jueves, 30 de junio de 2016

“Ritmo de vida: del culto a la velocidad al equilibrio y la armonía”



La sociedad actual y la visión que en ella impera ensalzan el exceso como ninguna otra cultura lo había hecho antes. Se trata de una percepción productivita, consumista y aferrada a lo material. Es más, como si fuera lo más normal, en torno al exceso se ha configurado una retórica amplificada por la publicidad y los medios de comunicación. El exceso –sea en acumular riqueza o en ganar medallas olímpicas- se ha elevado prácticamente a la categoría de heroicidad. Y la televisión, la radio o la prensa no destacan el quehacer de los verdaderos héroes –que hay muchos, multitud de hombres y mujeres, por todo el planeta y en los más diversos contextos-, sino el “éxito” del “triunfador”, que suele ser un señor o señora que se aporta mucho a sí mismo y casi nada a los demás.

La Economía-Mundo lo contamina todo con su aroma mercantilista y sus reglas del comercio sin alma: poco importa el verdadero valor de las cosas –su valor intrínseco o de uso- y todo se reduce a su precio –su valor de cambio y especulativo-. Es una auténtica subversión del orden natural. Y para conseguir que las personas la asuman, se promueve un modelo de vida que mira siempre al mañana, jamás al presente. El objetivo es claro: que al colocar la mirada en un futuro virtual y frecuentemente quimérico, no se observe la realidad tal cual es. Todo alienta a plantear constantemente metas y retos para el mañana, sin capacidad de crítica, sin saber de verdad si son propios o impuestos por otros, sin atender nunca al aquí-ahora, a lo real. Igualmente, se anima a transgredir límites y fronteras en un contexto de culto a la velocidad. Y a esto se le llama disfrutar la vida. A costa de lo que sea, incluso de uno mismo y la auténtica identidad; y sin conocer por qué y para qué. De este modo, se llena la mente de ruido, del ajetreo incesante provocado por un mundo “en progreso”, “en avance”, aunque nadie sepa bien hacia dónde.

Y casi nadie se sorprende por tanto dislate, aunque, paradójicamente, muchas personas se escandalicen ante los nocivos efectos e impactos, individuales y colectivos, de tanta proclama aparentemente rompedora. La gente se ha acostumbrado al cómodo ejercicio de seguir la corriente, transitando por la vía rápida de los extremos y renunciando a lo que Aristóteles definió como el “justo medio”, “in media virtus”, lugar de excelencia, según él, para la ética y la razón. De esta forma, el equilibrio queda fuera del alcance de cada ser humano y de la sociedad.

En última instancia, la elección no es entre felicidad o no. Todo el mundo, sin excepción, quiere ser feliz. La clave radica en lo que se entiende por felicidad. Y aquí sí que hay que optar: entre un modelo de felicidad ajeno a uno mismo, impuesto por la visión y sistema dominantes; y la felicidad tal como la vemos y percibimos honesta, sincera y conscientemente desde nuestro interior. La experiencia de los triunfadores, de los rompedores y de los se aplican un modelo de felicidad ajeno a ellos mismos indica con rotundidad lo que espera al final de ese camino: frustración, insatisfacción, estrés, depresión, vacío. Y la de los que han optado por el “in media virtus” también es contundente: felicidad equilibrada, duradera y armoniosa.

Ciertamente, no es preciso ser un genio para percatarse que hacer las cosas más despacio significa hacerlas mejor. Y ofrece la oportunidad de gozar con la acción de hacerlas, lo que se sitúa estrictamente en el presente y no con los teóricos resultados de la acción, que pertenecen al ámbito de un futuro que es mera ficción mental… Todo mejora, hasta la salud, cuando se prescinde del apresuramiento.
Las palabras “rápido” y “lento” representan dos filosofías de vida muy distintas.
Rápido equivale a atareado, controlador, agresivo, superficial, estresado e impaciente, es decir, todo aquello en lo que la cantidad prima sobre la calidad. En cambio, lento está asociado a sereno, cuidadoso, receptivo, silencioso, intuitivo, pausado, paciente y reflexivo, esto es donde la calidad prevalece sobre la cantidad
Por ello, la filosofía de vida de la lentitud puede resumirse en dos cualidades: equilibrio interior y armonía exterior.

¿Qué hacer para dejar atrás tanto culto a la velocidad y vivir en ese equilibrio y la armonía?

miércoles, 29 de junio de 2016

“El amor divino”


“El Maestro Peter Deunov decía: 

«Si alimentáis en vosotros la idea del amor en su forma más sublime, obtendréis la ayuda de miles y miles de almas amantes, porque el amor sobreentiende el trabajo colectivo de una multitud de almas unidas entre sí, por esta idea del amor. 

El amor divino es la mayor fuerza que existe. 

No dudéis nunca de esta verdad, para que las almas que trabajan en su nombre habiten siempre cerca de vosotros.»

Estas palabras merecen ser meditadas, masticadas, digeridas, porque nos abren horizontes extraordinarios. 

