jueves, 25 de junio de 2015

“El nacimiento del Cristo en el alma Humana” Rudolf Steiner.

Conferencia pronunciada el 22 de Diciembre de 1918 en Basilea 

Comparables con dos grandiosas columnas espirituales, el sentimiento cristiano del mundo ha creado las dos fies­tas, la Navidad y la Pascua de Resurrección, dentro del curso del año, considerando ambos aspectos comosímbolo del curso de la vida humana. Se puede decir que la imagen de la fiesta de Navidad y la de la Pascua de Resurrección se presentan al alma humana como las dos columnas espirituales que nos hablan de los grandes misterios de la existencia física hu­mana y que exigen al hombre una contemplación bien dis­tinta de la de otros acontecimientos de su vida terrenal.
Es cierto que en esta vida —a través de la observación sensorial, el discernimiento intelectual, el sentimiento y el acto volitivo— nos habla lo suprasensible. Pero en otros casos lo suprasensible se anuncia espontáneamente como tal, como por ejemplo en la fiesta de Pentecostés, en que el sentimiento cris­tiano quiere dar expresión sensible a lo suprasensible. Pero por medio de las imágenes de Navidad y la de Pascua de Resurrección se señalan los dos acontecimientos del curso de la vida fí­sica, que según su apariencia exterior son acontecimien­tos físicos y que por su peculiaridad, en contraste a todos los demás acaecimientos, no se expresan realmente como acontecimientos físicos. De acuerdo con la concepción natu­ral con la vista se abarca la vida física del hombre, el as­pecto exterior de la vida física y asimismo la revela­ción exterior de lo espiritual. Pero no es posible percibir físicamente, o bien retener su aspecto, la revelación exterior de las dos experiencias del principio y del fin del curso de la vida humanasin que por la percepción física misma se tenga la sensación de lo profundamente enigmático, lo misterioso de los dos acontecimientos a que me refiero: el na­cimiento y la muerteY en la vida de Cristo Jesús, como en las imágenes de Navidad y la Pascua de Resurrección se hallan ante el sentimiento cristiano, recordándolos, esos dos acontecimientos de la vida física.
Por las imágenes de Navidad y la Pascua de Resurrección el alma humana dirige la mirada hacia esos dos grandes mis­terios; y por tal observación ella encuentra el luminoso for­talecimiento del pensar, y el poderoso contenido del querer humano; y en cualquier situación de la vida halla la conso­lación de todo su ser. Las dos columnas espirituales, las de la Navidad y la Pascua de Resurrección tienen valor eterno.
ImagePienso que se puede afirmar que nuestrotiempo de nue­vas revelaciones espirituales también arrojará nueva luz so­bre la idea de la Navidad, de modo que paulatinamente la imagen de la Navidad se podrá sentir en forma nueva. Nos tocará a nosotros percibir, prove­niente del acontecer universal, la llamada de dar un ca­rácter nuevo a representaciones antiguas, la llamada de una nueva revelación del Espíritu. Nos tocará a nosotros comprender que en el acontecer universal se abre paso una nueva imagen de la Navidad, para el fortalecimiento y consolación del alma humana.
El nacimiento y la muerte del hombre, cuanto más sean observados y analizados, se nos presentan como aconte­cimientos que tienen lugar totalmente en el plano físi­co y en los cuales lo espiritual impera en tal forma que desde una seria observación, nadie debería negar que esos dos acaecimientos terrestres de la vida humana, se muestran directamente como hechos físicos, hasta el punto de que, reali­zándose en el hombre,evidencian que él es ciudadano de un mundo espiritual. Ninguna concepción natural, dentro de lo que los sentidos perciben y el intelecto puede compren­der, jamás podrá encontrar en el nacimiento y la muerte otra cosa que aquella en que el obrar de lo espiritual se evidencia espontáneamen­te en lo físico. Únicamente estos dos acontecimientos se presentan de esa manera al áni­mo humano. Y para el acontecer del nacer que encuentra su expresión en la Navidad, el ánimo humano-cristiano ha de sentir cada vez más profundamente el carácter de misterio. Se puede decir que los hombres pocas veces han llegado a tener en cuenta debidamente el carácter de misterio con respecto al nacimiento. Y raras veces mediante imágenes que hablen profundamente al alma humana.
Tal imagen se expresa en lo que se relata referente al ge­nio suizo del siglo XV Nikolaus von der Flüe. El mismo ha contado que antes de su nacimiento, antes de poder respi­rar aire físico, percibió su propia imagen humana, la que físicamente iba a tener después de su nacimiento. Antes de su nacimiento vió el acto de su bautismo con las perso­nas presentes en el mismo, como asimismo las imágenes de sus prime­ros días. Después las reconoció, con excepción de una per­sona anciana. Tómese este relato como se quiera, no se po­drá por menos que admitir que se trata de un significativo indi­cio con respecto al misterio del nacimiento humano, cuyo símbolo se nos presenta ante la historia universal a través de la imagen de Navidad. El relato de Nikolaus von der Flüe nos indica que con la entrada en la vida física se rela­ciona algo que para la percepción cotidiana, sólo se escon­de detrás de un tabique muy delgado. Este tabique delgado se puede romper cuando existe una condición kármica, como en este caso. Se podrán dar otros ejemplos, pero hay que decir que la humanidad todavía es muy poco cons­ciente de que los dos extremos de la vida humana, el naci­miento y la muerte, aparecen ya por su solo aspecto físico como dos acontecimientos espirituales, los cuales jamás pueden tener lugar dentro del mero acontecer natu­ral; al contrario se trata de un obrar de potencias divino-espirituales, lo cual se expresa por el hecho de que justamente por su aspecto físico las dos experiencias en el prin­cipio y el fin de la vida física humana tienen que permane­cer como misterios.

