sábado, 22 de octubre de 2016

“Los humanos están todos conectados”


“La vida es difícil, es verdad; los humanos son a menudo malvados e ingratos, eso también es verdad. 

Pero aquél que se pasea por todas partes rumiando interiormente su malhumor y su rebeldía, da pruebas de un gran egoísmo, porque pone una carga más en la espalda de los demás, que también se encuentran con las mismas dificultades. 

Cree que si no dice nada y no hace daño a nadie, su malhumor sólo le concierne a él… 

Pues bien, ¡que se desengañe! 

Los humanos están todos conectados unos con otros.

Y cuando alguien agita continuamente en su cabeza y en su corazón todas las razones que tiene para estar descontento, lo quiera o no, todo esto se refleja en aquéllos a los que frecuenta como
algo pesado, oscuro. 

Sólo aparentemente no les hace ningún daño. 

En realidad, con sus pensamientos y sus sentimientos, proyecta corrientes negativas que actúan sobre su familia, sus amigos,
la gente con la que se encuentra e incluso sobre los animales, las plantas y los objetos de su alrededor. 

Triunfamos


¿Qué estabas haciendo? ¿Me quieres acompañar? Si miras dentro de las palabras, me verás venir en un caballo alado a infundirte coraje. Hoy jugaré a ser un noble caballero de la orden sagrada del divino corazón, que por amor acude a tu encuentro para que viajemos. Este vuelo alquímico te ayudará a recordar. Le devolverá a tus ojos el brillo de tu espíritu guerrero. 

Eres luz. De pie, que falta muy poco. Internamente sabes que este juego ya lo jugamos. También sabes que triunfamos abriendo el corazón.

¿Te sorprende ver que siendo un caballero ya no lleve espada ni armadura? 

Es tiempo de paz. Este es el momento  en donde fluir, en vez de resistir, se convierte en la mejor estrategia para que la magia de la vida nos eleve con sus destellos dorados. Somos las hebras que conforman la trama por donde viaja la luz. 

Ya no más batallas, no más peleas. Conscientes de que el amor todo lo puede, es hora de sentir que estamos religados en la unidad del espíritu. Somos hermanos. Dame la mano, subí. Daremos un paseo.

¿Acaso ves que los árboles sostengan banderas? ¿Hay algún río que se ufane de ser frontera? Tampoco observamos que el viento lleve pasaporte ni escuchamos a las montañas decir: “Somos de tal país”. La naturaleza se expresa de manera unificada. 

El hombre no lo hace porque al cerrar su corazón quedó preso de la ilusión que lo muestra separado. ¿Quieres ayudarme?

La buena salud es resultado de la coherencia y el equilibrio


Varias de las medicinas complementarias o alternativas sostienen que la buena salud es fruto del equilibrio interior, más que de cualquier factor externo. Ese equilibrio, a su vez, se logra a partir de la coherencia en la forma de pensar, sentir y actuar. Todo ello se consigue cuando logran resolverse los conflictos que muchos guardamos.
Para llegar a esas conclusiones, hay ramas como la “patobiografía” que estudia el momento de la vida en que se produce una enfermedad. La Fundación Chiozza de Argentina, por ejemplo, tiene miles de casos reseñados durante 30 años. En todos ellos, logró encontrarse una relación directa entre la pérdida de la salud y algún conflicto que las personas se negaban a reconocer.
Por su parte, Enric Corbera, psicólogo español, señala que la clave para recuperar la buena salud es llegar a la “emoción oculta”. Según él, dicha emoción podría ser incluso transmitida desde una generación anterior.
Así las cosas, para tener una buena salud tenemos que indagar en nuestro interior para identificar aquellos rincones oscuros que necesitan una limpieza. La toma de consciencia se traduce en comportamientos más coherentes, es decir, más acordes con lo que realmente deseamos hacer. Finalmente, esto se proyecta como un estado de mayor equilibrio y, con ello, nuestro cuerpo se encontrará mejor.

