Los cristales son transmisores y amplificadores de energías diversas que afectan a nuestro organismo. Pero, además, son constantes en la forma de propagar su energía.
Al conectar un cristal con el organismo, actúa sobre el campo electromagnético de éste, haciéndole reaccionar para provocar los cambios necesarios para su equilibrio y sanación. Provoca cambios en la estructura celular y, por tanto, genera alteraciones de los estados orgánicos enfermos para condicionar la necesidad de autosanarse.
Los cristales tienen la capacidad de absorber la luz y también de reflejarla con una específica longitud de onda. Todo ser vivo se compone de corpúsculos de luz (fotones) y, es sobre éstos, sobre los que actúan los cristales.
James Hurtak en su libro “El libro del conocimiento” dice: “Cuando el complejo cuerpo/mente/espíritu está dispuesto para vibrar de manera similar que sus estados superiores de conciencia, los cristales internos del cuerpo, sus sales electrolíticas, se convierten en la propia red cristalina, de una manera muy sublime, la nueva mente actúa como un rayo láser microbiológico dentro de la propia red cristalina del cuerpo que lo genera y conduce, hasta convertirse en el vehículo de la luz sin ninguna dependencia externa.”
Como receptáculo de luz, al incidir un rayo de luz blanca sobre un cristal, provocará que se desprenda un color específico. El hecho de que sea un color u otro, dependerá del tipo de cristal, de sus componentes. Así, si la luz no es absorbida por el cristal, se verá éste incoloro; si absorbe parte de la luz, lo veremos de color; si absorbe totalmente la luz, el cristal será negro.
Se entiende que el color se produce por la capacidad electrónica que tiene el cristal de absorber la luz, pero también se entiende que el color es la interpretación que le dan nuestras células oculares a un tipo de frecuencia o vibración energética. De esta forma, podremos saber cómo es la energía que tiene un cristal y cuáles son algunas de sus cualidades curativas.
Las células de nuestro organismo vibran al ponerlas en contacto con la energía de los cristales ya que éstas también tienen diferentes tipos de emisión de energía. Por tanto, energetizan los sistemas biológicos desde su nivel celular, por medio de su vibración energética.
Por todo lo expuesto, es fácil entender que los cristales movilizan la energía estancada, pudiendo estabilizarla, ya que al conectar con un campo de energía resuena con él y lo hace vibrar. Si el campo está disminuido o pobre, le aporta la energía que necesite y si el campo está excesivamente cargado, lo libera de la saturación haciendo fluir la energía. Igualmente, cuando la frecuencia está alterada, la normaliza.
Los cristales, a parte de por su color, se agrupan por sus propiedades terapéuticas y afinidad energética.
La forma de utilizarlos en terapias puede ser siguiendo las pautas de la dolencia que se tenga o trabajando a través del cuerpo energético, de los chakras, capas áuricas y meridianos. Ellos pueden ser utilizados, según las necesidades terapéuticas, en cualquier parte de nuestro organismo, pero tenemos que saber las cualidades de los cristales para poder aportar justo lo que la persona necesita y de la forma que lo necesita. Los cristales actúan en todos los planos, esto es: en el físico, emocional, mental y espiritual, a través del energético.
Si lo que queremos es hacer un equilibrado de chakras, podremos utilizar en cada uno de ellos los cristales específicos afines a cada energía. Asimismo, podremos desbloquear meridianos o liberar de energías no deseadas o densas a las capas áuricas.
Al estudiar los cristales, vemos que tenemos 12 grupos de cristales relacionados, a su vez, con los 12 chakras principales de nuestro cuerpo energético. Pero, además, cada bloque incluye sus propias cualidades y propiedades terapéuticas que les da la posibilidad de ser utilizados en los órganos que necesiten su energía, así como para los problemas emocionales o psicológicos que tenga la persona.
Los 12 grupos de color son: negro, ahumado y gris, marrón y rojo, naranja, amarillo, rosa, verde, azul, índigo, violeta, transparente y blanco e irisado. Además, hay otros cristales especiales para los chakras conectados con los cuerpos espirituales.
Hay varios tipos de terapias con cristales como son: