martes, 29 de noviembre de 2016

¿Somos lo que nuestra mente piensa?


¿Somos lo que nuestra mente piensa?

Tras el éxito del libro “somos lo que comemos” te presentamos la versión psicológica: “somos lo que pensamos”. Sin duda es un título bastante sugerente y que nos invita a aprender más sobre esa relación entre los pensamientos, lo que nos sucede y la definición que tenemos de nosotros mismos. En todo esto, nuestra mente, a través del material cognitivo con el que trabaja, tiene un gran poder.

Nuestros pensamientos pueden cambiar la manera en que nos comportamos, las decisiones que tomamos y los sentimientos que experimentamos. Es decir que nos influyen mucho, más de lo que creemos.


La mente: ¿aliada o enemiga?

Todo depende. ¿De qué? ¡de lo que pensemos! Es frecuente decir “estoy cansado, no puedo aguantar más” e inmediatamente después tener ganas de echarnos a dormir tres días seguidos. No olvides que el cuerpo y el cerebro trabajan para complacerte, y especialmente el primero tiende a hacerlo a corto plazo. Sin embargo, también pueden llegar a ser una especie de genio de la lámpara que obedece sin protestar los deseos de su amo.



A diferencia de lo que creemos, no es la mente la que nos dice lo que tenemos que hacer o cómo debemos sentirnos… ¡Sino todo lo contrario! Somos los responsables de cómo nos sentimos. No podemos echar la culpa al entorno, a los políticos, a la economía o a nuestro jefe… todo reside en nuestro interior. Claro que siempre es mucho más fácil buscar el responsable en el otro o en algo ajeno. De esta manera no tenemos la posibilidad de aprender, cambiar y mejorar.


Todo está en la mente

LA LEY DE ATRACCIÓN con Emilio Carrillo


Diálogos de la ley de atracción con Emilio Carrillo , autor de libros como "El Tránsito" y "Dios" de Editorial Sirio y Francesc Prims, autor del libro "Nuevos Paradigmas" de Editorial Sirio.



LA LEY DE ATRACCIÓN - Parte 1/2 - Diálogos con Emilio Carrillo





LA LEY DE ATRACCIÓN - Parte 2/2 - Emilio Carrillo




domingo, 27 de noviembre de 2016

Yo Soy, el Yo Soy (Acción de gracias, y JESÚS EL CRISTO)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE.

Amados estudiantes de la Luz:
El pasado día de Acción de Gracias fúe uno de los días más grandes que he tenido en cien años. Ver cómo la Luz, el reconocimiento y la aceptación de la Presencia «YO SOY» está siendo recibida y utilizada por tantos estudiantes, es realmente un tiempo de alegría y de Acción de Gracias.

TE TRAIGO Amor y Saludos de los muchos que integran la Hueste Ascendida, de algunos a los que conoces, y de otros a los que ya conocerás. «YO SOY la Luz, el Camino y la Verdad»




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Manual para la Ascensión 3/12


CAPÍTULO 3 

CAMPOS DE ENERGÍA


Observen cuidadosamente el libro que están leyendo. Hay muchas clases de energía contribuyendo a la construcción de este objeto. En primer lugar, es necesario una envoltura de campo-espacio. Una onda estacionaria define este campo y literalmente hace que este espacio, en el cual existe, sea más conducente a la manifestación de la energía.

En el otro extremo de la escala, la onda estacionaria de cada átomo es un campo de aproximadamente una cien millonésima de centímetro. Millones de estos átomos constituyen las moléculas del papel y de la tinta, de nuevo conformando ondas estacionarias. Algunas quedan arregladas en forma de cadenas de celulosa y de otras substancias químicas orgánicas e inorgánicas. Sus campos, en verdad, se extienden hacia afuera hasta el infinito. Sin embargo, la envoltura en forma de libro es un área de espacio de mayor conductividad, mientras que el espacio afuera del campo del libro es menos conducente a esta energía y es así como, aunque la intensidad de la energía decae verticalmente en el límite del campo, no cesa por completo.

