domingo, 3 de enero de 2016

Sanando el Alma - Hay errores?


Fuimos educados en una cultura que no acepta el error. Se nos ha privado del derecho a equivocarnos y eso promueve la inseguridad ya que nadie se atrever a hacer cualquier cosa por temor a errar.

Recuerdo hace no mucho haber escuchado una conversación entre mis viejas tías refiriéndose a que mi vida hubiera sido tan distinta si me hubiese equivocado menos… No supe si reír o llorar al sentirme censurada por este tribunal familiar justamente porque esas personas han llevado una vida sin errores, muy acertada para el párroco de la iglesia y para muchas personas adoradoras de esa muerte en vida que es vivir dando gusto a los demás… pero no para mi…

Pero ¿qué es un error? Errar es simplemente ir por algo y obtener un resultado diferente. Es como enamorarte hasta el tuétano e imaginar que harás tu vida con ese hombre para darte cuenta luego que ese no era con el que compartirías tu vida… o poner azúcar en la sopa y sal en el café… Error es una clasificación que tu mente da a una experiencia que no obtuvo el resultado deseado.

El temor a equivocarnos es uno de los causantes de la paralización, de no hacer nada. Sobre todo en mi país tan adicto al enjuiciamiento y la crítica (Chile es Virgo) y donde existe una cultura del chaqueteo (que consiste en tirar de la chaqueta hacia abajo al que sobresale para nivelarlo con nosotros porque hay cierta exaltación de la parjeura o uniformidad) y muchos, por miedo al chaqueteo no hacen nada, se quedan eternamente dando vueltas en esa zona de confort creada por otros para tenernos ahí muy controladitos y sin ganas de expresar nuestros  talentos.

Según mi familia yo debería llamarme Srta. Error porque me he equivocado tanto… desde muy pequeña cometí el error de rebelarme en contra de la dictadura de mis padres, siempre buscando la forma de mostrarles que educar no es lo mismo que domesticar. Luego en el colegio me equivoqué luchando contra algunas de las arbitrariedades de las religiosas y más tarde le erré al ir en contra de varias convenciones sociales que me parecían tremendos ataques al SER esencial y he seguido cometiendo toneladas de errores de todo tipo.

Y eso es porque me he atrevido a salir de la pecera y cuando veo el océano tan vasto me pierdo en las decisiones… de pronto he querido hacer de todo… ir para acá y para allá también… he estado en los dos extremos de una situación y puchas que he aprendido… de pronto en mitad del camino descubro que debería haber tomado la otra opción y me agobio… se me hace cuesta arriba… pero siempre vuelvo a empezar… y he partido de cero en varias oportunidades y en distintas etapas de mi vida.

En una vida auténticamente espiritual no existen los errores… todo es experiencia sabiendo que si hay vivencias que debemos evitar como el hacer daño a los demás o destruir vidas, ya sea de personas, animales o del planeta… un crimen es robar la vida a otro y eso abarca cualquier tipo de vida.

ELIMINA CUALQUIER TIPO DE DOLOR EN SOLO 15 MINUTOS USANDO ESTA TÉCNICA JAPONESA. INCREÍBLE!!!



Con este método podrás deshacerte del dolor de manera natural y en tan solo 15 minutos y lo mejor sin gastar 1 centavo en costosos y dolorosos tratamientos. Averigüe cómo curar todo tipo de dolor en su cuerpo sólo con la ayuda de un dedo.

Esta es una antigua técnica de sanación japonesa que te ayuda a equilibrar tus emociones mediante la estimulación de ciertos puntos en tus mano, solo debes agarrar el dedo con tu otra mano y aprieta durante 3-5 minutos. 

Respira profundamente mientras haces esto. Masajea cada dedo en tu mano para conseguir una perfecta armonía en tu cuerpo.

Masaje con un dedo

Este es otro método interesante y simple para la coordinación de su cuerpo. Averigüe cómo curar todo tipo de dolor en su cuerpo sólo con la ayuda de un dedo.

Si quiere actuar sobre todos los órganos por separado, sólo tiene que pulsar con el dedo durante 3-5 minutos y  sentirás la diferencia inmediatamente.



