Una comprensión final
"Una invisible y sutil esencia es el espíritu de todo el universo. Eso es la realidad. Eso es la verdad. Tú eres Eso."
Chandogya Upanishad
El conocimiento expresado de forma tan directa en esta célebre frase (mahavakya) de los Upanishad: Tú eres Eso, se ha ido transmitiendo en diversas culturas, desde tiempos muy remotos, siempre señalando, de modos diferentes, que verdaderamente somos Eso, la unicidad, la sola esencia, el uno sin segundo. Yo, tú, aquello, todo es Eso...Y Eso que se señala no es un concepto más. En nosotros se hace patente como una realidad en esta sensación de presencia consciente que somos, que todo lo abarca, en la que todo surge. Es un constante ser pero al mismo tiempo es un constante conocer. Es inefable, insondable, pura consciencia sin esfuerzo ni elección. La investigación en ese yo que creemos ser, la comprensión de que ese "yo soy" está en el mundo pero es la llave que abre la puerta fuera de él, la puerta de la unicidad y de lo eterno, constituye el corazón de este mensaje.
Aún adivinándose en la esencia de todas las principales tradiciones religiosas y aún habiendo sido intuido por muchos grandes pensadores, este no ha sido nunca un conocimiento mayoritario. Aún estando abierto a todos, no a todos interesa... Realmente podría decirse que es un conocimiento de muy poca utilidad, teniendo en cuenta las cosas que habitualmente solemos andar buscando... No da para mucho. Es simplemente un conocimiento final. Pero cuando se comprende, uno se da cuenta de que todas las otras búsquedas eran también una búsqueda de Eso.
Hay un sinfín de prácticas y mensajes que parecen tener ecos de este conocimiento. Se centran en ayudarnos a vivir más saludablemente, en purificarnos, en relajarnos, en hacernos meditar o vivir con más atención etc., nada de esto tiene realmente que ver con la comprensión de la que estoy hablando. Hay incluso quienes aparentemente comparten este mismo mensaje, pero entremezclado con tantos conceptos extraños e inútiles y tanta acumulación de tópicos, que uno no puede sino dudar de la real comprensión del que lo transmite... Nos auguran un futuro más espiritual para la humanidad o nos instan a esforzarnos en permanecer en la presencia, en el ahora o un montón de majaderías similares... Todo esto también se aleja irremediablemente del prístino conocimiento que estamos señalando y entra por completo en el terreno de las terapias, yogas y otros caminos de realización personal. Todos estos sistemas continúan siendo como sueños en los que se sueña con una perfección y un despertar. En el mensaje del que hablo no hay tantos adornos ni matices.
Más allá de él no hay nada más y en él no podemos hacer ni no hacer nada... Sin embargo, si estamos imantados hacia él, es sencillo. Siempre termina encontrándonos y desplegándose en nosotros. Cuando esto sucede, ya no nos abandona jamás y aún continuando después el mundo igual, nada vuelve a ser lo mismo. Todo ya es adecuado. Es una comprensión final, misteriosamente insondable y maravillosa.
Tú eres eso
Desde el punto de referencia de la consciencia relativa, yo y el mundo estamos separados. Consciencia y existencia son diferentes. Algo puede existir independientemente de que tengamos consciencia de ello. De esta manera, despertamos cada mañana a un mundo en el que nos sucederán un montón de cosas y haremos otras tantas... Esta es la vida y su apariencia habitual. Sin embargo, desde el punto de vista de la pura consciencia, el cuerpo y el mundo (a través de él) surgen en ti cada mañana. Esta es la realidad y no a la inversa. Podríamos decir que todo acontece y se despliega a lo largo del día en ese espacio despierto que somos. Todo le debe su realidad a esa Realidad. Como las imágenes en el espejo... ¿Son reales? ¿Son ilusiones? ¿Podrían existir sin el espejo?...
A este estar despierto, a esta básica sensación de ser y conocer, a esta presencia consciente yo la estoy llamando pura consciencia, pero es simplemente un concepto, un nombre más. En realidad es algo completamente indefinible.
Conceptos como Dios o divinidad están ya tan sobrecargados con significados y tienen para nosotros tantas y tan diversas connotaciones, que es muy difícil utilizarlos con claridad en este tema y, aunque son fundamentales, me parece mejor limitarlos al terreno de la devoción personal. Hay un momento en que las dos vías tradicionales que nos enseñan Eso: el conocimiento y la devoción, se armonizan, y ya estas dos inclinaciones aparentemente contradictorias no nos causan problemas. En ese momento, conceptos en principio duales como Dios etc. adquieren un significado nuevo e incluso pueden ayudarnos también a señalar lo no-dual.
