Cuando uno descubre por fín lo que hay más allá de la fronteras del miedo, del “tú no puedes” o del“tú no sabes” que nos inculcaron otros, nada puede detenernos. Porque la aventura de ser uno mismo en un mundo que se esfuerza cada día en que no lo consigamos, es sin duda el mejor de los logros.
Si pensamos en ello durante un momento, nos daremos cuenta de que vivimos en una sociedad que funciona a base de etiquetas. Es un mecanismo dañino para clasificar a las personas, para delimitarlas y alejarlas a su vez de su propia esencia. Su propia identidad.Lo peor de todo ello es que es algo que vivimos cada día en las escuelas, en los entornos laborales e incluso en nuestros núcleos familiares.
Es mejor ser uno mismo que una mala copia de alguien más.
Es necesario que nos liberemos no solo de las “costras” de dichas etiquetas y de las atribuciones que otros han creado para nosotros. Para descubrir aquello que somos, para tocar con los dedos lagrandeza que acontece en nuestro interior, hay que atreverse, hay que derrumbar los muros del miedo y la indecisión.
Porque a la felicidad de ser uno mismo no aparece porque sí, es una lucha constante, un camino que se crea cada día avanzando más allá de la línea del miedo.
Cuando uno descubre que puede decidir
“Para ser feliz hay que tomar decisiones”. Seguro que has oído esta frase más de una vez, pero…¿lo ponemos en práctica realmente? Para entender un poco mejor esta cuestión recordemos un instante de la novela “Alicia en el País de las Maravillas”, de Lewis Carroll. Estamos seguros de que te va a invitar a una sencilla reflexión.
En un momento dado, Alicia le hace la siguiente pregunta al gato de Chesire: “¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo tomar para salir de aquí?”, a lo que el gato responde:“Eso depende del sitio al que quieras llegar”, “La verdad es que no me importa mucho”, indica Alicia. A lo cual, el gato Chesire le responde lo siguiente “Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes”.
¿Qué enseñanza obtenemos de esto?
Para ser nosotros mismos debemos ser congruentes en las decisiones que tomamos. Porque en un mundo en el que existen ilimitadas posibilidades hay que tener claras nuestras prioridades. De lo contrario, lo más probable es que nos acabemos perdiendo.
Para conseguirlo, vale la pena poner en marcha los siguientes mecanismos:
- Las expectativas que los demás tienen sobre nosotros nos determinan muchas veces sobre los caminos que debemos tomar Se “apropian” de pedacitos de nuestra vida hasta dejarnos sin voz ni voto. No lo permitas, descubre cuáles son tus prioridades y reclámalas, lucha por ellas.Puedes y debes decidir por ti mismo.
- Decir “NO” a los demás cuando así lo creemos necesario, no es un acto de egoísmo, es un acto de autorrespeto, de necesidad vital. Quien descubre el valor de dar una negativa a tiempo se libera de increíbles pesos que vetaban la entrada a muchos de esos sendero soñados.
- Si no sabes aún cuál es tu camino vital atiende a tus valores (a los tuyos y a los de nadie más) y escucha a tu corazón (al tuyo y de nadie más). Las palabras que te revelen serán la brújula en tus mapas personales del día a día.