viernes, 1 de septiembre de 2017

No es cuando tú quieras, es cuando te toca


Es prácticamente imposible vivir sin planificar, sin buscar esa seguridad necesaria para cada ser humano, no solo desde el ámbito material, sino desde la esencia humana, de la luz, del progreso y de la plenitud como seres creadores que somos.


Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad. Friedrich Nietzsche


Qué difícil resulta aceptar, darse cuenta de manera consciente que todo tiene un espacio, lugar y tiempo, que está medido y pesado y que no se trata de exigir porque creemos merecer, sino de ser pacientes y saber esperar nuestro momento.

Cuando hacemos planes y nos proyectamos, se inicia una espera inconsciente, de aquello que ideamos para nuestro futuro cercano o lejano, unas vacaciones, un empleo, una acción o decisión importante para nuestra vida, la adquisición de algún bien o cualquier otra cosa que ideamos. Comenzamos a esperar, que se concrete, que se logre, que podamos disfrutar de lo que nos planteamos.

Estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida. Arthur Schnitzler


Cuando nos enamoramos de manera inesperada, nos sorprenden gratamente, nos llegan cosas que no esperábamos, disfrutamos de una manera excepcional lo que estamos experimentando, esto ocurre porque no nos hicimos expectativas previas, simplemente sucedió y nos tocó vivirlo, por lo que todo nos resulta nuevo y excitante.

Debemos hacer un esfuerzo por dejar de adelantarnos a las cosas, de suponer, de comparar y de tratar de controlarlo todo, debemos dejar un espacio para la sorpresa, el misterio y la fluidez natural de las cosas. Pretender que todo ocurra como y cuando lo queremos, nos agotará inevitablemente y no ayudará a entender lo que nos toca, que es donde radica el verdadero provecho de lo que se vive, las cosas llegan cuando estamos preparados para recibirlas, aunque nos parezca lo contrario.


El que esperar puede, alcanza lo que quiere. Anónimo

CÓMO SUPERAR EL MIEDO A LO DESCONOCIDO SEGÚN UN MONJE BUDISTA


LA COMPASIÓN ES EL ANTÍDOTO AL MIEDO, Y EL KARMA UN MÉTODO PARA COMPRENDER SU EFECTIVIDAD

Hemos sido testigos y víctimas de cómo el miedo provoca atentados, guerras, actos de intolerancia, discriminación, matanzas, acosos, violencia. Hemos vivido la apabullante reacción del miedo: inmediata, torpe, autodestructiva. Hemos abrazado al miedo como un único modo de vida, olvidando que es tan sólo una alternativa de supervivencia. Hemos sufrido el miedo.

Para Gyalwang Drukpa, director de la Drukpa School of Tibetan Buddhism, el miedo en la actualidad navega entre elementos extremistas, inestabilidad geopolítica y recursos naturales limitados; entre las comparaciones, las inseguridades y la envidia. Sin embargo, ¿cómo combatir el miedo que destruye todo lo bueno que hay en el mundo? La respuesta reside, según Drukpa, en la compasión. 

La compasión es el antídoto al miedo, y el karma un método para comprender su efectividad. Drukpa explica que el karma no es un destino predeterminado ni la aceptación de la injusticia o inequidad, sino el fenómeno de la naturaleza de la causa y el efecto: “El karma significa empoderamiento, y puede ser parte de la solución. El karma nos da un método para combatir miedo, terror, injusticia e inequidad. El karma significa que no estamos definidos por una situación, sino por las decisiones que realizamos”.

