miércoles, 6 de junio de 2012

La conciencia afecta la materia, el observador afecta lo observado. Experimento así lo demuestra


Las implicaciones son inmensas, aunque nunca saldrá en el noticiario de la noche
Nuevo experimento realizado por el Dr. Dean Radin sugiere que no existe una realidad independiente de su observación; aparentemente la conciencia actúa sobre las partículas subatómicas, modificando sus estados cuánticos
En el centro del misterio que representa la física cuántica esta la posible interferencia del acto de observar en los resultados de un experimento, como si de alguna forma la conciencia estuviera influyendo en un fenómeno que en apariencia debiera ser independiente, o hasta pudiera estarse creando ese fenómeno con el mero acto de observar. Ocurre que al hacer una medición de un sistema de partículas subatómicas la función de onda varía instantáneamente, y no sólo en la región de la medida sino en cualquier otra por muy distante que esté.
Existe enorme polémica entre los físicos sobre esta teoría de la participación de la conciencia en un fenómeno material; mientras que aquellos más ajustados al paradigma clásico rechazan dicha influencia, una corriente identificada dentro de la Interpretación de Copenhague considera plausible que el colapso de la función de onda de un electrón esté determinado por la acción de una conciencia.
Recordamos a Dean Radin por su participación en el Global Consciousness Project de la Universidad de Princeton, el cual justamente mide, con enorme elegancia, la capacidad de la conciencia colectiva de modficar un aparato de medición y por lo tanto de manifestarse materialmente, así como por su trabajoestudiando la telepatía. Este maverick de las fronteras de la ciencia ha realizado un nuevo experimento en conjunto con una serie de científicos del Noetics Institute, publicado en Physics Essays, el cual sugiere que la conciencia afecta la medición de un fenómeno.
Se realizó un experimento de doble rendija (o experimento de Young, famoso por haber revelado la dualidad onda corpúsculo de la luz). “Se predijo que la proporción del patrón de interferencia de la energía espectral de la doble rendija en relación  a la energía espectral de una sola rendija disminuiría cuando se enfocaba la atención a la doble rendija en comparación a cuando no se dirigía la atención”. El experimento constó de 250 sesiones con 137 personas que enfocaron su atención a las rendijas por las que atravesaban fotones. Se diferenciaron intervalos de tiempo en los que se dirigió esta atención y en los que no se dirigió atención. Radin dice que, mientras que se erradicaron todo tipo de variables que podrían influir en el experimento, factores asociados a la conciencia, como experiencia meditando, apertura emocional y otros factores psicológicos “correlacionaron significativamente con las perturbaciones del patrón de interferencia de la doble rendija”. Eso parece ser “consistente con la interpretación relacionada a la conciencia en el problema de medición cuántica”.
El experimento puede ser consultado a fondo aquí. Todo parece haberse hecho conforme al más estricto método científico. Las implicaciones son inmensas, aunque nunca saldrá en el noticiario de la noche. Dice Radin en la introducción a su experimento:
La medición cuántica es un problema ya que viola la doctrina comúnmente aceptada del realismo, que asume que el mundo en general es independiente de la observación. El conflicto entre el realismo ingenuo y lo que implica el problema de medición cuántica obligó a muchos de los pioneros de la teoría cuántica a considerar el significado de observación y medición. Algunos como Pauli, Jordan y Wigner creyeron que algún aspecto de la conciencia –refiriéndose a capacidades mentales como la atención, la alerta y la intención– eran indispensables para entender la medición cuántica. Jordan escribió: “Las observaciones no sólo perturban lo medido, lo producen…  Provocamos que el electrón asuma cierta posición definida. Nosotros mismos producimos el resultado de la medición”.
Esto evidentemente es algo que la ciencia instintivamente rehuye, puesto que pone en entredicho sus fundamentos: refuta la existencia de una realidad objetiva. Y aunque por años se ha querido desestimar este fenómeno como algo que sólo ocurre en el mundo fantasmagórico de las partículas subatomícas, y que no tiene ningún significado en nuestro mundo macroscópico (una especie de insignificante aberración que aún debiera ser rectificada), lo cierto es que lo que implica es consustancial a toda la existencia del universo e inescapable para cualquier formulación filosófica. ¿Como separar de nuestro sentido existencial el hecho de que todo aquello de lo que estamos compuestos, en su constituyente básico, se ve modificado por el acto de ser observado? ¿Cómo no entender entonces, como lo hiciera Robert Anton Wilson, que cualquier teoría, creencia, modelo o sistema que erigamos no es más que un producto de nuestra observación y no un reflejo de la realidad? “Cada descripción del universo es una descripción del instrumento que utilizamos para describir el universo (la mente humana)”, escribió el autor de Psicología Cuántica.
Dean Radin, junto con científicos como David Bohm o Rupert Sheldrake, manifiesta una gran valentía al investigar estos temas anatemas.  ”La noción de que la conciencia puede estar relacionada a la formación de la realidad física ha sido asociado más con la magia medieval y las ideas New-Age que con la ciencia sobria. Como resultado, es más seguro para la carrera de un científico evitar relacionarse con temas tan dudosos y subsecuentemente los experimentos que examinan  estas ideas son difíciles de encontrar en la física. De hecho el tabú es tan grande que hasta hace poco se había extendido a todo examen sobre los fundamentos de la teoría cuántica. Por más de 50 años estos experimentos se han considerado inapropiados para un investigador serio”.
Tiene cierta lógica, la espectralidad de la realidad pone en riesgo el poder casi divino que ha cobrado la ciencia en nuestra sociedad. Un poder que se ha incrementando en la medida que la magia y el arte han cedido su propio poder. La ciencia se considera el único método legítimo para acercarse al conocimiento –una reputación basada ciertamente en su capacidad de generar tecnología y manipular la naturaleza. Pero si acaso la ciencia no ha de ser cínica y rastrera entonces debería investigar, bajos sus principios, la naturaleza de la realidad sin imbuirle sus propias creencias. Ocurre justamente como en el fenómeno del colapso de onda, que al medir un fenómeno la ciencia proyecta la naturaleza de su conciencia en ese fenómeno: la realidad se convierte en una imagen de su modelo de realidad. Este es su gran poder, aunque de paso podría estar confirmando que el observador afecta lo observado. Una posible explicación, también, de por qué experimentamos más o menos la misma realidad colectivamente: un paradigma de pensamiento dominante se encumbra sobre el mundo proyectando su visión de la realidad: y eso es lo que vemos, puesto que así medimos.


