lunes, 7 de marzo de 2016

Por qué la conciencia no puede ser meramente un producto del cerebro.


ESTUDIANDO DE CERCA ALGUNOS FENÓMENOS COMO EL PLACEBO, LA HIPNOSIS O LA TELEPATÍA, SE INFIERE QUE LA CONCIENCIA CUENTA CON CARACTERÍSTICAS QUE NO PUEDEN EXPLICARSE SOLAMENTE A TRAVÉS DEL CEREBRO.

De manera convencional la ciencia moderna ha difundido y defendido la idea de que la conciencia es generada solamente por el cerebro y que estamos cerca de localizarla, de atraparla en su gestación, en la actividad de algún grupo especial de neuronas. Esta es la culminación de la filosofía materialista, el dogma esencial de la ciencia establecida. En este artículo haremos un comentario a la excelente revisión que hace el doctor Larry Dossey de algunas de las teorías más populares que intentan explicar la conciencia, desde la hipótesis materialista a otras hipótesis que surgen a la luz de fenómenos como la hipnosis, el placebo y los llamados eventos psi estudiados por la parapsicología.

La hipótesis materialista considera que la conciencia tiene una base material y puede ser reducida a una serie de señales en el cerebro, las cuales determinan nuestra experiencia del mundo. Un ejemplo de esta hipótesis puede encontrarse en Francis Crick, el biólogo que descubrió la doble hélice del ADN, quien consideraba que todos los fenómenos biológicos acabarían por ser explicados solamente con química y física. En su libro The Astonishing Hypothesis escribe: “Tus alegrías y tus penas, tu memoria y tu libre albedrío, son de hecho sólo el comportamiento de una vasta asamblea de células nerviosas y sus moléculas asociadas”. Así todo puede reducirse a un paquete limitado de neuronas: el encandilamiento del amor, la 5a sinfonía de Beethoven, un viaje de DMT o el asombro por nuestro origen y propósito en el universo, son sola y exclusivamente la actividad aleatoria de una serie de neuronas.

La certidumbre de Crick ciertamente no es compartida por todos los científicos de renombre en el campo. Como cita oportunamente Dossey, el Nobel Eugene Wigner afirmó: “No tenemos ni la más vaga idea de cómo conectar los procesos psicoquímicos con el estado de la mente”, y el también Nobel Roger Sperry dijo: “los procesos centrales del cerebro con los que la conciencia está presumiblemente asociada simplemente no son entendidos actualmente”. Así, ante el misterio fundamental de la conciencia, algunos científicos buscan atrapar al fantasma de la mente en la máquina del cerebro y al hacerlo, más que seguir el canonizado método científico, recaen en un procedimiento enteramente dogmático, buscando que la realidad se ajuste a su modelo preestablecido del mundo.

Una de las formas en las que se han dividido las teorías sobre la causación de la conciencia son aquellas que consideran que ésta se genera de abajo hacia arriba (o causación ascendente) y las que creen que se genera de arriba hacia abajo (o causación descendente). La teoría ascendente indica que la conciencia es generada por la mente y de ahí se difunde a la materia; la teoría descendente sugiere que las neuronas operan de manera determinista y generan nuestra mente (y toda la personalidad asociada). En la primera son las intenciones conscientes las que determinan lo que hacemos; en la segunda, las células nerviosas de alguna manera ya “han hecho su mente” y causan todos nuestros estados mentales. “Puede ser que los neurocientíficos lo hayan entendido al revés, y la experiencia que sentimos de empatía sea la causa de que las neuronas espejo se enciendan y no al revés”, dice Dossey.

¿Dónde está la jerarquía, en la entidad que aparentemente ejerce el mando, o en las células que componen esa identidad?.