Dentro de la envoltura del campo generada para el libro, la energía es apoyada apenas irrumpe a través de la barrera para conformar las partículas sub-atómicas semi-físicas. Éstas se vuelven más densas para constituir los átomos del papel y de la tinta. Entonces billones de unidades de energía conscientes colaboran para manifestarse materialmente siguiendo lo visualizado por mí, por el canalizador, por el editor y, en últimas, por ti, el lector. Así pues, tú papel es tan vital como el mío para co-crear y mantener este libro. Tus ojos y tu cerebro descodifican los vibrantes patrones de la energía contenida en las distintas envolturas y, en medio de un milagro de organización, te encuentras a ti mismo leyendo este libro. Por supuesto, todo esto sucede bien lejos de tu mente consciente. ¿Cómo podrías concentrarte lo suficiente como para leer éste, o cualquier otro libro, si simultáneamente tuvieras que recordar que debes seguir pensando en su existencia?

Así pues, el libro que tienes en tus manos consiste de energía de una variedad de frecuencias que van desde aquellas que constituyen las partículas sub-atómicas hasta las ondas más grandes que definen el tamaño del papel. Y también contienen otra frecuencia: la mía. La tinta se organiza en símbolos (letras y palabras) que uso para llevarles lo que deseo decirles, y estos símbolos poseen una frecuencia característica que va mucho más allá de la misma tinta. Los procesos a través de los cuales el significado de lo que deseo decirles está codificado en estos símbolos, y los que usas para descodificarlo y extraerlo, son fenomenalmente complejos. Para ti puede ser sencillamente "leer" pero nos tomaría un volumen completo apenas comenzar a describir este proceso, suponiendo que tuviéramos un idioma para poderlo expresar. Por encima de ello, la muy alta frecuencia asociada con mi función usa la oportunidad de que estés sentado leyendo este libro para impartirte mucha más información en el interior de tus campos de la que tú conscientemente absorbes con su simple lectura.



CAMPOS FÍSICOS


Ahora, antes habíamos visto que sus cuerpos están compuestos de energía consciente que sabe que está fabricando las células de sus cuerpos. También hemos visto que esta energía posee un campo que se extiende hasta el infinito pero que su intensidad disminuye por fuera del campo de la onda estacionaria que lo contiene. Así pues, a pesar de que su nivel de energía es muy fuerte dentro de la envoltura de sus cuerpos físicos, sus campos personales se extienden mucho más lejos de la envoltura de sus pieles.

Este campo extendido es tanto un transmisor como un receptor. Con él puede usted presentir un daño potencial cercano antes de que le suceda. Lo que llamamos "instintos" son en realidad sus campos extendidos que detectan otro campo, trátese de un tigre hambriento o de un camión desbocado. De igual manera, ustedes transmiten señales de energía a través de sus campos extendidos para que las reciban los demás. De aquí nació el adagio de que el miedo es contagioso. Algunas personas son transmisores más poderosos y receptores más sensibles que otros, pero lo cierto es que todos ustedes hacen esto, sin excepción. Eso es lo que Ariel llama un "biotranductor".



CAMPOS EMOCIONALES


Vimos anteriormente que el yo-espíritu de ustedes realmente manifiesta tres campos: físico, emocional y mental. El campo emocional de ustedes está compuesto de energía que no penetra a través de la barrera física a manera de partículas sub-atómicas tal y como sí lo hace la energía del campo físico. Obviamente, interacciona con sus campos físicos porque ustedes sienten las emociones en sus cuerpos y esas emociones directamente afectan el estado de sus cuerpos físicos, para bien o para mal. Es, no obstante, un campo completamente separado, con una envoltura más grande --digamos que entre 60 y 180 cm. por encima de la superficie del perímetro del cuerpo; pero puede ser mucho mayor en algunas personas.

