miércoles, 29 de julio de 2015

La base del Ser y la Mente del hombre -entrevista a Krishnamurti

Krishnamurti

DAVID BOHM: Tal vez podríamos profundizar más en la naturaleza de la base, investigar si existe una posibilidad de llegar a ella y si ella tiene alguna relación con los seres humanos. Y también si es posible que haya un cambio en la conducta física del cerebro.

KRISHNAMURTI: ¿Podríamos abordar esta cuestión desde el punto de vista de por qué tenemos ideas? ¿Y es la base de todo lo que existe una idea? Eso es lo que debemos tener claro desde el principio. ¿Por qué las ideas se han vuelto tan importantes?

DB: Tal vez porque no esté clara la distinción entre las ideas y lo que se encuentra más allá de las ideas. A menudo consideramos que las ideas son algo más que ideas; sentimos que no son ideas sino una realidad.

K: Eso es lo que quiero descubrir. ¿Es la base una idea, es imaginación, es una ilusión, un concepto filosófico? ¿O es algo absoluto, en el sentido de que no hay nada más allá?
DB: ¿Cómo puede usted decir que más allá no hay nada?

K: Estoy llegando a eso. Quiero ver si miramos esa base, si la percibimos, o si tenemos un discernimiento de ella a partir de un concepto. Porque, después de todo, el mundo occidental, y tal vez también el mundo oriental, se basa en conceptos.

Toda la perspectiva religiosa y sus creencias se basan en eso. ¿Abordaremos, pues, la cuestión desde ese punto de vista o lo hacemos como una investigación filosófica, filosófica en el sentido de amor a la sabiduría, amor a la verdad, amor a la investigación, la labor de la mente? ¿Estamos haciendo eso cuando discutimos, cuando queremos investigar, explicar o descubrir qué es esa base?

DB: Bueno, tal vez no todos los filósofos hayan estado fundamentando sus enfoques en conceptos, aunque es cierto que la filosofía se enseña por medio de conceptos. Indudablemente, es muy difícil enseñarla salvo que sea a través de conceptos.

K: ¿Cuál es entonces la diferencia entre una mente religiosa y una mente filosófica? ¿Comprende lo que trato de comunicar? ¿Podemos investigar la base desde una mente disciplinada en el conocimiento?

DB: Nosotros decimos que fundamental, intrínsecamente la base es desconocida. Por lo tanto no podemos empezar con los conocimientos, y hemos insinuado que debemos partir de lo desconocido.

K: Sí. Digamos, por ejemplo, que x sostiene la existencia de tal base. Y todos nosotros, y y z, decimos: ¿Qué es esa base? Pruebe que existe, demuéstrelo, déjela que se manifieste. Cuándo hacemos ese tipo de preguntas, ¿lo hacemos con una mente que está buscando, o más bien con una mente que tiene esta pasión, este amor por la verdad? ¿O meramente decimos: Hablemos de ello?
DB: Creo que en esa mente está la exigencia de certeza, queremos estar seguros. Por lo tanto, no investigamos.

K: Supongamos que usted afirma que hay algo así, que la base existe, que es inamovible, etcétera. Y yo digo que quiero descubrirlo. Le pido que me lo demuestre, que me lo pruebe. ¿Cómo puede mi mente, que ha evolucionado a través del conocimiento, que se ha disciplinado muchísimo en el conocimiento, tan siquiera tocar aquello? Porque aquello no es conocimiento, no es un producto del pensar.

DB: Sí, tan pronto como decimos demuéstremelo, queremos convertirlo en conocimiento.

K: ¡Así es!

DB: Queremos estar absolutamente seguros, de manera que no haya lugar a dudas. Y no obstante, en la otra cara de la moneda, también está el peligro del autoengaño y la ilusión.

K: Por supuesto. la base no puede ser alcanzada en tanto haya cualquier forma de ilusión, que es una proyección del deseo, del placer o del miedo. Entonces, ¿cómo lo percibo? ¿Es una idea para ser investigada? ¿O es algo que no puede investigarse?

DB: Correcto.

K: Porque mi mente está adiestrada, disciplinada por la experiencia y el conocimiento, y solo puede funcionar en esa área. Y viene alguien y me dice que esta base no es una idea, que no es un concepto filosófico, que no es algo que pueda ser producido o percibido por el pensamiento.