Si luchas contra el ego, fracasarás…


Intenta comprender que el ego no es substancial: el ego es solo como una sombra. Cuando el cuerpo se mueve, se crea una sombra, una sombra física; cuando se mueve la mente, se crea una sombra mental, esa sombra mental es el ego…

En la antigüedad se rumoreaba que siempre que un hombre de convertía en Buda (se iluminaba), su cuerpo no proyectaba ninguna sombra. Esto debe haber sido simbólico, pero es muy significativo. No significa que no se proyecta ninguna sombra cuando Buda caminaba por el sendero; la sombra se proyecta, pero en el interior no se proyecta ninguna sombra.

Él se mueve, trabaja, hace cosas, pero ‘el hacedor’ no surge (no existe un ‘alguien’, un ‘yo’, que actúe, la sombra mental del yo ya no está allí). Así es como la sombra no surge.

Así es como la sombra no se proyecta. Si es necesario, incluso piensa, pero ‘el pensador’ no surge, así es como la sombra no se proyecta. Vive, pero no es un manipulador, un controlador; fluye, su vida es una espontaneidad, Ni siquiera nada, simplemente flota en el río.

No empuja el río, simplemente se permite a sí mismo dejarse ir. Es un “dejar ser la ser”. Flota. Deja que el río lo haga todo, (no hay nadie que se atribuya la autoría de las acciones, por que el sí mismo, la yoidad, ha desaparecido); el ego ha desaparecido y la sombra no se proyecta.

No luches directamente contra el ego. Si lo haces, fracasarás, porque nadie puede luchar directamente con la sombra.

(El deseo mismo de luchar contra el ego proviene desde la misma sombra autoproyectada… Es como el perro tratando de atrapar su propia cola; corre en círculos, da mil vueltas, y cae exhausto, sin éxito. También es comparable a quien camina en un desierto rumbo a un oasis que divisó a la distancia…; y cuando llega, solo hay arena, el oasis no existe, era un espejismo, una ‘sombra’ a lo lejos. ¡Cuánta energía gastada en caminar hacia el oasis, y este no existía!!).

