domingo, 30 de octubre de 2016
viernes, 28 de octubre de 2016
“Las células de nuestro cuerpo”
“Las células de nuestro cuerpo son pequeñas almas inteligentes.
Es todo un pueblo que tenemos ahí en nosotros, un pueblo con el cual podemos entrar en relación y que tenemos la misión de educar.
¿ Acaso sois conscientes de ello?
No, o muy raramente.
Es por ello que vuestras células no os obedecen.
Desearíais mejorar el estado de vuestro hígado, de vuestro estómago, de vuestro corazón, de vuestro cerebro, etc., pero no podéis, las células de todos estos órganos no os obedecen, no conseguís imponeros a ellas, funcionan según su propia voluntad.
La Ciencia iniciática, que ha estudiado la anatomía psíquica del ser humano y las reglas que presiden su funcionamiento, nos enseña que podemos mandar a las células de nuestros órganos.
7 preguntas que te pueden cambiar la vida
A veces no encontramos las respuestas, porque no sabemos cómo formular las preguntas. Nos embarcamos en la aventura de diseñar grandes interrogantes sobre temas generales y profundos, pero al final no llegamos a ninguna parte. Preguntar, por ejemplo, “¿Qué sentido tiene mi vida?” puede ser una buena forma de perdernos aún más.
Las grandes preguntas conducen a grandes respuestas. Pero hay una diferencia entre “grandes preguntas” y “preguntas imprecisas”. Estas últimas se vuelven más que difíciles de responder porque involucran demasiadas variables al mismo tiempo y carecen de límites que las acoten.
Por eso, lograr formular correctamente la pregunta es ya una manera de adelantar la respuesta.Enseguida te vamos a presentar 7 interrogantes diseñados para que evalúes la forma en la que vives y definas si estás en el rumbo correcto, o si es hora de hacer un alto para dar un giro en la dirección que caminas. No se trata de un examen, así que tómate tu tiempo para contestarlas.
1. ¿Qué cambiarías en tu vida si te dijeran que vas a morir dentro de 10 años? ¡Una gran pregunta!
Las experiencias cercanas a la muerte cambian la vida de muchas personas. Esto no es gratuito. Por lo general, vivimos como si fuéramos eternos. Eliminamos por completo la idea de la muerte, pese a que es lo único totalmente cierto que hay en nuestro porvenir.
Al recordar que todo terminará, emergen con mayor nitidez todas las cosas que son realmente importantes para nosotros. Por eso, si te atreves a contestar a esta pregunta con total sinceridad, podrás trazar una nueva jerarquía de prioridades que te haga más feliz.
2. ¿Qué consejo le darías a un niño recién nacido?
Piensa esta pregunta muy bien antes de contestar. En esa respuesta va a quedar condensado mucho de lo que has aprendido desde que tu corazón comenzó a latir. Va a ser como una conclusión de tus experiencias y de lo que has conseguido con ellas.
Lo interesante es que después de diseñar tu “cápsula de sabiduría”, lo que debes hacer es ser coherente con ese consejo que tú le darías a ese recién nacido imaginario. ¿Ya lo practicas o deberías comenzar a hacerlo?
3. Si no dependiera del calendario, ¿qué edad dirías que tienes en este momento de tu vida?
La edad es un asunto muy relativo, aunque siempre traten de enmarcarnos en una casilla cada vez que decimos cuántos años tenemos. En estricto sentido, desde que nacemos hay un niño, un adolescente, un adulto y un anciano dentro de nosotros.
Sin embargo, lo frecuente es que sea una de esas edades la que prime en un momento dado de nuestra existencia. Por eso la pregunta es válida: ¿Cuántos años tienes realmente? ¿Cómo te hace sentir el hecho de tener esa edad?
4. ¿Cuál ha sido el error más grande de tu vida y cómo lo solucionaste?
Conciencia Emocional: Las emociones que no gestionas, te controlan
Todos experimentamos emociones, pero no todos somos capaces de reconocerlas y ponerles nombre. De hecho, ¿sabías que se han llegado a catalogar unas 250 emociones y sentimientos? Entre la tristeza y la alegría, entre sentirnos mal o bien, existe un amplio abanico emocional en el que deberíamos profundizar.
Si no somos capaces de reconocer nuestras emociones y sentimientos, si no encontramos sus causas y no comprendemos cómo impactan en nuestros comportamientos y decisiones, no podremos gestionarlos adecuadamente y terminaremos viviendo en una montaña rusa emocional. Por eso es tan importante desarrollar la conciencia emocional.
