Cada día es más evidente que el planeta está buscando un reajuste de sus elementos (clima, cultura, cosmovisión, política, sociedad y, a grandes rasgos, pensamiento psíquico colectivo). En la búsqueda de esa necesidad, nuestra era ha llegado a un límite de erosiones, un momento determinante que quizá ya era momento de ser encontrado. No es sorpresa que el mundo esté pronosticando una crisis reveladora, arrastrada por un evidente individualismo y nacionalismo de siglo, bajo simulacros globales como la idea de libertad, movimiento, progreso, tecnología y éxito. Y a pesar de que hemos procurado llegar a ciertos fines para justificar estos medios o creencias, existe una posibilidad de que estemos a muy poco de detonar nuestro paradigma actual.
El arte de rediseñar el mundo por medio de un cambio de paradigma científico (y hasta alquímico) es una facultad que, como advierte el filósofo de la ciencia Thomas Kuhn, ha sido articulada por científicos y expertos para mantener el rumbo del mundo con una estabilidad, acorde al ritmo del proceso evolutivo.
Dicho de otra forma, este nuevo plano del mundo aportaría ciertas soluciones a las anomalías que no pueden ser explicadas y solucionadas por el paradigma universalmente aceptado. Y aunque este método no se atreve a promulgar descubrimientos que salgan del marco sistemático y que puedan volcarse al caos (pese a que realmente exista esa posibilidad), la historia nos ha demostrado que un cambio de paradigma ha logrado revolucionar la esencia de la sociedad, colocándola en otro nuevo camino. Por ejemplo, la aceptación de la teoría de la biogénesis, en el siglo XIX, se contrapuso a la teoría de la generación espontánea creída hasta entonces, cambiando la visión científica y ontológica que se tenía sobre el origen de la vida. De la misma forma fue el revelador paradigma que postuló Pitágoras, al afirmar por vez primera que la Tierra era redonda y no plana. Actualmente la Física Cuántica y aquellas ciencias que no excluyen la condición espiritual de la científica se encuentran construyendo otra especie de nuevo paradigma.
Si bien el concepto de cambio paradigmático se proclamó, en primera instancia, desde la percepción de la ciencia, hoy en día se ha utilizado para explicar otros cambios culturales e intelectuales de nuestra era, que bien podrían encajar en el Zeitgeist (espíritu de era) y Volksgeist (espíritu de nación) contemporáneos.
Pero esto no significa que por una casualidad al fin hayamos encontrado teorías o curas a la enfermedad colectiva de siglo. Se trata más bien de la llegada de ese detonante esperado, donde al parecer, es urgente sacar a la luz las respuestas que quienes deciden el rumbo del mundo ya tienen preparadas.
En términos de la ciencia, este paradigma se definiría como una revolución científica pero, a grandes rasgos, podría tratarse de una revolución de conciencia que, como hemos experimentado en otros tiempos, no ha de salir a flote sino después de cruzar el umbral de la catástrofe.
Los siguientes supuestos podrían ser señales “semilla” de que estamos a punto de atravesar un cambio de paradigma:
El poder de internet. La era de la sobreinformación (o desinformación)
Como hemos apuntado antes, gracias a internet la sobresaturación es un concepto de nuestra era. Frente a esta capacidad asombrosa de absorber tantos estímulos y datos virtuales como nos es posible, surge la condición de la desesperación, la ansiedad y el hartazgo. Es el caso de la generación millenial, cuya ventaja es el grado de alcance de información y comunicación con el que han crecido, teniendo a su lado un gadget o una computadora. Sin embargo, esta sobresaturación de data solo ha germinado un profundo rechazo desde los más jóvenes hacía el contexto histórico, mismo que han combatido frecuentemente con la
indiferencia absoluta ante el mundo. De esta manera, expertos han concluido que las nuevas generaciones podrían contener en su cabeza la llave de ese otro nuevo paradigma y que esta vez no se basará en los errores históricos sino en la construcción de nuevos horizontes que se verán cumplidos con la ayuda de las nuevas tecnologías.
Por otro lado, el fenómeno de internet, como una de las invenciones más grandes en la historia, ha posibilitado el acceso a prácticamente cualquier rincón o archivo del mundo. En este sentido, conviene destacar que se trata de un arma invasiva que mientras no proclame una regulación se mantendrá al servicio de la libertad y evolución del individuo.
La reestructuración monetaria global
Aunque recientemente el aumento del dólar ha sido la amenaza más notable, no es la única moneda que puede contribuir a un colapso del sistema monetario. El euro y el yen son otras dos probables, pues se ha comprobado que a pesar de que el grupo BRICS ha hecho lo posible por intercambiar transacciones multimillonarias entre sus monedas, no exime en su totalidad el uso del dólar como moneda de reserva mundial. La creación de un nuevo banco central en la economía de BRICS y los innumerables países que llevan a cabo acuerdos comerciales evitando el uso del dólar estadounidense (incluidos los acuerdos petroleros) no han logrado contribuir en gran medida a la economía monetaria multipolar. De hecho, la propuesta del Banco de Desarrollo BRICS (NDB) y su Acuerdo de Contingencia de Reserva (CRA) son entidades denominadas en dólares.
Así pues, siguiendo el curso de un mundo próspero resumido a una sola moneda, entra a la cancha el caso de las “criptomonedas” como el Bitcoin, una moneda anónima, con capacidad limitada para generar transacciones por internet, y que está amenazando el sistema de dinero fiat y el control centralizado que cierta élite tiene en ese sistema clásico a través de los bancos centrales. Esto definitivamente cambiaría el concepto de poder en todo el mundo.
Hacía una energía renovable
Cada vez son más los países que optan por una energía renovable. Con el aumento de la capacidad tecnológica, aunado a la preocupación cada vez latente del cambio climática, esta es sin duda una de las propuestas más ambiciosas que empiezan a correr desde hoy. El mundo está comenzando a cambiar hacia este tipo de energía sustentable, ejemplo son lugares como Burlington –que se ha convertido en la primera ciudad norteamericana en utilizar el 100% de energía renovable–, o países enteros como Paraguay, Islandia y Noruega que también son 100% renovables.
Consumo de alimentos orgánicos