viernes, 25 de marzo de 2016

LA PINEAL Y LOS OJOS, EL UMBRAL A OTRAS DIMENSIONES


LOS OJOS SON EL ESPEJO DE LA CONCIENCIA. La psico-fisiologia de la CONcieCIA, ¿Cómo perdimos el paraíso?

Conocer la conexión entre la glándula Pineal y los ojos es conocer la ilusión de MAYA, la matriz del Holograma.

Con estas noticias que confirman que aquí no estamos solos, los seres de luz están aquí en otra dimensión y por ello ya estamos listos a conocer como creamos el holograma para penetrar otra dimensión que coexiste aquí con nosotros.

Conocer como creamos nuestra realidad, para saber escoger la línea de tiempo del renacer de la humanidad y la vuelta al Paraíso Perdido. Estaba escrito siempre en el génesis Maya, el PopolVu que perdimos la clarividencia y la clariaudiencia.

Ahora ya podemos recuperar el sistema inmune de cuando éramos bebes, la activación del Timo 4to Chakra y la visión completa al unir los ojos a la Glándula Pineal para penetrar la ilusión de MAYA, el holograma Vivimos en un multi-universo, nuestra mente puede llegar a varias dimensiones en el tiempo-espacio, nuestro cuerpo se mantiene en esta dimensión física mientras que la mente a través de los ojos puede entrar en otras dimensiones y experimentarla físicamente.

Después de ver este vídeo solo te queda pensar que somos maravillosos, mágicos y divinos. Al fusionar conocimientos de Iridologia, osteopatia craneal, neurología óptica, la percepción emocional a través de los ojos, el campo visual y otros anomalías incomprensibles. Sin embargo, se descifra porque los Mayas se deformaban los cráneos y tenían un semi estrabismo. Veremos esto desde el PopolVU el génesis de los Mayas y la razón de la deformación de los cráneos Mayas y el flequillo con una bolita en los jóvenes Mayas para aprender a hacer el bizqueo para que este tipo de mirada pudieran ver los secretos escondidos en los bajo relieves de las pir?mides Mayas descubiertas por Maurice Cotterell.





2ª Parte MAYA, el HOLOGRAMA la Pineal y los Ojos

La Gratitud en los Momentos Difíciles


Dar gracias a Dios todos los días por las infinitas bendiciones que nos ofrece nos abre el camino para que nos lleguen más bendiciones.

Cuando nos sentimos agradecidos por nuestras experiencias pasadas y presentes, transcendemos los juicios de lo que consideramos que está bien o mal.

Pasamos de ser víctimas a ser conscientes de nuestro poder de elección. Podemos elegir agradecer las oportunidades que nos ofrece la vida de aprender y avanzar o podemos simplemente quejarnos de lo que nos ha tocado vivir.

Cuando agradecemos lo que nos sucede, le estamos diciendo: SI a la vida, SI, estoy dispuesto a aprender las lecciones que necesito aprender, ya sean de relaciones, laborales, de salud, económicas o profesionales.

Sin embargo, agradecer lo que aparentemente puede parecer un desastre es bastante más difícil que sentir agradecimiento cuando todo nos va sobre ruedas.

Agradecer no implica negar el dolor, pero cuando transcendemos el dolor, la rabia, etc…, agradeciendo en medio de la situación que nos ha tocado vivir, nos abrimos a las infinitas posibilidades que nos brinda la vida de avanzar hacia más felicidad y más plenitud.

Muchas personas han declarado que después de sufrir desengaños, pérdidas, enfermedades, incluso vivencias tremendamente traumáticas, se han sentido agradecidos por las experiencias que les han aportado.

La pérdida de un ser querido les ofreció la oportunidad de valorar a los personas que aún estaban a su lado, de agradecer los momentos vividos junto a la persona que falleció y a ser más amorosos y tolerantes con los demás.

Las dificultades económicas les ofrecieron la oportunidad de apreciar lo que ya tenían y a emplear sus recursos personales yacentes, para crear más prosperidad y abundancia en su vida.