¿Qué hacer, entonces…?

Comprende profundamente, que en tu interior eres un “no-ser”; toma más y más conciencia de tu cavidad interior, ‘el vacío’, y de pronto un día encontrarás que el ego te ha dejado. De hecho, encontrarás que nunca ha estado ahí, que tenías una concepción falsa, que tenías una ilusión…

(Excepto la letra mas chica, el texto fue extraído del libro:

“TAO, los tres tesoros”, de Osho)

http://la-clave-de-la-rosa.blogspot.com.es/search/label/el%20ego

¿ESTÁS PENDIENTE DE DARTE PLACERES?


En mi opinión, la mayoría de las personas sólo nos proporcionamos placeres esporádicos, y no con la asiduidad y calidad que podríamos o deberíamos hacerlo.

Ya lo sé: generalizar es un error, y más aún cuando se desconoce el destinatario final de un escrito que no se sabe a dónde va a llegar ni quién va a ser la persona que lo lea.

Pero hablo con las personas, las escucho, leo historias personales, y de todo ello saco la idea de que la gente –generalizando…- no es muy dada a darse placeres de un modo habitual.

Algunas personas todavía arrastran un sentimiento improcedente y secreto de culpabilidad si disfrutan, como si eso fuera un pecado, como si estuvieran desobedeciendo una orden que algún desalmado les ha inculcado: “NOOOOOO DISFRUUUUUUUUUTESSSSS…”

Otras personas se toman demasiado en serio la vida, se cargan de un dramatismo innecesario, y asocian un estatus social o una edad a un tiempo de seriedad, viviendo en un personaje extemporáneo que le impide disfrutar con libertad, reírse a carcajadas, o gastar bromas.

Siempre he pensado que si el Creador nos ha dotado de una serie de sentidos o capacidades que nos permiten disfrutar, gozar, reír, emocionarnos, regocijarnos, deleitarnos, sentir… será, precisamente, para que lo hagamos.

Y, en cambio –generalizando…-, son más los momentos que vivimos en tensa inquietud, en una tristeza innecesaria, en una pre-ocupación perjudicial, en una seriedad casi dramática…

Opino que darse placeres de cualquier tipo, mientras no sean perjudiciales para uno mismo y no sean dañinos para los otros, es una de las tareas importantes de la vida.

Si somos conscientes de que queremos el bien y lo mejor para los otros –en especial para familiares o conocidos queridos-; si les observamos y nos regocijamos con su satisfacción y felicidad cuando hacemos algo por ellos y les damos algún tipo de placer; si vemos el beneficio que les aporta nuestra atención hacia ellos… ¿Por qué no hacemos lo mismo con nosotros mismos?

¿Por qué esa desatención o esa renuncia?

¿Por qué aplazarlo o por qué tener que buscar una razón suficiente para darnos un placer si eso es algo que no necesita un motivo concreto?

Si somos capaces de observarnos y padecernos en nuestros momentos menos buenos, si nos acompañamos en todas nuestras desdichas, si somos espectadores de primera fila de nuestras inquietudes y sufrimientos, si nos tenemos que acompañar en las circunstancias duras, si somos conscientes de nuestro tremendo esfuerzo para seguir adelante en muchas ocasiones… ¿Por qué no somos lo suficientemente justos y generosos y nos premiamos con placeres?

Sería conveniente para las personas que se vean reflejadas en este escrito que revisaran sus actitudes o pensamientos hasta encontrar cuál o cuáles son las razones que utilizan o los motivos inconscientes que les hacen comportarse de ese modo.