DB: No puede experimentarse, percibirse o comprenderse mediante el pensamiento..

K: ¿Qué me queda entonces? ¿Qué he de hacer? Sólo dispongo de esta mente que ha sido condicionada por el conocimiento. ¿Cómo puedo alejarme de todo eso? ¿Cómo puedo yo, un hombre común, educado, ilustrado, experimentado, sentir esta cosa, tocarla, comprenderla?
Usted me dice que las palabras no me lo comunicaran. Me dice que debo tener una mente libre de todo conocimiento, excepto el tecnológico. Y usted me está pidiendo algo imposible para mí, ¿no es así? Y si yo digo que haré un esfuerzo, entonces también eso nace del deseo egocéntrico. ¿Qué haré entonces? Creo que es un interrogante muy serio. Es lo que toda persona seria se pregunta.

DB: Al menos implícitamente. Puede que no lo digan.

K: Sí, implícitamente. Entonces usted, que está en la otra orilla, por así decirlo, me dice que no hay barca para cruzar el río. Tampoco puedo salvarlo a nado. De hecho no puedo hacer nada. Básicamente en eso viene a parar la cosa. ¿Qué haré entonces? Usted me lo está preguntando, interroga a la mente, no a la mente general sino…

DB:…a la mente particular.

K: Usted le está pidiendo a esta mente particular que evite todo conocimiento. ¿Se ha dicho esto alguna vez en el mundo cristiano o judío?

El Ego contra la vida – Eckart Tolle -

Eckart Tolle 


Las quejas mentales son un aspecto de como el ego se opone al momento presente, de cómo el ego se nutre, es el ego contra la vida.

Hay muchos egos que están en un estado casi constante de quejas mentales. Algunas veces lo piensan y otras salen de la boca. Se quejan de personas, situaciones, tiempo, del país, se quejan de todo. Si salen de vacaciones siempre encuentran algo de qué quejarse.

 Esta es una de las formas a través de las que el ego se sostiene. Se siente más fuerte en esa oposición contra lo que ES. Oposición contra lo que ES, ya se ve que es algo demente, es una demencia, oponerse contra ES. ES ya es, pero oponen lo que ES. O sea que el estado normal que significa “loco”, el estado normal del falso yo, es esa oposición contra la vida, del falso yo.

Cuando lo ponemos así, vemos lo loco que es. Oposición contra la vida. Yo contra la vida, dice el ego. Así percibe, así se percibe así mismo, yo contra el universo. Aquí estoy yo, y aquí (fuera) el resto del mundo. Y el resto del mundo me amenaza, pero también lo necesito, o sea, estoy en conflicto. Necesito las cosas del mundo, pero al mismo tiempo es una amenaza. Y así vive el ego, quiero más de eso, pero estoy contra eso, porque necesito llegar allí y obtener lo más.

Aceptar el momento, aceptar el aquí y el ahora, es convertir esto no inconsciente a un sí consciente, y aceptar la forma de este momento como es. Abandonamos la resistencia porque hemos reconocido que la resistencia contra la vida es demencia. Y ¿dónde está la vida?, aquí, siempre ahora, aquí. Una nueva relación con el ahora. Una nueva relación, una relación abierta y amistosa con la forma de este momento, sea lo que sea. Esta es la práctica espiritual más eficaz que hay, y la más simple. Continuo alineamiento con la forma del momento presente

Si es así, acepta lo que es, y si es necesario la acción se puede actuar, la base de la acción eficaz es estar alineado con la vida. Entonces cada acción es mucho más eficaz que la acción que viene de la negatividad que va con el no. Es demasiado simple para la mente, que quiere una práctica espiritual más complicada. La mente dice, dame una práctica más complicada, la más especial y dime cuanto tiempo va a durar, cuantos años necesito para llegar. Ok, te doy esa práctica, está aquí, contiene 50 pasos, y cada paso es medio año, y llegarás dentro de 25 años a la meta, ¡ah! ¡Qué bien! Gracias. Ahora los próximos 25 años, puedo practicar cómo llegar al futuro. Esto le gusta al falso yo, le da algo de comer, le da tiempo. Porque el yo dice dame tiempo para llegar.