La separación de su pareja, les brindó la posibilidad de ser independientes económicamente y a mejorar su autoestima, ofreciéndoles a su vez una nueva relación, más profunda y sincera. Una enfermedad les ayudó a sanar su relación con el pasado, a perdonar, liberándolos del enorme peso del resentimiento.

El traslado a otra ciudad, les ayudó a expandir sus horizontes, conocer a otras personas y a superar limitaciones que quizás no hubiesen logrado quedándose en su ciudad.

Un problema laboral, les empujó a salir a buscar otro puesto más satisfactorio a nivel creativo y económico.

Agradecer a Dios en medio de todo lo que estamos viviendo en el presente, aunque momentáneamente no veamos el por qué de una situación dolorosa, nos da el poder y la energía necesaria para realizar cambios positivos. Nos ofrece la oportunidad de crecer y de avanzar en todos los aspectos de nuestra vida.

Si nos quedamos en el victimismo, quejándonos de nuestra mala suerte, perdemos la oportunidad de sacar todo nuestro potencial a la luz…nuestra creatividad, nuestros talentos, nuestros recursos internos, nuestro Ser. Cuando nos ocurre algo que no entendemos, podemos preguntarnos:

1.- ¿qué puedo/qué necesito aprender de esta situación?
2.- ¿Cómo puedo mejorar mi vida y la de los que me rodean?
3.- ¿Qué lecciones esconde este acontecimiento?

MIRA CÓMO TUS CÉLULAS SON UNIVERSOS QUE VIVEN TURBULENTAS Y MARAVILLOSAS HISTORIAS


EL ESPACIO CELULAR ES TAN PARECIDO AL ESPACIO SIDERAL. ESTAS IMÁGENES NOS HACEN REFLEXIONAR Y POETIZAR SOBRE NUESTRA RELACIÓN CON EL MICROCOSMOS, DEL CUAL SOMOS UN MACROCOSMOS Y EL CUAL, A SU VEZ, PARECE SER UN MACROCOSMOS, EN UNA INFINITA CADENA DE MUNDOS AUTOSEMEJANTES