Método para deshacerse de cualquier tipo de dolor


Pulgar

La órganos: estómago y el bazo

Emociones: la depresión y la ansiedad

Síntomas físicos: dolor en el estómago y dolor de cabeza


Dedo indice

Los órganos: riñones y las vías urinarias

Emociones: decepción y el miedo

Síntomas físicos: dolor de muelas, dolor muscular y de espalda

sábado, 2 de enero de 2016

EL EGO Y EL MOMENTO PRESENTE


La relación más importante y primordial de la vida es la relación con el Ahora, o mejor aún, con cualquiera que sea la forma que adopte el Ahora, es decir, lo que es o lo que sucede. Si la relación con el Ahora es disfuncional, esa disfunción se reflejará en todas las relaciones y en todas las situaciones de la vida. El ego podría definirse sencillamente como una relación disfuncional con el momento presente. Es en este momento cuando podemos decidir la clase de relación que deseamos tener con el momento presente.

Una vez que hemos alcanzado un cierto nivel de conciencia, es decir, de Presencia (y si está leyendo esto es porque seguramente es su caso) estamos en capacidad de decidir qué clase de relación deseamos tener con el momento presente. ¿Deseo que éste momento sea mi amigo o mi enemigo? El momento presente es inseparable de la vida, de tal manera que nuestra decisión se refiere realmente a la clase de relación que deseamos tener con la vida. Una vez tomada la decisión de ser amigos con el momento presente, nos toca dar el primer paso: mostrarnos amigables con él, acogerlo independientemente de su forma de presentarse. Y no tardaremos en ver los resultados. La vida se torna amable con nosotros. La gente nos ayuda y las circunstancias cooperan. Pero es una decisión que debemos tomar una y otra vez, hasta que aprendemos a vivir naturalmente de esa manera.

Con la decisión de hacer amistad con el momento presente viene el fin del ego. El ego no puede nunca estar en consonancia con el momento presente, es decir, en consonancia con la vida, puesto que su propia naturaleza lo induce a resistir, menospreciar o hacer caso omiso del Ahora. El ego se nutre del tiempo. Mientras más fuerte el ego, mayor es el tiempo durante el cual controla nuestra vida. Casi todos nuestros pensamientos entonces se refieren al pasado o al futuro y el sentido de lo que somos depende del pasado, donde encuentra una identidad, o del futuro donde busca su realización. El temor, la ansiedad, la expectativa, el remordimiento, la culpa, y la ira son disfunciones del estado de la conciencia atrapado en el tiempo.

El ego trata el momento presente de tres maneras: como un medio para una finalidad como un obstáculo o como un enemigo. Analicemos una a la vez, de tal manera que cuando ese patrón se apodere de usted, pueda reconocerlo y decidir nuevamente.

En el mejor de los casos, el ego ve en el momento presente un medio para cumplir una finalidad. Sirve para llevarnos a algún momento en el futuro considerado más importante. Pero el futuro nunca llega salvo como momento presente y, por tanto, nunca es más que un pensamiento en la cabeza. En otras palabras, nunca estamos totalmente aquí porque siempre estamos ocupados tratando de llegar a algún otro lugar.

Cuando este patrón se acentúa, lo cual suele suceder, el momento presente es visto o tratado como si fuera un obstáculo a superar. Es allí donde surgen la impaciencia, la frustración y el estrés y, en nuestra cultura, esa es la realidad cotidiana, el estado normal de muchas personas. La Vida, la cual ocurre ahora, es vista como un “problema”, y todos habitamos en un mundo lleno de problemas que debemos resolver para ser felices, sentirnos realizados o comenzar realmente a vivir (o por lo menos eso creebmos). El problema está en que, por cada problema que resolvemos aparece uno nuevo.

Mientras veamos un obstáculo en el momenbto presente, los problemas no tendrán fin. “Seré lo que deseas que sea”, dice la Vida o el Ahora. “Te trataré como tú me trates. Si me ves como un problema, eso seré para ti. Si me tratas como a un obstáculo, seré un obstáculo”.

Amor dimensional


Vamos con otro tema que podría decirse es “delicado” ¿Cómo se hace el amor en los nuevos tiempos sin miedo?  ¿Te imaginas que exista una nueva forma de “hacerlo”? Lo lógico es que la respuesta sea afirmativa si se pasa de sobrevivir en el miedo a vivir en el Amor. Visto esto, seguro que estás con ganas de saber el cómo, aunque en realidad habrá que averiguar el por qué partiendo del por qué existente en el pasado donde el miedo era la tónica general.

      En aquella vieja manera de hacer todo, ya abandonada, para muchas personas, aunque se sientan los resquicios que quedan cayendo sin remedio, afortunadamente, hacer el amor, era eso, un HACER. Sólo un hacer. Por tanto, hay que cambiar el concepto antiguo por otro nuevo. Pero no adelanto la nueva definición, la iré explicando.