La buena salud y la coherencia

Se habla de coherencia cuando coincide lo que sientes, con lo que piensas y haces. Ningún ser humano tiene una coherencia absoluta, pero quienes ostentan una buena salud mental sí son básicamente coherentes en los aspectos más importantes de sus vidas. Por eso no tienen que hacer un gran desgaste emocional frente a cada situación.
dientes de leon salud
Las personas coherentes suelen sentir interés por su trabajo. Buscan las compañías que les agradan y establecen relaciones en las que prima la armonía y el afecto. También son buenos negociando con las limitaciones naturales que perciben en ellos, sin caer en angustia o la desesperación. Y, como precisamente tienen esa coherencia, en general gozan de buena salud, ya que sus emociones se mueven a un ritmo que pueden controlar y del que se puden servir.
En cambio, otras personas experimentan un malestar constante por su forma de vida, pero no atinan a precisar exactamente de dónde proviene, ni tampoco hacen esfuerzos reales para superar esa inconformidad. Quisieran ser otros, o vivir de otra manera, pero no se esfuerzan realmente por hacer esos cambios.
En ese caso, cada situación puede implicar un alto grado de desgaste emocional. Si trabajan en lo que no desean, tendrán que hacer muchos esfuerzos para soportarlo. Si viven o establecen lazos en los hay un fuerte componente de daño mutuo, se verán obligados a sortear miles de dificultades a cada rato. Y así las cosas, en ese maremágnum de emociones encontradas, lo más probable es que su salud termine resintiéndose.

El equilibrio y la salud

viernes, 21 de octubre de 2016

“Un árbol”


“Un árbol es un depósito de energías que vienen de la Tierra y del Sol. 

Y es posible captar estas energías que circulan continuamente a través de él, desde las raíces a la extremidad de sus ramas. 

Os encontráis en un jardín o en un bosque.

Escoged un árbol, el más grande, el más bello, y pegaos a él poniendo vuestra mano izquierda en vuestra espalda, con la palma de la mano apoyada contra su tronco, y la palma de vuestra mano
derecha sobre vuestro plexo solar. 

Después, concentraos pidiéndole al árbol que os dé su fuerza… 

Recibís esta fuerza a través de la mano izquierda y, con la mano derecha, la vertéis en vuestro plexo solar. 

Es como una especie de transfusión de energías, como si el árbol os diese su savia.

Y cuando os sintáis recargados, dadle las gracias.

Os preguntáis cómo un árbol puede ayudaros verdaderamente…

LA REALIDAD ABSOLUTA


La Realidad Absoluta es el cuarto estado de consciencia.

Está el dormir, el sueño, y el estado de vigilia. Esa es una limitación para nosotros. Pero hay un cuarto estado, que es llamado por muchos nombres; la realidad absoluta, la conciencia pura, el nirvana, el vacío, muchos otros nombres…
La mayoría de las personas nunca llegan a ese estado en esta vida, porque no lo conocen. Están satisfechos con el dormir, la vigilia y el sueño.

Hay personas que tienen miedo de ir a otro estado porque creen que tienen que renunciar a algo. Piensan que van a perder algo si experimentan otro estado de consciencia. En realidad, no pierdes nada. El cuarto estado es simplemente consciencia expandida.

Imagina que estás mirando a través del ojo de una cerradura y todo lo que puedes ver a través del ojo de la cerradura es a alguien que es asesinado por otra persona. Ves a un hombre matar a una mujer a través del ojo de la cerradura, y todos tus conceptos giran en torno a eso. Así es como vemos el mundo, a través del ojo de una cerradura. Vemos una parte de la imagen.
Pero digamos que abres la puerta en vez de mirar por el ojo de la cerradura. Podrías mirar hacia la izquierda, y ver tal vez en una vida anterior a la mujer matando al hombre. Es a la inversa.
Ahora, en esta vida el hombre está matando a la mujer, y entenderías lo que está pasando. De ahí irías hacia adelante.

