lunes, 13 de junio de 2016

“Vuestras células toman nota”


“Cuando estáis delante de los demás, os esforzáis en dar una buena imagen de vosotros. 

Pero cuando nadie está ahí para veros, ¿qué hacéis? y ¿cuáles son también vuestros sentimientos y vuestros pensamientos? 

Creéis que estáis solos y os abandonáis a cualquier impulso. 

No sabéis que vuestras células, que son pequeñas almas vivientes, también están dotadas de memoria. Sí, todo se graba en ellas y por eso después reproducen vuestro comportamiento. 

¿Habéis transgredido leyes? 
Vuestras células os imitan y estáis perturbados, enfermos, pero evidentemente no sabéis por qué.

Las células son como niños a los que hay que educar; y tanto para las células como para los niños, la única verdadera educación es el ejemplo. 

Así pues, dondequiera que estéis, sabed dar pruebas de autodominio, de sabiduría, no sólo en vuestros gestos y en todas vuestras manifestaciones exteriores, sino también en vuestros pensamientos y en vuestros sentimientos. 

¿Alguien os ha ofendido o irritado? 

Aprender a soltar, para permitirnos recibir


A veces, soltar no es necesariamente un sacrificio ni un adiós, sino más bien un “gracias” por todo lo aprendido. Es dejar ir lo que ya no se sostiene por sí mismo para permitirnos ser más libres y auténticos y recibir así lo que tenga que llegar.

Si pensamos en ello durante un minuto nos daremos de que las mejores decisiones, esas a las que le sigue un estado de grata felicidad, implican precisamente el tener que soltar algo. Puede que sea un miedo, una angustia, el poner distancia de un lugar o incluso de una persona. La renuncia es parte del proceso de la vida. Es algo natural, porque todos estamos obligados a elegir en qué y en quién invertimos nuestro tiempo y esfuerzo. 

Suelto, entrego, confío y agradezco, porque hay que dejar ir lo que no quiere quedarse, lo que pesa, lo que ya es falso… Para permitir así que en nuestro corazón solo quede lo que es auténtico.
Un hecho a tener en cuenta también es que el acto de soltar, por sí mismo, no implica solo cortar esos lazos que ponen vetos al crecimiento personal y a la felicidad. Soltar significa en ciertos casos tener que desprendernos y reformular muchos de nuestros constructos psicológicos, tales como el ego, el rencor, o incluso el propio miedo a la soledad.


Porque quien quiera recibir, debe tener preparado el corazón para acomodar esa nobleza que no entiende de egoísmos ni de tormentas interiores.


La ambición y la necesidad de acumular

En la sociedad actual hemos asociado la conquista de ciertas cosas con la idea de felicidad. “Seré feliz cuando haga ese viaje, cuando tenga pareja, cuando tenga mi propia casa, cuando me aumenten el sueldo, cuando tenga coche nuevo, teléfono nuevo, cuando pierda unos kilos, cuando estrenen la nueva temporada de mi serie favorita…”


Compramos libros y más libros para aprender a ser felices mientras esperamos que algo cambie, mientras aguardamos que en algún momento, todo lo acumulado nos ofrezca la respuesta que esperamos. Frédéric Beigbeder, un famoso escritor, creativo y publicista francés, dijo una vez que en el mundo de la publicidad nadie desea que las personas sean felices. Sencillamente, porque la gente feliz “no consume”.

La felicidad es algo que las sociedades modernas nos venden como una “ilusión”, algo que debe ser breve y efímero para obligarnos así consumir más. De ahí la “obsolescencia programada” de los aparatos electrónicos, de ahí la idea de que para ser feliz hay que ser atractivos y llevar determinadas ropas, tener muchos amigos, y buscar el amor ideal en las páginas de contactos, donde las relaciones pueden iniciarse hoy y desecharse mañana en un solo “click”.




Hemos creado un mundo donde valores como la ambición y el inconformismo patológico nos alejan por completo del auténtico sentido de la felicidad. Vivimos pendientes de lo que nos falta, sin darnos cuenta de todo lo que en realidad, nos sobra. Todo aquello que deberíamos soltar para compensar el equilibrio, para ser nosotros mismos.


Para ser felices hay que tomar decisiones y… Soltar

La vida es muy corta para vivir permanentemente frustrados. Por ello, y si de verdad deseamos ser felices debemos ser capaces de tomar decisiones, de saber en qué y en quién deseamos invertir nuestro tiempo. Ahora bien, como ya puedes intuir, decidir implica muchas veces tener que renunciar, un ejercicio que deberá hacerse de forma consciente y madura asumiendo las consecuencias.

La vida es un eterno dejar ir, porque solo con las manos vacías serás capaz de recibir.

Proyección en el trabajo - Enric Corbera


¿Qué papel juegan tus programas inconscientes? ¿Cómo los proyectas en tu ámbito profesional? 

Descubre el impacto que tus emociones juegan en el trabajo.

Nuestro cerebro se divide en dos hemisferios: uno de carácter analítico, lineal y espacio-temporal; el otro, de carácter atemporal y fuera del espacio tiempo. 

