De la lucha a la meta
Ir con la corriente de las cosas,
Rendirse de buen grado a la razón,
Someterse y aceptar el final
De un amor o de una estación.
Robert FROST
Sé que ya soy un ser entero y que no necesito perseguir nada con el fin de
estar completo.
El mensaje de este capítulo puede ser resumido en una palabra: ¡alégrese! Su
yo superior no le exige nada. No tiene que demostrar quién es ante Dios. Fue
creado como extensión de una fuerza espiritual más elevada, la esencia misma
del universo. No llegó al aquí y ahora incompleto, en ningún sentido. No tiene
que luchar para demostrar nada. A menos que, por supuesto, decida escuchar
al omnipresente falso yo, el cual estipula que si no está ocupado en perseguir
algo es un fracasado.
Puede resultar difícil alegrarse por fin y entender que la vida es lo que sucede
mientras usted está haciendo otros planes. ¡Eso es! Todos y cada uno de los
instantes de su vida tienen lugar en el momento presente.
Usar los momentos presentes para perseguir los momentos futuros es una
actividad dictada por el ego. Su ego quiere que se sienta incompleto con el fin
de poder controlar su existencia. Cuando por fin tenga la posibilidad de decir
que ha llegado, sabrá lo que se siente cuando se es libre. Se habrá liberado de
su falso yo, el cual podría mantenerle en perpetuo movimiento, persiguiendo
más y más, hasta su último aliento.
Su yo superior no quiere que sea un haragán ni que no tenga un propósito,
sino que se dé cuenta del poder del conocimiento al que ha llegado. Cuando
usted sabe que este momento es su vida entera, no está concentrado en los
momentos pasados ni futuros, y se libera del estrés y la tensión que
acompañan a la vida de la lucha. Al liberarse, se torna más productivo y clamo
de lo que era cuando miraba a sus espaldas o por delante de sí mismo y no
permitía que su mente descansara en el centro de quietud del momento
presente.
Contrariamente a lo que el ego intenta hacerle creer, no se limitará a vegetar, ni
se quedará sin techo ni se convertirá en un irresponsable a la deriva.
Lo que sucederá es que se alegrará y se verá tan absorto en su misión que
estará más activo. Con este poder, descubrirá que es libre para entregarse a
cualquier cosa hacia la que se sienta atraído.
Cuando deje de luchar y comience a saber que tiene una misión divina, y que
no se encuentra solo, alcanzará la meta. Esa experiencia le brindará el júbilo
de hallarse en el reino del espíritu, donde no hay preocupaciones ni
culpabilidades. Estar de todo en el ahora quiere decir que conocerá el cielo en
la tierra porque estará por completo absorto en el instante espiritual.
Al examinar algunos nuevos conceptos desde la perspectiva del alma,
aprenderá sobre las cosas que quiere cambiar con el fin de acercarse más a la
experiencia de llegar a la meta y alejarse de la lucha.
LOS COMPONENTES DEL GIRO HACIA LA META
Para vivir el júbilo de saber que está aquí ahora, en este momento y que hay
todo lo que hace falta que haya, todo lo que alguna vez hubo y todo lo que
conocerás jamás-, debe aprender a confiar en su yo superior y despojarse de
esas arraigadas enseñanzas de todos los egos que han influido en su
existencia. Comenzará a darse cuenta de que en el aquí y ahora no está a
prueba. No tardará en comprender que su misión es servir y entregar el amor
que constituye su esencia básica.
No tiene que hacer más, aunque puede que decida hacer muchísimo. Su
principal objetivo es mantenerse centrado en dar y recibir el amor paternal y
fraternal, el amor de Dios. Si incorpora las siguientes ideas a la práctica de su
misión cotidiana, tendrá éxito en su objetivo.
 

 
 