A veces uno llega a pensar que la idea del macrocosmos y el microcosmos no es meramente una metáfora sino que se extiende  a todas las esferas, hacia lo infinito y lo infinitesimal, con una misteriosa perfección. Lo que implica esta idea, que también puede entenderse como una ley de la analogía, es que no sólo el ser humano como individuo es un pequeño universo en el que se reflejan los diferentes procesos del cosmos, sino que cada una de sus células es un universo por su propia cuenta.
El documental Universo secreto, viaje al interior de la célula, transmite esta noción del microcosmos con magníficas animaciones de los procesos celulares, los cuales, creo, no semejan las imágenes de telescopios y recreaciones computacionales de los espacios siderales solamente por la intencionalidad de sus creadores sino porque la analogía existe de manera natural, es una tendencia funcional que se desdobla visualmente en la similitud. Uno se siente transportado al espacio cósmico viajando por el espacio celular, navegando por mundos que por una parte son de alguna manera extraterrestres por su belleza y extrañeza y a la vez completamente íntimos y cercanos, mundos que uno reconoce si mira con un ojo interno.
Atravesamos arrecifes de coral, nebulosas, naves nodrizas, grandes megalópolis… un espacio acuoso que es invadido por agentes interestelares: un ejército de virus que se enfrenta contra las tropas del rey nuclear en lo que son verdaderas guerras de las galaxias internas. Descubrimos que realmente el núcleo de una célula, que guarda el ADN, es como una estrella que ordena e instruye, y a la cual se supeditan todos los demás procesos. Un Sol que es también como el corazón, como se refiere al núcleo, la narradora del documental, el órgano que según la medicina china es el “emperador del cuerpo”. Y no está de más recordar que el ADN  transmite biofotones, como una pequeña estrella nuclear.
Escuchamos que en la punta de un alfiler cabrían decenas de miles de células, como los ángeles que habían imaginado los teólogos medievales. O que debajo de cada célula “hay miles de millones de máquinas microscópicas” llevando a cabo sus funciones. Poderosas turbinas giran a mil revoluciones por minuto en las mitocondrias, las cuales son como radiantes centros de producción de energía. Mitocondrias que hace miles de millones de años eran células individuales, pero que fueron integradas para hacer vida más compleja, como soles que se ponen al servicio de un sol central para unificar y engrandecer la gloria del imperio.
Cuando la célula es invadida por un virus vemos que inicia una guerra tan taimada y sofisticada como nuestros propios conflictos armados. Se trata de una guerra de información, de astutos lances, de falsa diplomacia y de ataques suicidas. Finalmente el virus busca penetrar el centro de mando y lo hace engañando, violando el estado de legalidad de la célula bajo el cual todo funciona perfectamente, pero que una vez transgredido se desata el caos que lleva a la muerte. La invasión, sin embargo, es una oportunidad de que la célula y sus elementos demuestren su gallardía y fidelidad, sacrificando el destino individual por el bien colectivo del organismo. Anticuerpos engullen células cercanas que podrían haber sido infectadas; las células contagiadas más próximas se autodestruyen para detener la propagación del virus; en un nivel se busca salvar cada célula, pero en otro nivel se busca salvar todo el cuerpo. ¿Acaso no es esto lo que ocurre o debería ocurrir con el ser humano, que en un nivel busca salvar su vida o la vida de sus familiares pero que finalmente debe trascender su interés personal por el bien del planeta entero, la supercélula para la cual es cómo una proteína?
¿Cómo no ver en estas gloriosas batallas el interior de la célula un universo de significado? Los antiguos basaron su filosofía en la idea de que en la vida en la Tierra se reflejaba la vida en el cosmos y en el génesis de un embrión podía apreciarse e incluso estudiarse la génesis del cosmos (y viceversa). Esto fue planteado a su manera por el biólogo Ernst Haeckel, en su teoría de la recapitulación:
La historia del germen es un epítome de la historia de la descendencia… la serie de formas que el organismo individual atraviesa en su progreso del óvulo a su estado de formación total, es una breve, y comprimida reproducción de la larga serie de formas que los animales ancestros del organismo (o las llamadas formas ancestrales de la especie) han pasado desde los períodos más tempranos de creación orgánica hasta el tiempo presente.
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Otro biólogo, el más famoso de la historia, también atisbó esta relación microcósmica. En 1882, Darwin escribía:

jueves, 24 de marzo de 2016

3 señales de que has conocido a alguien en una vida anterior


Señales de que has conocido a alguien en una vida anterior:

1- Te sientes conectado inmediatamente o inmediatamente sientes repulsión.

Cuando pensamos en la gente de vidas anteriores, a menudo pensamos en nuestros amigos y nuestros familiares, y tal vez incluso en la gente que amamos. Muchas veces cuando te encuentras con alguien de una vida anterior, sientes esta conexión inmediata.

Pero ¿qué pasa con alguien de una vida pasada que no te gustó en absoluto? A veces puedes sentir una repulsión inmediata por ellos. En cualquier caso, es una señal de que los conociste antes.

2- Tu conexión parece telepática.

Esto no significa necesariamente, que se están enviando mensajes mentalmente el uno al otro. Es más como que sus orejas se queman, cuando estás hablando de ellos.

Podrías pensar en ellos y un momento más tarde recibir un texto de ellos, o puedes ser capaz de sentir lo que están a punto de decir. Es una conexión que es difícil de explicar, y difícil de desconectar.

3- Viéndolo en sus ojos.

¿Alguna vez has mirado en los ojos de alguien, y has quedado aturdido? ¿Has sentido como si hubieras mirado esos ojos un millón de veces antes?

Dependes de tus pensamientos


Entrevista a Eckhart Tolle: Los pensamientos ya no me controlan

¿Es posible acallar la pesada voz que habla sin parar desde nuestra cabeza? ¿Quién es esa voz? ¿Es posible ir más allá del pensamiento?

Estas preguntas acecharon a Eckhart Tolle durante un tiempo. El ruido de su mente fue en aumento hasta que en medio de la angustia y la ansiedad su mente colapsó. La voz mental se calló y sus pensamientos dejaron de hacerle sufrir. Los espacios de silencio entre pensamientos aumentaron y la paz y la quietud se instalaron en su vida.