Esta idea abre la posibilidad de que un individuo no sólo elija el coraje y la compasión –en vez del miedo y el odio; también reduce la expectativa y la pasividad de que los líderes o gobernadores establezcan la paz. Es decir que una persona, como el lector mismo, puede “construir paz, y es fuerte, es duradera y es genuina”, pero requiere acciones, “un verdadero sentido de urgencia, coraje y mucho trabajo duro”. Porque, para Drukpa:

La paz significa que cada uno de nosotros tiene una obligación de construir un entendimiento mutuo y una obligación a rechazar el miedo. La paz nos requiere no sólo aceptar, sino celebrar las diferencias entre nosotros. El miedo necesita que rechacemos las diferencias. La paz nos motiva a aprehender las diferencias.

jueves, 31 de agosto de 2017

La mejor cura para el cuerpo, es saber curar el alma


Muchas veces nos vemos afligidos de salud, nuestro cuerpo, compañero e instrumento de lucha en la vida, nos comienza a mostrar síntomas de que no se encuentra bien, de que requiere algún tipo de atención, por ello, ante las manifestaciones del cuerpo, menester es saber escuchar, pues si bien, algo puede estar fallando o verse afectado, algunas veces no encontramos la cura tan fácilmente.


Me llamas tu vida, llámame tu alma;
porque el alma es inmortal, y la vida es un día. 
Paul Charles Bourget


Así que toca revisar la mente, los pensamientos, las angustias y las decisiones que tomamos en la vida, conviene ver el alma, buscar dentro de nosotros, aquello que nos está generando una alerta a través de nuestra salud. El alma alberga todo, cada pensamiento, sentimiento y percepción de la vida, queda grabado en ella cada acción, cuál cera, donde todo lo que nos llega anida su recuerdo vivamente en el alma.

Además de ello, están los instintos, que se albergan en nuestra alma, que se activan ante los sucesos que nos tocan en la vida o que bien van manifestándose de distintas maneras y finalmente, están aquellas cargas que sumamos a nuestro equipaje en el viaje de la vida, con o sin intención, en la vida cada persona que se presenta deja una enseñanza y no parte de nuestra vida hasta que la hemos aprendido, pues en este transcurso las emociones se van haciendo sentimiento, en tanto son positivas, excelente, pero es prácticamente inevitable, no tomar también, emociones y sentimientos tóxicos y por ende negativos, que más que sumar, restan a nuestra persona, y la salud es un reflejo de ello.



¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma? Blaise Pascal


Existen enfermedades de las cuales no nos podemos librar de manera tan simple, aunque recurrimos a muchos remedios y alternativas, no se marchan, el mal persiste, entonces nos preguntamos ¿Qué pasa con nuestro cuerpo? cuando en realidad se trata del alma y lo que no logramos sanar en ella.

Es necesario que aprendamos a conocernos, sin temor y sin prejuicios, revisar cada pensamiento de nuestra mente y sentir como se manifiesta, que oculta nuestra alma, a donde nos lleva el recorrido de aquello que nos estamos permitiendo vivir.

Entre ser feliz y tener razón, elijo ser feliz


La vida se basa en las elecciones en hacemos, en los caminos que tomamos y en la forma en la cual decidimos vivir. Siempre estamos eligiendo y tomando decisiones, desde las más sencillas hasta las más complejas, tenemos la facultad y la potestad de elegir, por lo que no debemos tomarnos tan a la ligera lo que hacemos, pensamos y decimos hoy, pues será lo que cultivemos para recoger mañana. ¿Has pensado en lo que vas a recoger tu?…


Todos tenemos un poder especial: la facultad de elegir. 
Og Mandino


Al momento de elegir en nuestra vida, en circunstancias importantes y significativas, siempre se eleva la razón, parece ser está la condición más lógica y coherente de la acción humana, sin embargo, no siempre las decisiones más razonables nos hacen feliz.

Entonces, entramos en el conflicto de qué es realmente lo que deberíamos hacer, lo que deberíamos elegir. Yo elegí ser feliz por sobre la razón, sin herir, sin lastimar a nadie, pero siempre enalteciendo el cuidado que debo tener conmigo mismo, resguardando mi paz y desechando todo aquello que contamina mi vida. Elijo empezar de nuevo una y otra vez de ser necesario, levantarme tantas veces como caídas tenga, esquivar y enfrentar todo aquello que me encuentre en mi camino, y más allá de todo elijo ser feliz.



No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros. Paulo Coelho


No importa que no siempre las cosas salgan como esperamos, tienes la capacidad de dejar entrar y de dejar salir de tu vida todo aquello que no necesitas o que te genera angustia, ansiedad, temores y dudas. La razón revela nuestro nivel de coherencia y nuestra felicidad manifiesta la mejor condición del ser humano.