La hipótesis de la causa material o descendente se mete en problemas cuando se enfrenta con cosas como la hipnosis, los efectos de las drogas psicodélicas, el placebo y el fenómeno psi. Siguiendo con el recorrido de Dossey, debemos mencionar una experiencia que tuvo cuando fue médico interno en el Valle del Río Grande en Texas. Dossey tenía un paciente afroamericano moribundo que presentaba un enigma ya que no podía determinar la causa de su estado. Un médico de más experiencia lo entrevistó y descubrió que el paciente creía que había sido embrujado por una adivinadora a la cual le debía dinero. “Convencido de su maldición, estaba cumpliendo su destino”. Como último recurso, Dossey y su colega hicieron una ceremonia de desembrujamiento en la noche en el hospital. La ceremonia tuvo éxito en la mente del paciente, y al día siguiente se levantó con un apetito voraz, ya en vías de recuperarse.

La capacidad de la mente –de ideas e ilusiones– de modificar el cuerpo y la forma en la que éste procesa la realidad queda manifiesta en fenómenos como la hipnosis y el placebo. Durante la hipnosis, una persona puede llegar a producir una quemadura de segundo grado cuando se le avisa que tiene una moneda hirviendo en su brazo. El psicólogo Julian Jaynes, de Princeton, señala:
Si te digo que pruebes vinagre y te sepa como champagne, que sientas placer cuando te coloco un alfiler en el brazo, o que mires en la oscuridad y contraigas las pupilas como ante una luz imaginaria… encontrarías estas tareas difíciles por no decir imposibles de hacer… pero si antes te hipnotizo lograrías estas cosas sin ningún esfuerzo.

Ante esto Dossey concluye que “la hipnosis permite que el cuerpo desafíe las funciones neuronales ordinarias”. En el caso del placebo, algo similar ocurre, donde el poder de la sugestión detona respuestas de autosanación equivalente en sus efectos a poderosos fármacos, demostrando que lo que se puede hacer químicamente también puede hacerse de manera mental, a través de pensamientos intangibles que se vuelven tangibles posteriormente.

Dossey hace hincapié en que esta visión de la mente sobre la materia no sostiene que las neuronas o las células no tengan una función operativa, sino que considera que su nivel de operación es el de los transmisores de una señal y no de los generadores de esa señal, es decir, de correlación no de causación: “No podemos decir que las neuronas espejo causan la empatía, de la misma manera que nuestras televisiones no causan la Copa del Mundo o el Superbowl, solamente están correlacionadas con ellos”. El cerebro es como la televisión que nos permite sintonizar la señal y focalizar una experiencia de la conciencia que existiría en la atmósfera. Por otro lado, esta perspectiva reconoce, en cambio, que los pensamientos, las creencias, las emociones, etc., no son sólo imaginarios sino que tienen efectos verdaderos: logran transmitir sus señales a través del cuerpo (el aparato de sintonización).

En su libro Science and Psychic Phenomena el filósofo Chris Carter cita miles de estudios en los que fenómenos de percepción extrasensorial, telepatía y precognición han apilado evidencia de ocurrir desafiando las probabilidades estadísticas de un comportamiento meramente aleatorio. Dossey nos dice que Carter considera que los fenómenos psi sí entran en conflicto con el mundo de la física clásica newtoniana, pero no con la perspectiva de la física cuántica-relativista. De su investigación Carter concluye que la conciencia se manifiesta de formas no-locales (al igual que el entrelazamiento cuántico), y por lo tanto parece no estar constreñida por el espacio-tiempo, lo cual es un importante indicativo de que la conciencia no puede ser solamente material.

Explica Dossey:

Dalai Lama-Tener Exito en la Vida


En la era del consumo y la tecnología, cuando tanta gente se pierde entre tantas ofertas, posibilidades y distracciones. Su Santidad dice lo que el piensa que es, tener una vida exitosa.


domingo, 6 de marzo de 2016

VIAJE A OTRAS REALIDADES: DE CHAMANES Y CUENTOS FANTÁSTICOS


La del doble es una creencia recurrente a lo largo de la historia de la humanidad. Es la parte de nosotros que está en contacto con lo oculto, la que se manifiesta en forma de criaturas sobrenaturales y animales extraños, la que es capaz de volar o, por el contrario, aparecerse en territorios lejanos sin haber dado un solo paso. Nahuales, animales de poder, demonios, ángeles, hadas… Hoy en día, los asociamos con ritos ingenuos, primitivos y/o lejanos, no sólo en el tiempo, sino en el espacio. Pertenecientes a culturas ajenas a nuestras tradiciones modernas.

Y, sin embargo, nada más lejos de la realidad…

El libro “Hadas, brujas y hombres lobo de la Edad Media”, del antropólogo Claude Lecouteux, es una de esas joyas de las que, a pesar de sus años, uno permanece ignorante hasta que se le presentan “por casualidad”, para convertirse por fin en un nuevo eslabón capaz de integrar en la cadena muchos aspectos aparentemente incoherentes, permitiéndonos avanzar un poco más en esta búsqueda del origen del fin de la cordura humana.

Como aventureros en busca de la fuente de la vida, por si acaso aún hubiera tiempo para salvar algunos muebles…


El antropólogo
Claude Lecouteux

Siguiendo a Lecouteux, aquellos que examinan los textos de la antigüedad descubren mil y un hechos curiosos que, erróneamente, clasificamos como fabulosos y maravillosos, pues nuestra visión está enormemente deformada por nuestra cultura judeocristiana, primero, y el pensamiento cartesiano y materialista que de ella deriva, después.

De manera menos evidente que en otros continentes, en Europa el concepto de una existencia transpersonal como mediadora entre nuestro yo y otras realidades ha sobrevivido en aquellas culturas a las que el cristianismo no pudo extirpar su relación original con el más allá, como el folclore escandinavo y germánico.


Es en sus cuentos y leyendas donde nos encontramos con ese otro yo que se libera del cuerpo cuando éste está entorpecido por el sueño, paralizado por el trance o petrificado por la enfermedad o el coma.
Rara es la persona saludable a quien le es dada una visión. La enfermedad suele ser la que abra las puertas al otro lado.
Pero también hay una manera voluntaria que trata de lograr que el cuerpo oponga la mínima resistencia posible al alma y así facilitar la experiencia trascendente.

Se trata de diferentes prácticas cuyo objetivo es la supresión de los lazos entre el alma y el cuerpo, reduciendo las funciones vitales de éste. Hay individuos que pueden lograrlo de forma natural, son los chamanes o visionarios, aunque todas las culturas tienen su particular planta de poder para facilitar la “conexión”.
Básicamente, encontramos el mismo patrón de experiencia irreal en todos los rincones del planeta.

Las plantas de poder suelen ser muy ricas en DMT:

La N-dimetiltriptamina (DMT) es el alucinógeno más potente que existe, se encuentra de forma normal en la naturaleza, pertenece farmacológicamente a la familia de la triptamina.

Portada del libro
"Hadas, brujas y hombres lobo en la Edad Media"
de Calude Lecouteux
Muchas culturas, indígenas y modernas, ingierenDMT como psicodélico, en extractos o en forma sintetizada.

El cuerpo humano segrega DMT de forma natural.

El profesor Rick Strassman, de la Universidad de Nuevo México, considera que, en una dosis suficientemente alta, ésta sustancia actúa como un sintonizador de frecuencias diferentes a las que percibimos en nuestro ordinario estado de conciencia.

Strassman advierte de que el DMT facilita la experiencia, pero no es el causante de la misma, pues ésta es ajena a nosotros. El cerebro es un receptor, los alucinógenos afinan esa recepción y limpian el ruido de fondo. Y la conversión de esas otras realidades a nuestro plano se produce a través de símbolos universales, filtrados mediante los convencionalismos sociales y culturales que cada individuo hereda de su medio.

Sea como sea, de forma natural, a través de sueños o mediante sustancias, el motivo común es que el cuerpo ha de estar en un estado crítico para que el alma recobre cierta libertad. O, lo que es lo mismo y más familiar a nuestros días, que el ego se desvanezca.


El profesor Rick Strassman
 de la Universidad de Nuevo México
En las experiencias con esa otra realidad, hay una distinción entre visión y sueño. La primera supone un desdoblamiento y el viaje fuera del cuerpo.