 Y aquí esta práctica no requiere tiempo. Acepta este momento como si lo hubieses elegido. Esta práctica no requiere tiempo. No necesito un día, un año, o dos minutos para esta práctica, solamente este momento. Acepta cada momento (lo llamamos cada momento, pero siempre es el mismo momento que tiene formas diferentes) acepta cada momento como si lo hubiésemos elegido. El universo, la totalidad del universo ha producido la forma de este momento, no puede ser otra cosa, porque ES. No se puede discutir con ES. Es una locura discutir con ES. Lo que ES, ya ES. No es posible discusión. Cada discusión es demencia.

 La naturaleza no tiene discusión con ES. El árbol, la flor, el animal, viven todavía en esa alineación, pero inconsciente. Nosotros hemos perdido la alineación con la vida, y ahora la estamos encontrando otra vez y va a ser mucho más profunda que antes, cuando era nuestro estado normal en el llamado paraíso de la mitología. Y si aceptamos la forma, y la práctica es cada momento solamente, solamente este momento, aceptamos el momento, entonces interiormente se abre el espacio. Nosotros entonces somos espacio para lo que sucede, somos espacio para cada situación, somos el espacio para cada sufrimiento. Y muy de repente vemos que si nosotros llevamos esa dimensión a este mundo, esta dimensión del espacio, que no juzga, que permite la forma del momento sea como ES. Si no juzgamos lo que ES, entonces, entonces esta ausencia de juicio es también la ausencia de pensamientos que imponemos sobre el mundo.

Eckart Tolle


fuente:http://caminoconciencia.blogspot.com.es/2012/03/el-ego-contra-la-vida-eckart-tolle.html

martes, 28 de julio de 2015

Desvincúlate de las heridas de tu pasado -Wayne Dyer

Wayne Dyer


La inclinación a vincularnos con nuestras heridas, en lugar de dejarlas atrás, hace que experimentemos constantemente la sensación de no ser dignos. Una persona que haya experimentado acontecimientos traumáticos en la vida, como una violación sexual, la muerte de seres queridos, enfermedades traumáticas, accidentes, rupturas familiares, drogadicciones y otras cosas similares, puede llegar a vincularse con los dolorosos acontecimientos del pasado y rememorarlos para llamar la atención o despertar lástima en los demás. Esas heridas de nuestras vidas parecen darnos una gran cantidad de poder sobre los demás.


Cuanto más les hablamos a otros sobre nuestras heridas y sufrimientos, tanto más creamos un entorno de compasión por nosotros mismos. Nuestro espíritu creativo permanece tan conectado con los recuerdos de nuestras heridas que no puede dedicarse a transformar y manifestar. El resultado de ello es la sensación de desmerecimiento, de no ser digno de recibir todo aquello que se deseas.
La tendencia a vincularnos con las heridas de nuestras vidas nos recuerda lo poco merecedores que somos de recibir nada de lo que realmente nos gustaría tener, debido a que permanecemos sumidos en un estado de sufrimiento. Cuanto más se recuerdan y se repiten estas historias dolorosas, tanto más tiene garantizado esa persona que no atraerá la materialización de sus deseos.

Quizá la frase más poderosa que puedas llegar a memorizar en este sentido sea: «Tu biografía se convierte en tu biología». A la que yo añadiría: «Tu biología se convierte en tu ausencia de realización espiritual». Al aferrarte a los traumas anteriores de tu vida, impactas literalmente sobre las células de tu cuerpo. Al examinar la biología de un individuo, es fácil descubrir en ella su biografía. Los pensamientos angustiosos, de autocompasión, temor, odio y otros similares, cobran un peaje sobre cl cuerpo y el espíritu. Al cabo de un tiempo, el cuerpo es incapaz de curarse, debido en buena medida a la presencia de esos pensamientos.

El apego al dolor sufrido en los primeros años de la vida procede de una percepción mitológica según la cual «tengo derecho a una infancia perfecta, libre de dolor. Utilizaré durante el resto de mi vida cualquier cosa que interfiera con esta percepción. Contar mi historia será mi poder». Lo que hace esta percepción es darle permiso al niño herido que llevas dentro para controlarte durante el resto de tu vida. Además, te proporciona una fuerte sensación de poder ilusorio.