Bruma emocional: Los peligros que entraña no distinguir las emociones
Un estudio muy interesante realizado por psicólogos de la Universidad de Michigan reveló que las personas que sufren depresión tienen una característica en común: no distinguen con precisión las
diferencias entre las emociones negativas que experimentan, como la tristeza, la culpa, la ira y la frustración. Esto podría explicar, al menos en parte, por qué la depresión es tan difícil de superar.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores les pidieron a personas sanas y a personas que padecían depresión que reportaran sus emociones en momentos concretos a lo largo de una semana. Así descubrieron que a las personas deprimidas les resultaba muy difícil distinguir entre las diferentes emociones negativas.
Estas personas estarían sumidas en una especie de “bruma emocional”, la cual se genera cuando no somos capaces de distinguir las emociones y etiquetarlas. El problema es que ese estado puede agravar estados como la depresión o la ansiedad. De hecho, es difícil mejorar nuestra vida si no sabemos exactamente cómo nos sentimos sobre algunos de sus aspectos.
Por ejemplo, ¿te imaginas qué difícil sería saber cuándo ha llegado el momento de llenar el tanque de combustible si no tuvieras ese indicador en el salpicadero del coche? Algo similar ocurre con nuestro estado emocional, no podemos mejorar o utilizar las emociones a nuestro favor si no sabemos cómo nos sentimos y por qué.
¿Qué sucede en el cerebro cuando etiquetamos una emoción?
Un estudio llevado a cabo en la UCLA desveló qué ocurre en nuestro cerebro cuando etiquetamos las emociones negativas. Estos neurocientíficos les pidieron a un grupo de participantes que vieran imágenes en las que aparecían rostros enfadados o con miedo.
Esas imágenes incrementaban la actividad en la amígdala, una región del cerebro íntimamente vinculada con las emociones que actúa como una alarma cuando detecta un posible peligro y desencadena una serie de cambios fisiológicos que nos preparan para huir o atacar. De hecho, se ha apreciado que la amígdala responde intensamente incluso ante imágenes subliminales, que nuestra conciencia no capta.
En este punto, los investigadores se preguntaron si el simple hecho de etiquetar esas emociones podría atenuarlas y disminuir el nivel de activación de la amígdala. A continuación, les pidieron a los participantes que identificaran las emociones que estaban viendo. Los resultados fueron asombrosos: casi inmediatamente la actividad de la amígdala comenzó a disminuir, mientras se activaba la corteza prefrontal ventrolateral, una zona vinculada con el pensamiento, la inhibición del comportamiento y el procesamiento racional de las emociones.
En práctica, lo que sucede es que cuando etiquetamos lo que sentimos nos vemos obligados a activar la parte más racional del cerebro. Esa zona echa una especie de “freno de mano”, evitando que las emociones tomen el control. Al entender lo que nos ocurre, el impacto emocional negativo disminuye y hace que las emociones sean menos dolorosas.
Un programa para desarrollar la conciencia emocional
jueves, 27 de octubre de 2016
EJERCICIO PARA DOBLAR TU HABITACION
Quieres ver como se comban las paredes de tu habitación como el efecto que sale en la película de Matrix?
"El siguiente ejercicio no es para personas que se mareen con facilidad"
Instrucciones:
-Al iniciar el visionado dar a la pausa.
-Abrir el vídeo a pantalla completa.
-Mirar al centro de la imagen todo el tiempo.
-Aguantar hasta el final hasta que salgan las letras.
-Y luego mirar alrededor para ver el efecto.
IMPRESIONANTE
ISMAEL
UNA LUCHA SE LIBRA EN TU INTERIOR, A CADA MOMENTO, PERO TÚ DECIDES QUÉ BANDO APOYAR
En ocasiones, las circunstancias que rodean la existencia pueden parecernos opresivas, sofocantes, como si formaran un torrente en el cual luchamos por mantenernos a flote. Muchas personas experimentan su vida como si estuviera del todo ajena a su voluntad, como si se encontraran en el centro de una red que tira de sus acciones, sin que puedan hacer nada al respecto.
Ésta, sin duda, es una posición extrema, tanto como aquélla que asegura que tenemos control absoluto de lo que nos sucede. Existencialmente, lo mejor parece ser vivir a medio camino entre una y otra postura, pensar que no somos artífices de todo lo que concierne a nuestro destino pero que tampoco, por otro lado, los factores externos de la vida determinan nuestro sendero.
A propósito, específicamente, de la vida emocional, en el sitio Zen Comics se encuentra ilustrada una fábula que nos enseña el alcance que pueden tener nuestras decisiones sobre la manera en que se configura nuestra existencia. Y la premisa es sencilla: cada instante, cada palabra, cada acto, es en cierta forma un dilema o, mejor dicho, una posibilidad de decidir.
Si así lo queremos, podemos inclinarnos por emociones como la superioridad o la culpa, pero también tenemos ante nosotros la compasión o la generosidad. La diferencia, como enseñan disciplinas tan disímiles como el budismo o el psicoanálisis, está en el grado de conciencia con que hacemos esa decisión.
CIENTÍFICO DE LA NASA DICE QUE PRONTO SE COMPROBARÁ QUE VIVIMOS EN UNA SIMULACIÓN INFORMÁTICA
CIENTÍFICOS CREEN QUE ES ALTAMENTE PROBABLE QUE VIVAMOS EN UNA SIMULACIÓN. RECONOCER ESTO PODRÍA SER LA NUEVA REVOLUCIÓN COPERNICANA, SEGÚN RICK TERRILE
Tras el vivir y el soñar,
está lo que más importa:
despertar.
-Antonio Machado
¿Para qué estamos vivos? Para despertar.
En esto coinciden el Buda, Antonio Machado y una nueva ola de científicos y CEOs de importantes compañías de tecnología. La reencarnación de las ideas del samsara y del māyā es para nuestra generación la Matrix y más recientemente la hipótesis de la simulación de Nick Bostrom, que parece estar ganando tracción entre científicos y multimillonarios por igual. El mundo en que el vivimos no es real. O es real, pero sólo una vez que hemos descubierto que es una ilusión y entonces podemos recrearlo o apagarlo.
El argumento de Bostrom es básicamente el siguiente. Una civilización post-humana, es decir que ha alcanzado una subsistencia que no depende de la biología, como por ejemplo descargando su conciencia en una computadora, tendría necesariamente que haber alcanzado un enorme poder de computación (una teoría menciona las famosas esferas de Dyson como fuente de poder). Este poder de computación sería suficiente para simular entornos de realidad de alta fidelidad capaces de hacerse pasar por reales (algo así como los escenarios de The Truman Show). Bostrom señala que si sólo un pequeño porcentaje de estas civilizaciones posthumanas fuera a correr "simulaciones ancestrales", es decir simulaciones de alta fidelidad de vida ancestral, esto haría que la simulación fuera indistinguible de la realidad para el ancestro simulado.
Ya que no hay límite para las simulaciones que puede hacer una civilización post-humana, entonces deberían de existir una mayor cantidad de ancestros simulados que ancestros actuales que están realizando las simulaciones. Hay que decir que Bostrom sólo considera que esto es relativamente probable, lo cual estaría definido por la fracción de civilizaciones que logran llegar a un estado post-humano y la fracción de civilizaciones post-humanas que están interesadas en generar estas simulaciones de ancestros. Si pudiéramos decir que estas fracciones son altas entonces sería muy probable que fuéramos SIMS (seres simulados). Los científicos que se inclinan a pensar afirmativamente en este caso hacen referencia a que es muy probable que vivamos en un universo infinito, por lo cual es también muy probable que existan una enorme cantidad de civilizaciones post-humanas y de todos tipos, más allá de lo que podemos imaginar.
Hace unos meses el CEO de Tesla Elon Musk explicó por qué le parece sumamente probable que vivamos en una simulación o, en sus propias palabras, que existamos como personajes dentro de un videojuego (esto es lo que pasa cuando los techies van a Burning Man y toman psicodélicos). Musk argumentó que la tendencia exponencial con la que avanza nuestra tecnología es una señal de que en el futuro podremos crear simulaciones indistinguibles de la realidad. Ya que vivimos en un universo de una vastedad inconmensurable, es simplemente muy probable entonces que alguien antes que nosotros haya llegado ya a este punto crítico y haya experimentado simulando un universo. De alguna manera, simular universos sería la evolución lógica de una civilización tecnológicamente avanzada.
Si asumes cualquier tipo de proporción de incremento, entonces los juegos se volverán indistinguibles de la realidad, incluso si este ritmo de aumento cae a una proporción de mil veces menos de lo que avanza actualmente. Por ejemplo, imaginemos cómo sería en unos 10 mil años, que no son nada en términos evolutivos.