El cuerpo emocional de ustedes es un campo a través del cual corren las energías de unas frecuencias particulares. Ustedes mismos generan algunas de éstas, y ustedes captan otras usando sus campos a manera de antena. Así pues, pueden comunicarse una emoción en particular. Es importante que ustedes sepan, primero, cuál es la energía que ustedes mismos generan y cuál es la que ustedes captan; y, segundo, que ustedes tienen control sobre la energía que permiten entrar a su campo emocional.

Supongamos que ustedes de repente se sienten furiosos. ¿De dónde provino esta furia? Por supuesto que algo adentro de ustedes mismos pudo haberla generado, como por ejemplo, tener la expectativa de que otra persona se comportaría de determinada manera y no lo hizo, o que algo nos iba a salir de una determinada manera y no fue así; o que una situación resultase de cierta forma y no fue así. El hecho de que sus planes no les salgan como lo deseaban los lleva a sentirse inválidos y la energía de entusiasmo, que antes existía en ustedes, se ve ahogada en su campo emocional. Y al sentimiento que ustedes tienen, lo llaman enojo o furia.

Pero también la furia puede provenir de la nada, aparentemente. En estos casos ustedes bien podrían estar percibiendo la furia de alguien que simplemente está en sus campos. Esa furia no es de ustedes y ustedes pueden librarse de ella muy fácilmente haciendo girar sus campos emocionales para que se deshagan de ella como si fueran una centrífuga, declarando que ustedes desean liberar esa energía de retorno al universo. Sientan como sale de ustedes.

Descargarse de sus propias furias interiores es casi igualmente fácil. Lo primero que deben hacer, es comprender que se trata de simple energía y que a la energía le fascina moverse. Aborrece quedarse quieta. Comprendan también que esta energía no es de ustedes sino que sencillamente la han tomado prestada por un momento. Hagan girar sus campos y declárense a si mismos: "Esta furia (o miedo, o celos, etc.) no son mías ni yo soy ellas. La libero y retorno al universo".

La energía emocional no es ni buena ni mala; simplemente es. Sin embargo, ustedes pueden preferir no remover algunas frecuencias tales como el amor o la dicha de sus campos. Si una emoción se siente bien, es porque ustedes la están captando desde otra fuente: el Espíritu.



CAMPOS MENTALES

Comprender la Unidad y el Equilibrio, la búsqueda de Armonía en el todo.


Desde siempre las palabras de los iluminados como Budha o Jesús  invitan a buscar la unidad, el amor, y comprender el perfecto equilibrio de todo. Sin embargo, nosotros percibimos nuestro entorno y nos juzgamos dichosos o desdichados en comparación con el otro. Esto lleva inherentemente la idea tanto de un otro diferenciado y casi estanco, separación, así como de una realidad desequilibrada. De esta forma buscamos un equilibrio, justicia, que otorgue al uno y al otro lo que merece. Como veis, todo esto se basa en la separación y el desequilibrio manifestado en el juicio y la acción correctora.

Esta percepción de desequilibrio es cierta, tangible y honda en el ser. ¿De dónde nace? Del ego, nuestro maestro y guía personal en este juego de la separación. El ego se frustra, odia, apega, asusta… Generando en nosotros la aparente sensación de desequilibrio que nos exhorta a sumirnos en una búsqueda para erradicar lo que creemos inadecuado. Comúnmente este desequilibrio es corregido desde el ego ejecutando su don de la ilusión de control, que en otro tiempo pudo incluso tornarse en una forma de control real, pero ya decadente y expuesta en nuestros días como un recurso que vamos dejando atrás por el simple hecho de que ya lo hemos experimentado suficiente tiempo.

La ilusión del control es aquella que lleva a pensar que desde lo material podemos decidir y determinar, controlar a la postre, la realidad. Esto me lleva a eliminar un objeto que me resulta molesto o inadecuado sin darme cuenta de que su energía perdura, se mantiene, y su influencia continúa, entrando este hecho o no en mi rango de conciencia. Ejemplifiquemos para aclarar este punto. Si el gallo me molesta cada mañana con su canto el cortarle la cabeza será ejercer el don de esta ilusión. Aparentemente gozaremos de una hora más de sueño, pero esa energía que en realidad estaba en nosotros y que nos provocaba ese aparente desequilibrio perdurará.