Elige tu felicidad y aparta aquello que te lástima, actúa siempre con bondad y humildad, no juzgues jamás, tener razón no es imponer, algunas veces es preferible mantener la ignorancia para preservar la tranquilidad interior.



Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección. William James

miércoles, 30 de agosto de 2017

Y aprendí a vivir cuando entendí que la magia está en los detalles


La vida es un regalo tan hermoso, pero que podemos desperdiciar con tan facilidad, que asusta.  El estar hoy y no poder disfrutarlo porque nuestra mente raras veces hace cosas diferentes a escaparse a otro sitio o a otro tiempo, nos roba las experiencias, nos quita la posibilidad de saborear el momento, de sentir, de estar realmente.

La magia de la vida está en la forma en que la vemos, en esa manera particular de darnos cuenta de lo afortunados que somos, del milagro que somos, de todas las bendiciones que nos rodean y que nos forman. Nosotros de por sí somos un sistema perfecto, digno de admirar, por el cual debemos agradecer, mucho más allá de si estamos gorditos, si somos bajos o altos, si somos de un color u otro… Lo importante es la funcionalidad y lo esencial lo que llevamos dentro, lo que podemos dar y lo que somos capaces de recibir.


Muchos pasan la vida esperando los grandes acontecimientos, espera a ser mayores, esperan graduarse, esperan casarse, esperan tener hijos, esperan jubilarse, esperan, esperan y esperan… hasta que lo único que queda es esperar la muerte…

Así se pasan la vida a la expectativa de un acontecimiento futuro, en donde por algún motivo tienen esperanzas de cambio, porque aparte de todo, por lo general se sienten inconformes con lo que viven y lo más triste es que cuando llega eso que han esperado y no resulta como creían no les sirve de motivación para cambiar la manera de vivir las cosas, sino que el único cambio que generan en sus vidas es esperar un acontecimiento diferente.


La felicidad no se puede postergar, debemos aprender a ser felices sin importar las circunstancias, en el camino y cuando llegamos a la meta, cuando las cosas van como queremos y cuando no. Ser felices cuando todo está bien es mucho más sencillo, pero de decirlo, porque a nivel mental siempre encontramos la manera de limitar ese todo, de hallar problemas y puntos negros, encontramos la manera de sabotearnos y alejar la felicidad “sencilla”.

Cuando en las malas podemos ser felices, ahí sí es que hemos aprendido a apreciar la vida, eso significa que no importa lo que ocurra, entendemos que la felicidad está dentro de nosotros mismos, que solo depende de nosotros, de nada, ni de nadie. De esta forma entendemos que aun en los malos momentos hay cosas buenas que rescatar, pequeños milagros que agradecer, gestos que nos sacan sonrisas, abrazos que nos calientan el alma, presencias que nos dan soporte…

Quédate con esa paz que da el haber hecho lo correcto, aunque no te lo agradezcan


Muchas veces luego de haber hecho cualquier cosa que consideramos correcta, podemos caer en la tentación de arrepentirnos por la reacción o posición que otras personas adopten en relación a ello.

Debemos rescatar que cuando nosotros tomamos la decisión de actuar de una determinada manera, esto habla especialmente de nosotros y de las personas que de alguna manera han tenido influencia en nuestras vidas, pero no debemos llevar a cabo buenas acciones bajo la expectativa de que despertaremos en los demás agradecimiento, consideración, admiración o cualquier otra cosa, inclusive dependencia. El estar esperando una reacción de reconocimiento resta un tato de valor a nuestras buenas acciones.



Debemos actuar por convicción, porque sabemos que es lo correcto, debemos participar para bien en la vida de los demás porque somos capaces y queremos, porque nos sentimos cómodos aportando a la vida de alguien algo que resulte en un beneficio para su vida.