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El secreto de secretos



Un video muy interesante:
"Un análisis de recientes acontecimientos y una revelación asombrosa...
El efecto del Sol sobre la desintegración radiactiva en la Tierra está relacionada con el próximo cambio en la conciencia."

Bombardeos misteriosos del Sol a la Tierra


La Tierra fue alcanzada por una potente y misteriosa oleada de radiación procedente del espacio exterior hace más de 1.200 años, informó la revista científica Nature.
Esos extraños acontecimientos cósmicos, examinados por especialistas de Japón, ocurrieron en el Siglo VIII. Según la publicación, exactamente entre los años 774 y 775 d.c. en nuestro vecindario espacial sucedió algo que provocó un bombardeo de rayos cósmicos contra la Tierra de una intensidad nunca vista.
Un equipo de especialistas de la Universidad nipona de Nagoya, dirigido por Fusa Miyake, descubrió que quedaron rastros de aquel evento en los anillos de los árboles y en sedimentaciones marítimas de todo el mundo. Analizando ese fenómeno durante años, Miyake y su equipo utilizó datos del contenido de carbono 14 (un isótopo radiactivo de carbono) y obtuvo resultados más que interesantes.
Midiendo el índice de ese elemento de dos viejos cedros en Japón, los científicos se dieron cuenta de que en los anillos correspondientes a los años 774 y 775 había un incremento del 1,2% de carbono 14 con respecto a los demás años. (Hay que tener en cuenta que la variación anual típica del carbono 14 es apenas de un 0,05%, pues ese porcentaje incrementa la norma en unas 20 veces).
“Acontecimiento cósmico muy extraño”
El trabajo del grupo de Miyake tiene por objetivo analizar dos hipótesis para este fenómeno descubierto. La primera habla de que una posible fuente de rayos cósmicos pudo haber sido causada por una explosión potente en la superficie del Sol. Es verdad, que la actividad solar varía en períodos de 11 años y que, en ocasiones, nos sorprende con intensas llamaradas cuyos efectos llegan hasta la Tierra.
Según la segunda hipótesis, un evento tan poderoso se debería a la muerte violenta de una estrella: la explosión de una supernova. “Este acontecimiento cósmico es muy extraño. Sí que podemos decir que un acontecimiento extremadamente energético sucedió en nuestro entorno espacial alrededor del año 775, sin que la causa fuera una llamarada solar o una supernova”, afirmó el investigador japonés.

