CAPÍTULO 15
RETRATO DE UNA PERSONA CONECTADA AL CAMPO DE LA INTENCIÓN:
Las personas que viven en un estado de unidad con la Fuente de la intención, van por la vida como seres afortunados que siempre tienen todas las oportunidades y que son muy distintas si las comparas con quien viven en los niveles normales de conciencia, sobre todo comprobarás su singularidad.
Esas personas, a las que yo llamo conectores para resaltar su conexión armoniosa con el campo de la intención, son individuos que se han hecho accesibles al éxito. Resulta imposible que tengan una actitud pesimista ante lo que desean en su vida. Se expresan con una convicción interior que transmite un conocimiento tan profundo como sencillo de que la Fuente universal lo proporciona todo. Dirán “Tengo la intención de crear esto y sé que funcionará”, “Me niego a pensar en lo que no puede ocurrir, porque yo atraeré exactamente aquello en lo que pienso, así que solo pienso en lo que sé que puede ocurrir”. No les importa lo que haya ocurrido antes. No se identifican con conceptos como “fracaso” o “imposible”. No les afectan las razones para ser pesimistas. Se han hecho accesibles al éxito. Están tan bien conectados con la Fuente que es como si poseyeran un aura natural que impide cuanto pudiera debilitar su conexión con la energía creadora de la fuerza de la intención.
Los conectores no sitúan sus pensamientos en lo que no desean, ya que la Fuente de todo solo responde con lo que es, y lo que es, es suministro infinito. No pueden tener ninguna relación con la escasez, o con las cosas que no funcionen.
A los conectores todo les parece sencillo, te dirán: mantén tus pensamientos en lo que tienes intención de crear, mantente constantemente en correspondencia con el campo de la intención y espera a que lleguen a tu vida las claves de lo que estás pidiendo a la Fuente omnicreadora. Para ellos no existen las casualidades, creen en las sincronías, que aparezca la persona perfecta en una situación dada, como caída del cielo.
No intentarán ganarte para su causa a base de discusiones, no gastan energía en debates y discusiones.
Para ellos, cuanto surge en la vida se debe a que la fuerza de la intención dispuso que estuviera allí, por eso se encuentran en un continuo estado de gratitud. Tienen la capacidad y el deseo de ver una enfermedad pasajera como una bendición, y en el fondo saben que en ese contratiempo existe una oportunidad y eso es lo que buscan en todo lo que se les presenta en la vida.
Dicen de sí mismos que viven en un estado de valoración y perplejidad, no se quejan de nada, no encuentran defectos a nada, si llueve, disfrutan de la lluvia, valoran la naturaleza: la nieve, el viento, el sol y todos los sonidos de la naturaleza les sirven de recordatorio de que ellos forman parte del mundo natural. Veneran el aire porque es el aliento de la vida.
Valoran el mundo y todo lo que hay en él, la misma conexión que experimentan con al naturaleza la tienen con todos los seres, incluyendo los que vivieron antes y los que están aún por llegar. Poseen conciencia de la unidad, y ellos no hacen distinciones de “ellos” o los “otros” para ellos solo existe el “nosotros”. Les hace daño el dolor infligido a otros, no critican, su conexión con los demás tiene un carácter espiritual.