De repente, como un fogonazo, alcanzó el estado que los monjes zen persiguen durante décadas en los monasterios y muy pocos alcanzan. A raíz de esta experiencia abandonó su puesto de investigador en la Universidad de Cambridge y se dedicó a dar seminarios por el mundo, hablando de la importancia de hacernos dueños de nuestros pensamientos, que nos han poseído, y de vivir el momento presente, porque es lo único que existe. En persona transmite autenticidad y sus charlas son un viaje hasta el momento presente, ese lugar que se aloja entre dos pensamientos.




Nos encontramos con Tolle en Barcelona y esta fue la conversación que mantuvimos.

Has hecho una descripción muy acertada del ego. ¿Cómo alcanzaste tal claridad?

Todo empezó una noche cuando experimenté una especie de transformación de la conciencia. Al día siguiente me encontré de repente en un estado de paz interior que después ya nunca me ha dejado. Desde entonces siempre he tenido en el fondo un estado de paz. Antes había vivido en estados de depresión y de ansiedad, y cuando me pasó aquella transformación, no lo entendía, no tenía ni idea de lo que me había pasado, solo sabía que yo estaba en estado de paz. Tardé algunos años en comprender gradualmente lo que me había sucedido. Empecé a leer libros espirituales, textos antiguos y algunos textos nuevos, estaba buscando comparar lo que me había pasado a mí con lo que decían estos libros. Una cosa extraña me pasaba cada vez que abría un libro espiritual hindú o cristiano, inmediatamente entendía la esencia. Los textos y conversaciones con los maestros espirituales, monjes budistas, yoguis… me explicaron lo que me había pasado. Dos años después de la transformación estaba en un monasterio hablando con un monje budista zen y me dijo que lo esencial del zen consiste en ir más allá del pensamiento. Entonces me di cuenta de que eso me había pasado a mi porque después de aquella noche, mis procesos mentales se habían reducido aproximadamente un 80% de lo que habían sido antes. Había muchos espacios sin pensamientos en mi mente, no inconscientes sino muy conscientes, pero sin proceso mental. El estado de paz ya había estado allí siempre pero estaba cubierto con el ruido mental continuo y gradualmente empecé a entender cual es la esencia de la transformación espiritual. Todos los maestros hablan de la misma cosa; utilizan palabras diferentes pero en el fondo todos apuntan hacía el mismo estado. Después lo reconocí también en los evangelios de Jesús en algunas cosas que él dijo. Yo sabía que detrás de aquellas palabras había alguien que lo sabía también.

¿Cómo surgió el libro ‘El poder del ahora’?

Después de la transformación, gente que yo encontraba en la calle o por casualidad empezaron a hacerme preguntas. Muchas veces yo no sabía la respuesta hasta que la escuchaba saliendo de mi boca. Eso fue el principio de esta enseñanza espiritual que se desarrolló de un modo muy informal. Dos o tres años después alguien me llamó “maestro espiritual”. Quedé muy sorprendido. A veces me apuntaba las cosas que yo hablaba, para acordarme porque yo hasta entonces no sabía que lo sabia, y utilicé esas notas unos años más tarde cuando escribí el libro.

Tuviste una experiencia de despertar espiritual muy fuerte. ¿Crees que a todo el mundo le tiene que ocurrir así o se puede hacer de otra forma?

Un cambio tan radical pasa a muy pocas personas. Para casi todos, es un cambio gradual o es un proceso que no se parece a lo que me pasó a mí. No sé porqué me pasó a mí pero así es. Para casi todos los que encuentro, se pasa por una transformación gradual.

Cuando te preguntas: “¿Por qué me ha pasado a mí?, tienes alguna intuición de la respuesta?

Yo sé que el sufrimiento ha sido una parte muy importante de mi despertar. Sin el sufrimiento emocional y mental, esa transformación no hubiera ocurrido. Eso fue fundamental. Pero nunca me hago la pregunta de por qué me ha pasado a mí. Lo veo de otro modo, no es que algo me haya pasado a mí sino que mi ‘yo’ se ha hecho casi transparente, entonces algo que ha estado siempre más allá del ‘yo’, un poder mucho más grande, empezó a surgir.