De esta forma quizás me molestarán al mes siguiente los ladridos del perro a la hora de la siesta. ¡Y es que no dormir me pone de mal humor! Puede volver cómo el mismo objeto o con otra forma e incluso presentarse en mil aspectos diferentes cada vez, es indiferente, la energía siempre ha estado ahí, dentro de ti, sólo que al eliminar el objeto o causa aparente creemos por un tiempo habernos liberado de su influencia y cuando vuelve  a manifestarse externamente lo juzgamos desde la materia y no vemos contingencia. Lo consideramos un nuevo objeto, un nuevo estímulo, pero una misma respuesta quizás manifestada no de igual forma. En esta respuesta encontramos la contingencia al darnos cuenta de que siempre han sido nuestros sentidos los que han percibido el estímulo, nuestro corazón el que ha latido el enfado... Nosotros, en definitiva, los que hemos creado esta realidad y el displacer o negatividad que de ella emana. De esta forma, todo lo que entra en tu realidad es por el simple hecho de que está dentro de ti, es tu conciencia volcada al exterior.


Tras el velo de separación lo que no entra en nuestra conciencia simplemente no existe y lo que está fuera, lo externo, es indiferente a mi. Este mecanismo perpetúa la ilusión mientras y que el ego nos empuja a conocer, pues es ello que está en nosotros pero que aún no hemos abarcado con nuestra conciencia. Es una realidad interna de nuestro ser que aún no hemos aceptado, y por tanto, integrado. A más tardemos en hacer esto más explícita, grotesca y amenazante se tornará, sólo a fin de que la reconozcamos y reconozcamos la divinidad que hay en ella.

¿Cómo y por qué se habla pues de unidad y equilibrio? ¿Dónde están? La respuesta es que sólo existe una justicia, y es la que podríamos llamar la justicia divina o equilibrio del todo. Siempre perfecto. Esta siempre es y siempre impera. No se puede saltar, evitar ni desequilibrar. Sólo se diferencia la forma en la que esta se lleva a cabo o manifiesta.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Manual para la Ascensión 2/12


CAPÍTULO 2 

LA NATURALEZA DE LA MATERIA


Hasta ahora he señalado la diferencia entre el plano físico y las dimensiones más elevadas. En realidad, no hay diferencia porque todas las dimensiones están hechas de la misma "cosa", al igual que las siete octavas de un piano son sonido. La única diferencia es de tono o de frecuencia. En un piano, cada octava se reproduce siete veces, de manera tal que las notas individuales son simplemente armónicas más altas de las que están en las octavas más bajas.

Por otro lado, existe una gran distinción --una de estado de alerta. Supongan que tienen un defecto de audición que les permite oír sólo la octava más baja. Las notas bajas les van a sonar muy reales pero cuando las manos del pianista van hacia la derecha, verán el movimiento pero no van a escuchar nada. Ustedes se sentirán confundidos cuando la gente esté hablando de sonidos que ustedes no escucharon. Puede que hasta se pongan furiosos y acusen a los demás de estárselo inventando todo, crean que están locos, se encojan de hombros y digan "No lo entiendo"; o puede que se sientan carentes de algo cuando los demás hablen de la belleza de la Sonata Claro de Luna, por ejemplo. ¿Cómo reaccionarían si alguien les dijera que, con algo de práctica, podrían inclusive oír las notas más elevadas?

La analogía del piano es muy útil. La intención de los cinco sentidos físicos es la de detectar sólo ciertas de las octavas del universo que los rodea. Ellos pueden detectar las octavas más bajas pero no pueden detectar las más elevadas. Ustedes poseen otros sentidos, cuya intención es detectar las octavas más elevadas del universo; pero estos permanecen latentes en la mayor parte de la especie humana. Estos sentidos están trabajando permanentemente e interactúan con la energía de la frecuencia más elevada, pero su cerebro filtra y elimina esas señales. Es algo deliberado pues ustedes no podrían mantener su lúcido enfoque en el plano físico, si estuvieran bombardeados con toda la información adicional disponible en un momento dado. Imagínense estar leyendo esto y simultáneamente estar conociendo todos los posibles resultados de leerlo, tanto para ustedes, como para sus familiares y amigos; y además estar conscientes de los pensamientos y de las emociones de los que los rodean y de cómo ellos resuenan con el resto de sus encarnaciones. Incluso cuando la información no física se entromete en su conciencia y se ven forzados a reconocerlo, se obligan culturalmente a buscarle una explicación distinta.