Tenemos que ser muy cuidadosos para evitar explicar nuestra vida actual en términos de una historia traumática anterior. Los acontecimientos dolorosos de nuestras vidas son como una balsa que se utiliza para cruzar el río. Debes recordar bajarte una vez que hayas llegado a la otra orilla.
Observa tu cuerpo cuando has sufrido una herida.

Una herida abierta se cierra en realidad con bastante rapidez. Imagina cómo serían las cosas si esa herida permaneciera abierta durante mucho tiempo. Se infectaría y, en último término, acabaría por matar a todo el organismo. El cerrar una herida y permitir que cure puede actuar del mismo modo en los pensamientos de tu mundo interior.

Así pues, no lleves contigo tus heridas. Afróntalas y pide a la familia y a los amigos que sean compasivos mientras te recuperas. Luego, pídeles que te lo recuerden amablemente cuando se convierta en una respuesta predecible. Quizá en cuatro o cinco ocasiones tus amigos y personas queridas te dirán: «Sufriste una experiencia trágica y comprendo perfectamente tu necesidad de hablar de ello. Me importa, te escucho y te ofrezco mi ayuda si eso es lo que deseas». Después de varias situaciones de este tipo, pídeles que te recuerden amablemente que no debes repetir la historia con el propósito de obtener poder a través de la compasión de los demás.

Al retroceder en tu camino y reavivar continuamente tu dolor, incluyendo la descripción de ese dolor y la calificación de ti mismo (superviviente de un incesto, alcohólico, huérfano, abandonado), no lo haces para sentirte más fuerte. Lo haces debido a la amargura que estás experimentando. Esa amargura se pone de manifiesto en forma de odio y cólera al hablar de esos acontecimientos, con lo que no haces sino alimentar literalmente el tejido celular de tu vida a partir de tu cosecha de acontecimientos del pasado.

Eso hace que se extienda la infección e impide la curación. Y lo mismo sucede con el espíritu. Esta cosecha de amargura te impide sentirte merecedor. Empiezas a cultivar entonces una imagen sucia, de criatura desafortunada, desmerecedora y difamada, y eso es lo que envías al universo, lo que inhibirá cualquier posibilidad de atraer el amor y la bendición a tu vida.

Aquello que te permitirá desvincularte de tus heridas es el perdón. El perdón es lo más poderoso que puedes hacer por tu fisiología y por tu espiritualidad, a pesar de lo cual sigue siendo una de las cosas menos atractivas para nosotros, debido en buena medida a que nuestros egos nos gobiernan de un modo inequívoco. Perdonar se asocia de algún modo con decir que está bien, que aceptamos el hecho perverso. Pero eso no es perdón.

Perdón significa llenarse de amor e irradiar ese amor hacia el exterior, negándose a transmitir el veneno o el odio engendrado por los comportamientos que causaron las heridas. El perdón es un acto espiritual de amor por uno mismo, y envía a todo el mundo, incluido tú mismo, el mensaje de que eres un objeto de amor y que eso es lo que vas a impartir.

En eso consiste el verdadero proceso de desvinculación de las heridas, de no seguir aferrándose a ellas como preciadas posesiones. Significa renunciar al lenguaje de la culpa y la autocompasión, y a no seguir adelante con las heridas del pasado. Significa perdonar íntimamente sin esperar que nadie lo comprenda. Significa dejar atrás la actitud del ojo por ojo que sólo causa más dolor y la necesidad de más venganza, sustituyéndola por una actitud de amor y perdón. Esta forma de actuar es alabada en la literatura espiritual de todas las religiones.

Sentirse digno es esencial para poder atraer aquello que se desea. Es, simplemente, una cuestión de sentido común. Si no tienes la sensación de merecer algo, ¿por qué te lo va a enviar la energía divina que está en todas las cosas? Así pues, tienes que cambiar y saber que tú y la energía divina sois una sola cosa, y que es tu ego el que se confabula para impedirte utilizar este poder en tu propia vida.
A continuación se indican algunas de las grandes actitudes y comportamientos que puedes incorporar a tu conciencia para facilitar el crecimiento de tus sentimientos de merecimiento.


UN PLAN QUE TE AYUDARÁ A VER QUE ERES DIGNO DE RECIBIR Y ATRAER DESDE LA FUENTE DIVINA

En búsqueda de la Conciencia – Brad Hunter

Brad Hunter
Como resultado y respuesta a esta crisis evolutiva, ha nacido una nueva conciencia. Pero, ¿por qué hablamos, entonces, de una crisis existencial? Porque el despertar de la conciencia no se hace de una forma mágica, por gracia divina, rápida o por el simple acto de existir. La respuesta es que se evoluciona por mérito, es decir requiere de un inmenso trabajo personal y colectivo para poder asimilar la información consiente de la evolución.