Sería muy interesante, y beneficioso, averiguar por qué no se dan placeres de un modo habitual. (Y cuando digo placeres no me refiero a regalos caros: hay mil cosas gratuitas que pueden dar gozo)

Tal vez se sorprendan descubriendo que una Autoestima baja les ha convencido de que no son merecedores de ello; o quizás se encuentren con una etapa de su pasado en que una madre castradora y confundida les hizo creer que hay que ser generoso con los otros y austeras consigo mismas; o es posible que piensen –equivocadamente- que uno puede prescindir de ello sin gran sacrificio y que los otros lo aprecian más –y detrás de esto lo que en realidad se esconde es que lo que les importa no es el placer que les aportan a los otros sino el placer que siente su ego al considerarse tan buena y tan generosa-; o que lo que hacen con su “generosidad” no es satisfacer al otro gratuitamente, sino esperar y recibir a cambio de ello el amor que uno no es capaz de darse a sí mismo.

Por supuesto que detrás de la generosidad de placeres no siempre se esconden motivaciones ocultas o retorcidas. También hay quienes son generosos de un modo altruista.

Pero lo que nos interesa en este momento es comprobar por qué uno no está tan pendiente de darse placeres a sí mismo como de dárselos a los demás.

Para los creyentes, y para los no sean creyentes pero sean inteligentes, una frase: “Amarás al prójimo COMO A TI MISMO”.

COMO – A – TI – MISMO. Esto significa EN LA MISMA CANTIDAD que al prójimo. Y, posiblemente, también quiera significar DEL MISMO MODO O MANERA.

CUÍDATE. Este sería, posiblemente, el mensaje del Creador de cada uno de nosotros.

Y con ese CUÍDATE se refiera, posiblemente, a cuidarse en todos los aspectos (físicos, mentales, emocionales, sentimentales, placenteros…)

CUIDARSE, darse placeres, es, sin duda, un modo de acercamiento entre uno y Uno Mismo; una forma de estrechar lazos, de relacionarse mejor, de apreciarse, de premiarse por las penurias, de reconocimiento y agradecimiento y, en fin, de utilizar del modo adecuado esas capacidades intrínsecas del Ser Humano de gozar, de sentir placer, de disfrutar…

Te dejo con tus reflexiones…

Francisco de Sales es el creador de la web www.buscandome.es orientada al Desarrollo y Crecimiento Personal y Espiritual de las personas interesadas en el mejoramiento de su vida.

miércoles, 24 de junio de 2015

El perdón


El Dios de algunas escrituras es una deidad vengativa, siempre dispuesta a castigarnos. Pero Jesús nos mostró la verdadera naturaleza de Dios. […] Él no destruyó a sus enemigos con «doce legiones de ángeles», sino que, por el contrario, superó el mal con el poder del amor divino. Sus acciones demostraron el amor supremo de Dios y la conducta de los que son uno con Él.


«Se debe perdonar todo agravio —afirma el Mahabharata—. Se ha dicho que la continuación de la especie se debe a la capacidad de perdonar del ser humano. El perdón es sagrado; gracias al perdón, el universo se mantiene cohesionado. El perdón es la fuerza del poderoso; el perdón es sacrificio; el perdón es sosiego para la mente. El perdón y la dulzura son las cualidades de quien es dueño de sí mismo y representan la virtud eterna».

«Pedro se acercó entonces y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?”. Dícele Jesús: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”». En cierta ocasión, oré profundamente para comprender este exigente consejo. «Señor —protesté—, ¿es eso posible?». Cuando finalmente escuché la Voz Divina, su respuesta me llegó como un torrente de luz, dándome una lección de humildad: «¿Cuántas veces, ¡oh hombre!, perdono diariamente a cada ser humano?».


Al igual que Dios nos perdona constantemente, a pesar de conocer todos nuestros pensamientos [errados], así también quienes se hallan en total sintonía con Él tienen de forma natural ese mismo amor.


De tu corazón debe brotar una compasión que mitigue todos los sufrimientos de los corazones de los demás, la misma compasión que permitió a Jesús decir: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Su gran amor los incluía a todos. Podría haber destruido a sus enemigos con una sola mirada, pero al igual que Dios nos perdona constantemente, aun cuando conoce todos nuestros malos pensamientos, así también las grandes almas que están en armonía con Él nos brindan ese mismo amor.