Ahora que vendes millones de libros y das conferencias ante grandes audiencias supongo que mucha gente te idealizará ¿Cómo llevas eso?

Son proyecciones porque ellos piensan que yo soy especial. Pero todo el poder de la enseñanza espiritual viene a través de esta forma que soy por la simple razón de que yo sé que yo no soy nadie especial. Mucha gente identifica el poder del espíritu que viene a través de la forma con la forma, y es muy importante no aceptar esas proyecciones. Yo soy muy consciente de esas proyecciones y no las acepto, pienso que son ilusiones. En el momento que yo piense que yo soy muy especial, me identificaría otra vez con un pensamiento condicionado. Yo sé que les ha pasado a algunos maestros espirituales, el peligro es mayor si vives en un ‘ashram’ rodeado de discípulos y nunca tienes contacto con otras personas. Después de algunos años empiezas a creer que eres lo que ellos creen que eres, lo he visto en algunas personas, y vuelve el ego.

Hablas de ir más allá del pensamiento. Para personas que estamos acostumbrados a estar casi siempre identificados con el pensamiento, ¿cómo podemos imaginar ese otro escenario que propones?

No hace falta imaginarlo; casi todos son capaces de experimentar aunque sea por un momento muy pequeño lo que significa estar sin pensamiento y al mismo tiempo ser plenamente consciente. La mayoría de la gente no se da cuenta de que incluso en un día normal, siempre hay intervalos muy pequeños entre dos pensamientos en algunos momentos. Las personas que no tienen esos intervalos están muy enfermas psicológicamente, pero si todavía en tu vida existe de vez en cuando la alegría del ser o el amor, la comprensión o la belleza, si respondes interiormente a algo que es bello, eso significa que hay esos intervalos porque es allí donde surgen. Los pensamientos no pueden reconocer lo profundo que es algo bello. El amor o la compasión no vienen a través de los pensamientos, vienen de una dimensión más profunda, y la gente que no tiene acceso a esa dimensión nunca experimenta la belleza, amor, compasión o una alegría más profunda del ser. En esta civilización loca (risas), hay personas que en su vida ya no tienen esa experiencia del amor, de la belleza, de una paz interior de vez en cuando, les falta todo eso y en aquellas personas el ruido mental sigue, sin interrupciones.

¿Cuál es el primer paso para acallar la mente?

La mística del 8


Uno de los primeros filósofos en comprender las relaciones matemáticas y numéricas de todo lo que existe fue Pitágoras, quien empezó a crear y elaborar toda una cosmología y explicación de las leyes de la Creación, de los universos, en base a sus conocimientos (de iniciado) sobre la ley de las octavas, desarrollándola a partir del estudio de las relaciones matemáticas presentes en la escala musical, como uno de los ejemplos más sencillos para entender esta correlación de energías.

Quizás su trabajo fuera uno de los primeros en intentar unificar arte, ciencia y misticismo bajo una base matemática y numérica, donde todo pudiera ser descrito mediante relaciones entre estados energéticos que explicaran como todo conecta con todo, y como todo está relacionado con todo. Basado en sus conocimientos sobre el número 8 (la octava), influenció a personas como Buckminster Fuller, o Timothy Leary, quienes trabajaron siguiendo los modelos pitagóricos para desarrollar enormes teorías en el campo de la geometría (sinergética) o el funcionamiento del ser humano (los llamados 8 circuitos de la consciencia, donde explica que la consciencia humana puede ser modulada en ocho niveles de funcionamiento, que corresponden a ‘circuitos’ de información distintos de diferentes niveles de realidad). Posiblemente esto os recuerde algo al artículo de Don Harkins “La esclavitud y los 8 velos – porque no vemos esa otra realidad” que os traduje hace tiempo, y, quizás, también lo podáis asociar con los niveles evolutivos de la consciencia de Gurdjieff.

