Desde hace ya algo más de un año en las sesiones de liberación no solo identificamos y liberamos las emociones atrapadas relacionadas con nuestros bloqueos o desequilibrios, sino que también liberamos los “patrones de comportamiento” subconscientes que están en el origen de dichos bloqueos. Estos patrones de comportamiento o “programas” suelen ser aprendidos de nuestros padres cuando somos niños y luego interiorizados y manifestados en nuestra vida, de ahí el dicho de “eres como tu madre“, o “eres como tu padre“. 
Hay momentos en nuestra vida en los cuales como consecuencia de nuestras vivencias, y más específicamente, como resultado de la interpretación o el significado que le damos a dichas vivencias interiorizamos algo como: “no te puedes fiar de nadie“, “solo cuentas contigo mismo“, “nadie me quiere“, “no merezco ser feliz“, etc. Esto es un “programa“.
Luego en nuestra vida lo que hacemos es mirar las situaciones a través de estos filtros que distorsionan la realidad y nos muestran aquello que queremos ver (basado en lo que creemos es verdad para nosotros). Por ejemplo si tengo un programa de “desilusión“, miraré a los demás y sus actuaciones a través de este prisma y estaré atento a ver cuando me desilusionan sin darme cuenta de que en el fondo la “des-ilusión” no es más que el resultado de haberme apegado a una “ilusión”, por ejemplo que “los demás deberían hacerme feliz“, “deberían hacer lo que yo quiero“, “deberían hacer tal o no deberían hacer cual, para yo sentirme bien“. Sin darme cuenta de que en el fondo son mis expectativas de lo que los demás deben o no deben hacer los causantes de mi malestar, no la actuación de dichas personas. No me doy cuenta de que la “des-ilusión” es una elección basada en el miedo.
Es una percepción errónea basada en el miedo, y que siempre que me dejo llevar por el miedo sufro, no debido a la situación que yo considero responsable de mi sentir, sino debido a mi elección del miedo y por lo tanto mi rechazo a mi verdadera naturaleza que es amor, comprensión, compasión y confianza. No me puedo sentir bien si rechazo a mi Ser.
Observar estos patrones de comportamiento y darme cuanta de que en el fondo no son lo que yo soy, sino un programa de conflicto en mi mente, es fundamental para recuperar mi bienestar emocional. Darme cuenta de que si no me siento bien con mi “interpretación” de lo que estoy viendo o de mi experiencia vital, eso no puede venir de mi Ser.
Y que siempre hay otra opción. Lo que pienso, mi interpretación, no es más que un punto de vista, una opción, no un hecho. Así que como dice Un Curso de Milagros es bueno recordar que “Podría ver paz en lugar de esto (miedo, desilusión, desconfianza, ira, ect.)” puesto que la paz es una opción que siempre está disponible. Solo tengo que elegirla y dejar ir mi interpretación, basada en el miedo, y mi deseo de tener razón para experimentar la paz que siempre está presente. <3
Si quieres experimentar una sesión de liberación emocional y de patrones de comportamiento durante el mes de mayo seguimos con nuestras promociones. Tienes toda la información en el apartado de sesiones de este blog. Al llevarse a cabo a distancia no importa donde te encuentres ni el tiempo disponible que tengas. Es sencillo y efectivo. 
El texto seleccionado hoy habla de como identificar esas creencias subconscientes que se encuentran en el origen de situaciones que se repiten en nuestra vida una y otra vez.
Nuestras creencias positivas pocas veces suponen un problema. La gente no suele quejarse de un exceso de alegría, o de que se sienten abrumados porque les pasan demasiadas cosas buenas en la vida. Son las pautas negativas las que nos causan problemas. O, tal vez, de manera más precisa esnuestra percepción de dichas pautas como negativas la que puede convertirse en la raíz de nuestros mayores sufrimientos. Las experiencias que hacen que la gente se quede estancada casi siempre hunden sus raíces en las que consideramos como creencias negativas que adquirimos al comienzo de la vida. Y precisamente por el hecho de que son subconscientes, nos resulta difícil verlas en nosotros.
Si podemos reconocer las pautas que tenemos impresas en las personas, situaciones y relaciones de nuestra vida, tendremos una buena idea de nuestras creencias subconscientes en las que tienen su origen.