Podrías mirar a la derecha y ver que los dos están juntos de nuevo, riendo y pasando un buen rato, y te darías cuenta de que nadie ha matado y nadie ha muerto. Es todo un juego. Podrías ver el cuadro completo. Pero mientras estés mirando sólo a través del ojo de la cerradura vas a tener una visión limitada de las cosas y harás juicios parciales.
Es por esto que se nos dice que no juzguemos, porque sólo tenemos una imagen limitada.
Cada cosa que ves en tu vida, la estás mirando a través del ojo de una cerradura. Cuando despiertas, la puerta se abre. Eso es todo.
Entonces comprendes por qué todo está sucediendo, y de dónde viene.
Esta es la razón por la cual los sabios permanecen tan tranquilos y nunca reaccionan ante nada. No es porque no les importe. Ellos ven la imagen completa. La puerta se ha abierto para ellos. Y luego ven la imagen final, y se ríen de todo el juego. Porque nadie ha perdido nada y nadie ha ganado nada.

La mayoría de la gente reacciona a todo lo que oyen, ven, huelen, tocan y gustan. Siempre están enojados, siempre están enfadados porque no están consiguiendo lo que quieren. Esto es mirar a través del ojo de la cerradura.

Cuando comienzas a ir hacia adentro, cuanto te tomas tiempo para olvidarte un poco del mundo, y comienzas a preguntarte, “¿De dónde viene el mundo?” y empiezas a investigar dentro de ti mismo, “¿De dónde viene mi mundo? ¿Cómo se originó?” Al comenzar a hacer esto cada día, cada día, cada día, a medida que comienzas a cuestionarte a ti mismo, “¿Por qué he nacido? ¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy pasando por esta experiencia? ¿Quién está pasando por esta experiencia?” cuanto más lo haces, y cuanto menos reaccionas a tus condiciones, más pronto despertarás.

Así que despertar no es algo que tienes que buscar. Despertar no es algo que alguien te puede dar. Despertar es tu verdadera naturaleza. Es tu verdadero Yo. Tú ya estás despierto, pero crees que estás dormido. Crees que eres un ser humano, crees que todas tus experiencias son reales.

Y si vas un poco más alto, crees que todas tus experiencias son kármicas. Pero no hay karma, y no hay experiencias. Tú eres brillante y resplandeciente tal como eres. Pero si quieres jugar al juego del karma, puedes hacerlo. Es un juego.

Entonces, ¿de dónde viene el karma? Lo creaste con tu mente. Tú creas tu propio destino.
Y sigues regresando una y otra vez, y otra, y otra, y otra, y otra vez, teniendo todo tipo de experiencias, hasta que en un siglo a partir de ahora, o mil millones de años a partir de ahora, te cansas de jugar el juego. Y dices: “Espera un minuto. Me parece que estoy dando vueltas en círculo. ¿Alguna vez se acabará?”

Y luego, finalmente, te preguntas, “¿Para quién es el juego? ¿Quién cree en su humanidad? ¿Quién cree en sus experiencias ? ¿Quién es el que parece sufrir o quién es el que parece ser feliz?”
Recuerda que la felicidad humana y el sufrimiento humano son dos caras de la misma moneda. No hay ninguna diferencia. (Ley Universal de polaridad: cada cosa son polos opuestos de una misma cosa). Uno se cansa de todo el asunto. Así que te planteas la pregunta, “¿Para quién es este karma? ¿Para quién es este mundo? ¿Para quién es este juego? ¿Quién tiene que pasar por estas cosas?”…
Pero en vez de hacer esto la mayoría de la gente va a los psiquiatras, a los psicólogos, a los predicadores, a los sacerdotes y demás, a buscar respuestas. Estamos buscando respuestas por medios externos, y nunca puedes obtener una respuesta a tus problemas o cualquier cosa del mundo, porque el mundo cambia continuamente. Una vez la respuesta puede ser de una manera y en otro momento la respuesta puede ser de otra manera, según las circunstancias, dependiendo del momento.
La verdadera respuesta está dentro de ti mismo. La solución está dentro de ti. Sin embargo lo haces incorrectamente cuando estás tratando de resolver un problema con otro problema, que es tu mente.
No puedes utilizar tu mente para resolver un problema, porque para empezar tu mente es la causa del problema. Y no puedes pedir a nadie más la solución, ya que están utilizando su mente para darte la solución de lo que ellos piensan que es correcto.