La mística del 8

Y es que el número 8, numerológicamente, nos habla de la organización, la perseverancia y el control de la energía para producir logros materiales y espirituales. Representa el poder de la realización, la abundancia en el mundo mental y espiritual representada en la curva superior, y la abundancia material, a la que hace referencia en su curva o base inferior. Es la base del concepto de que todo, para pasar de un estado a otro, debe completar una serie de pasos (una “octava”), de forma que, energéticamente, para que algo A se transforme en algo B, habrá 8 etapas de cambios antes de que esta transformación se haya completado al 100%.

Ejemplos de la presencia de esta ley, y de este número en la “realidad humana” no faltan. Más o menos al mismo tiempo que Pitágoras elaboraba y explicaba sus modelos basados en el número 8, los taoístas en China creaban su cosmología de relaciones entre los procesos positivos (Yang) y los negativos (Yin), lo que produjo los 8 trigramas del I Ching, del cual se generan los 64 hexagramas conocidos de este profundo y místico sistema-oráculo oriental. Unos pocos miles de kilómetros al lado, en la India, Buda completaba su iluminación y promulgaba el Noble Camino Óctuple, considerado, según el budismo, como la vía que lleva al cese del dukkha (el sufrimiento), algo que también se conoce como nirvana. Usando esta vía, Patanshali, un pensador hindú cachemiro, autor del Yoga-Sutra, redujo la ciencia del Yoga a 8 pasos básicos. Por ahí en medio, además, nacía el juego del ajedrez, con su tablero 8×8 y sus 64 casillas, de igual forma que, en otro tiempo y de otra manera, descubríamos que el ser humano está creado, y funciona, en base a varios patrones, y donde, uno de ellos, el patrón conductual, no es otra cosa que un enorme tablero de ajedrez energético en nuestra psique, formado por 8 filas y 8 columnas, donde se graban en forma de arquetipos, símbolos y conceptos (todo eso llamado genéricamente “runas”) los programas y patrones que definen nuestra personalidad.

No todo el mundo se lo creía

Y es que no había forma de no darse cuenta que las octavas, y el número 8 estaba presente en todos sitios, pero, como siempre, la ciencia no gusta del místico. En 1860, el químico John Newland mostró al mundo que todos los elementos conocidos se podían clasificar en 8 familias, pero, como el conocimiento pitagórico sobre el que se basaba no era demasiado aceptado ni estaba de moda, literalmente se le rieron en las narices y fue expulsado de la Royal Chemical Society, hasta que 10 años después, en 1870, llegó otro químico, ruso esta vez, llamado  Mendeleyev, quien volvió a proponer y demostrar lo mismo, y a este si que le hicieron caso, creando desde entonces la famosa distribución de elementos de la tabla periódica que todos estudiamos en el colegio.

Inspiraciones divinas

miércoles, 23 de marzo de 2016

“Estabilidad no significa inmovilismo”


“Desde el día mismo en que habéis decidido caminar por el camino de la luz, no abandonéis nunca esta orientación. 

Podéis cambiar para todo lo demás, pero no abandonéis nunca vuestra orientación divina. Y sobre todo comprended bien que estabilidad no significa inmovilismo.

Ser estable, es ser fiel a sus compromisos, es proseguir, suceda lo que suceda, el camino hacia lo alto, lo que es más difícil que ser amable, servicial, generoso o valiente. 

Cuando os encontráis en buena disposición, os prometéis siempre que caminaréis en la misma dirección, y os veis franqueando todos los obstáculos. 

Pero unos días después, tras un fracaso, una decepción, os encontráis en otro estado de espíritu, y entonces ya no os acordáis de que habíais tomado estas resoluciones. 

¿A dónde creéis que vais a ir así? 

“La muerte no existe: vida más allá de la vida”


La muerte no existe: vida más allá de la vida. Emilio Carrillo. 

Zaragoza 2016. En esta conferencia Emilio nos amplia el contenido de su libro EL TRANSITO de Editorial Sirio, dedicado a ese momento que a todos nos llegará, ese momento que llamamos la muerte. 

Nos explica su experiencia en primera 
persona, tal y como él lo vivió.