En verdad, no hay vida fuera del momento presente. Tarde o temprano, todos tenemos que aceptar este simple hecho.
Si quieres despertar plenamente al momento presente, y permanecer fundamentalmente arraigado en la Presencia, entonces tienes que dejar de enredarte en tu propio pasado. No es el verdadero pasado, sino el pasado memorizado, al que accedes a través de la mente cada vez que piensas. También tendrás que liberarte del futuro imaginado, que no es más que el pasado proyectado hacia adelante. Es simplemente una fantasía.
El verdadero futuro no existe en el mundo de la mente. El verdadero futuro se despliega a través del portal del momento presente, al igual que el verdadero pasado es solo accesible a través del portal del momento presente.
Para liberarte del pasado, tendrás que dar una serie de pasos.
1. Si hay sentimientos del pasado, que han estado reprimidos en tu interior, tendrás que dar a estos sentimientos la oportunidad de salir a la superficie para que se expresen de forma consciente y responsable. No tienes que intentar deshacerte de estos sentimientos, sino simplemente permitirles que se expresen. Todo lo que hay en existencia tiene el derecho a existir, incluyendo los sentimientos de necesidad, de dolor y de ira. Si les has negado el derecho a existir cuando eras joven, porque entonces eran demasiado dolorosos, o simplemente no dejaste que se expresaran, tendrán ahora que ser restaurados en el flujo de la expresión consciente que una vez se les negó.
2. El perdón es una fuerza poderosa, que puede liberar el pasado de ti y tú del pasado. Perdonar a todos los que te han lastimado y buscar el perdón de todos a los que has lastimado. El perdón debe ser auténtico. A veces, puede ocurrir que el dolor y la ira que tienes contra aquellos que te han herido, ofendido o lastimado debe experimentarse totalmente, antes de que el perdón pueda ocurrir.
3. Con algunas personas, es necesaria la sanación del pasado antes de que el perdón y la liberación puedan verdaderamente surgir. La buena noticia es que, a través del poder de la Presencia despierta, que es un estado de Unidad con Dios, la curación emocional y del alma es posible de una manera que desafía toda razón y está más allá de la creencia. Trabajando con otros, he visto a menudo que sus vidas se transformaban, mientras traíamos con éxito a la consciencia alguna experiencia traumática del pasado, ya fuera en esta vida o en alguna vida anterior, que había sido proyectada inconscientemente en, y afectado, su experiencia actual de vida.