Vamos a suponer que ya has tomado una decisión con respecto a algún asunto en particular. Ya has decidido el curso de acción a tomar luego de pesar las distintas alternativas. Te has planteado tus metas y objetivos. Sabes a donde quieres llegar. No te queda más que poner en práctica la decisión tomada con tanto esfuerzo y trabajo. Sólo te queda actuar, arrancar con tu proyecto. ¿Para qué sirve una decisión si no la implementas, no es cierto? Pero no puedes. Sabes exactamente lo que tienes que hacer, pero no te puedes mover! Estas paralizado. Inercia total!
Encuentras mil excusas para no tomar ninguna acción. Que no es el momento adecuado, que debes revisar y reconsiderar tu decisión, que prefieres esperar, quizás cambian las cosas por sí solas, quizás alguien tome la decisión por ti o mejor esperas que surja una idea mejor, que las condiciones cambien o te ganes la lotería y entonces todos tus problemas se resuelvan. Si esperabas mejorar tu situación decides que mejor no haces nada, que mejor es malo conocido que bueno por conocer. En conclusión: no mueves un dedo.
Todos hemos estado en esta situación. Las razones de la inercia son muchas.Temor al cambio, a equivocarnos, miedo a que las cosas no salgan como esperamos, o que salgan incluso “mejor” de lo que esperábamos lo que requeriría nuevas decisiones, responsabilidades y más cambios. Sin embargo seguimos ahí, quejándonos de nuestra situación sin hacer nada o imaginando como todo sería maravilloso y fantástico cuando alcancemos la meta – si la alcanzamos – , es decir, si hacemos algo para alcanzarla! Mientras tanto esas ideas brillantes se quedaron en eso, en ideas, en la cabeza, no en la realidad.
La vida es eso: una decisión tras otra, una acción tras otra. El miedo a actuar no es más que miedo a vivir, a comprometernos y tomar partido. No tenemos más alternativa que tomar decisiones, ponerlas en práctica y movernos hacia adelante.
¿Cómo salir entonces de la inercia y actuar para lograr nuestros objetivos? He aquí algunas sugerencias que me han servido para motivarme a actuar cuando me veo paralizada por el temor y las dudas:
- Actúa más, piensa menos. Ya pensaste, deliberaste, analizaste.Tomastes la decisión, que no es tarea fácil. Es hora de actuar. Hazlo ya! ¿Quieres comenzar una dieta? ¿Quieres entrar en un programa de ejercicios? No esperes el lunes, o principio de mes o luego de terminar el trabajo que tienes pendiente. Empieza hoy mismo! Practica poner en práctica tus objetivos tan pronto como te sea posible, mientras más los retrases perderán fuerza y será cada vez más difícil comenzar. El pensar demasiado no es más que una trampa que nosotros mismos nos ponemos para no actuar. Da el primer paso, atrévete. Practica hacer cosas en lugar de pensar acerca de ellas.
- Comprométete con tu decisión y mira hacia adelante. Aceptaque elegistes un camino y sólo uno. Llevar a la práctica la decisión tomada requiere hacer un duelo por todas las otras alternativas que se dejaron de lado. De nada sirve volver una y otra vez a evaluarlas y reconsiderarlas. No hay nada que nos paralice más que ese ir y venir constante. Una vez que se toma la decisión debemos comprometernos en cuerpo y alma con ella y hacer todo lo posible porque funcione. De nada sirve por otro lado tratar de incluir de alguna manera las alternativas que se abandonaron o hacer acomodos para mantenerlas en reserva en caso de que la opción elegida no funcione. No hay nada que entorpezca más la acción que intentar hacer compromisos inútiles porque no hemos podido aceptar que no podemos tenerlo todo.
- Recuerda que con ideas solamente no alcanzas resultados. Las ideas son importantes pero ellas sólo son válidas cuando se implementan sino seguirán siendo sólo ideas y nada más. Una buena idea puesta en práctica vale más que 100 ideas brillantes que no se concretan. Si tienes una idea en la que realmente crees haz algo acerca de ella. A menos que tomes alguna acción esa idea no va para ningún lado.
- No esperes a que las condiciones sean perfectas. Si esperas a que las condiciones sean perfectas para actuar probablemente nunca lo harás porque las circunstancias NUNCA van a ser perfectas. SIEMPRE habrá una oportunidad que podría parecer más adecuada. De todas maneras nunca sabrás si las condiciones son perfectas o no hasta que realmente pones en marcha tu plan. Lo que parecía un momento no tan perfecto puede que termine siendo el mejor posible, pero esto sólo lo sabrás en la acción misma. Igualmente, si postergas la acción esperando por un momento más propicio puede que este nunca llegue y entonces perdiste la oportunidad que tenías. En la vida real no hay un momento perfecto para empezar algo. Tienes que actuar y lidiar con los problemas en la medida en que vayan surgiendo. El mejor momento para actuar fue el año pasado. El segundo mejor momento para actuar es ahora mismo.