Lo que ustedes ven como materia física no es más que simple energía perteneciente a una de las octavas más bajas, vibrando dentro de un campo especialmente creado para ese propósito. Hay muchas octavas de energía por encima de ésta, en las cuales existen otros niveles de su ser --funcionando plenamente, vivos y alerta, y realizando todo tipo de piruetas. El hacer contacto, conscientemente, con estos otros niveles del ser de ustedes, es algo muy fácil de lograr (ustedes se la pasan haciéndolo); por ejemplo, cuando creen tener una idea o cuando se ponen felices, sin una aparente razón para ello. Y, por supuesto, los sueños son sencillamente estos otros niveles de su ser en acción, trabajando o jugando. Pero no estoy hablando de los pocos y dispersos símbolos caóticos que se les quedan rondando cuando se despiertan. Estoy, sí, hablando de la creación y manipulación de la realidad, a gran escala, que ustedes realizan, cada noche, en otros niveles de sus seres. Lo que ustedes piensan que es soñar, es como quedarse mirando una casa en desorden y preguntarse qué tan buena estuvo la fiesta. Ustedes se perdieron toda la diversión y se han quedado sólo con el desorden.

Entonces, ¿cómo surge la materia física a partir esta octava de energía más baja? Los seres que crean encarnaciones físicas (y otros para quienes esa es su función) organizan unidades de energía consciente en patrones específicos, dentro de una banda de frecuencia en particular, dispuesta especialmente para tal propósito. Estos patrones constituyen cada cosa, aparentemente sólida, que ustedes conocen.

Ahora, lleguemos hasta el verdadero milagro del plano físico: la manera en que estas unidades de energía consciente surgen en el plano físico, provenientes del siguiente plano más elevado, conformando las unidades electromagnéticas básicas, que ustedes conocen como partículas sub-atómicas, los ladrillos, o bloques básicos de construcción, que ustedes han denominado electrones, protones y neutrones. Sus científicos están a punto de detectar este proceso y algunos, poseedores de imaginaciones muy fértiles, ya lo comprenden intuitivamente.

A su vez, estos bloques de construcción de energía consciente, enseguida colaboran para formar los átomos de un elemento en particular tal como el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, etc. Un átomo puede aparecer como una construcción muy sencilla --electrones que rotan alrededor de un núcleo central --y en cierto sentido, vaya que lo es. Pero por otro lado, es la cosa más compleja que hay en el plano físico. La geometría y el álgebra involucradas en el diseño de los átomos que conforman el plano físico, mantendría trabajando a la mayoría de sus computadores más gigantescos, durante siglos. La materia no se dio espontáneamente. Fue planeada cuidadosamente y debimos saber cómo se comportaría la materia en todas las circunstancias antes de que decidiéramos seguir adelante con su creación.

No piensen, ni por un instante, que el estado de conciencia que proyecta al electrón es diminuto. El electrón no es una partícula diminuta, sino un "campo de probabilidades", una parte del espacio en el cual existe el estado de conciencia, pero de una manera tan sutil que los científicos no pueden estar seguros y por ello afirman que el electrón "probablemente" existe. Ese estado de conciencia puede colaborar en innumerables campos y en innumerables universos simultáneamente.