El sueño, en cambio, es la recepción de imágenes significativas. Serían dos aspectos diferentes del mismo fenómeno de contacto con otra realidad más sutil, algo que se escapa a las doctrinas de nuestra civilización.

Según leemos al comienzo de ‘El yoga de los sueños’, de Tenzin Wangyal Rinpochet:

Muchos occidentales que se acercan a las enseñanzas lo hacen con ideas sobre los sueños basadas en teorías psicológicas y, por tanto, cuando se interesan en usar los sueños en su vida espiritual, se enfocan por lo regular en el contenido y el significado de los sueños.

Muy pocas veces se investiga la naturaleza misma del soñar. Cuando realizamos esta investigación, nos conduce al proceso misterioso en el que se basa la totalidad de nuestra existencia, no sólo la vida onírica.

El primer paso en la práctica del soñar es muy simple: uno debe reconocer el gran potencial que contienen los sueños para el viaje espiritual.

Normalmente, el sueño es considerado como algo “irreal” en comparación con el contexto de la vida “real” de la vigilia; pero no hay nada más real que el sueño. Esto sólo tiene sentido cuando se entiende que la vida normal de vigilia es tan irreal como el sueño, exactamente de la misma manera.

Entonces puede comprenderse que el yoga del soñar se aplica a toda la experiencia: tanto a los sueños del día como a los sueños de la noche.

En cuanto a los viajes y la bilocación, Mircea Eliade encontró características que describen regiones cósmicas visitadas en los viajes del éxtasis:

Los viajes de los chamanes conducen a uno de los tres destinos:

– un mundo inferior
– un mundo medio
– un mundo superior,

…todos conectados por un eje central.

Sentirse en el hogar en la Tierra


Me llena de alegría estar con ustedes en esta clara mañana. Somos viejos amigos. Nuestros caminos se han cruzado muchas veces antes en el tiempo y en el espacio. Sientan nuestra vieja amistad; somos parte de la misma familia. Aprecien por un momento este sentimiento de familiaridad, de llegar al Hogar. Simplemente relájense y liberen toda la tensión dentro de ustedes. Visualicen cómo la tensión fluye dentro de la Tierra y es neutralizada. Sientan cómo vuestro cuerpo se relaja y se vuelve más pesado. Reciban la energía sanadora regresando desde la Madre Tierra y dejen que rodee vuestros pies y vuestras piernas y que fluya dentro de vuestra cintura y abdomen. Siéntanse sostenidos por la Tierra; están a salvo.

Sientan el ritmo de la Tierra; es lento y estable. Éste es el ritmo que ustedes buscan. Vuestra alma viene de un reino diferente; y cuando desciende tiene que ajustarse al ritmo de la Tierra. Vuestra alma tiene que habitar en un cuerpo y tiene que aprender a usar una mente, y puede llegar a confundirse debido a esto. El alma está en un camino de aprendizaje. No es solamente ustedes como un ser humano quien está aprendiendo, vuestra alma también está aprendiendo y creciendo.

En vuestra alma ustedes llevan recuerdos dolorosos de estar en la Tierra, y por lo tanto no es evidente para ustedes el hecho de que puedan confiar en la Tierra y rendirse a eso. Puede haber un bloqueo en vuestro cuerpo que les impide relajarse y sentirse seguros aquí. Este bloqueo es una energía, no es algo sólo físico. En realidad, este bloqueo no fue causado por la Tierra, sino por lo que les sucedió a ustedes en el mundo humano: la negatividad que experimentaron aquí, el dolor del rechazo y de no encajar. Esto ha hecho que sea difícil para ustedes sentirse en el hogar aquí.

Quiero hacerles recordar la verdadera naturaleza de la Madre Tierra. Ella misma es un ángel. Piensen en la belleza de los bosques, de los océanos, de las flores. Ésa es la verdadera naturaleza del Ser en la Tierra, y ustedes son parte de esta majestuosa realidad. Ustedes mismos son como una flor, pero una flor no puede abrirse a menos que esté firmemente enraizada. Ustedes tienen que sentirse en el hogar en la Tierra para ser capaces de expresarse, de expresar vuestra luz.Así que ahora los invito a conectarse con la Tierra, el ángel que ella es. Sientan su energía profundamente dentro de vuestro cuerpo; ustedes son su niño y pueden relajarse.