Es una cuestión de armónicos y resonancia. La conciencia es información, es energía galáctica que impacta a todos por igual, pero no todos tienen sus “cerebro-mente-receptores” sintonizados en la frecuencia correcta para que esto suceda.

El ímpetu y la necesidad de cambio sin despego de los antiguos condicionamientos de la conciencia y arraigados fuertemente en el subconsciente, nos llevan a que todo sea más confuso y menos claro. La realidad de quienes buscan información en el “mapa del nuevo conocimiento” se encuentran con patrones de información altamente contaminante por “mandatos condicionantes de la vieja conciencia” y el antiguo saber.

La Física Cuántica, nace como una nueva ciencia con “con-ciencia” que empieza a construir un puente entre el conocimiento ancestral que sobrevivió de las anteriores humanidades y que fuera “limitado” en el terreno de la mística, con lo aprendido como resultado evolutivo de las ciencias de la actual humanidad.

Hoy de forma ideal y casi romántica –como quien amanece de pronto en iluminación en una nueva tierra o en un nuevo cielo– se plagó el “mercado de la nueva conciencia” de agentes de confusión y desinformación. Sin ánimos de herir la susceptibilidad de nadie y sabiendo que en muchos casos esto, es motivado por la impetuosa necesidad de cambio, y la buena voluntad del aprendiz, aparecieron por arte de magia, profetas del nuevo conocimiento. Con sobras de buena intención, pero desconocedores de los motivos verdaderos de las causas del proceso, repiten casi irracionalmente lo que leen, escuchan, ven y experimentan por diferentes medios o por mérito de búsqueda personal pero que produce un efecto de “desencanto y decepción”.

La conciencia es en sí misma energía que porta información y nosotros actuamos según nuestra propia capacidad, como decodificadores de dicha información. Para ello poseemos la mente, el intelecto (“software”) y el cerebro que es el (“hardware”) para interpretar y almacenar en el alma, lo aprendido. No todos los seres humanos poseemos por, dedicación, posibilidad o estudio, el conocimiento y la capacidad suficiente para poder difundir claramente de que se trata realmente el proceso en marcha. Es una enorme responsabilidad que debe ser asumida con seriedad por todos los que hacemos esta tarea.

Es en esta confusión, donde hallan terreno fértil los antiguos poderes manipulativos con el objetivo de magnificar la crisis existencial y ponerla a su favor. Es así como quienes creen ser agentes del despertar, por desconocimiento, terminan siendo funcionales a la desinformación. Hay un dicho que dice: “La mejor manera de esconder un elefante, es en una manada de elefantes” y es por ello que el mercado del nuevo conocimiento fue inyectado de pseudo información, medias verdades y desinformación. Las víctimas son todas aquellas personas que con buena voluntad y falta de valores de creencias se apoyan casi por acto de fe en este conocimiento nuevo sin evaluar lógicamente la validez de su contenido.

El Principio de la Correspondencia - EL KYBALION (Hermes Trismegisto)


«Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.» 
El Kybalion.

Este principio incorpora la verdad de que hay siempre una correspondencia entre las leyes y fenómenos de los diversos planos de existencia y vida.

El viejo axioma hermético lo ponía en estas palabras: «Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.»

Y la captación de este principio da uno de los medios de solucionar muchas oscuras paradojas y secretos escondidos de la Naturaleza.

Hay planos más allá de nuestro conocimiento, pero cuando les aplicamos el principio de correspondencia somos capaces de entender mucho que de otro modo nos habría sido incognoscible.

Este principio es de aplicación y manifestación universal, en los diversos planos del universo material, mental y espiritual; es una ley universal.

Los antiguos hermetistas consideraban este principio como uno de los más importantes instrumentos mentales por el que el hombre era capaz de atisbar a un lado de los obstáculos que ocultan lo desconocido a la vista.

Su uso incluso rasgaba el velo de Isis hasta el punto de que podía verse un vislumbre de la cara de la diosa.