Si deseas desarrollar la conciencia crística, aprende a ser compasivo. Si en tu corazón brota un genuino sentimiento de amor por los demás, estás comenzando a manifestar ese gran estado de conciencia. […] Krishna dijo: «Es un yogui supremo aquel que contempla en forma ecuánime a todos los hombres [...]».


Nada se logra con la ira y el odio. En cambio, el amor recompensa. Puedes intimidar a alguien, pero una vez que esa persona recobre su fuerza, tratará de destruirte. Así pues, ¿la has vencido realmente? No. La única forma de vencer es mediante el amor. Y cuando no puedas vencer, simplemente permanece en silencio o aléjate, y ora por aquella persona. Ésa es la manera en que debes amar. Si practicas este principio en tu vida, tendrás una paz inconcebible.


Afirmación

Entrenar la mente subconsciente


Nuestra mente posee un mecanismo natural de logros que determina y controla todo lo que hacemos. Este mecanismo es generado por nuestras fuerzas subconscientes que son las responsables por nuestros éxitos y fracasos.

La mente consciente puede procesar alrededor de 40 bits de información por segundo, mientras que la mente subconsciente puede procesar 40 millones de bits de información por segundo. Imagínese si usted pudiera entrenar la mente subconsciente, depositando millones de instrucciones por segundo y organizarla de manera consciente y precisa.

Por supuesto, nosotros constantemente programamos nuestra mente subconsciente, sin darnos cuenta siquiera de lo que estamos haciendo. Las conversaciones que tenemos con nosotros mismos y con otras personas, la información que recibimos, nuestras experiencias y nuestros hábitos de pensamiento. El resultado se puede ver en los patrones en nuestras vidas, ya que la mente subconsciente controla funciones vitales del cuerpo; a este resultado se le llama comúnmente como “El Poder de la Mente”.

Un pequeño ejemplo de la potencia entrenar la mente subconsciente es el siguiente: una de las funciones del cuerpo controladas por el subconsciente es la producción y la absorción de la HGH (hormona de crecimiento humano).

Una de las razones de los efectos físicos del envejecimiento es la disminución de la tendencia del cuerpo para producir y absorber menos HGH. Si se pudiera programar el subconsciente, se podría indicar la mente para que pueda aumentar la producción y la absorción de la propia HGH natural de su cuerpo, ayudando así a disminuir los efectos de los efectos del envejecimiento.

Alineando nuestra conciencia con las leyes cósmicas


Parece muy filosófico y místico el tema, además de obvio. Una persona que decimos tiene un nivel evolutivo y de conciencia elevado, se encuentra “más cerca” de comprender, expresar y vivir bajo preceptos, leyes y conceptos elevados, y ser capaz de llevarlos a la práctica en nuestra realidad y mundo “físico”. ¿Cómo lo expresamos para entender porqué debemos expandir sin cesar nuestra conciencia, desmontando todo aquello que nos la limita, si queremos captar y entender aquello que rigen las leyes bajo las que vivimos? En otros términos, ¿cómo se adapta el universo y sus leyes a la percepción de cada uno de nosotros para que vivamos en realidades “distintas” aun estando en una macro y común para todos?

Imaginemos por un momento tres personas distintas con tres niveles evolutivos, con tres “vibraciones” y “tamaños” diferentes de su esfera de conciencia, en su cuerpo mental. Luego, imaginemos un concepto, una ley, un patrón o arquetipo de cualquier cosa que pertenezca a la realidad “general”, la realidad “real”, que existe más allá de los limites de nuestra percepción.

Recordad, que, para cada uno de nosotros, hay, al menos, dos filtros perceptivos (lo explicaba con detalle en esta conferencia). Desde la realidad “real y cuántica”, que es “todo lo que es”, a la realidad relativa que depende de lo que cada uno es capaz de captar con sus sentidos, a, finalmente, la realidad subjetiva y personal de cada uno, que marca, por la programación y sistemas de creencias que llevamos a cuestas en las esferas mentales, como decodificamos y vemos el mundo, y porqué cada uno lo vemos diferente.