Como todo lo que digamos estará siempre en el terreno conceptual y dual, una libre expresión de este conocimiento, será necesariamente contradictoria en algunos aspectos... El fundamentalismo en no-dualidad, lo único que manifiesta es un regreso a la mente y a la rigidez de los conceptos. Todo puede valer para señalar hacia nuestra verdadera naturaleza... Esta pura consciencia de la que hablamos, ha sido representada por muchos nombres y metáforas, según las preferencias de la época. Aun siendo muy sutil, está siempre a mano para ser degustada por los que la conocen y valoran. No es algo abstracto y neutro... ¿No puedes ver en este mismo momento, que la presencia consciente que eres, es una totalidad, por sí misma luminosa y viva?...
Sin embargo, como no es una cosa y sólo es una nada para el pensamiento, mejor no decir más sobre ella. Las consecuencias para nosotros de este Eso de los Upanishads o de esta "vacuidad cognoscente" del budismo, se podrían resumir en una sola frase: Este universo se resuelve a sí mismo. No hay, ni nunca hubo, una entidad, persona, ego o como se quiera llamar que sea real e independiente. Todo lo que creemos ser puede ir objetivándose hasta que sólo queda necesariamente el sujeto absoluto que es la pura consciencia.
Eso actúa y vive en nosotros, a través de nosotros y como nosotros. No hay nada más. Eso es todo. Desde nuestro punto de referencia limitado y condicionado todo parece incierto y caótico... Pero, ese mismo punto de referencia ¿No es una apariencia más en Eso? ¿Podremos fiarnos de sus conclusiones? Este cuerpo y mente son un conjunto más de pautas y ritmos determinados igual que una flor o un remolino en un arroyo... Cuando pensamos en nosotros y nos vemos como un yo en el mundo, no nos damos cuenta de que realmente sólo de vez en cuando a lo largo del día nos vemos así. El resto del tiempo todo ha sido verdaderamente como un río de experiencias y de vida impersonal que se ha ido desplegando y resolviendo por sí mismo... Ves constantemente antes del "yo veo", oyes constantemente antes del "yo oigo", haces constantemente antes del "yo hago"...
Este pensamiento que etiqueta algunas sensaciones o pensamientos o acciones, este punto de referencia que se va construyendo sobre la experiencia impersonal, es hasta un cierto límite necesario en el vivir, pero es también la puerta abierta al engaño. En cualquier caso, toda la belleza, la gracia, el amor y el poder de este gran universo, de esta vida, tiene un solo origen y un ser... Es un inefable océano de pura consciencia, aunque los requisitos de nuestro pensamiento nos induzcan a personalizar, más bien, todas esas cualidades.
Muchos dirán que este puro ser o conocer del que estoy hablando, está sólo en nuestra cabeza y que tendrá un final con este cuerpo y esta mente... Pero incluso esta misma afirmación ¿podría concebirse y formularse sin la consciencia? ¿Dónde aparecen tanto el cuerpo como los pensamientos?... ¿Qué los ilumina?... Es inconcebible algo fuera de Eso. Incluso la inconsciencia absoluta nos es inconcebible porque sólo es un concepto dentro de esta consciente y constante realidad. Que desaparecemos en una nada tras la muerte y todo lo que ese planteamiento implica: realidad del yo, del mundo, del tiempo etc. es una teoría exotérica o una explicación tan fantástica como la del cielo y el infierno o la de la reencarnación, pero careciendo del consuelo moral de estas últimas.
Este modelo determinado se romperá y se reabsorberá nuevamente en su origen, pero donde este modelo se está manifestando, lo que le hace vivir y conocer ¿tiene algo que ver con el tiempo? Los Upanishads muy bellamente señalan que el hombre sumido en el sueño profundo (o en éxtasis o samadhi) está "perdido en Sí-Mismo". La reflexión y la intuición sobre qué somos durante lo que son llamados tradicionalmente los tres estados de consciencia (vigilia, sueño y sueño profundo o sin sueños) pueden también ayudarnos mucho en esta comprensión de la vida y la muerte.
Cuando esta más alta realidad es reconocida como siendo la base inmutable de los tres estados de consciencia, podemos sondear que no puede haber real nacimiento ni muerte, ni principio ni fin en lo que somos. Por propia experiencia, si tratamos de recordar el principio de este "yo soy", no podemos acordarnos... Si pensamos en su final, sólo podremos hacerlo desde una suposición y con la ayuda de la imaginación... No hay más realidad que esta constantemente presente pura consciencia sin esfuerzo ni elección. La realidad de la vida (vigilia) es similar a la de un sueño. También los sueños son "reales" durante el soñar aunque ahora nos parezcan breves locuras. Todo son fenómenos y apariencias, pautas y ritmos... yo no estoy excluido de Eso. Soy una apariencia más en Eso...
"...desde Brahma a la brizna de hierba..."
La comprensión es todo