Cuando consigamos esta concepción divina del amor, atraeremos de arriba miles de almas que vendrán a ayudarnos, a sostenernos. 

“¿Qué te espera cuando vivas eso que llamas muerte?” Emilio Carrillo



En su primera parte, se profundiza en la práctica del Yo Soy desde la percepción de la dimensión subyacente del momento presente.

Conferencia realizada el 21 de mayo de 2016, en Valencia y organizada por la revista Tú Mismo.



25 Lecciones que aprender de Buda


La filosofía budista es para mí una de las más claras y esenciales existentes, os presento 25 lecciones que cambian una vida.

1 – El Amor Cura todo mal
Es la más alta energía que podemos experimentar, por encima de la gratitud

2 – Te definen tus actos, no tus palabras
Igual que un perro no es buen perro por ladrar mucho, el hombre no es buen hombre por ser buen orador

3 – El secreto de la buena salud es vivir el ahora
No eres dueño del pasado, no sueñes con el futuro, solo el presente te pertenece

4 – Quien mira dentro despierta
Si quieres alcanzar el cielo mira en tu corazón

5 – La palabra tiene el poder de dar dolor y de sanar
La palabra puede cambiar el mundo y solo las buenas palabras las que debemos albergar en nuestro corazón

6 – Déjalo ir y será tuyo para siempre
Solo perdemos aquello a lo que nos aferramos

7 – Nadie puede cambiar su camino por ti
Solo tú puedes recorrer tu camino, nadie puede andar tus pasos

8 – La felicidad no es menor por querer a mucha gente
Una vela puede encender miles de ellas y no pierde su esplendor

9 – Sea amable con todos
Ten compasión por todos los seres, ricos y pobres por igual; cada uno tiene su sufrimiento. Algunos sufren demasiado, otros demasiado poco.

10 – No creas todo lo que te dicen que debes creer
Solo la experiencia te entrega el conocimiento

11 – Según piensas así eres
Si tu pensamiento sufre, eres un mártir, si tu pensamiento no sufre, eres feliz, controla tus pensamientos

12 – Aleja los miedos
Haz que el miedo te tema, al igual que el fuego al agua.

13 – La verdad siempre sale a la luz
Tres cosas no pueden ser ocultadas por mucho tiempo, El sol, La Luna y la Verdad

14 – Controla tu mente
La mente no es un enemigo, solo el descontrol lo es.

15 – La Duda Separa, La Confianza Une
No hay nada más terrible que el hábito de la duda. La duda separa a las personas. Es un veneno que desintegra amistades y rompe relaciones placenteras. Es una espina que irrita y daña; es una espada que mata.

16 – Eres merecedor de todo el amor que te puedas dar
El amor empieza por uno mismo

17 – Conocer a los demás es sabiduría, conocerse a sí mismo es iluminación.
Es mejor conquistarse a uno mismo que vencer mil batallas

18 – La espiritualidad no es un lujo, es una necesidad.
Igual que la vela necesita la llama para iluminar, el hombre necesita la espiritualidad para ser iluminado.

19 – Reemplace los celos por la admiración
La envidia te colma de pobreza, la admiración te llena de riquezas

20 – Busca la paz en tu interior
La paz solo puede estar en el centro de nuestro corazón, no busques fuera aquello que mantienes dentro

martes, 28 de junio de 2016

“Llaves y cerraduras”


“Automáticamente, distraídamente, introducís todos los días llaves en las cerraduras sin daros cuenta que así repetís, simbólicamente, el trabajo del espíritu (la llave) en la materia (la cerradura). 

Pero estudiad lo que son una llave y una cerradura y tendréis entonces las llaves para abrir las cerraduras en las que nunca habéis pensado. 

Sí, las orejas, la boca, la nariz, los ojos, esto son cerraduras; y el mismo cerebro es un cerradura. 

Cuando hayáis tomado conciencia de ello, estaréis en posesión de las llaves que abren las puertas de la naturaleza, pero también puertas en vosotros mismos.

Y ¿qué son el intelecto, el corazón y la voluntad?
Puertas por las que circulan nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras energías.

Y las llaves para abrir estas puertas son la sabiduría, el amor y la verdad.

La sabiduría abre el intelecto, el amor abre el corazón y la verdad abre la voluntad.

Cada vez que tengáis un problema a resolver, probad estas llaves.

¿No lo conseguís con la primera? Probad la segunda ¿La segunda tampoco abre?

Preceptos de Thich Nhat Hanh


1. No seas idólatra ni te ates a ninguna doctrina, teoría o ideología, incluso a las Budistas. Todos los sistemas de pensamiento son medios de guía; no son la verdad absoluta.

2. No creas que el conocimiento que tienes en este momento es la verdad inmutable, absoluta. Evita ser de mentalidad estrecha y atarte a los puntos de vista presentes. Aprende y practica el desapego de los puntos de vista para estar abierto a recibir los puntos de vista de los demás. La verdad se encuentra en la vida y no meramente en el conocimiento conceptual. Prepárate para aprender a través de toda la vida y a observar la realidad en ti mismo y en el mundo en todo momento.