Igual que un conocimiento de los principios de la Geometría capacita al hombre para medir soles distantes y sus movimientos, mientras está sentado en su observatorio, así un conocimiento del principio de correspondencia capacita al hombre para razonar inteligentemente desde lo conocido hasta lo desconocido.
Estudiando a la mónada,entiende al arcángel.


El Kybalion – Los tres iniciados

lunes, 27 de julio de 2015

APRENDER A VERNOS EN EL REFLEJO DE LAS DEMÁS PERSONAS - DEEPAK CHOPRA


Todos somos extensiones del campo universal de energía, distintos puntos de vista de una única entidad.

Esto implica ver todas las cosas del mundo, a todas las personas del mundo, y darnos cuenta de que estamos mirando otra versión de nosotros mismos. Tú y yo somos lo mismo. Todo es lo mismo.

Todos somos espejos de los demás y debemos aprender a vernos en el reflejo de las demás personas.

A esto se llama espejo de las relaciones. A través del espejo de una relación, descubro mi yo no circunscrito.

Por esta razón, el desarrollo de las relaciones es la actividad más importante de mi vida. Todo lo que veo a mi alrededor es una expresión de mí mismo. Las relaciones son una herramienta para la evolución espiritual cuya meta última es la unidad en la conciencia.

Todos somos inevitablemente parte de la misma conciencia universal, pero los verdaderos avances tienen lugar cuando empezamos a reconocer esa conexión en nuestra vida cotidiana.

Las relaciones son una de las maneras más efectivas para alcanzar la unidad en la conciencia, porque siempre estamos envueltos en relaciones.

Piensa en la red de relaciones que mantienes: padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, relaciones amorosas.
Todas son, en esencia, experiencias espirituales.

Cuando estás enamorado, romántica y profundamente enamorado, tienes una sensación de intemporalidad. En ese momento, estás en paz con la incertidumbre. Te sientes de maravilla, pero vulnerable; sientes cercanía pero también desprotección. Estás transformándote, cambiando, pero sin miedo. Te sientes maravillado. Ésa es una experiencia espiritual.
A través del espejo de las relaciones, de cada una de ellas, descubrimos estados prolongados de conciencia. Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros. 

¿Hacia quiénes nos sentimos atraídos? 

Hacia las personas que tienen características similares a las nuestras, pero eso no es todo.

El futuro de Oro


“La gente que se ha acostumbrado demasiado a la esclavitud, se ha acostumbrado a que la manden, a que alguien le dé órdenes, la gente que se ha acostumbrado demasiado a las figuras paternas, estará en un estado de locura. Pero es su culpa, no es culpa de los tiempos. Los tiempos son hermosos, porque los tiempos de caos son tiempos de revolución.”

Las grandes cosas suceden sólo en tiempos de caos y confusión porque la gente está suelta. Están sueltos, desarraigados: entonces pueden buscar nuevos suelos, pueden buscar nuevas tierras, nuevos países, nuevos continentes de ser.

Éste es uno de los momentos más grandes en la historia de la conciencia humana. Nunca ha sido así, esto es un crescendo.

Buda dijo —y parece haberlo detectado correctamente— que cada veinticinco siglos viene un momento de gran turbulencia y caos. Y ese es el momento en que el mayor número de personas se ilumina.

Ahora han pasado veinticinco siglos desde Buda. Nuevamente te estás acercando más y más al momento en que el pasado perderá todo significado. Cuando el pasado pierde todo significado, eres libre, no estás atado a él: puedes usar esta libertad para crecer tremendamente, para crecer hasta alturas que no soñabas.

Pero también puedes destruirte. Si no eres inteligente, la confusión, el caos, te destruirá. Millones serán destruidos: por su falta de inteligencia, no por el caos. Serán destruidos porque no podrán encontrar una vida segura, confortable y conveniente, tal como era posible en el pasado. No serán capaces de encontrar a dónde pertenecen. Tendrán que vivir a partir de sus propias fuentes, tendrán que ser individuos, tendrán que ser rebeldes.

La sociedad está desapareciendo, la familia está desapareciendo; ahora vivir es muy difícil. A menos que seas capaz de ser un individuo, vivir será muy difícil. Sólo los individuos sobrevivirán.