Muchas veces no escuchamos a éste último, privándonos así de nuestra inspiración y creatividad. 

Utilizarlos en equilibrio aumenta nuestro potencial en el ámbito laboral y profesional.


domingo, 12 de junio de 2016

“Pensamientos, sentimientos”



“En las estaciones, en los aeropuertos o en los grandes almacenes, habéis usado, con toda seguridad, escaleras mecánicas. 

Habéis llegado ante la escalera, que estaba parada y habéis puesto el pie en el primer escalón: 
inmediatamente se ha puesto en funcionamiento y os ha llevado a los pisos superiores o inferiores.


¿Qué ha sucedido? 

Al poner el pie en el escalón, habéis cortado simplemente un haz luminoso y esto ha bastado para desencadenar todo un mecanismo que ha puesto en movimiento esta enorme escalera que pesa toneladas.


Encontramos también el mismo proceso en la vida interior. 

Cada pensamiento, cada sentimiento que pasa a través vuestro corta un rayo en alguna parte y ciertos aparatos que hay en vosotros empiezan a funcionar. 

Si, en vez de elevaros, empezáis a bajar al infierno, es porque habéis tenido pensamientos y sentimientos de cierta naturaleza que desencadenan las escaleras que descienden. 

Demostrado CIENTÍFICAMENTE que el ALMA EXISTE


El médico estadounidense, el Dr. Stuart Hamerroff y el físico británico Sir Roger Penrose han desarrollado una teoría cuántica de la conciencia, que establece que nuestras almas están contenidas dentro de estructuras llamadas microtúbulos, dentro de nuestras células cerebrales.
 
La idea fue desarrollada debido al concepto de que el cerebro es una computadora biológica, con 100 billones de neuronas, cuyas conexiones sinápticas actúan como redes de información.
El Dr. Hameroff, profesor emérito en el Departamento de Anestesiología y Psicología y Director del Centro de los estudios de conciencia de la Universidad de Arizona, y Sir Roger, han estado trabajando en la teoría desde 1996.
Argumentan que nuestras experiencias de conciencia son el resultado de los efectos de la gravedad cuántica en los microtúbulos, un proceso que llaman reducción objetiva orquestada (Orch-­OR).
En una experiencia cercana a la muerte, los microtúbulos pierden su estado cuántico, pero la información dentro de ellos no se destruye. O en términos comprensibles, el alma no muere, sino que regresa al universo.
El Dr. Hameroff explicó la teoría ampliamente en un documental narrado por Morgan Freeman, llamado“Through the wormhole” (A través del agujero de gusano), que fue emitido recientemente por el canal Science en los Estados Unidos.
“Digamos que el corazón deja de latir, la sangre deja de fluir, los microtúbulos pierden su estado cuántico. La información cuántica en los microtúbulos no se destruye; no puede ser destruida; simplemente se distribuye y se disipa por el universo”, dijo el Dr. Hameroff.

La intuición, impresiones energéticas de niveles superiores


Ayer fue un día de trasteo constante de principio a fin. La cantidad de polen que hay en el aire estos días, al menos en mi ciudad, colapsó por completo el filtro anti polución de mi coche, de tal forma que se paraba y dejaba funcionaba cada pocos metros, saltando la alarma de fallo de motor. Los dos talleres a los que llamé no podían, por saturación, mirarlo hasta dentro de una semana, algo que era complicado, pues necesitaba el vehículo para las tareas diarias (ir y llevar a los niños al cole, desplazamientos obligados pendientes, etc.).

No tenía muy claro que hacer, la verdad, pero tenía la sensación de que debía preguntar en otro sitio que tengo cerca de casa, y aunque sabía que ahí no tratan este tipo de problemas, no se me iba de la cabeza bajar a este otro taller. Así que fui igual y pregunté. El chico me explicó que ese tipo de filtros, si te metes en autopista un rato a una velocidad constante, va quemando por si solo las partículas sucias y se auto limpia tras un rato de hacerle kilómetros, cosa que no sucedía si solo ibas por la ciudad. Dicho y hecho, me metí en autopista ayer por la mañana, hice casi 100 km ida y vuelta, y el filtro se limpió lo suficiente como para no volver a dar el problema, ni que saltara la alarma del coche más. La intuición, como dice la frase de la imagen, señaló el camino, pues me dio la pista sobre que hacer para solucionar el problema.

Niveles superiores que tratan de comunicarse con la personalidad consciente

En este caso, la pista y las instrucciones venían de “arriba”, de mi Yo Superior, quien impresionó el nombre del taller de al lado de casa en mi cuerpo mental para que lo sintiera fuertemente como la opción a ejecutar. Mi mente lógica sabía que ahí, a priori, no me podían solucionar el tema, pero tampoco perdía nada por preguntar.

