Hemos hecho alusión en varias ocasiones a las runas del patrón conductual, y pensaba que, en general, era algo conocido por haber varios artículos en la red que hablan de ello desde diferentes ángulos. Como, por las preguntas que recibo, veo que no es así, os hago un resumen de este artículo extraído del blog “Ciencia Cósmica” y de este otro de Detrás de lo Aparente, donde está bastante bien explicado combinando ambos. Como complemento, la antropóloga mexicana María del Rosario Mendoza hizo en 2005 una tesis doctoral sobre los esenios, quienes parece que tenían cierto conocimiento sobre la estructura de nuestras esferas mentales y donde trabajó y tocó un poco también este tema, que se puede descargar aquí.
Extraído de ambos artículos y de los documentos anteriores, ésta es la explicación resumida de cómo funciona el patrón conductual:
El funcionamiento automático del cuerpo orgánico
Los seres humanos tenemos un sistema automático de funcionamiento regido por el centro motor e instintivo, por el cual no hace falta que nosotros seamos conscientes para que su funcionamiento sea correcto. Estos sistemas automatizados se manejan por “patrones básicos” o programas preestablecidos que vienen cargados de fábrica en nuestro ADN. Nuestro sistema tiene funciones básicas que son autónomas a nuestra voluntad y que efectúan su trabajo sin nuestra intervención, como son las funciones metabólicas de nuestro cuerpo y de conducta de nuestra mente. Estas funciones están regidas por patrones metabólicos y conductuales específicos que trabajan con programas básicos, pero complejos.
El patrón conductual es una placa energética que está ubicada en la superficie de las esferas mentales, en la parte superior del cuerpo calloso y consiste en una laminilla de seroglobulina beta. Dicha laminilla se subdivide en ocho filas y ocho columnas, formando un total de 64 casillas que cumplen una labor específica y está formada por tres capas o niveles: el nivel externo o de registro, el nivel medio o de interpretación y el nivel inferior o de conexión.
¿Cuál es la función de este tablero rúnico insertado en nuestra mente? Estamos de acuerdo en que todo lo que acontece en nuestro medio ambiente nos afecta según como lo valoremos cada uno, ya que una situación que para una persona es completamente normal, para otra no lo es; para el nudista es normal estar desnudo en una playa, pero para una persona puritana, sería el colmo de la inmoralidad y ninguna entenderá a la otra, pues cada uno piensa tener la razón. El patrón conductual es la lente a través de la cual interpretamos las diferentes situaciones.
Grabando las runas
Del mundo que nos rodea recibimos toda clase de estímulos desde nuestro nacimiento, por medio de nuestros sentimientos y emociones; igualmente del medio ambiente, ya sea éste familiar, escolar, religioso o social. Estos estímulos se convierten en impulsos electrónicos que se graban en la laminilla de seroglobulina; donde quedan registradas todas nuestras impresiones y experiencias en el mundo material. Estas grabaciones se registran en forma de símbolos, que se denominan Runas. Encontramos allí las runas que corresponden al nivel del hombre “común”, cualquiera de nosotros, ocupando las 48 primeras casillas. De igual manera aparecen allí 16 casillas que corresponden a las runas del nivel llamado “SUPERHOMBRE”, un siguiente nivel evolutivo.
Entonces, de los tres niveles que tiene cada runa, el nivel externo es aquel que registra la información en bruto, las señales recibidas de los estímulos externos de los sentidos. El nivel medio o de interpretación es aquel que se ocupa de asociar y decodificar la información recibida por el primer nivel, y el nivel inferior o de conexión es el encargado de conectar los canales aferentes (anatomía biológica o energética que transmite un impulso desde una parte del organismo a otra del mismo organismo) o eferentes (anatomía biológica o energética que trasmite impulsos hacia afuera desde una parte del organismo a otras que se consideran periféricas con respecto de ella) con la memoria celular, registro hormonal, central de archivos volitivos (arquetipos que manejan la voluntad) y memorias védicas de la persona.
Cambios periódicos en las runas