La respuesta por supuesto es conocer tu Ser. Cuando enfocas la atención en el Ser, el problema se resuelve automáticamente. ¿Cómo enfocas tu atención en el Ser?  Preguntándote “¿Qué soy yo?” o “¿Quién soy yo?”

RELAJA LA MENTE EN EL AGUA


Piensa en un lugar que te permita relajarte durante unos minutos pero que a la vez te revitalice. Un lugar donde recargar energías, donde apartarte del bullicio durante unos momentos, un lugar que te permita eliminar tensiones y relajar el cuerpo pero que a la vez renueve tus energías. ¿Qué lugar sería el ideal para ti? ¿Dónde buscarías ese momento de relax?. Lo cierto es que hay una opción ideal que logra todo eso y mucho más: darse un baño relajante.

La ducha es una de las maneras más sencillas, eficaces y rápidas de relajar el cuerpo y la mente, a la vez que sirve para recargar energías. Pero aunque son muchos quienes se dan una ducha o un baño con la intención de relajarse, pocas veces se relaciona directamente con el descanso de la mente.

¿Te ocurre lo mismo? ¿Te gustaría saber cómo aprovechar algo que tenemos tan a mano como la ducha para lograr desconectar tus pensamientos y relajar mente y cuerpo?.

Los beneficios de meditar en el agua

Nos duchamos por higiene, pero muchas veces también aprovechamos esos momentos de intimidad para evadirnos del estrés del día a día y tener unos minutos para nosotros mismos. Y es que lo cierto es que el agua ofrece tantos beneficios que resultaría ilógico pasarlos por alto.

En primer lugar, recuerda que el 70% de tu cuerpo es agua. ¿Qué esperar entonces del contacto del agua sobre nuestro cuerpo?. Un buen baño logra relajarnos gracias al sonido del agua, pero también nos motiva, inspira, y da claridad a las ideas. Además, es un buenestimulante emocional.

Cuando necesites relajarte, evadirte de la realidad durante unos minutos o recargar pilas. Intenta darte un baño relajante. ¡Resulta increíble lo mucho que puede hacer por ti!. Pero aun así, debes tener presente que no es un sustituto de la meditación, sino más bien un agradable complemento para que lo sumes a tus hábitos de relajación.

Ten en cuenta que la meditación no solamente relaja, sino que ayuda a desarrollar la intuición, aumenta la creatividad, mejora la salud física y emocional, te conecta con tu yo interior y te sirve de trampolín para alcanzar la vida que quieres.

Pero, ¿y si a todo eso le sumaras además los increíbles beneficios del agua?. Piensa por un momento que palabras como estrés, tensión y fatiga desaparecen con el agua que resbala por tu cuerpo. Y todo eso para dejar paso a sensaciones mucho más agradables como paz, armonía y bienestar. Miles de personas usan la ducha para evadirse de la realidad. Ahora, puedes usar también ese poderoso elemento de la naturaleza para relajar tu mente y estar como nuevo.

Ducha: ¿en la mañana o de noche?