Aunque no hagamos las cosas pensando en una recompensa, el universo siempre se encarga de mantener nuestras vidas en equilibrio y nos aporta cosas muy similares a lo que nosotros damos, sin distinguir la fuente, lo cual quiere decir que el hecho de que yo entregue algo particular a alguien, no significa que ese alguien nos lo retribuirá. Así que por donde se vea, resultará enriquecedor hacer el bien, sin mirar mucho a quien, porque el universo sí lleva nuestro balance.



Hacer las cosas en armonía con nuestra consciencia, nos genera una paz y un bienestar que se convierten en estímulo, para cualquier otra oportunidad en donde tengamos la posibilidad de hacer las cosas bien, de aportar, de facilitar, de sumar a un escenario específico o la vida de alguien más.

Evidentemente el agradecimiento es fundamental en la vida del ser humano, de hecho la mejor manera de pedirle al universo es justamente agradeciendo, pero esto no debe convertirse en algo a revisar, ni evaluar en los demás, sino en nosotros mismos. Debemos ocuparnos de agradecer todo lo bueno que nos ocurre, las experiencias que nos hicieron más sabios o más fuertes, las personas que tenemos alrededor, los milagros grandes o pequeños que siempre nos rodean… Pero no preocuparnos o juzgar a quienes no tienen el hábito, aun cuando se trate de agradecer nuestras acciones.

martes, 29 de agosto de 2017

20 frases budistas para vencer el miedo


Tanto mujeres como hombres experimentan cierta presión social en un momento determinado de sus vidas. Al convertirse en adultos, las únicas palabras que escuchan de quienes los rodean son “¿Para cuándo el/la novio/a?” , “¿Para cuándo la boda?”, “¿Para cuándo los hijos?”, pero, ¿si estos no son nuestros planes a futuro? Las generaciones se han transformado con los años, así como las prioridades, las metas y el estilo de vida; sin embargo, “el qué dirán” aún prevalece.


Lo importante de la vida es prestar atención a aquello que nos saca una lágrima de felicidad y dejar de vivir los sueños de los demás. El éxito se construye desde cero, y si tus metas son por completo distintas a lo que quiere el resto, no significa que debas cambiar de dirección, sino que has elegido tu camino. No permitas que la frustración invada tu vida por no poder complacer a todos, la vida no se trata de eso, sino de viajar, trabajar en lo que te gusta, ganar dinero, conocer personas y culturas nuevas, tener tiempo para ti, aprender un idioma, disfrutar de la rutina… en fin, una vida independiente.

El tiempo y la edad son términos relativos; todo se acomoda según nuestras condiciones y nuestra historia. Cada persona es un universo distinto, por lo tanto, los eventos que experimentará no serán iguales.

Es por ello que la filosofía budista nos enseña lecciones valiosas, que nos ayudan a encontrar la felicidad de una manera más espiritual, y a través del entendimiento de las causas por las que sufrimos.

1. “Así como una serpiente muda su piel, debemos mudarnos de nuestro pasado una y otra vez”.

2. “Ustedes son la comunidad ahora. Sed una lámpara para vosotros. Sé tu refugio. No busques otra cosa. Todas las cosas deben pasar. Esfuérzate diligentemente. No te rindas”.

3. “Si quieres conocer el pasado, entonces mira tu presente que es el resultado. Si quieres conocer tu futuro mira tu presente que es la causa”.

4. “Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido, te pueden ayudar tanto como tu mente disciplinada”.

5. “Nunca veo lo que ha sido hecho; sólo veo lo que sigue sin hacerse”.

6. “El único fracaso real en la vida es no ser fiel a lo que uno sabe”.

7. “El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional”.

8. “Sólo hay dos errores que uno puede cometer a través del camino a la verdad; no avanzar todo el camino y no empezarlo”.

9. “La paz viene de dentro. No la busques fuera”.

10. “Nadie nos salva excepto nosotros. Nadie puede y nadie debería. Nosotros debemos andar el camino”.

11. “Si tiene solución, ¿por qué lloras? Si no tiene solución, ¿por qué lloras?”