3. No fuerces a los demás, ni siquiera a los niños, por ningún medio en absoluto, a adoptar tus puntos de vista, ya sea por autoridad, amenaza, dinero, propaganda o incluso educación. Sin embargo, por medio del diálogo compasivo, ayuda a los demás a renunciar al fanatismo y la estrechez.

4. No evites el contacto con el sufrimiento ni cierres tus ojos ante el sufrimiento. No pierdas la conciencia de la existencia del sufrimiento en la vida del mundo. Encuentra maneras para estar con aquellos que están sufriendo por todos los medios, incluyendo el contacto personal y las visitas, imágenes, sonido. Por tales medios, despierta tú mismo y a los demás a la realidad del sufrimiento en el mundo.

5. No acumules riqueza mientras millones están hambrientos. No tomes como el objetivo de tu vida a la fama, el provecho, la riqueza o el placer sensual. Vive simplemente y comparte el tiempo, la energía y los recursos materiales con quienes están en necesidad.

6. No mantengas ira u odio. Tan pronto como surgen la ira y el odio, practica la meditación sobre la compasión para comprender profundamente a las personas que han causado ira y odio. Aprende a ver a los otros seres con los ojos de la compasión.

7. No te pierdas en la dispersión y en el ambiente que te rodea. Aprende a practicar la respiración para recuperar la compostura del cuerpo y la mente, para practicar la atención, y para desarrollar la concentración y la comprensión.

8. No pronuncies palabras que puedan crear discordia y causar ruptura en la comunidad. Haz todos los esfuerzos para reconciliar y resolver todos los conflictos, aunque sean pequeños.

9. No digas cosas falsas por el bien del interés personal o para impresionar a las personas. No pronuncies palabras que causen desviación y odio. No difundas noticias que no sabes si son ciertas. No critiques o condenes cosas de las que no estás seguro. Habla siempre verdadera y constructivamente. Ten el valor de hablar sobre situaciones de injusticia, aun cuando hacerlo pueda amenazar tu propia seguridad.

Mantente en el aquí-ahora, en la observación, en la atención


Mantente en el aquí-ahora, en la observación, en la atención (Recordando lo que Es: 48)

La vida es el aquí-ahora, lo real; el aquí-ahora es la vida, lo real. Si percibes algo -lo que sea- fuera del aquí-ahora o de lo que en conexión con él corresponde, es sólo la mente generando una ficción. El pasado y el futuro son frutos de la imaginación. 

Ni siquiera existe el presente, pues si no hay pasado ni futuro, ¿dónde está el presente? 

Date cuenta: el aquí-ahora no puede ser pensado ni intelectualizado, pues en cuanto lo hagas ya te habrás situado en el pasado; el aquí-ahora sólo puede ser ¡vivido! Esto es lo único que existe: Vivir Viviendo. Por tanto, mantente en el aquí-ahora. Esto significa:

1º. Rompe con el hábito de abandonar la realidad viajando mentalmente por el tiempo.

2º. Observa lo que experiencias de instante en instante, estando atento a ello.

3º. No reacciones ante nada, no te dejes llevar ni arrastrar por los estímulos e impulsos externos.

4º. Percibe la frecuencia vibracional de las actitudes que creas en el aquí-ahora al vivir esas experiencias y modula tal frecuencia para que sea coherente contigo mismo, con lo que realmente eres.

5º. Permite que esas actitudes se plasmen en acciones, comportándote en consonancia con lo que en tu corazón e interior sientes en el preciso momento -ni antes ni después- en el que estás viviendo la experiencia que sea.

6º. Unido a ello, libérate de los sistemas de creencias instalados en tu cabeza que te dicen, de manera predeterminada y estereotipada, qué hacer y cómo comportarte.

Es una práctica simple. Y te reconecta contigo mismo: con lo que auténticamente siempre has sido, eres y serás; con tu estado original ajeno al tiempo y al espacio; con tu naturaleza divina, infinita, eterna; con la Sabiduría innata que posees en tu ser; con la Felicidad que no tiene causa porque es tu Estado Natural… 

lunes, 27 de junio de 2016

Yo Soy, el Yo Soy (Yo Soy, la Magna presencia de Dios en ti) 1ª parte



Hemos resubido este video que ha sido eliminado por copyright

EL VIERNES SUBIREMOS LA SEGUNDA PARTE DE

Yo Soy, el Yo Soy (Yo Soy es la Abundancia Divina) 


Hay que esforzarse por mantener tranquila en todo momento la expresión exterior; así sea entre amigos, parientes, socios o lo que sea, de cualquier condición o edad, pues cada vez que surge el impulso de discutir, criticar o resistir, es la señal de que la conciencia carnal se está entrometiendo para llamar la atención sobre ella. Ese es el momento de darle la orden de observar obediencia y silencio. Lo importante es conservarse en calma, en Gracia de Amor, Luz y Obediencia.




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