Los átomos pueden permanecer libres o encadenarse para conformar moléculas. Las moléculas, a su vez, se unen para constituir aquella forma, determinada conjuntamente, por las unidades de energía en sí mismas y por la entidad organizadora. Los seres asumen la responsabilidad de dirigir la energía en forma de átomos o de moléculas, de acuerdo con patrones, por ejemplo, para un cristal, para una piedra, para una célula de la semilla de una planta, o para un árbol, y así sucesivamente. La lista no tiene límites, por supuesto; pero los patrones se asemejan mucho a los computadores personales: son simultáneamente programas vivos y bases de datos; y pueden almacenar vastas cantidades de información. La estructura del ADN, que existe en el corazón de cada una de las células, es una base de datos que contiene la historia de ustedes y de todas sus encarnaciones, y adicionalmente la de toda la especie.

Por ejemplo, un árbol crece bajo la guía de un ser de energía, llámenlo "espíritu de los árboles", si así lo desean, quien concibe el patrón del árbol y organiza las unidades de energía de acuerdo con ese patrón. Una vez organizada, la energía, "recuerda" su función y continuamente mantiene las partículas subatómicas, arregladas en patrones, cada vez más extensos. Cuando ustedes miran a un árbol, están realmente viendo energía pura organizada, bajo un patrón, por un ser consciente y alerta. El cerebro de ustedes descodifica este patrón de energía visual como "árbol" a través del hábito. Cuando ustedes tocan un árbol, sus manos y el árbol son dos campos de energía que se tocan; pero el sistema nervioso de ustedes junta toda esta información y descodifica el contacto, como estimulación táctil. El cerebro de ustedes, entonces, usa toda la información disponible para fabricar la construcción general que ustedes conocen como un árbol.

Si un carpintero llega y corta el árbol y usa la madera para construir una silla, altera la forma del campo más grande. Las unidades de energía consciente, que constituyen la madera, "recuerdan" su nuevo patrón y fielmente lo mantienen, hasta que algo más suceda, como por ejemplo, que la silla se queme. Entonces, la energía consciente de las moléculas de celulosa se reorganiza a sí misma bajo un nuevo patrón, como átomos libres de carbono, oxígeno y nitrógeno, por ejemplo.

Con el sólo ánimo de darles una idea de tamaño, el espacio dentro y entre estos átomos es inmenso. Si un átomo fuera del tamaño de un campo de fútbol, el núcleo sería del tamaño de la pelota de fútbol, en la mitad de la cancha. La primera fila de electrones estaría aproximadamente ubicada en donde se encuentra la primera fila de asientos y cada fila de electrones estaría separada por unas cincuenta filas de asientos. El siguiente átomo más cercano estaría como a la distancia de la ciudad vecina. Por lo tanto, cuando hablamos de materia "sólida", dista mucho de ser sólida. Y esos electrones que tú crees que son partículas diminutas, no pesan nada en absoluto. Sencillamente son paquetes de energía zumbando alrededor del núcleo a una velocidad enorme. Es su velocidad la que les da su evidente substancia, o una etapa pre-materialista, de manera similar a cómo una bala disparada produce mayor impacto que una bala simplemente arrojada.

Ni siquiera el núcleo es sólido. Él también está hecho de partículas más pequeñas (neutrones y protones), los cuales, al examinarlos de cerca, resultan también estar hechos de partículas aún más pequeñas. En este nivel, nos estamos acercando al punto en el cual la energía pura se manifiesta como aquello que ustedes creen que es materia y a los lapsos infinitesimalmente cortos que esto se demora. También estamos cerca de los límites de los instrumentos físicos. Estos pueden detectar la súbita aparición de un partícula sub-atómica pero no su transformación de hecho, a partir de la energía pura, debido a que la unidad de energía que la creó es energía no física y ésta no puede quedar registrada en instrumentos físicos.

Los físicos han concluido que la única vez que las partículas sub-atómicas son verdaderamente partículas es cuando las pueden observar; y que el resto del tiempo, ellas son ondas de energía. Entonces, los investigadores nunca pueden conocer la condición de un electrón no observado y no hay, por lo tanto, una manera para determinar la estructura básica del plano físico o para explicar cómo funciona.