LA MATERIA Y EL TIEMPO-ESPACIO SON MERAS ILUSIONES GENERADAS POR LA CONCIENCIA, EXPLICA CIENTÍFICO


EL PROFESOR DE CIENCIAS COGNITIVAS DONALD HOFFMAN EXPLICA POR QUÉ ES ALTAMENTE PROBABLE QUE LA MATERIA Y EL TIEMPO-ESPACIO SEAN SÓLO ILUSIONES FUNCIONALES PRODUCIDAS POR LA CONCIENCIA, JUSTAMENTE COMO LOS ICONOS QUE NOS AYUDAN A NAVEGAR UN PROGRAMA DE COMPUTADORA

Donald Hoffman, profesor de ciencias cognitivas de la Universidad de California en Irvine y doctor en informática y psicología por el MIT, es uno de los científicos que más han estudiado el problema mente-cuerpo o la razón por la cual la ciencia no tiene una teoría satisfactoria para explicar la conciencia. Hoffman sugiere que esto se debe a que la conciencia es fundamental, no así la materia y el tiempo-espacio (y la ciencia busca explicar la conciencia desde una perspectiva física reduccionista, lo cual la coloca en un callejón sin salida).

Hoffman sostiene que el tiempo-espacio, los campos y la materia misma son apenas manifestaciones secundarias que se producen como contenidos dependientes de la conciencia, de la misma manera que los iconos e interfaces de una computadora nos permiten interactuar con los programas pero realmente no tienen una existencia intrínseca ni reflejan una realidad subyacente. Lo que es notable de Hoffman es que tiene una hipótesis sumamente sugerente basada en la noción evolutiva de que una especie no evoluciona para percibir la realidad sino para sobrevivir y, por lo tanto, es lógico pensar que el mundo material que percibimos no es el mundo real, sino solamente un modelo funcional que genera la conciencia.

A continuación traducimos la intervención de Hoffman en la revista Edge, la cual reúne a las mejores mentes de la ciencia para responder a preguntas que considera esenciales para la discusión contemporánea:

La conciencia y sus contenidos son todo lo que existe. El espacio-tiempo, la materia y sus campos nunca han sido ciudadanos fundamentales del universo sino que han sido, desde el principio, entre los contenidos más humildes de la conciencia, dependientes de ella para su propio comienzo.

El mundo de nuestra experiencia diaria --el mundo de las mesas, sillas, estrellas y personas, con sus formas auxiliares, olores, sensaciones y sonidos-- es una interfaz, específica a la especie, de un reino mucho más complejo, cuya característica esencial es consciente. Es improbable que los contenidos de nuestra interfaz en alguna forma semejen ese reino. De hecho, la utilidad de una interfaz requiere, en general, que no lo hagan. Ya que el sentido de una interfaz, como la interfaz Windows en una computadora, es una simplificación y facilidad de uso. Hacemos clic en iconos, ya que esto es más rápido y menos propenso al error que editar megabytes de software o alternar voltajes en circuitos. Las presiones evolutivas dictan que nuestra interfaz específica a la especie, este mundo de nuestra experiencia diaria, debe de ser una radical simplificación, seleccionada no por su representación exhaustiva de la realidad sino por su mutable pragmatismo de supervivencia.

Si esto es correcto, y la conciencia es fundamental, entonces no nos debería sorprender que, pese a siglos del esfuerzo de las mentes más brillantes, no tenemos una teoría física de la conciencia, ninguna teoría que explique cómo la materia no-mental o campos o energías son o pueden causar la experiencia consciente. Existen, evidentemente, muchas propuestas sobre dónde encontrar dicha teoría --tal vez en la información, en la complejidad, en la neurobiología, en el darwinismo neural, en mecanismos discriminativos, en efectos cuánticos o en organización funcional. Pero ninguna propuesta se aproxima remotamente a los estándares de una teoría científica: precisión cuantitativa y predicción novedosa. Si la materia es uno de los productos más humildes de la conciencia, entonces debemos de esperar que la conciencia no pueda ser derivada teoréticamente de la materia. El problema cuerpo-mente será a la ontología física [o fisicalista] lo que la radiación de cuerpos negros fue a la mecánica clásica: primero una provocación para su defensa heroica, luego el origen de su sustitución final.