Vamos a explicar un poco hoy el modo de funcionamiento que tiene nuestro Yo superior, nuestro ser, nuestros “niveles superiores”, para comunicarse con nuestra personalidad, eso que llamamos intuición, sexto sentido y otras diferentes denominaciones. En general, es bastante sencillo de explicar, pues todo pasa por la transmisión energética de símbolos e imágenes, en su mayor parte, pues son el lenguaje de los niveles superiores y otras partes de la psique, que luego son convertidas en sensaciones, e impresiones, a través de diferentes partes de nuestros cuerpos sutiles.

Por ejemplo, si se desea expresar un aviso de alarma porque algún acontecimiento está a punto de ocurrir, y se desea que la mente consciente se haga eco del mismo, se impresiona la imagen del acontecimiento en el cuerpo mental, también en el emocional, de forma que, muchas veces, uno tiene una intuición repentina que pasa del mental a las esferas, y de ahí el presentimiento en forma intuitiva de que algo puede pasar. Cuando alguien es más emocional, y escucha mejor a sus sentimientos, al impresionar la imagen del evento en su cuerpo emocional, se tiene más bien la sensación de que algo puede ocurrir, y si se necesita que el mensaje sea algo muy físico, se puede impresionar en el cuerpo etérico y directamente uno puede hasta sentir un pinchazo en el estómago, o en cualquier parte del cuerpo, como la sensación física de que se tiene que hacer o no se tiene que hacer algo.

Un mecanismo muy poco trabajado

La intuición es un mecanismo muy usado, pero muy poco comprendido. En general, no le hacemos caso porque no sabemos de donde viene, y como no conocemos el origen y la forma en que funciona, simplemente se nos ha condicionado a creer que esas impresiones y sensaciones son pura imaginación, ya que la mente, a través del hemisferio izquierdo, está sumamente programada para no aceptar nada que no pueda comprobar con sus propios sentidos físicos y, por ende, se desecha, pero el hemisferio derecho no funciona así, ya lo sabéis, lo explicamos brevemente en el vídeo sobre el cerebro triuno, así que, desde esas otras partes de nosotros mismos, se intenta que al menos una parte de nuestra composición multidimensional trate de hacer llegar la información hacia la parte que generalmente controla al ser humano en nuestra sociedad occidental.

Cuando se impresiona un tipo de información con tal de incitar a una respuesta por parte de la personalidad no es para violar el libre albedrío, sino para orientar, ya que de todas maneras, la personalidad al estar tan poco consciente de los entornos en los que se mueve, no puede ver mas allá de un pequeño rango de cosas que tiene alrededor, y, por ende, el GPS y brújula que representan aquellas otras partes de nosotros que se mueven en otros rangos vibracionales y energéticos, han de actuar como complemento para que el conjunto de lo que somos pueda guiarse por los avatares y vicisitudes del día a día con la mayor soltura y fluidez posible.

 Las intuiciones que generan no están destinadas a hacer la vida un camino de rosas, están destinadas a saber circular y navegar por la misma evitando atascos innecesarios, evitando baches o carreteras que no llevan a ningún sitio, porque el conjunto total de lo que somos tiene un destino y unos objetivos en mente, que pasan siempre por el crecimiento, experiencia y aprendizaje de todo, así que cuando la intuición va gritando no hagas esto, o haz lo otro, es simplemente la misma función que nuestro GPS en el móvil que nos dice que ruta tiene más trafico, que ruta es la más corta a nuestro destino, o que ruta presenta en estos momentos lugares impracticables por los cuales es mejor no pasar. Solo así se puede llegar al destino que, en general, nos hemos propuesto de la forma más eficiente.

Aprendiendo a escuchar

sábado, 11 de junio de 2016

Yo Soy, el Yo Soy (Yo Soy es la Abundancia Divina)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE

Amado estudiante, podrás agregarle a esto cualquier cosa que necesites, y Yo te aseguro, que si puedes vivir en esto, Yo me esforzaré en ayudarte y experimentarás la apertura de las compuertas de la Abundancia de Dios.

Lo más deseable e importante que cualquier individuo puede hacer es fijar su mente en la única necesidad permanente, y ésta es seguir adelante hasta llegar a la profundidad y firmeza de esta
«Poderosa Presencia YO SOY», y una vez allí, todo el Amor, la Luz, lo Bueno y las Riquezas fluirán en su vida y experiencia, por un poder interno de propulsión que nadie puede impedir.





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viernes, 10 de junio de 2016

“Identificarnos con la luz”



“Los humanos tienen un cierto aspecto físico que hace que se les reconozca como tales: 

ante ciertas formas físicas, uno no se puede equivocar. 

Pero interiormente, tienen la facultad de identificarse con todo lo que existe a su alrededor y eso es lo que hacen más o menos inconscientemente a lo largo de todo el día: 

algo en ellos no cesa, por mimetismo, de identificarse con lo que tocan, lo que ven o lo que oyen. 

Deben pues estar atentos.


Cada día debemos detenernos algunos instantes para preguntarnos con quién o con qué nos estamos identificando. 

Tarde o temprano nos convertimos en los seres y en las cosas con los que nos identificamos. Y Jesús que dijo:

 «Yo soy la luz del mundo», dijo también: