viernes, 1 de julio de 2016

Yo Soy, el Yo Soy (Yo Soy es la Abundancia Divina) 2ª parte


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE


Amado estudiante, podrás agregarle a esto cualquier cosa que necesites, y Yo te aseguro, que si puedes vivir en esto, Yo me esforzaré en ayudarte y experimentarás la apertura de las compuertas de la Abundancia de Dios.

Lo más deseable e importante que cualquier individuo puede hacer es fijar su mente en la única necesidad permanente, y ésta es seguir adelante hasta llegar a la profundidad y firmeza de esta
«Poderosa Presencia YO SOY», y una vez allí, todo el Amor, la Luz, lo Bueno y las Riquezas fluirán en su vida y experiencia, por un poder interno de propulsión que nadie puede impedir.





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“El poder del Sol”


“Meditad sobre el poder del Sol que penetra la Tierra con sus rayos. 

Gracias a ellos se cubre de abundante vegetación. Hierbas, legumbres, cereales, frutas, el mundo entero se alimenta gracias a esta penetración del Sol en la Tierra.

Y vosotros ¿qué hacéis cuando estáis bajo los rayos del Sol? 

¿No sentís que hay todo un trabajo que os espera?

 Por la meditación, podéis concentrar en vosotros esos rayos para que os penetren, así como penetra en vosotros el alimento, el agua y el aire. 

En efecto, esto es posible: siendo conscientes de que a través de sus rayos el Sol os da su vida, os preparáis para recibirlos; abrís en vosotros miles de puertas por las cuales pueden entrar. 

Cuatro Maneras en las que El Sistema trata de Retrasarnos en Nuestro Despertar.


Estamos viviendo en tiempos realmente extraordinarias.
El velo del secreto está siendo levantado como nunca antes en la historia. En este momento de despertar, la humanidad está quitándose la máscara y emergiendo como una especie verdaderamente especial.
En una muy pequeña cantidad de tiempo, pero sobre todo en los últimos años, más personas que nunca se han liberado del paradigma de la Matrix de la religión y el dogma trasladándose a uno nuevo basado en el pensamiento libre y la unidad.
El interés en la medicina alternativa, los medios de comunicación y la visión del mundo completamente expandida se ha disparado desde el período 2012/2013 del fin del calendario Maya y el inicio de las revelaciones de Snowden.
Estos dos eventos y más han servido como despertadores espirituales e intelectuales para muchas personas en el planeta.
La aparición de tecnologías más intrigantes e intrusivas también ha servido para despertar las grandes preguntas de la gente.
  • ¿Quiénes somos?
  • ¿Por qué estamos aquí?
  • ¿Cuál es la realidad de todos modos?
  • ¿Por qué es que alrededor de 8 mil millones de nosotros hemos sido colocados aquí en este planeta en este tiempo?
La respuesta a esta pregunta varía en función de su sistema de creencias en particular, pero una cosa es cierta:
Estamos aquí para hacer las cosas bien para el futuro.
Sin embargo, ciertos intereses de poder tienen una idea diferente.
El Engatusamiento
Es difícil para la persona promedio, de buena voluntad, imaginar cómo alguien podría comportarse cuando se le da tal poder y privilegio sobre el resto de la población.
Dicen que el poder corrompe, y ante los ojos de la élite mundial el objetivo es el poder, y el poder por sí solo.
Si se echa un vistazo a la historia de hombres y mujeres-de-poder “, encontrará una cantidad alarmante de información bien documentada que pinta un cuadro mucho más siniestro que el creado por la principales medios de comunicación y el sistema educativo.
Un ejemplo sería la Operación Northwoods, y un documento de principios de 1960 del Departamento de Defensa (DoD) esboza el plan para provocar una guerra con Cuba mediante la implementación de ataques terroristas en forma de bombardeos y ataques de falsa bandera en suelo americano.
Esta táctica de cebo y cambio ha sido utilizada durante siglos para obligar al público a las guerras de apoyo que de otra forma no tienen otra función.
También tenga en cuenta el incidente del Golfo de Tonkin, de los cuales el Secretario de Defensa Robert McNamara más tarde admitió que nunca ocurrió, y el verano de 2013, cuando Obama intentó coaccionar al público en el bombardeo de Siria sobre la base de escasa información sobre un ataque con armas químicas que luego terminó siendo cometido por rebeldes financiados por los Estados Unidos.
Es importante entender que la élite utiliza muchos métodos para mantener los acontecimientos mundiales moviéndose en su favor, y por eso, aquí están cuatro de las formas más insidiosas en la que “el sistema” nos está manteniendo de despertar a la verdad.
1. Guerra de la Información
La propaganda y el control de la información es la piedra angular de cualquier tipo de totalitarismo.
Sin el control de la narrativa, es muy difícil mantener a una población subordinada a sus amos de arriba. Esta es la razón por la cual la primera enmienda de los Estados Unidos menciona específicamente la libertad de prensa, ya que la democracia no funciona sin un flujo libre de información veraz.

jueves, 30 de junio de 2016

“Pacificar y unificar”


“Aprended a movilizar vuestros pensamientos, vuestros deseos e incluso todas las tendencias de vuestra naturaleza inferior, para la realización de un ideal sublime. 