      El por qué se hacía el amor es muy evidente a estas alturas. Para la mayoría de las personas se hacía porque así satisfacían una necesidad instintiva y biológica. Se hacía porque daba un gran placer. Pocas personas sabían que el hecho de hacer el amor era más que realizar una serie de posturas, más o menos concretas, desde donde encontrar un mayor placer o excitación hasta llegar al orgasmo; lo cual producía un “éxtasis”, más bien, corto en duración.

Menos personas entendieron que era algo más profundo que buscar el orgasmo. Menos aún llegaron a darse cuenta que ese hacer el amor podía producirse en duración en el tiempo sin necesidad de la orquestación sexual habitual. Me refiero a los previos y a los post ¿Cuántas personas entendieron que hacer el amor era mucho más que la búsqueda del orgasmo y que podrían estar en un orgasmo continuado con un simple, y continuado, abrazo desde donde mimarse y acariciarse sin la necesidad de llegar a más, aunque podía llegarse posteriormente, pero tras horas de excitante placer y comunión entre ambos seres? Lo mejor llegaba después, donde la mayoría, una vez concluido el ritual se daban la vuelta, y quizá se fumaba un cigarro, sin percibir que el amor podría extenderse en el tiempo al igual que se había realizado de forma previa.

        Sí, muchas veces sólo era una cuestión de tiempo. Había prisas por llegar, o no se entendía, en modo alguno, que hacer el amor podría durar horas. Pero aquella manera forzaba a vivir con el tiempo pegado en el trasero y no se dedicaba tiempo a amarse porque había muchas otras cosas que hacer. A veces, tristemente, hacer el amor, por no decirlo de otra forma despectiva tal y como se enunciaba, sólo era un mero usar y tirar como a un kleenex.

      Existe, aún, un condicionamiento que salvar al respecto: el tiempo. Y es que ya no hay tiempo que contar, sino usar del tiempo que se quiera para amarse.

     No se trata de nuevas posturas, o que el Kamasutra se amplíe. Se trata, como dije, de cambiar el concepto. Se trata de saber qué es eso que se llamaba “hacer el amor” en tiempos pretéritos; porque en momentos actuales, para much@s, aún se mantiene tal costumbre con muy ligeros cambios. En cambio, lo que se puede descubrir, sino se ha descubierto, es el Amor en Plenitud. Porque si partimos desde este punto, quizá se entienda mejor lo que quiero manifestar.

Un Ser, cuando sabe que es un Ser, y sabe con certeza que es un Ser Divino encarnado en una forma (física) sin necesidad de tener que hacer nada concreto, sino de ser desde su Ser expresado en su forma física (y esa sería su forma de hacer: siendo desde su Ser), sabe que está en Plenitud. Además, sabe con certeza que su expresión mediante la forma física en otra forma física, lo que pretende es crearse en el ofrecimiento de creación que aportar la otra forma. Aunque mejor sería expresarlo como co-crearse con otra forma desde el Ser de ambas Formas en una manifestación interna de creatividad en la misma esencia que los conforta y conforma mediante el “uso” de las formas físicas de ambas Formas de Ser encarnadas.

No se busca un orgasmo externo, pese a que se produce o se alcance, sino que co-crean un éxtasis interno de suprema belleza, calidad, calidez y cantidad sin medir el tiempo, sino siendo el tiempo en esa co-creación que ambas partes asisten.

       Por si no se ha entendido todavía, más que buscar el placer externo se busca el interno aunque el externo se dé o no. Porque lo que no sabía, o habían olvidado, es que el momento del orgasmo es la experimentación del éxtasis de Quienes Son en verdad. Cuando se alcanzaba el orgasmo, se alcanzaba la experimentación de la esencia del Ser propio de cada uno. Se puede decir que se alcanzaba el cielo.

Que se palpaba a Dios, a La Fuente, al Origen de su propia creación. Pero duraba muy poco ese contacto puesto que se les había enseñado que eso era hacer el amor, un hacer hasta llegar a un punto cúlmen; no Ser el punto cúlmen en duración. Esta es una de las grandes diferencias entre hacer el amor y crearse en el Amor, aunque la mejor definición que encuentro es: crear amor. Crearse en el amor. Co-crearse mutuamente desde el amor que les Forma en sus respectivas formas físicas. Estos nuevos conceptos los dejo aquí, por si empiezan a servirte, no ya de referencia para cambiar, sino para entender qué es crear amor entre dos seres en plenitud de Sí, como mínimo.