Un misterio del Siglo VIII

Para complementar y desarrollar los estudios, a los investigadores de la Universidad de Nagoya les faltan testimonios documentados. Sin embargo, no hay datos sobre una erupción solar de tal intensidad. La otra posibilidad tampoco ha sido probada, ya que hasta el momento no se hallaron documentos del año 774 o 775 que reflejen un acontecimiento –el brillo de una supernova- que debió de llamar poderosamente la atención de los habitantes de la Tierra.
De ese modo, el origen del mayor bombardeo de rayos cósmicos del que se tiene noticia sigue siendo un misterio. “Con nuestros actuales conocimientos no podemos especificar la causa de ese evento”, reconoció Miyake. Para llegar al origen del fenómeno, Miyake y su equipo tendrán que seguir trabajando.

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Las Pirámides de Guiza y la Alineación de Los Planetas



Las pirámides en Egipto se encuentran exactamente de la misma manera en que tres de los planetas de nuestra galaxia estarán alineados para el 2012.
Es interesante sacar estos temas a flote para cuando te encontrás con un escéptico que cree que los egipcios solo eran cavernícolas(sic)  con piedras y ruedas cuadradas. Los misterios de las civilizaciones antiguas son maravillosos y permiten y descubriéndolos poco a poco.
Esta es una de esas curiosidades. Si uno observa a las pirámides de Guiza desde al aire, casualmente están alineadas exactamente de la misma manera en que lo estarán Saturno, Venus y Mercurio en el 2012 (calculado con softwares especializados como el Stellarum).


Esto sucederá el 3/12/12, 18 días antes del famoso y popular 21/12/12.
Como diría nuestro entrañable Jack Palance: “Aunque Ud… no lo crea”.

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La conjunción Sol-Venus, un estado de conciencia interior.

Son numerosas las personas que preguntan acerca de los movimientos planetarios de estos últimos tiempos, porque hasta los más escépticos se dan cuenta de que algo está pasando fuera de lo habitual y ahora están despertando ellos también.

Para los que estamos acostumbrados a manejar cierta información astrológica y simbológica, no deja de asombrarnos lo que está sucediendo en todo el planeta. Hay quien me comenta también, que quien se tomaba el anuncio del 2012 como una soberana tontería, empieza a ponerse serio y espantarse.

Y precisamente del miedo es de quien debemos huir, porque nos hace un flaco favor, es la energía del temor la que nos aleja del amor, y el miedo es lo que ahora mismo más nos venden, tratando de agitar las sombras, porque ya se sabe, a río revuelto, ganancia de pescadores.

Estamos ante varios acontecimientos planetarios. Por una parte, la conjunción Sol-Venus que acontece a día de hoy, (me he visto en la imposibilidad de escribir antes esta crónica), por otra la entrada de Júpiter en Géminis, (lo que desarrollaremos en un posterior artículo), coincidiendo con la presencia del Sol, Venus y el Nodo en este mismo signo.

Una conjunción, decía Kabaleb, es un aspecto semilla que moviliza las voluntades de los planetas que la forman, y que sugieren plantar las semillas de una nueva realidad, nos sugieren ponernos las pilas, activar nuestra voluntad, en aras de conseguir que, en este caso, Sol-Venus, -la conciencia de un cambio de sensibilidad-, se opere en nuestro interior. Venus en Géminis tiene el propósito de adornar con sus virtudes la exteriorización del pensamiento, buscando la manera de hablar, de expresarse con delicadeza y belleza, extrayendo del pensamiento divino la parte bella, positiva, armoniosa y amorosa. Pero es cierto también es cierto que la cuadratura que Venus forma con Marte puede impulsar a todo lo contrario, y que el medio de comunicación se impregne de violencia, y el pensamiento se engalana de mentiras, de lo erróneo y se viste con tan lindos ropajes, que parece auténtico.
Teniendo en cuenta que esta Cuadratura también se manifiesta con el Sol, estos efectos pueden dar lugar a toma de posturas enrocadas y que el proceso de transformación que nos sugieren estos astros se haga en peores situaciones. Pero sólo se manifestará el lado oscuro si nos dejamos llevar por esa clase de energías de fisión, en vez de generar armonía a nuestro alrededor, por lo tanto, la clave, el mando sigue siendo el nuestro, aunque nos empeñemos en lo contrario.