La gente que se ha acostumbrado demasiado a la esclavitud, que se ha acostumbrado a que la manden, a que alguien le dé órdenes, la gente que se ha acostumbrado demasiado a las figuras paternas, estará en un estado de locura. Pero es su culpa, no es culpa de los tiempos. Los tiempos son hermosos, porque los tiempos de caos son tiempos de revolución.

Ahora es posible salir de la rueda de la vida y la muerte con más facilidad que lo que ha sido posible durante veinticinco siglos, desde Buda. En los tiempos de Buda se iluminó mucha gente: la sociedad estaba en un estado de turbulencia. Está sucediendo de nuevo. Se avecinan grandes tiempos: prepárate para ellos.

Y eso es lo que estoy tratando de hacer aquí. La gente ortodoxa no puede entender lo que está pasando aquí, no tienen ojos para ver ni corazón para sentirlo. Sólo tienen viejos valores podridos, y me siguen juzgando de acuerdo con esos valores.

Esos valores están desactualizados. Estoy creando nuevas personas, estoy creando nuevos valores, estoy creando un nuevo futuro. Ellos viven en el pasado, no pueden entender el futuro que estoy tratando de traer aquí a la Tierra.

Mis sannyasins no pertenecen al pasado, no representan ninguna tradición. Pertenecen al futuro, pertenecen a algo que va a pasar y que todavía no ha pasado. De aquí que no haya criterios: no pueden ser juzgados fácilmente, y serán mal entendidos.

Yo voy a ser mal entendido porque la gente tiene sus valores y esos valores vienen del pasado. Y estoy tratando de crear un espacio para que suceda el futuro.

Dices: ¿Cómo es que tuve la suerte de llegar a estar en la gracia de tu amor en estos tiempos de tanta confusión en el mundo?

El propósito de la vida


La humanidad está empeñada en una eterna búsqueda de ese «algo más» que espera le aportará una felicidad completa y sin fin. Para aquellos que han buscado y encontrado a Dios, la búsqueda ha terminado: Él es ese Algo Más.

Mucha gente puede tener dudas de que encontrar a Dios sea el propósito de la vida; pero todos pueden aceptar la idea de que el propósito de la vida es la felicidad. Yo digo que Dios es Felicidad; Él es Bienaventuranza; Él es Amor; Él es el Gozo que jamás desaparecerá de tu alma. Así pues, ¿por qué no esforzarse por adquirir esa Felicidad? Nadie más puede concedértela. Debes cultivarla continuamente tú mismo.


Aun cuando la vida te diese, de una sola vez, todo lo que desearas —riqueza, poder, amigos—, después de un cierto tiempo te sentirías de nuevo insatisfecho y necesitarías algo más. Pero hay una cosa de la que nunca podrás cansarte: del gozo. Esa felicidad exquisitamente variada, aunque en esencia inmutable, es la experiencia interior que todos anhelan lograr. En verdad, el gozo perdurable y siempre nuevo es Dios, y cuando encuentres este Gozo dentro de ti, lo encontrarás también en todas las cosas externas. Al establecer contacto con Dios, habrás logrado en realidad conectarte con la Fuente misma de la bienaventuranza perenne y sin fin.


Supongamos que te castigan no permitiéndote retirarte a dormir cuando desesperadamente necesitas descansar, y de pronto alguien te dice: «Bien, puedes irte a dormir ahora». Imagina la felicidad que sentirías en el instante previo a quedarte dormido. ¡Multiplica esa sensación un millón de veces! Ni siquiera eso describiría el gozo que se experimenta en la comunión con Dios.


El gozo divino es ilimitado, perenne y siempre nuevo. Ni el cuerpo, ni la mente, ni cosa alguna puede perturbarte cuando estás en ese estado de conciencia. ¡Tal es la gracia y la gloria del Señor!, y Él te explicará todo lo que hasta entonces no hayas podido comprender, todo cuanto desees saber.


Cuando te sientas y te sumerges en el silencio de la meditación profunda, te inunda el gozo que bulle en tu interior y que no está provocado por estímulos externos. El gozo de la meditación es irresistible. Quienes no han experimentado el silencio de la auténtica meditación no saben qué es el verdadero gozo.


Conforme la mente y el sentimiento se dirigen hacia el interior, comienzas a sentir el gozo divino. Los placeres de los sentidos no perduran; pero el gozo de Dios es eterno. ¡Es incomparable!