     Crear Amor, no hacer el amor, es posible desde el Amor Dimensional, desde la Conciencia de Quien se Es. Sólo es posible desde este punto de partida y al mismo tiempo de encuentro. Lo demás, puede considerarse que es más el uso de las formas “intentando” llegar a la Forma. Pero cuando un ser humano conoce su Forma, y sabe de otro ser en las mismas condiciones, crear amor es algo que sale a la perfección, con total naturalidad y espontaneidad, sin limitarse por la existencias de otras formas con las que también se puede crear desde la Forma sin eso que se llama el apego sufridor o los celos enfermizos.

7 cosas que cambiarán tu vida para siempre


La única constante en nuestra vida es el cambio. Hay cambios acumulativos, de los que prácticamente no nos damos cuenta, y hay cambios que llegan como un huracán y ponen nuestra vida patas arriba. En cualquier caso, lo mejor es no resistirse y aprender a adaptarse a las nuevas circunstancias, aprovechando al máximo las ventajas que nos pueden aportar.

En muchas ocasiones los cambios radicales provienen de eventos inesperados que provocan verdaderas crisis existenciales, puntos de inflexión en nuestro camino. Esos cambios son más dolorosos y difíciles de aceptar, sobre todo porque nos toman por sorpresa. Sin embargo, podemos prepararnos para afrontar esos cambios, generando pequeñas transformaciones en nuestro interior que nos convertirán en personas más resilientes.

Podemos cambiar, crear nosotros mismos las oportunidades y prepararnos para la vida. Para lograrlo, podemos abrazar algunos hábitos que probablemente cambiarán tu forma de ver el mundo para siempre y la manera en que te relacionas con tu “yo”.

Pequeños cambios, todos los días, nos llevan lejos

1. Encontrar un sentido a tu vida. Hay personas que pasan por la vida sin saber que han vivido. Y hay otras que abrazan la vida con tantas ganas que su alegría y entusiasmo son contagiosos. Cuando finalmente nos respondemos a preguntas como ¿Qué quieres lograr en tu vida? ¿Qué te ilusiona? ¿Qué te hace verdaderamente feliz?, podrás darle un propósito y una dirección a tu vida. Eso no significa que no te perderás por pequeños callejones pero podrás reencontrar rápidamente la vía principal porque ya no estarás vagando sin rumbo, esperando que los demás determinen tu dirección.

2. Escribir tus sueños. Cuando éramos niños teníamos muchos sueños, pero estos se han ido quedando a lo largo del camino, como si se tratase de piedras que pesaban demasiado. Sin embargo, vivir sin sueños es como morir un poco cada día. Por eso, una de las técnicas más antiguas de la filosofía budista consiste en escribir nuestros deseos, aunque nos parezcan imposibles. Y cuantos más, mejor. De hecho, la mayoría de las personas solo logra escribir cinco o siete deseos, pero lo verdaderamente interesante y transformador de esta idea llega cuando vas más allá, porque te obligas a mirar dentro de ti y preguntarte exactamente qué es lo que quieres, no lo que se supone que debes querer.

3. Plantearte objetivos. Plantearse objetivos es un arte que no es difícil de aprender, pero a menudo el inconsciente juega en nuestra contra. De hecho, no hay nada peor que plantearse los mismos objetivos continuamente, como las personas que siempre quieren perder peso, y no lograrlos. La sensación de frustración es tan grande que se convierte en una loza para tu autoestima. Por eso, los objetivos deben ser precisos y mensurables, no importa si son a corto o a largo plazo. Cuando los objetivos que te plantean son demasiado vagos, generalmente es porque esconden en el fondo una resistencia, es porque algo dentro de ti te lleva en el sentido opuesto y no quiere que se cumplan. Descubrir esta dinámica te cambia la vida por completo porque te convierte en una persona proactiva, artífice de su destino.

4. Deshacerte de los remordimientos. Los remordimientos son piedras pesadas que cargas en la mochila de tu vida. No te dejan avanzar porque te hacen mirar continuamente al pasado y te roban la fuerza, cuando lo que necesitas es mirar hacia el futuro. Aprender a asumir las consecuencias de nuestras acciones y decisiones, sin remordimientos, es extremadamente liberador porque nos ofrece una seguridad que no conocíamos, una seguridad que nos brinda mayor libertad y atrevimiento para emprender nuevos caminos. Un buen ejercicio para deshacerse de los remordimientos consiste en escribirlos en un globo y simplemente dejarlos ir con el viento. Y mientras los ves alejarse, sientes como te liberas.

jueves, 31 de diciembre de 2015

Ejercicios para activar la Glandula Pineal 3D - 2ª parte



ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, 
ESPERO QUE OS GUSTE



Dicen los expertos que activar nuestra glándula pineal nos reportará enormes beneficios y nos abrirá a nuevas posibilidades. 

