martes, 28 de marzo de 2017

Ya eres lo que buscas


Bienvenido a satsang


Eso que anhelas, eso que añoras, es eso que está siempre presente. Eso es quien tú realmente eres.

Cuando digo tú no me estoy refiriendo a tu cuerpo. Tu cuerpo está dentro de eso. No me estoy refiriendo a tus pensamientos. Tus pensamientos están dentro de eso. No me estoy refiriendo a tus emociones. Tus emociones aparecen y desaparecen dentro de eso. No estoy hablando de tus circunstancias. Las circunstancias también aparecen y desaparecen dentro de eso.

Los cuerpos, los pensamientos, las emociones y las circunstancias cambian. Aparecen y desaparecen. Pueden ser buenos o malos. Pueden ser agradables o desagradables. La verdad de quien tú eres es permanente e inamovible. La gran buena nueva es que, sea como sea que te imagines a ti mismo, puedes reconocer quien verdaderamente eres. Independientemente de la experiencia de ti mismo como un cuerpo o como el pensamiento "yo soy este cuerpo", tú puedes recibir de tu propio ser la transmisión directa de la verdad. Esa transmisión es satsang. El satsang confirma tu verdadera identidad como conciencia pura, libre de todo aquello que es percibido como una limitación.

Cuando se escucha esta buena nueva, cuando realmente se la escucha, se produce una apertura sin medidas. Nadie ha descrito jamás una finalización de la autorrealización. Lo que sí tiene un fin es la preocupación de imaginarte que eres una entidad separada de la conciencia sin límites.

La autorrealización no es algo que pueda ser capturado en palabras. Aunque usaremos palabras, ninguna ha sido capaz de expresar o tocar la gloria del verdadero ser. Yo estoy aquí para indicarte eso, para celebrarlo y para reírme de la endeble excusa de que eso podría realmente ser obstruido por cualquier cosa.

Yo no tengo nada que enseñarles. La autorrealización no tiene nada que ver con aprender. No te estoy pidiendo que recuerdes nada. No te estoy pidiendo que hagas nada o que obtengas nada nuevo. No se necesita nada nuevo. 

Te estoy pidiendo que te des cuenta de que ya eres eso que quieres. Y estoy simplemente sugiriendo, como mi maestro lo sugirió a mí, y como su maestro se le sugirió a él, que te tomes un instante, una milésima de segundo, para permitir que la actividad de la mente se detenga. En esa milésima de segundo, ¡qué descubrimiento se produce! En esa milésima de segundo recibes la invitación a entregarte a lo que se revela cuando la atención no está centrada en el cuerpo, el pensamiento, la emoción o la circunstancia. ¡Este es un instante de suma importancia! En este instante, el cuerpo desaparece. En este instante de silencio perfecto descubres lo que está permanentemente presente, lo que siempre estuvo aquí, lo que tú eres permanentemente. Este instante de silencio es la invitación al verdadero refugio, al verdadero retiro, a la verdadera paz, independientemente de todo lo que va y viene.

¡Qué instante es este!

lunes, 27 de marzo de 2017

El material más fuerte que existe es el alma resiliente


El material más fuerte que existe no es el grafeno ni el diamante, es el alma resiliente y ese corazón que ha sellado con hilo dorado las heridas más afiladas de la adversidad. Este concepto no es ni mucho menos el ingrediente perfecto para la felicidad, es una actitud ante la vida, es la esperanza invitándonos a seguir adelante.

Decir que vivimos en un tiempo resiliente es evidente, las circunstancias nos empujan a ello, aunque si hay algo que todos sabemos es que no siempre se logra con la misma eficacia. No todo el mundo se sobrepone por igual a una circunstancia de estrés o de dificultad personal. Cada uno de nosotros arrastramos nuestras anclas privadas, nuestros océanos de injusticia, nuestros mares degradantes y no siempre sabemos cómo salir de ellos.


“Es inútil volver sobre lo que ya ha pasado y lo que ya no existe”
-Frédérich Chopin-

Para que esto sea así intervienen diferentes factores enmarcados en nuestra propia cultura. Vivimos en una sociedad acostumbrada a poner etiquetas: tú eres inteligente, tú eres torpe, tú eres una maniática, tú eres un fracasado, aquel es débil y el de más allá es fuerte.

Esa obsesión por llevar cada rasgo a un extremo y ponerle una etiqueta permanente nos sume muchas veces en un estado de desesperanza absoluta, donde dejamos de creer en nuestro propio potencial, aislándonos en nuestros rincones privados, en nuestros sufrimientos de carne, lágrimas y abatimiento. A veces no nos basta con que nos digan aquello de que todos podemos ser resilientes, porque la resiliencia, y esto es importante, difícilmente brota en soledad.


Necesitamos también la confianza de alguien, la cercanía de un entorno empático y facilitador donde poder germinar de nuevo: más fuertes, más libres, más hermosos, más dignos…





Por qué algunos somos más resilientes que otros

La clave que nos hace a unos más resilientes que otros se halla en la habilidad de nuestro cerebro para soportar o resistir las situaciones de estrés. Hay por tanto un factor biológico y que la neurociencia se ha encargado de estudiar. De hecho, a través de trabajos como el publicado en la revista “Nature” comprendemos un poco más este fascinante pero a la vez complejísimo proceso que da forma al cerebro resiliente.

Estos serían los principales mecanismos que determinan nuestra mayor o menor resiliencia:

La Última Revolución


Hace más de cien años, el pintor Paul Cézanne dijo: "Vendrá un tiempo cuando una zanahoria, recién observada, provocará una revolución".

