Empecé buscando activamente (como yo la llamaba entonces) la "Iluminación", la "Auto-Realización" o el "Verdadero Conocimiento" en torno a los 16 años. Era impulsado por un intenso deseo de conocer la fuente de la vida, hasta el punto donde eso fuera humanamente posible.
Un día me imaginé que todo esto que danzaba alrededor de lo que estaba haciendo, todas estas cosas que a diario perseguía y exploraba, no tenían sentido ni fuerza si no conocía el verdadero significado de la vida en mi propia experiencia directa. Tenía este impulso instintivo de llegar a la fuente de todo, de conseguir algún tipo de dominio sobre mí y todas mis habilidades, de adquirir un profundo conocimiento con el cual todo lo demás sería comprendido inmediatamente y en su lugar apropiado.
En otras palabras: deseaba encontrar "la verdad que no cambia", para poder dar sentido a todo lo demás desde ese espacio de claridad.
Antes de este momento de querer realmente conocer la fuente de mi ser, yo ya había estado jugando un poco con el descubrimiento de las capacidades ocultas de la mente. Cuando era niño mis padres me ofrecieron seguir un curso de Control Mental Silva, que era básicamente una introducción a la meditación y el uso de todo el potencial de la mente. A lo largo de la escuela secundaria me olvidé un poco acerca de la pasión que sentía por ese misterio de la vida, pero en algún momento, tal como he descrito más arriba, estaba harto de la inutilidad de aprender y hacer cosas comunes que en realidad no parecían aportarme nada o proporcionarme más sentido a mi vida.
Todo el mundo parecía seguir ciegamente los caminos trazados por el sistema social. Nadie parecía hacer preguntas que tuvieran verdadero sentido. Yo deseaba liberarme de ese ciclo y descubrir la verdad, o al menos algo de sentido existencial para mí mismo.
El viaje y el deseo de compartir
No estoy seguro de por dónde empezar sin convertir esto en un libro difuso, así que voy a tratar de ser conciso y extraer de mi "historia de búsqueda" aquello que parece haber conducido más claramente hacia el desarrollo de la Conciencia Libre.
Yo era muy intenso en mi búsqueda. A pesar de que me faltaba la disciplina para concentrarme realmente en prácticas con las que no me sentía cómodo, era impetuoso y persistente en encontrar una vía eficaz hacia lo que fuera que estaba buscando. Quería conocer la verdad directamente, lo más rápidamente posible, sin necesidad de ornamentos adicionales.
Así que probé meditación, yoga, reiki, PNL, EFT, desarrollo personal, auto-hipnosis, afirmaciones, transformaciones, leí un montón de libros "espirituales", sobre cómo hacer el camino, cómo despertar, cómo estar en el ahora, etc. Continué la búsqueda y el descubrimiento de mí mismo en la India, conocí a muchos maestros y enseñanzas allí también, descubrí que tenía la capacidad de estar completamente deprimido, asustado como un niño desesperado en un estanque lleno de cocodrilos, completamente sin vida, sin motivación para hacer nada en absoluto, "porque, ¿qué razón hay para hacer algo? Nada funciona de todos modos".
Desde el principio y a lo largo de toda esta búsqueda y de las experiencias que venían con esa búsqueda, surgió y se desarrolló un deseo de crear algo eficaz para el resto del mundo. Algo que en realidad tuviera sentido y fuera accesible a todos, independientemente de su origen o interés. Me di cuenta de que mi mente comenzó a diseccionar y "ordenar" todo lo que pudiera obtener con el fin de elaborar una "estructura" más eficaz.
Cada libro, curso, enseñanza y maestro con el que me ponía en contacto, lo analizaba, comparaba con el resto de mi conocimiento, y lo probaba por un tiempo. Mi mente feroz estaba terriblemente activa en tratar de averiguar "la mejor vía" y qué era verdad y qué era falso. Estaba intelectualmente "asignándolo" todo y tratando de encajar todas las piezas del puzzle en su lugar correcto. Quería tener el cuadro completo, y encontrar una forma que realmente funcionara directamente, de forma rápida, eficiente. ¡Preferiblemente para todos!
Después de un tiempo se convirtió en una increíblemente compleja comprensión mental, conceptualmente precisa, pero intensamente sobrecargada. Al mismo tiempo, sin embargo, había una profundidad natural que podría intuir. Algo que se mantuvo estable a lo largo de toda mi búsqueda y todas las experiencias. Había algún conocimiento innato ocurriendo todo el tiempo. A veces esto se hacía más evidente que en otras ocasiones, pero siempre estaba allí "en el fondo".
Recuerdo vívidamente darme cuenta un día que siempre me sentía mucho más en sintonía con este profundo sentido de paz antes de entrar en una clase de meditación o de enseñanza, que cuando estaba sentado en el cojín o escuchando teorías complejas de diferentes niveles de evolución espiritual o desarrollo personal.
Gradualmente me di cuenta de que no importaba lo que hiciera, escuchara o lograra, siempre regresaba a donde siempre estaba de todos modos. Como dice el famoso refrán : "Donde quiera que vayas, ahí estás."
Este comenzó a ser más palpable y por un tiempo dio lugar a un estado de conflicto: "¿Debo confiar en esta presencia natural, o debo confiar en estos maestros y en esta demente comprensión conceptual que he reunido en mi mente que me dice que logre todo tipo de estados y experiencias?"
Un cambio de lealtad