Este trabajo de unificación, de armonización, el Sol también puede ayudaros a realizarlo. 

Al mirarlo cuando se eleva, por la mañana, pensad que vuestra conciencia se aproxima a vuestro propio Sol, vuestro espíritu, vuestro Yo superior, para fusionarse con él. 

Cuando hayáis logrado pacificar y unificar todas las fuerzas contrarias que os molestan para dirigirlas hacia una sola dirección luminosa, divina, os convertiréis en un foco tan potente que seréis capaces de irradiar en todas direcciones, como el Sol.


Un ser que ha conseguido arreglar sus propios problemas es libre y puede empezar a pensar en los demás. 

Gracias a la libertad que ha adquirido, extiende el campo de su conciencia a todo el género humano, y como el Sol, envía la superabundancia de luz y de amor que desborda de él… 

“La enfermedad a la luz de la Ley del Amor”



Has mencionado en diversas ocasiones que hay enfermedades físicas que tienen que ver con determinados sentimientos o con su represión. Me gustaría profundizar ahora en ello.

Sí. Existe mucha gente enferma del espíritu precisamente porque han anulado sus sentimientos y cuando el espíritu enferma también lo hace el cuerpo, ya que está íntimamente ligado a él.

¿Quieres decir entonces que una enfermedad física puede tener un origen emocional?

Efectivamente. La represión de los sentimientos es la mayor causa de enfermedad en vuestro mundo, tanto de enfermedad psicológica como física.

Esto lo puedo aceptar respecto a las enfermedades mentales… Pero, ¿y el cáncer? ¿Acaso no ha demostrado la ciencia que el cáncer se produce debido a alteraciones genéticas?

Las alteraciones genéticas están en todos los casos, pero en muchos de ellos no son la causa primera.

¿Y cuál es la causa primera?

Como te he dicho, la causa es anímica y tiene que ver con la represión del interior espiritual. Ocurre que cuando la persona no actúa ni vive de acuerdo con sus sentimientos, se produce un malestar interno profundo en la persona que lo padece. Eso genera egosentimientos psíquicamente dañinos como miedo, rabia, odio, tristeza etc, que son los causantes de la enfermedad. Este malestar puede ser estimulado por una causa externa, algún tipo de circunstancia en la vida que a la persona le resulte realmente difícil de afrontar. Llamémosle a esta circunstancia conflicto emocional.

¿Y cómo se transmite el malestar emocional al cuerpo físico para acabar generando una enfermedad?

Cuando la persona se encuentra mal emocionalmente, existe un cortocircuito entre los niveles espiritual y mental que se transmite al cuerpo energético o astral, de modo que éste sufre una alteración en su configuración, un descenso en el nivel vibratorio, una “bajada de energía”, que afectará a una región concreta del cuerpo astral, como una especie de apagón que afectará a una parte del tendido eléctrico, la cual deja de vitalizar correctamente la zona del cuerpo a la que está conectada. La falta de energía vital provoca una desconexión de la región desvitalizada respecto al resto del cuerpo y, como consecuencia de ello, el tejido desvitalizado deja de actuar en armonía con el resto. Al perder su patrón energético, el funcionamiento normal de las células se ve afectado y comienzan a aparecer alteraciones genéticas que pueden, o bien destruirlas, provocando así una enfermedad degenerativa, o bien hacer que empiecen a crecer descontroladamente, provocando así un cáncer.

Todo esto me recuerda a lo que dice la Dra. en Física Barbara Ann Brenan en sus libros Manos que curan y Hágase la luz respecto a la enfermedad, y que me recomendaste cuando hablamos sobre el cuerpo astral. Según ella, los problemas psicológicos y emocionales se manifiestan en el cuerpo astral como zonas oscuras o de diversos tonos turbios, cuyo origen radica en las ideas negativas que mantiene una persona en un momento dado. Si éstas persisten en el cuerpo astral sin resolverse, tarde o temprano ocasionan una manifestación en el cuerpo físico de la persona y causan una enfermedad.

Entonces, ¿está en lo cierto?

Efectivamente, así es.