Imaginen que ahora están caminando en un lugar hermoso en la naturaleza. Puede ser un bosque, o cerca del océano, o en el desierto, y hagan que esta visión sea muy real y viva para ustedes. Sientan los elementos de la naturaleza, el viento, el sol, el aire. Sientan la tierra debajo de vuestros pies. Luego siéntense y pongan sus manos en el suelo. Dejen que la Tierra los afecte, que los sane, y que les recuerde vuestro parentesco con ella. Vuestra alma quiere estar aquí, aunque vuestra alma ha sido lastimada en la Tierra, especialmente por el miedo y la lucha que está presente en la sociedad humana. Pero como un ser humano, ustedes también están conectados a la naturaleza y a la armonía y el ritmo que hay ahí. Y si ustedes abrazan a la naturaleza, tanto por fuera como por dentro, claramente pueden escuchar el mensaje de vuestra alma.

Así que aún están sentados en la Tierra. Sientan cómo viene desde abajo una energía hacia ustedes. Ustedes son muy capaces de recibirla, porque ahora están conectados a la Tierra y a su energía. Estas dos energías están destinadas a estar juntas. Dejen que esta energía de vuestra alma brille ahora en ustedes como un sol. Sólo disfrútenlo por un momento.

Las cinco heridas que impiden ser uno mismo


Nuestra alma elige los padres y las circunstancias de nacimiento por razones muy precisas. Venimos a experimentar una serie de vivencias para sanar una serie de heridas, y así integrar la personalidad con el alma. Venimos a aprender a aceptar y amar incondicionalmente partes de nosotros que hasta ahora han vivido ignoradas y con miedo. Somos atraídos hacia padres con heridas como las nuestras para recordarnos qué hemos venido a amar.

Aprender a aceptar nuestras heridas es aprender a ser responsables y a amarnos incondicionalmente, y esa es la llave para la transformación y la sanación del alma.

¿Te has dado cuenta que cuando acusas a alguien de algo, esa persona te acusa a ti de lo mismo?. Verifícalo con la otra persona, y aparte de sorprenderte, verás cómo te liberas de juicios.

No aceptar nuestra herida, sentirnos culpables, con vergüenza o juzgarnos, es atraer circunstancias y personas que nos harán sentir esa herida no aceptada. Aceptar la herida no significa que sea nuestra preferencia tenerla; significa que, como seres espirituales que elegimos vivir la experiencia humana para espiritualizar la materia, nos permitimos experimentar esa herida sin juzgarnos y aprender de la experiencia. Mientras haya miedo, hay herida y hay un juicio o creencia que bloquea su sanación. Cuando aprendemos a aceptar nuestras heridas estamos desarrollando el amor y estamos espiritualizando la materia.

La sanación se produce totalmente cuando nos aceptamos a nosotros. El perdón hacia uno mismo es lo que finalmente nos sana, y para eso hay que aceptar que uno mismo es responsable de todo lo que le ocurre, y aceptar que ha acusado a otros de hacer lo que uno mismo hace a los demás. En el fondo, todos somos humanos, y aceptar nuestras limitaciones es lo que nos hace humildes y nos permite descubrir nuestra herencia divina.

Las cinco heridas del alma más comunes son:

sábado, 5 de marzo de 2016

Wu Wei: Aprender a fluir con la vida


Pasamos gran parte de la vida preocupados por cosas que nunca sucederán, culpándonos por situaciones que no podemos cambiar o desesperándonos por hechos que no llegan. De esta forma malgastamos una gran cantidad de energía mental y creamos estados emocionales negativos que, a la larga, nos alejan de nuestras metas y nos hacen sentir mal.

