ojos: si elijes uno serás capaz de ver, pero tu visión perderá hondura. No dividas. La vida es una, tú eres uno. No te vayas a los extremos. Entonces los dos extremos se encontrarán, se equilibrarán. Y en ese equilibrio entre ambos, tú trascenderás los dos y ya no serás ni esto ni aquello: ni mundano, ni espiritual; ni exterior ni interior; ni activo, ni pasivo…

Buscándome


Quien lee esto se encuentra, seguramente, a las puertas de un descubrimiento que se reflejará en un cambio.

Te sugiero que pruebes a repetir lo siguiente: “No voy a hacer lo que hace todo el mundo; voy a emprender el solitario camino de averiguar quién soy yo”, y después decidiré. Voy a la búsqueda de la unión con lo mejor de lo humano y algo de lo divino. La búsqueda de eso que supongo, que intuyo, que espero, o que sé, que realmente soy.

”Hay varios momentos en la vida de cada persona en que ya no puede seguir como ha sido hasta entonces, porque una intranquilidad de nacimiento desconocido le recuerda su verdadera naturaleza, su único destino, lo que tiene de Dios o de distinto, su origen, su esencia… algo le grita constantemente “así no eres tú”… algo le recuerda “tiene que haber algo más, pero… ¿qué es?

Algo le desconforma y le hace un agujero por donde entran nuevas preguntas a sumarse a la cola de las no contestadas, y cada pregunta pare otras en un proceso reproductivo imparable…

De pronto, hay un momento en que uno se queda parado,mirando sin mirar, pensando sin pensar, viviendo sin vivir, y la posibilidad de otra realidad se plantea y busca un hueco.

En el proceso de la Búsqueda Personal hay que tener algunos conceptos muy claros. Uno de ellos es que no se debe tener una relación de rivalidad con la experiencia que se comienza a vivir. Uno no debe ponerse zancadillas,tirar por tierra lo avanzado, auto-castigarse… se deben evitar palabras e ideas como lucha, violencia, meta,guerra, rivalidad, odio…

Para hacer este proceso se necesita AMOR, PACIENCIA Y TIEMPO. Este TIEMPO con letras mayúsculas y con!!!!TIEMPO¡¡¡¡

La estructura que nos contiene, y el espacio por donde se mueve, nos premian y nos castigan con igual desacierto. El primer día que nos damos cuenta de que llevamos tiempo castigándonos sin querer y sin saberlo, nos entra la prisa por solucionar el resto de nuestra vida.

 Nos prometemos, ingenuos, que todo nuestro esfuerzo será invertido en mejor-vivir, en más-amarnos, en pagarnos-cuanto-nos-debemos, y en encontrar, por fin, donde quiera que se halle, ese motivo que nos lleve hacia adelante, al premio que somos nosotros mismos

.Removemos sentimientos, hurgamos en los pasados, nos atiborramos de información, gurús, y mundos falsos. Buscamos algo (no sabemos qué), en algún sitio (no sabemos donde) y, si encontramos, no sabemos que éso aún no es encontrar.

La búsqueda es personal e intransferible, como los partos. Y eso es lo que tienes que pretender: plantar la semilla, regarla, darle un tiempo para el desarrollo, y permitir que salga de dentro de ti el Ser real que eres.Los orientales hablan claramente del ser esencial (el que somos en esencia) y el ser existencial (el que está existiendo). Por supuesto que casi nunca coinciden, pero el trabajo personal consiste en ser y mostrar el esencial,porque es el que realmente somos.

Es importante tener muy claro qué es lo que haces: ¡Te estas buscando!Es importante hacer cursos, pero tras preguntarte ¿Quéhago?, ¿Busco conocimientos o me estoy buscando?Es importante leer libros, pero tras preguntar ¿Qué hago?, ¿Busco frases bonitas?, ¿Busco biografía sin imitables?, o, ¿Me estoy buscando?

Es el momento de la búsqueda. Es el momento de empezar a relacionarse con otra gente distinta que tiene otras inquietudes similares.

Hay un proceso natural selectivo; de pronto, ya no necesitas a algunas personas tan desesperadamente como suponías; de pronto, averiguas que lo que te une a algunas personas es un enorme vacío; de pronto,comprendes que hay algo de renuncia y no pesa renunciar.Buscas conversaciones, acudes a charlas, te presentan aalguien que lo sabe casi todo, lees libros… (yo un día mepregunté: ¿Qué buscas en los libros que no sepas ya queno lo tienes en el corazón? pero habrás de leer muchos libros hasta poder decirlo…).

Comienza una interesante experiencia que hay que observar. Antes de hacer nada con ella hay que observar:una parte de ti dimite y busca nuevos horizontes pero sin poder despegarse de ti y tu atadura; otra parte ansía buscar su origen y sale a su encuentro aun consciente deque le llevará casi toda la vida; otra parte cree que es lo que en este momento está siendo, y se aterra ante nuevas posibilidades que, evidentemente, le obligarían a su muerte y a un cambio; otra parte de ti se confunde y no sabe con qué parte aliarse; otra, es vieja y está cansada; otra, se alegra de la experiencia de la búsqueda y se siente emocionada ante la posibilidad de vivir su autentica existencia… y todas siguen siendo tú, que te desdoblas y te conviertes en nuevas personalidades que,sumadas a las ya existentes, amplían aún más la confusión en la que te encuentras.
No es alentador el paisaje, aunque sí evitable.

domingo, 14 de junio de 2015

Las 4 Leyes del Desapego: Para la liberación emocional


Es posible que la palabra “desapego” te cause cierta sensación de frialdad e incluso de egoísmo emocional. Nada más lejos de la realidad. La palabra desapego, entendida dentro del contexto del crecimiento personal, supone un gran valor interior que todos deberíamos aprender a desarrollar.
Practicar el desapego no significa en absoluto desprendernos de todo aquello que nos es importante, rompiendo vínculos afectivos o relaciones personales con quienes forman parte de nuestro circulo personal.