También me recuerda a los postulados de la Nueva Medicina, que enunció el médico alemán Ryke Geerd Hamer. Según el Dr. Hamer, todo cáncer o enfermedad equivalente al cáncer empieza por un conflicto emocional extremadamente brutal, vivido en soledad. Dependiendo del tipo de conflicto, el cáncer se desarrollará en un órgano u otro. Además, dice que el conflicto emocional afecta primero al cerebro, provocando una especie de cortocircuito, y que la región del cuerpo que está conectada con esa parte del cerebro es la que sufre posteriormente la enfermedad. Postula también que la curación de la enfermedad pasa por la solución del conflicto emocional que la origina. ¿Está en lo cierto este médico?

Lo que dice es bastante correcto, aunque no al cien por cien, porque no todas las enfermedades se originan por conflictos emocionales. Pero sí la mayoría.

¿Y es cierto que si se soluciona el conflicto emocional se puede lograr la curación de la enfermedad?

Sí. Pero para resolver el conflicto debe haber en la persona un cambio bastante profundo, porque si la persona persiste en aferrarse a sus egosentimientos y reprimir sus sentimientos, detrás de una enfermedad vendrá otra, porque aún cuando ciertos conflictos se hayan podido resolver, aparecerán otros que activarán los mismos egosentimientos. Por tanto, llegamos a la raíz del problema: lo que es realmente patogénico y causante de la enfermedad es el egoísmo y sus manifestaciones, y lo que es curativo y saludable es el amor y su expresión. Y esto se cumple siempre.

¿Pero acaso no nos pasa eso a todos en mayor o menor medida? Quiero decir, ¿no nos ocurren a casi todos cosas en la vida que nos generan disgustos de todo tipo y que nos despiertan rabia, tristeza y agresividad? Porque yo me identifico bastante con la descripción que has hecho respecto a la represión de los sentimientos y sin embargo no tengo cáncer.

Cierto, y por eso casi todos enfermáis de vez en cuando. Pero para que se produzca una enfermedad realmente grave, como el cáncer, debe ocurrir que la persona quede emocionalmente “atrapada” por el malestar emocional, en el sentido de que éste se convierta en una obsesión permanente, que se deje dominar por los egosentimientos y persista en esta actitud durante un tiempo relativamente largo, hasta el punto de que le impida conciliar el sueño durante un periodo prolongado. Se debe dar además que la persona reprima toda forma de desahogo y exteriorización de estos egosentimientos.

¿Entonces existe una personalidad susceptible al cáncer?

Sí. La de aquellas personas que se dejan arrastrar por los egosentimientos (rabia, odio, tristeza, miedo) y/o las que se sienten reprimidas en la percepción y/o manifestación de los sentimientos.

¿Entonces debo llegar a la conclusión de que la enfermedad es un castigo por no hacer bien las cosas?

Un castigo, no. Es una consecuencia del dolor emocional interno. Es la misma persona la que se lo provoca y también la que puede remediarlo, haciendo un cambio en sí misma, del egoísmo hacia el amor, de la represión hacia la exteriorización de su auténtica personalidad espiritual.

¿Y qué sentido tiene que a una persona que está sufriendo ya tanto le venga una enfermedad tan fuerte como ésa? ¿Acaso no tenía bastante con lo primero?

Ten en cuenta que el malestar físico es consecuencia del malestar interior. En este caso la enfermedad física actúa como señal de alarma para que la persona se dé cuenta de la enfermedad del interior que padece y la motive a cambiar.

Ya, pero si una persona no asocia que la enfermedad física tiene que ver con la enfermedad del interior ¿cómo la puede ayudar esto a cambiar?

La enfermedad física debilita las barreras mentales que aprisionan la manifestación del interior espiritual y, por tanto, ayuda a adquirir mayor grado de sensibilidad, tanto respecto a nuestros propios sentimientos como respecto a los sentimientos y sufrimientos de los demás. Esto es lo que puede motivar a la persona a cambiar.

Y si cambia, ¿acabaría curándose?

La mayoría sí, pero no en todos los casos. Hay daños a nivel físico que no se pueden reparar.

¿Y los que no se curan pueden llegar a morir?

Sí.

¿Entonces qué sentido tiene la enfermedad, si aunque hagas el cambio no te curas y puedes morir igualmente?

“Ritmo de vida: del culto a la velocidad al equilibrio y la armonía”



La sociedad actual y la visión que en ella impera ensalzan el exceso como ninguna otra cultura lo había hecho antes. Se trata de una percepción productivita, consumista y aferrada a lo material. Es más, como si fuera lo más normal, en torno al exceso se ha configurado una retórica amplificada por la publicidad y los medios de comunicación. El exceso –sea en acumular riqueza o en ganar medallas olímpicas- se ha elevado prácticamente a la categoría de heroicidad. Y la televisión, la radio o la prensa no destacan el quehacer de los verdaderos héroes –que hay muchos, multitud de hombres y mujeres, por todo el planeta y en los más diversos contextos-, sino el “éxito” del “triunfador”, que suele ser un señor o señora que se aporta mucho a sí mismo y casi nada a los demás.