Sin embargo, existe otra manera de vivir, un estilo de vida mucho más sosegado que nos permite alcanzar nuestros objetivos con menos esfuerzo, manteniendo nuestro equilibrio emocional. La clave proviene de la filosofía taoísta, específicamente del concepto de Wu Wei.

La acción de la no acción

Uno de los conceptos más poderosos del taoísmo es el “wu-wei”, que significa, literalmente, inacción o no acción. Sin embargo, también se trata de uno de los conceptos más mal interpretados en Occidente ya que nuestra cultura prioriza la acción sobre todas las cosas.
Para comprender su esencia debemos profundizar en el sánscrito, en el que existen dos palabras bien diferenciadas para expresar dos ideas que a menudo intercambiamos:
akarma = inaccion
akarmakR^it.h = sin hacer nada

Son dos conceptos diferentes, la inaccion es algo natural que no demanda esfuerzo. Al contrario, si pretendemos estar sin hacer nada tenemos que esforzarnos porque no es algo natural. Si nos imponemos la inmovilidad, si nos obligamos a estar sin hacer nada, no podremos relajarnos.
Por ejemplo, cuando algunas personas se sientan a meditar intentan no hacer nada y se esfuerzan por dejar la mente en blanco. Por eso les resulta tan difícil y abandonan esta práctica. Sin embargo, si dejaran a su mente fluir libremente, si tan solo permanecieran inactivas, se darían cuenta de que pueden lograr ese estado de relajación y tranquilidad que buscan rápidamente.

El Wu Wei propone precisamente aprender a fluir a través de la inacción. No se trata de permanecer inactivos, si necesitamos realizar algo, lo hacemos, pero en esa acción seguimos fluyendo. Se trata de un estado mental que nos permite saber cuándo debemos esforzarnos y cuándo es una pérdida de tiempo y energía.

La flor crece sin esfuerzo, de forma natural

Las flores crecen sin esfuerzo, de manera natural. Sin embargo, imaginemos por un momento que una flor desarrolla una conciencia similar a la nuestra. Es probable que comience a preocuparse por el proceso de floración que debe enfrentar. Quizá se preguntará de qué color serán sus hojas, si podría acelerar el proceso usando fertilizante, cuánto cuesta y si puede permitírselo o incluso se preguntará si será más bella y más grande que la flor que crece a su lado. Así, lo que es un proceso natural, podría convertirse en un auténtico trauma.

Obviamente, nosotros tenemos muchísimas más preocupaciones, y tomamos decisiones en base a los estados mentales que estas generan, en vez de centrarnos únicamente en los hechos. Esas preocupaciones, ideas preconcebidas y prejuicios son exactamente lo contrario de fluir. Cada vez que intentamos vislumbrar el futuro y nos preocupamos por lo que puede suceder, estamos yendo en contra del Wu Wei, lo cual significa que estamos gastando energía y que nos esforzamos por gusto.
No hacer nada, pero no dejar nada por hacer

El Wu Wei no promueve la inactividad sino hacer las cosas de forma espontánea y natural, sin agobiarnos con preocupaciones que nos conduzcan por caminos forzados. Este concepto no implica pereza, pasividad o dejar de hacer las cosas. De hecho, uno de sus principios más importantes afirma que “no hay que dejar nada por hacer” porque la idea es conquistar el mundo con menos esfuerzo.

Este concepto implica dos cambios de mentalidad esenciales:

Regresen al Amor Por Wayne W. Dyer


El amor empieza conmigo. Si ustedes no se aman a sí mismos, nadie más lo hará. No sólo eso, no serán buenos amando a nadie más. El amor comienza con el yo.

Perciban cada día si están eligiendo vivir en miedo o en amor. El miedo puede mantenerlos desconectados de la presencia amorosa en el interior de ustedes. Provocar miedo es una táctica del ego, sea el propio ego de ustedes o el ego del mundo. El ego del mundo es un reflejo del poder del ego individual y de la cantidad de miedo que está activa.