Hay quien se ducha todas las mañanas, y lo cierto es que es ideal para aquellas personas que suelen empezar el día con pereza y dificultades para coger el ritmo a la rutina. En cambio, hay quien prefiere la noche para disfrutar de una ducha, lo que es excelente para quienes terminan el día cansados, agotados y con estrés acumulado. Una ducha por la mañana activa, y por la noche relaja e incluso favorece el descanso y el sueño.

Pero además de todo eso, lo cierto es que muchas veces al entrar en contacto con el agua dejamos volar nuestros pensamientos y hacemos listas mentales de todo lo que ya hicimos o de lo que nos queda por hacer.

La ducha es el momento ideal para todo eso si así lo creemos oportuno, pero también es muy reconfortante dedicar unos minutos al sonido del agua y a no pensar en nada. Eso relaja, activa, ayuda a la mente y repercute en el cuerpo.

Ejercicio de relajación en el agua

¿Quieres probar los beneficios del agua? Te compartimos un sencillo y práctico ejercicio de meditación para que tu bienestar sea todavía mayor.

1. No importa si prefieres una ducha reconfortante ya sea caliente, templada o fría; o si por el contrario eres de los que se decanta por un baño espumoso donde el sonido de las burbujas sea el único capaz de romper el silencio. Sea cual sea tu caso: crea un spa a tu gusto, apaga las luces o disminuye su intensidad, coloca alguna vela si te gustan, escucha música relajante si lo prefieres, elige la temperatura ideal… ¡y olvídate del tiempo!

2. Mientras te desvistes y esperas a que el agua esté a la temperatura ideal para ti, toma respiraciones profundas y largas. Concéntrate en respirar y exhalar, eso te ayudará a reducir la velocidad de tu mente y calmará tus pensamientos.

jueves, 20 de octubre de 2016

“Alegrarse ante el éxito y la felicidad de los demás”


“La facultad que tenéis de alegraros por todo lo bueno que les sucede a los demás, es un indicador de vuestra evolución. 

Porque generalmente, hay que reconocerlo, es difícil alegrarse de los éxitos y la felicidad de los demás, y con mayor motivo si triunfan allí donde nosotros mismos fracasamos. 

En cambio, cuando se les ve desdichados, entonces se despiertan los buenos sentimientos, la piedad, la compasión, la necesidad de consolarles, de ayudarles. 

Pues sí, frente a los accidentes y las enfermedades graves, cuando los demás no pueden ya hacerles sombra, los humanos se vuelven naturalmente más comprensivos, más benévolos, sin ni siquiera esforzarse.

Son pues vuestras reacciones ante el éxito y la felicidad de los demás lo que debéis estudiar. 

Cada Experiencia comienza en la Conciencia


La conciencia es el trasfondo abierto en el que aparecen todas las percepciones que conocemos. La conciencia está siempre aquí, independientemente de cómo nos sintamos o lo que podamos estar pensando.

El hecho de que la Conciencia está siempre aquí en la misma raíz de todas nuestras experiencias, hace que valga la pena conocer más acerca de ella. El hecho de que siempre está presente en cada una de nuestras experiencias, indica que hay una estabilidad dentro de nosotros que podríamos haber estado perdiendo en el caos de la vida cotidiana y en el hábito de la constante narración de historias.

Con el fin de familiarizarnos con esta estabilidad pacífica que está en la raíz de todas nuestras experiencias, podemos comprometernos a reconocer la conciencia que verdaderamente está presente en todo tipo de experiencias y situaciones. Consecuentemente nos confirmamos a nosotros mismos lo que ya siempre es/está aquí.

La atención relajada revela la presencia natural de la conciencia.

¿Cómo Reconocer la Conciencia?

En pocas palabras: Simplemente observa que algo está leyendo este texto ahora. Esto es generalmente un poco más fácil al principio cuando relajamos nuestras historias acerca de todo. Cuando nos relajamos, por lo general podemos notar la presencia de la conciencia con toda naturalidad. Nos damos cuenta de que hay algo todavía presente. De hecho, nos damos cuenta de que la vida sigue viviendo. O se podría decir: que todavía estamos presentes. No necesariamente como una historia, idea o personalidad, sino que una presencia natural está siempre aquí.