La Economía-Mundo lo contamina todo con su aroma mercantilista y sus reglas del comercio sin alma: poco importa el verdadero valor de las cosas –su valor intrínseco o de uso- y todo se reduce a su precio –su valor de cambio y especulativo-. Es una auténtica subversión del orden natural. Y para conseguir que las personas la asuman, se promueve un modelo de vida que mira siempre al mañana, jamás al presente. El objetivo es claro: que al colocar la mirada en un futuro virtual y frecuentemente quimérico, no se observe la realidad tal cual es. Todo alienta a plantear constantemente metas y retos para el mañana, sin capacidad de crítica, sin saber de verdad si son propios o impuestos por otros, sin atender nunca al aquí-ahora, a lo real. Igualmente, se anima a transgredir límites y fronteras en un contexto de culto a la velocidad. Y a esto se le llama disfrutar la vida. A costa de lo que sea, incluso de uno mismo y la auténtica identidad; y sin conocer por qué y para qué. De este modo, se llena la mente de ruido, del ajetreo incesante provocado por un mundo “en progreso”, “en avance”, aunque nadie sepa bien hacia dónde.

Y casi nadie se sorprende por tanto dislate, aunque, paradójicamente, muchas personas se escandalicen ante los nocivos efectos e impactos, individuales y colectivos, de tanta proclama aparentemente rompedora. La gente se ha acostumbrado al cómodo ejercicio de seguir la corriente, transitando por la vía rápida de los extremos y renunciando a lo que Aristóteles definió como el “justo medio”, “in media virtus”, lugar de excelencia, según él, para la ética y la razón. De esta forma, el equilibrio queda fuera del alcance de cada ser humano y de la sociedad.

En última instancia, la elección no es entre felicidad o no. Todo el mundo, sin excepción, quiere ser feliz. La clave radica en lo que se entiende por felicidad. Y aquí sí que hay que optar: entre un modelo de felicidad ajeno a uno mismo, impuesto por la visión y sistema dominantes; y la felicidad tal como la vemos y percibimos honesta, sincera y conscientemente desde nuestro interior. La experiencia de los triunfadores, de los rompedores y de los se aplican un modelo de felicidad ajeno a ellos mismos indica con rotundidad lo que espera al final de ese camino: frustración, insatisfacción, estrés, depresión, vacío. Y la de los que han optado por el “in media virtus” también es contundente: felicidad equilibrada, duradera y armoniosa.

Ciertamente, no es preciso ser un genio para percatarse que hacer las cosas más despacio significa hacerlas mejor. Y ofrece la oportunidad de gozar con la acción de hacerlas, lo que se sitúa estrictamente en el presente y no con los teóricos resultados de la acción, que pertenecen al ámbito de un futuro que es mera ficción mental… Todo mejora, hasta la salud, cuando se prescinde del apresuramiento.
Las palabras “rápido” y “lento” representan dos filosofías de vida muy distintas.
Rápido equivale a atareado, controlador, agresivo, superficial, estresado e impaciente, es decir, todo aquello en lo que la cantidad prima sobre la calidad. En cambio, lento está asociado a sereno, cuidadoso, receptivo, silencioso, intuitivo, pausado, paciente y reflexivo, esto es donde la calidad prevalece sobre la cantidad
Por ello, la filosofía de vida de la lentitud puede resumirse en dos cualidades: equilibrio interior y armonía exterior.

¿Qué hacer para dejar atrás tanto culto a la velocidad y vivir en ese equilibrio y la armonía?

miércoles, 29 de junio de 2016

“El amor divino”


“El Maestro Peter Deunov decía: 

«Si alimentáis en vosotros la idea del amor en su forma más sublime, obtendréis la ayuda de miles y miles de almas amantes, porque el amor sobreentiende el trabajo colectivo de una multitud de almas unidas entre sí, por esta idea del amor. 

El amor divino es la mayor fuerza que existe. 

No dudéis nunca de esta verdad, para que las almas que trabajan en su nombre habiten siempre cerca de vosotros.»

Estas palabras merecen ser meditadas, masticadas, digeridas, porque nos abren horizontes extraordinarios. 

Cuando consigamos esta concepción divina del amor, atraeremos de arriba miles de almas que vendrán a ayudarnos, a sostenernos. 

“¿Qué te espera cuando vivas eso que llamas muerte?” Emilio Carrillo



En su primera parte, se profundiza en la práctica del Yo Soy desde la percepción de la dimensión subyacente del momento presente.

Conferencia realizada el 21 de mayo de 2016, en Valencia y organizada por la revista Tú Mismo.