Una “onda” que marca la percepción de cada uno

Así que, si graficamos como captamos cada uno ese supuesto concepto o ley universal que tratamos de comprender, lo podemos simbolizar como la línea blanca del esquema de aquí abajo, y, el nivel evolutivo de cada una de nuestras tres personas, como las líneas sinodales que están tratando de “captar” y entender el concepto superpuestas al mismo.


Vamos a suponer, que, para nuestra realidad actual, el concepto o ley se mantiene constante, que aplica para todos nosotros de igual forma, por ejemplo, la ley de la causalidad o karma, la ley de las octavas o fractales, la ley del equilibrio de la energía, etc. Entonces, ¿que es lo que hace que cada persona “comprenda” estos conceptos de una forma o de otra, más acorde a la ley “real” o menos? Si seguimos con la analogía de las ondas del dibujo y diagrama, básicamente vemos que la persona con el nivel de conciencia que representa la línea roja, “toca” o cruza a la línea blanca en una serie de puntos, que para nuestro ejemplo, son cinco. Esa persona, es capaz de “captar”, por su vibración, expansión conciencial, nivel evolutivo, etc., la “verdad” del concepto a entender en “cinco puntos”.

Ahora pasamos a la segunda persona, representada por la línea verde, con un nivel de “vibración” mayor, una esfera de conciencia más amplia, un desarrollo evolutivo más grande (ni mejor ni peor, simplemente, su esfera está más expandida). Vemos que, para el mismo concepto a estudiar o comprender, esa persona “toca” con su conciencia (la línea verde) en 9 puntos a la línea blanca, casi casi dobla el nivel de “entendimiento” que, sobre el mismo tema, tiene la persona de la línea roja.

Y ahora vamos a la persona que está representada por la línea azul. Tiene un nivel evolutivo que prácticamente duplica a la persona de la línea verde, su conciencia, vibración, expansión, “toca” la línea blanca en más del doble de puntos que esta última, por lo tanto, es capaz de “sintonizar” este mismo concepto, realidad, ley cósmica, de forma mucho más “alineada” con ella. Así, básicamente, a mayor “nivel evolutivo”, más “alineado” estás con todo tipo de información, conceptos, conocimiento, etc., ya que, si, por un momento, pudiéramos subir tanto la frecuencia de la línea azul para hacerla infinita, la conciencia de la persona que representa esta línea iría completamente paralela y superpuesta a la energía del concepto que quiere “captar” o entender.

Mayor expansión de la conciencia, mayor comprensión del concepto

martes, 23 de junio de 2015

La intuición: discernimiento del alma


Pasajes de los escritos de Paramahansa Yogananda

La intuición es la guía del alma, que surge espontáneamente en el hombre durante esos momentos en que su mente se encuentra calmada. […] La meta de la ciencia del yoga es aquietar la mente, para que pueda escuchar sin distorsión alguna el infalible consejo de la Voz Interior.

«Resuelvan todos sus problemas a través de la meditación [decía Lahiri Mahasaya]. Pónganse en armonía con la activa Guía Interior; la divina voz posee la respuesta para cada uno de los dilemas de la vida. Aun cuando el ingenio del hombre para buscarse dificultades parece ser inagotable, el Auxiliador Infinito no es menos ingenioso».

Al desear que dependamos exclusivamente de Él, Dios no quiere decir que tú no debas pensar por ti mismo, pues Él espera que hagas uso de tu iniciativa. La idea es la siguiente: si no buscas primero la sintonía consciente con Dios, te desconectas de la Fuente y, por lo tanto, no puedes recibir su ayuda. Pero si acudes a Él en primer lugar, para todas las cosas, Él te guiará; el Señor te revelará cuáles son tus errores, de modo que puedas reformarte y cambiar el curso de tu vida.

