Todo lo que te molesta de otros seres, es solo una proyección de lo que no has resuelto de ti mismo. Buda
Cuando Buda expresa esta afirmación está afirmación quiere hacer un llamado de atención a cada uno de nosotros en cuanto a la aceptación, el rechazo, la resistencia y la resolución.
Todos tenemos una cantidad considerable de asuntos internos que resolver, cada uno de nosotros debe utilizar como recurso la observación propia ante los diferentes estímulos a los que estamos expuesto. Debemos llegar a nuestro ser.
Para ello debemos prestar especial atención a aquello que nos hace reaccionar, que nos mueve emocionalmente, considerando que hay algo en nosotros que estamos proyectando en nuestro exterior y se manifiesta justamente para hacernos ver, bien sea aspectos nuestros que debemos mejorar o sencillamente aceptar.
Cuando es positivo lo que nos llama la atención, estamos potenciando nuestros aspectos de luz a través de la proyección de nuestro interior en nuestro mundo.
No se quiere decir que cuando por ejemplo nos incomoda un acto criminal, es porque nuestro lado oscuro tenga que ver con ese tipo de procederes, significa que no llegamos a aceptarlo, que lo rechazamos, que lo negamos y eso responde justamente a una falta de comprensión y amor incondicional.
Para llegar a aceptar se debe ser muy compasivo, se debe entender las causas, las raíces, los orígenes de toda situación que ha llegado a desembocar en un determinado acto. Sin juzgar, solo mirando compasivamente a otra alma encarnada procurando su desarrollo, sometida a situaciones asociadas a su proceso evolutivo.
Solo cuando nos alejamos de la mente, de lo correcto y lo incorrecto, de los juicios, las críticas y solo vemos con los ojos del corazón, se hace posible aceptar. Solo cuando nos desligamos de patrones preestablecidos y el “deber ser” es cuando podemos ver las cosas tal y como son, sin que eso genere en nosotros tormento, rechazo o sufrimiento.