Significa básicamente saber amar, apreciar e involucrarnos en las cosas desde un punto de vista más equilibrado y saludable, liberándonos a su vez de esos excesos que nos ponen cadenas y que nos amarran. Que nos cortan las alas.

La liberación emocional es darnos la opción de vivir con más honestidad de acuerdo a nuestras necesidades, ofreciéndonos a su vez la opción a crecer, de avanzar con conocimiento de causa. Sin dañar a nadie, sin que nadie nos ponga tampoco su cerco camuflado con las cadenas del amor pasional, filial o incluso materno.

Aprendamos, pues, a poner en práctica estas sencillas leyes sobre el desapego…

Primera ley: eres responsable de ti mismo 

Nadie va a retirar cada piedra que te encuentres en tu camino, al igual que nadie va a respirar por ti ni se va a ofrecer como voluntario para cargar tus penas o sentir tus dolores.Tú mismo eres artífice de tu propia existencia y de cada paso que das.
Así pues, la primera ley que debes tener en cuenta para practicar el desapego, es tomar conciencia de que eres pleno responsable de ti mismo.
-No pongas en el bolsillo de los demás tu propia felicidad. No concibas la idea de que para ser feliz en esta vida, es esencial encontrar una pareja que te ame, o tener siempre el reconocimiento de tu familia.
-Si el barómetro de tu satisfacción y felicidad está en lo que los demás te aportan, no conseguirás más que sufrimiento. ¿La razón? Pocas veces lograrán cubrir todas tus necesidades.
-Cultiva tu propia felicidad, siéntete responsable, maduro, toma conciencia de tus decisiones y de sus consecuencias, elige por ti mismo y no dejes nunca que tu bienestar, dependa siempre de corazones ajenos.

Segunda ley: vive el presente, acepta, asume la realidad 

En esta vida, nada es eterno, nada permanece, todo fluye y retoma su camino tejiendo ese orden natural que tanto nos cuesta asumir a veces. Las personas estamos casi siempre centradas en todo aquello que ocurrió en el pasado y que, de algún modo, se convierte ahora en una dura carga que altera nuestro presente.
Esas desavenencias familiares, ese trauma, esa pérdida, ese fracaso sentimental o esa frustración no superada. Todo ello son anclas que nos aferran, que ponen cadenas en nuestros pies y anzuelos en nuestra alma.
Es un apego tóxico y poco saludable que nos impide avanzar en libertad y plenitud.
Acepta, asume y aunque te cueste, aprende a perdonar. Te hará sentir más liberado y te ayudará a centrarte en lo que de verdad importa, el “aquí y ahora“, este presente donde tienes tu verdadera oportunidad. ¿A qué esperas?

Tercera ley: promueve tu libertad y permite ser libres también a los demás

Las profecías de "La Madre Shipton"


La vidente inglesa, nacida en 1488, predijo hechos históricos y anunció la inminencia de cataclismos.

La leyenda afirma que Ursula Southeil, quien sería conocida en la posteridad como la madre Shipton, nació en julio de 1488, en pleno reinado del famoso rey Enrique VIII, en una cueva ubicada en la localidad de Knaresborough, Yorkshire, Inglaterra. En calidad de hija ilegítima fue entregada en adopción por su madre biológica a los dos años y desde muy pequeña comenzó a manifestar los dones psíquicos de la previsión y la profecía.

Pero, pese a sus habilidades paranormales y su inteligencia, debido a su condición de mujer, no recibió instrucción como otros famosos videntes contemporáneos de su tiempo, como el célebre Michel de Nostradamus, lo que no le impidió realizar una serie de profecías que se cumplirían indefectiblemente a medida que pasaba el tiempo, como la disolución de la Iglesia Católica en tiempos de Enrique VIII, la caída del cardenal Wolsey, la prematura muerte del hijo de Enrique Eduardo VI, el sangriento reinado de "Bloody" María I, el ascenso de la reina Isabel en el trono de Inglaterra, la llegada de la terrible plaga a Londres en 1665 ("la muerte triunfante cabalga a través de Londres", escribió la hermana Shipton en un verso), y el dantesco incendio del año siguiente en la misma ciudad; la derrota de la armada española y la llegada al trono inglés de la reina Victoria, entre otros hechos históricos.

A los 24 años Ursula Southeil se casó con el carpintero Toby Shipton, del cual tomó su apellido. Sus visiones acerca del porvenir se hicieron realidad con una claridad impactante y permitieron que se convirtiera en la profeta más temida y venerada de la Inglaterra de la dinastía de los Tudor. Se dice que su nombre se mencionaba en susurros, como si su sola mención anunciara los desastres que anunciaban sus temidas profecías. Con el tiempo, Ursula Shipton, en señal de respeto, sería conocida simplemente como la Madre Shipton.


                              La cueva de Madre Shipton, el lugar donde se afirma que nació