Entre ellas, quizá lo más destacable sea la “apertura” o conexión con nuestra esencia divina, nuestra energía universal. 



miércoles, 30 de diciembre de 2015

Feliz Año Nuevo

Feliz Año Nuevo a todos los seguidores de nuestro blog.



Quiero agradecerles por haberme acompañado en este camino todo este año.


Quiero agradecer a todos vosotros que nos ayudáis en nuestro crecimiento espiritual para ser cada día mejores seres humanos, y de esta forma también crecer en conciencia. 

Quiero agradecer a todos los maravillosos seres, que  han comentado y compartido los artículos publicados.


Feliz Año Nuevo 

“Que este año nuevo tengas buena salud, felicidad y el afecto de quienes te rodean. 

Que tengas un dichoso año nuevo y obtengas toda la felicidad que anhelas”




Hasta el año que viene amigos...

El tiempo nos cambia a todos


El tiempo está unido y fusionado a las experiencias que vamos recogiendo a lo largo de toda nuestra vida, por lo que ambas cosas hacen que aprendamos, conozcamos y cambiemos. De hecho, estamos tan ligados al tiempo que parece que se alarga o se acorta en función de nuestro estado de ánimo y nuestras expectativas de vida.
El tiempo, como se suele decir, no pasa en balde, mucho menos si nos fijamos en lo que éramos diez años, cinco meses o tres semanas antes del momento presente; pues ya se sabe que, además, no hay nada más relativo que los años. En este sentido, solemos medir el tiempo en acontecimientos clave que nos han marcado y que recordaremos siempre por ello.
“Un hombre debe vivir el presente y ¿qué importa quién eras la semana pasada, si sabes quién eres hoy?”
-Paul Auster-

Vivir significa experiencia y las experiencias miden el tiempo

Cualquier emoción que surja de un contacto directo con la realidad implica un cambio: podemos viajary conocer nuevos modelos de vida, encontrar a personas con pensamientos y costumbres que no conocíamos, formar una familia, perder a personas que creíamos que estarían para siempre, descubrir el amor y el desamor, etc. Todo ello, sin darnos cuenta, nos cambiará.
Lo cierto es que vivir tiene distintos precios y uno de ellos, como sabemos, es vivir experiencias y ligarlas a nuestro tiempo de vida. Habrá momentos que nos marcarán tanto que creeremos que han durado más tiempo del real y otros que recordaremos como fugaces. Por eso decimos que con el tiempo cambiamos, porque vivir tiene distintos precios y uno de ellos es el comentado.

Normalmente, además, solemos señalar a las experiencias más negativas o más positivas que podemos vivir como culpables de nuestros cambios de personalidad y, hasta a veces, físicos. Los extremos siempre traerán la diferencia: la felicidad verdadera no la olvidaremos, pero tampoco nuestras caídas y superaciones.

No te resistas al cambio

Es evidente que en situaciones en las que vivimos extremos emocionales cambiamos, porque éstos nos obligan a llegar a lo más hondo de nosotros mismos y a vernos como nunca antes nos habíamos visto. Conocemos, entonces, cosas y valores que no conocíamos, sentimientos que no habíamos tenido antes y se nos exige ordenar eldesorden de nuestro interior.
“Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos.”
-Victor Frankl-
Si pasamos por un mal momento, probablemente salgamos de él más fuertes; si nos hemos equivocado, sabremos qué no tenemos que volver a hacer la próxima vez; si hemos sido felices, solo nos conformaremos con aquello que nos hace bien y rehuiremos de la tristeza, etc.
Lo que es seguro es que nunca volveremos a ser los mismos después de una experiencia nueva o de ir cumpliendo años: el tiempo nos transformará y moldeará nuestra persona.
Resistirse al cambio, de hecho, es inútil. Querer evadir que algo ha pasado en nuestra vida y querer pensar que todo sigue como tiempo atrás no sirve de nada porque la realidad es que no es así. Como alguien dijo alguna vez: todo fluye y todo permanece. Es decir,nuestra esencia seguirá siendo la misma, pero no seremos los mismos.

La clave es saber adaptarse y aceptar