A partir de este simple reconocimiento inicial seguimos avanzando. Cada vez más empezamos a reconocer el hecho de que estamos presentes como conciencia. En otros términos: nos acostumbramos a confirmarnos a nosotros mismos que esta presencia está constantemente aquí, sin tener en cuenta la situación de cualquier momento determinado.

Cuanto más lo hacemos, más fácil y obvio se vuelve. Incluso en situaciones en las que no nos sentimos relajados, podemos empezar observando que también estamos presentes como conciencia.

Se descubrirá que esta misma conciencia no se ve afectada por los pensamientos y emociones que rigen nuestra experiencia de vida. La conciencia está siempre aquí como la presencia abierta que es consciente de todo lo que está sucediendo dentro de su propia presencia.

Incluso podemos comenzar observando que aún cuando nos sentimos deprimidos o muy felices, "eso que conoce" que estamos teniendo esta sensación de depresión o felicidad, ¡no es en sí mismo afectado! Las experiencias cambian, pero el conocimiento de ellas, es siempre libre, claro y estable.

La conciencia es la gran estabilidad que subyace en cada momento. Estamos aquí para ayudarnos unos a otros a descubrir esto en su totalidad.


Cada Experiencia comienza ya con la Conciencia Perfecta

Cada vez que tenemos un pensamiento, hay algo que conoce el pensamiento. Este algo puede ser descrito como apertura, espaciosidad, presencia, cognición, o conciencia. La conciencia es abierta, espaciosa y libre. No se ve afectada por todo lo que se expresa en su ámbito.

A menudo tenemos pensamientos que proyectan algún logro o esfuerzo para nosotros, que dicen: "Tenemos que ser más conscientes, tenemos que meditar más para alcanzar la Conciencia Libre".

Cada vez que sentimos que tales pensamientos y frustraciones nos molestan porque no sentimos ningún alivio o conectividad con lo que somos en este momento, podemos empezar viendo cómo el mismo pensamiento que afirma: "todavía no estamos completos y tenemos que hacer algo para verlo de nuevo", no es más que un pensamiento que surge dentro de esa conciencia ya presente. Porque, ¿quién o qué es lo que ya está viendo toda la idea que dice "primero debes hacer algo para verlo de nuevo"? ¡ELLO mismo! De forma natural y sin esfuerzo.

Los pensamientos a menudo nos engañan. Nos dicen que encontremos algo en algún lugar o en algún momento, pero lo que estamos buscando en última instancia (Paz, Amor y Bienestar, Satisfacción) ya está aquí como el propio tejido abierto de estos pensamientos.

La conciencia ya está aquí e incluye esa noción de que nosotros tenemos que ser más conscientes. Eso es sólo un pensamiento dentro de la ya conciencia pura. Así que eso que estamos buscando, sabe cuándo estamos buscando. Lo que estamos tratando de alcanzar, es eso que incluye la idea de "nosotros" tratando de alcanzar algo.

Al igual que los planetas existen sólo en el espacio, así también los pensamientos e ideas acerca de lo que somos o que deberíamos tratar de llegar a ser existen puramente en el espacio de la conciencia consciente.

Cuando reconocemos esta espaciosidad en la que todo aparece, una y otra vez, veremos que todo lo que –a través de nuestro pensar– nos motiva a lograr, se inicia en la conciencia. Es la conciencia la que ve ese mismo pensamiento.

De esta manera, podemos gradualmente, o en algunos casos muy de repente, dejar de lado nuestra creencia en la historia de estos pensamientos. Empezamos a confiar más en la conciencia, y menos en las historias e ideas.

Siempre que no estamos interesados en lo que la historia tiene que contarnos, no tiene poder sobre nosotros.