Durante la noche del 5 al 6 de junio, el tránsito de Venus por delante del Sol, cuyos efectos ya vienen notándose desde hace días, ya que cualquier tránsito importante es más fuerte cuando se llega a él, Venus superponiendo su energía al Sol, puede buscar ofuscar la conciencia, la voluntad, y que sus efectos sean como los cantos de sirenas que trataban de embaucar a Ulises en su viaje a Ítaca. Pero esta es una experiencia pasajera. Teniendo en cuenta de que Venus-Netzah, en el Árbol Cabalístico está actuando en el Mundo de Yetzirah, o Formación de la realidad, y que Venus representa los sentidos, los instintivos, los estados pasionales y también la liberación, podemos entender que todo lo que está a flor de piel queda activado por este tránsito. El Sol-Tiphereth es el máximo exponente de nuestra Yo Superior, y no va a dejarse amedrentar por Venus y ahí la lucha entre los instintos y la razón puede ser muy fuerte, ¿y quien ganará la partida?, pues nuestra parte más amorosa, si nos centramos en ello.

Desde el pasado, en la cultura maya, los chamanes nos daban claves acerca de un acontecimiento que parecía no llegar nunca y que según los cálculos sólo se produce cada 26.000 años. Este acontecimiento está previsto para el 21 de diciembre de 2012, es, como nos explican la culminación de una alineación de la Tierra con el Sol en el centro de la galaxia y que todo ello está generando emisiones súper potentes de ondas y radiaciones cósmicas de gran magnitud, hasta ahora desconocidas. Ahora, hoy ha empezado la cuenta atrás y el punto de inflexión es precisamente este tránsito venusiano que como dicen es extrañamente inusual.

Para los antiguos, cualquier eclipse era catalogado como algo de gran relevancia, generando toda clase de cataclismos. Venus, que representa la energía femenina, se asocia a todo lo interior, o sea que estas “catástrofes” son principalmente internas, y sabemos que todo lo que ocurre dentro, acaba sucediendo fuera, pero no como algo de dimensiones funestas, sino de revolución, porque lo que nos está anunciando este fenómeno no es otra cosa que cambiar de perspectiva, de sensibilidad, de forma de transmitir el amor, la ternura, el afecto, que tiene que ser integro, sincero, dejando atrás posesiones e invalidez emocional.

En 6 meses concluye un período de alineación cósmica, que culminará precisamente el 21 de diciembre de este mismo año. Lo que vaya a pasar, -lejos de alarmismos-, va a tener mucho que ver con lo que siente cada uno, de cómo percibes las cosas. Los que se apuntan al carro de lo nefasto, del miedo, del temor a lo desconocido, al reajuste, económico, social, sentimental, serán los que pueden pasarlo mal, ya que se alinearán con todo lo que representa la oscuridad. En cambio los que fomenten a su alrededor, optimismo, confianza, amor sin fisuras, estarán formateando una realidad a su imagen y semejanza. Es necesario poner mucha atención a nuestras manifestaciones personales, a cómo nos tomamos las cosas, porque de lo que se trata es de formar una gran masa crítica de almas dispuestas a apuntalar el mundo de la conciencia interior. Creer en el cambio, en nosotros, en que Venus se pone ante el Sol para rendirse a su energía de corazón y alinearse con lo más poderoso, nuestro Yo Superior o nuclear.

Las tormentas solares están siendo más fuertes que nunca y son el indicio de que nuestra propia conciencia Sol está siendo bombardeada con mucha información de difícil asimilación. Son tantas las personas que comentan, ¿qué me está sucediendo, no comprendo nada, mi vida está dando un vuelco que no puedo controlar?

Y la respuesta podría ser, vive lo que tengas que vivir sin oponer resistencia, tratando de encontrar las claves, el propósito de todo ello, porque lo tiene, y encontrarlo resulta ahora mismo de vital importancia. Podemos evitar el caos, porque nosotros somos los que tenemos las riendas. Recordemos que poseemos el libre albedrío, pero son demasiadas veces las que ignoramos que podemos cambiar el mundo. Puede que solos nos cueste un gran esfuerzo, pero todos juntos podemos, debemos. Los seres humanos disponemos de tanta luz, que no utilizada, se precipita al abismo y desde ahí vuelve a ser introducida en nuestros abismos internos en forma de energía descontrolada, y de ahí surgen las catástrofes. Reinvirtamos los mandos y la nave, nuestra nave será llevada a buen puerto, al de las estrellas.