A un nivel más profundo, estamos hablando de irrupciones de energía consciente hacia adentro del plano físico y luego volando alrededor a velocidades enormes, dando la apariencia de solidez, de manera similar a como las aspas de un ventilador eléctrico en movimiento aparentan ser un disco sólido. Así pues, ¿es el mundo material apenas una ilusión? Sí. Todo él está hecho de hologramas y de ondas estacionarias.

La base de toda organización de energía en materia es la onda estacionaria. Esta idea es vital para entender lo que ustedes son y cómo ustedes se manifiestan. Lo que sigue a continuación puede sonar un poco como física pero en realidad es el corazón mismo de la metafísica.



HOLOGRAMAS

Los pensamientos detruyen, pero también curan

La salud y la enfermedad se ven actualmente como un complejo equilibrio que nace de la interacción entre cuerpo y mente, entre el organismo y los pensamientos. Poco a poco vamos superando las visiones reduccionistas que le restaban importancia a la influencia del mundo subjetivo sobre nuestro cuerpo y, por lo tanto, sobre la enfermedad y la curación.
La medicina convencional paulatinamente va tomando conciencia de las limitaciones de su enfoque.El Siglo XX estuvo marcado por un paradigma en el que predominaba la idea del cuerpo-máquina. Visto a través de esta óptica, el organismo era como un aparato compuesto por distintas piezas y la enfermedad era una disfunción en alguna de esas partes, tanto funcional como estructural.
Sin embargo, gracias a los mismos avances de la medicina, se ha podido comprobar que la dimensión interna tiene una fuerte influencia, ya sea directa o indirecta, en el estado de salud de cualquier persona. Además, esta influencia es aún más marcada sobre el estado de salud percibido. Por eso se dice que los pensamientos -con su influencia- enferman y matan, pero también que curan.

La medicina farmacológica y la medicina de los pensamientos

Bruce Lipton es doctor en Biología Celular y autor de varios libros. Se ha adentrado con profundidad en el tema de la salud, la enfermedad y la influencia de los pensamientos en esos procesos. Sus descubrimientos y razonamientos son verdaderamente interesantes.
Lipton indica que la medicina farmacológica es virtualmente un fracaso. Esto se debe a que las medicinas químicas, todas ellas, ocasionan efectos tanto o más adversos que la enfermedad misma. Asegura que, incluso, muchos de esos medicamentos, con el tiempo, llevan a la muerte.
cerebro
También ha afirmado que el entorno natural de la célula es la sangre y que, a su vez, los cambios en la sangre están determinados por el sistema nervioso. Al mismo tiempo, el sistema nervioso es el entorno natural de los pensamientos y los sentimientos. Por lo tanto, desde el punto de vista de Lipton, son los pensamientos y los sentimientos lo que en últimas enferman y, en consecuencia, los que también tienen la posibilida de ayudar en la curación.

El poder de los pensamientos sobre el cuerpo

No solo es Bruce Lipton, sino que también hay otros muchos investigadores que le otorgan un enorme poder a los pensamientos en el proceso de enfermedad y sanación. Hasta los médicos más adeptos a la farmacología saben que si alguien padece de algún mal, tiene mayores probabilidades de curarse si permanece en un entorno implicado, rodeado de afecto y de confianza.
No se trata de algo esotérico, ni de un efecto traído del más allá. La explicación del poder de los pensamientos es también un asunto de química. Cuando una persona está frente a una presencia agradable, o disfrutando de un estímulo positivo, su cerebro segrega dopamina, oxitocina y una serie de sustancias que le dan salud a las células. Lo propio ocurre cuando el estímulo es negativo, causando miedo, ira o cualquier otra emoción destructiva.
El organismo desarrolla diariamente una tarea titánica: producir cientos de billones de células nuevas para sustituir a las que mueren. También tiene que defenderse de miles de elementos patógenos que amenazan la salud. Si tu cuerpo siente que tiene que luchar cada día contra estímulos altamente negativos del entorno, ocupará toda su energía en ello y dejará de lado esas otras funciones de crecimiento y protección. La consecuencia: enfermas más fácilmente.
paloma

Entre la sugestión y la energía