El miedo está presente cuando olvidamos que somos una parte del diseño divino de Dios. Aprender a experimentar amor auténtico significa abandonar la insistencia del ego de que ustedes tienen mucho que temer y que están en un mundo hostil. Pueden tomar la decisión de librarse del miedo y de la duda y regresar a la luz brillante del amor que siempre está con ustedes. Quienes ustedes son es ese amor despejado.

Aquí tienen algunas ideas para atraer el amor a sus vidas en lugar del miedo.

*    Acuérdense que Dios los creó en perfecto amor que es eterno e inmutable. Su cuerpo está cambiando, al igual que su mente, así que ustedes no son ese cuerpo ni esa mente. Ustedes fueron creados como un espíritu que es puro amor. Es ahí donde quieren mantener enfocada su atención.

*    Perdónense y den la bienvenida al amor de regreso a su vida. Cuando pueden hacer esto, ocurre algo así como equilibrio. En lugar de aplacar las faltas con la culpa, ustedes están más comprometidos a promover la alegría y el servicio. Comenzarán a hacer lo que originalmente vinieron a hacer aquí.

*    Observen los actos de bondad que tienen los demás en lugar de sus defectos. Es así como la presencia amorosa los ve a ustedes. Todos nosotros somos almas buenas, decentes, amorosas que ocasionalmente nos perdemos. Cuando ustedes puedan enfocarse en lo bueno del otro y mantener eso en su mente, están actuando desde su yo superior. Esto puede contribuir a disipar el miedo y la ira.

ACTIVA LA PROSPERIDAD EN TU PRESENTE


Recuerda, tu responsabilidad es tal, que no la puedes pasar a ningún otro, no la puedes arrojar sobre ningún otro. Tu responsabilidad es absolutamente tuya. La prosperidad en tu vida depende exclusivamente de ti. Tú tendrás que pensar, tú tendrás que sentir, tú tendrás que meditar, tú tendrás que corregir tus equivocaciones. Y déjame que te recuerde de nuevo: quizás te encuentres en situaciones en las que antes nunca te encontraste y te preguntas ¿por qué debes pasar por ellas?

Te recomiendo que mantengas activa tu atención consciente para sobrepasar esa determinada situación aprendiendo la enseñanza que Dios te quería dar. Porque si al contrario transitas por ella sin aprender el significado en cualquier otro momento futuro volverá a ti de una forma diferente para que aprendas la enseñanza.

La mente ejerce mayor influencia entre nosotros, por eso vale la pena tratar de alcanzar la paz mental y la salud global (cuerpo- mente – espíritu- emoción). El progreso material es importante pero debemos equilibrarlo con nuestra paz interior y al alcanzarla seremos capaces de enfrentar situaciones con calma y madurez.

El dar y el recibir tienen la misma importancia. El recibir es una manifestación de que también sabemos dar. Si queremos recibir, necesitamos estar abiertos a ello, debemos aceptarlo libremente sin limitar el flujo de energía. Es también aceptarnos y tener conciencia de que merecemos recibir.

Cuando en nuestra vida recibimos y aceptamos libremente con humildad muestras de afecto, cumplidos, respeto, admiración, etc., estamos aceptando que merecemos todo lo bueno que la vida nos ofrece fácilmente. Y aunque estas características no pertenecen al dinero o al mundo material en sí, es un acto de la conciencia del merecer y aceptar. En cambio si el recibir un elogio es motivo de pena, y si alguien nos dice “gracias” contestamos con un “no fue nada”, le estamos restando valor a nuestras capacidades. Estaremos rechazando el flujo del recibir.

Si damos estas mismas muestras de respeto, admiración y cortesía a nuestros semejantes, no debemos dudar en que se nos serán devueltas, multiplicadas, pero hay que estar abiertos a recibirlo, hay que aceptarlo, si no lo hacemos, es posible que no venga, hasta que estemos preparados para ello.

Cuando nosotros no sabemos dar amor, respeto o no valoramos las acciones de los demás, estamos cerrando nuestra conciencia de dar. El dar sin esperar nada a cambio nos brinda la oportunidad de sentirnos útiles, el dar también nos provee de satisfacciones.