Recuerda: mucho mejor que un millón de razonamientos mentales es sentarse y meditar en Dios hasta que sientas la calma en tu interior. Luego, dile al Señor: «No puedo resolver mi problema yo solo, ni aun disponiendo de miríadas de pensamientos diferentes; pero puedo resolverlo si lo coloco en tus manos y pido, en primer lugar, tu guía y, luego, analizo sus diversos ángulos para encontrar una posible solución». Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos.

Cuando tienes la mente en calma y rebosante de fe, después de orar a Dios en meditación, te resulta posible ver diversas respuestas a tus problemas; y gracias a que tu mente está en calma, eres capaz de elegir la mejor de las soluciones. Pon en práctica esa solución y encontrarás el éxito. En esto consiste aplicar la ciencia de la religión a tu vida diaria.


El cultivo de la calma intuitiva requiere el desenvolvimiento de la vida interior. Cuando la intuición se halla suficientemente desarrollada, aporta una comprensión inmediata de la verdad. Esta prodigiosa experiencia está a tu alcance, y la meditación es el camino para obtenerla.


«La vida humana está sobrecargada de tristeza, hasta que aprendemos cómo armonizarnos con la Voluntad Divina, cuya “vía correcta” es con frecuencia desconcertante para la inteligencia del ego [dijo Sri Yukteswar]. Únicamente Dios puede dar un consejo certero. ¿Quién sino Él lleva la carga del cosmos?».



Cada mañana y cada noche, sumérgete en el silencio, es decir, en la meditación profunda, pues la meditación es la única vía para discernir entre la verdad y el error.



Aprende a seguir los dictados de tu conciencia: la divina facultad del discernimiento que existe en tu interior.


VIVE Y DEJA VIVIR


Las personas se la pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo. La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida… ¡Nadie te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas las creas tú con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias. Si tu esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo, las que fueron violadas. Y tus ideas son las que te lastiman.

Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal y cual forma y no lo hizo…Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entre las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación.

¿Enojado con Dios? Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás ofende ni daña a nadie.

Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar. Si se pierde una, el hábito se desarma. El hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las ‘ofensas’.
Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y televisión nos enseñan. Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y como deben de actuar los demás.

Una novela que no tiene nada que ver con la realidad. También, las personas son criaturas de inventario. A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior. Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas. Y cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa experiencia en su `inventario’. Cuando conoce a alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió. Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes. ¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas.

Y el inventario negativo sigue creciendo. En realidad lo que hace es que te estorba. No te deja ser feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el inventario negativo aumenta año con año.

¿Has visto a las personas de edad avanzada y a los matrimonios con muchos años?
Su inventario es tan grande, que parece que la negatividad es su vida. Una y otra vez sacan experiencias de su inventario negativo ante cualquier circunstancia. Una de las mayores fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que debe hacer y te dice ‘no’, creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es. Y es un círculo vicioso. Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus errores por sí mismos.

Déjalos ser! nadie te pertenece.

Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron ‘¿Comprar nuestras tierras? ¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales sólo cazamos para sobrevivir. Es una idea completamente desconocida para nosotros’.
Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen. Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Sólo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Sólo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir.

Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir. Entonces ¿Cómo puedo perdonar?

1) Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas, las que te hieren. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA va a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque ellos tienen las suyas.

2) Deja a las personas ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos si te los piden, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.

3) Nadie te pertenece. Ni tus padres, ni amigos ni parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Vive y deja vivir.

4) Deja de pensar demasiado. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu inventario. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes obscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.

5) La perfección no existe. Ni el padre, amigo, pareja perfectos. Es un concepto creado por la mente humana que a un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE. Porque es un concepto imaginario. Un bosque perfecto serían puros árboles, Sol, no bichos… ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? No. Sólo a un nivel intelectual. En la realidad JAMAS VA A EXISTIR. Naturalmente, al pez sólo le queda disfrutar de la realidad. Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres o no piensan como tú. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.