Así que, dado el hecho de que estamos en una clara trayectoria hacia diseñar juegos indistinguibles de la realidad, y esos juegos pueden jugarse en cualquier consola o PC o lo que sea, y debería haber miles de millones de estos aparatos, de aquí podríamos deducir que las probabilidades de que existamos en una realidad base [en un mundo no-simulado] son uno en miles de millones. ¿Díganme si encuentran algún error a este argumento?
De hecho deberíamos tener esperanzas de que esto sea verdad, ya que si una civilización deja de avanzar, esto debe ser el resultado de alguna calamidad que borra la civilización... o crearemos simulaciones indistinguibles de la realidad o las civilizaciones dejarán de existir. No es muy probable que simplemente entremos en una estasis de millones de años.
Un reciente converso al argumento de la simulación es el científico del Jet Propulsion Lab de la NASA, Rick Terrile. Según le dijo Terrile a The Guardian:
Si uno progresa al ritmo actual de la tecnología en algunas décadas seremos una sociedad en la que entidades artificiales viviendo en simulaciones serán más abundante que los seres humanos... Si en el futuro hay más personas digitales viviendo en ambientes simulados de los que hay hoy, entonces, ¿cómo podemos decir que no somos ya parte de una [simulación]?.
Algunos físicos incluso mantienen que el universo a pequeñísima escala no está compuesto por átomos, está compuesto de bits de información y que la realidad puede pixelarse. "Si uno mira las entrañas del Universo -(a estructura de la materia en su escala más pequeña) se da cuenta de que no son más que bits realizando operaciones digitales locales", dice el físico Seth Lloyd.
Terrile considera que no estar viviendo en una simulación sería muy poco probable y que, de hecho, esta idea será en el futuro similar a la revolución copernicana (el descubrimiento, que hoy nos parece tan evidente, de que la Tierra gira alrededor del Sol). Y responde a la pregunta de los 64 mil bits (sobre quién programó la simulación) diciendo: "nosotros mismos en el futuro" hemos creado la simulación.
El físico Max Tegmark, famoso por su visión platónica de las matemáticas como entidades preexistentes al universo manifiesto, no está del todo convencido. Según Tegmark, si bien lógicamente es posible que vivamos en una simulación, las probabilidades no son tan altas como creen Musk o Terrile. "Para poder hacer el argumento, en primer lugar necesitamos saber cuáles son las leyes fundamentales de la física en el lugar donde las simulaciones están siendo realizadas. Y si estamos en una simulación no tenemos una pista verdadera de cuáles son las leyes de la física. Lo que enseño en MIT serían leyes de física simuladas".
El argumento de Terrile se apoya en otra noción que aparece en el centro de la discusión científica contemporánea. "Por décadas [dentro de la física cuántica]... los científicos han intentado eliminar la noción de que necesitamos un observador consciente. La solución verdadera podría ser que necesitamos una entidad consciente como el jugador consciente de un videojuego". La interacción del jugador con el juego explicaría, según Terrile, el problema de la medición en la física cuántica o la aparente afectación que se presenta a partir del acto de observar un fenómeno.
Terrile delata su entusiasmo y señala que la hipótesis de la simulación es sumamente optimista, ya que provee un marco para nuestra continuidad sin la necesidad de una soteriología trascendente. Eventualmente, nosotros podremos simular universos. "Tendremos los poderes de mente y materia para crear cualquier cosa que queramos y podremos ocupar esos mundos".
Antecedentes de la idea de la simulación
miércoles, 26 de octubre de 2016
“Inmunizarse”
“Entre los sufrimientos que los humanos tienen que soportar, muchos evidentemente les vienen del exterior.
Y sin embargo, de estos sufrimientos que se les causa y de los que no son directamente responsables, tienen una parte de responsabilidad: no han aprendido a inmunizarse.
Si son tan vulnerables, es porque los elementos negativos procedentes del mundo exterior encuentran un eco en ellos.
Y puede suceder que incluso debido a las impurezas, a la oscuridad que albergan en su intelecto y en su corazón, este mal sea aún aumentado.
Aquél que trata de mantener la luz y la pureza en sí mismo, no sólo consigue neutralizar el mal que recibe, sino que el bien que recibe también resulta amplificado.
Si no siente intensamente las bendiciones que le llegan cada día de los mundos visibles e invisibles, es porque toda clase de materiales opacos en él le obstaculizan.
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