¿Ha tenido lugar ya esta revolución? ¿está ocurriendo lentamente o está a punto de ocurrir? ¿Y cuál es la revolución a la que se refería Cézanne? ¿Cómo puede algo tan insignificante, intrascendente y ordinario como observar una zanahoria provocar una revolución?

Cézanne quería decir que si pudiéramos ver incluso un objeto tan sencillo y cotidiano como una zanahoria, como realmente es, nuestra experiencia sería revolucionada. Pero, ¿qué significa ver un objeto como realmente es? La clave está en la frase "recién observada", lo que significa ver con claridad, sin los obstáculos de los conceptos que el pensamiento superpone en nuestra experiencia. En realidad, la mayoría de nosotros somos completamente inconscientes de que nuestra experiencia es filtrada a través de una fina malla de pensamiento conceptual que hace que parezca muy diferente de como es en realidad.

Como el sabio chino Huang Po dijo, hace unos 1.200 años, "La gente descuida la realidad del mundo ilusorio". ¿El mundo ilusorio? ¡Esto es incluso más radical que Cezanne! Una cosa es recién mirar una zanahoria, una azada, una casa o el mundo, pero otra muy distinta es considerarla una ilusión. ¿Qué quiso decir?

A menudo escuchamos en la enseñanza no-dual frases como: "El mundo es una ilusión". Pero estas frases pueden crear una rebelión en nosotros, porque sabemos que nuestra experiencia es muy real. Entonces, ¿cómo conciliar estas dos posiciones — una, "el mundo ilusorio" y dos, la innegable realidad de nuestra experiencia?

Todo lo que aparece debe aparecer en o sobre algo. Por ejemplo, aparece una imagen en una pantalla; una silla aparece en el espacio de una habitación, las palabras de una novela aparecen en una página; aparece una nube en el cielo.

¿Qué pasa con la mente, el cuerpo y el mundo? Nuestra única experiencia de ellos es lo que actualmente aparece para nosotros como pensamientos, imágenes, sentimientos, sensaciones, visiones, sonidos, texturas, sabores y olores. En otras palabras, todo lo que conocemos de una mente, un cuerpo o un mundo son apariencias, y todas estas están apareciendo y desapareciendo continuamente. Es posible que tengamos un concepto de una mente, cuerpo o mundo existiendo continuamente, pero nunca realmente experimentamos tal objeto.

Como Cezanne también dijo: "Todo se desvanece, se desmorona". Todo lo que conocemos del mundo son percepciones que aparecen y desaparecen continuamente. Sin embargo, todo lo que aparece y desaparece debe hacerlo en o sobre algo. ¿Qué es ese algo?

Comencemos con los pensamientos: dondequiera que nuestros pensamientos aparecen lo hacen obviamente en lo que nos referimos como nuestro "ser". ¡Nuestros pensamientos no aparecen fuera de nuestro ser! Sin embargo, no podemos ver o encontrar ese "algo" en el que los pensamientos aparecen porque no tiene cualidades observables. Como tal, es abierto, vacío, transparente. Pero eso no significa que no sea conocido. No puede ser conocido como un objeto y, sin embargo, no es desconocido.

Si estamos leyendo estas palabras estamos, por definición, viendo la pantalla en la que se escriben, aunque no seamos conscientes de que la estamos viendo. Si estamos leyendo una novela estamos, del mismo modo, viendo el papel. Si estamos viendo una película estamos, nos demos cuenta o no, viendo o experimentando la pantalla. Si estamos viendo las nubes, estamos experimentando el cielo. No es posible ver las palabras, la novela, la película o las nubes sin que, al mismo tiempo, experimentemos eso en o sobre lo que aparecen.

Por lo tanto, si estamos experimentando pensamientos estamos necesariamente experimentando eso en lo que aparecen. Del mismo modo, si estamos experimentando una sensación o una percepción —y la única experiencia que tenemos de un cuerpo o del mundo son sensaciones y percepciones— entonces estamos también conociendo o experimentando eso en o sobre lo que éstas aparecen.

¿En qué aparecen nuestras percepciones del mundo? ¿En qué aparecen las sensaciones corporales? 

sábado, 25 de marzo de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (Tu Círculo Mágico)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE.

¡Magna, Radiante y Envolvente “Presencia” de este Centro de Esplendor Divino! Atrae alrededor de este hogar y todas sus actividades Tu Círculo Mágico. Derrama Tu Amor Radiante,
Luz y Actividad, atrayendo a su uso la Abundancia de Tu Opulencia; y da Paz, Júbilo, Armonía y Perfección mediante Su uso. Protege-nos a todos dentro del propio Círculo Mágico de cada uno al tiempo que transitamos por el mundo externo, 
emanando Tu Magno, Sempiterno y Auto-Sostenido Valor, Fortaleza y Conciencia de Tu Magna Presencia. 

Permite que cada uno sienta en sí un Poderoso Magnetismo que atraiga la abundancia de la Opulencia para todo aquello que pueda necesitar o desear, y saber que está fluyendo hacia todos en gran Abundancia.

¡Oh Magno, Infinito y Esplendoroso Ser, ante cuya “Magna Presencia YO SOY”, hacemos la venia! ¡Oh Magno Soberano del Universo! Nos inclinamos ante Tu Victorioso Poder! ¡Aceptamos plenamente Tu Radiante Presencia! 

Te invocamos para que Tu Presencia nos anteceda por todas partes, dominando todas las condiciones que contactemos y convirtiéndonos en canales a través de los cuales fluya Tu Magna Presencia.

Traemos Amor, Saludos y Bendiciones.




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viernes, 24 de marzo de 2017

Crisis y Transformación


Nosotros, todos los que nos encontramos en la Tierra, estamos en crisis en estos momentos. El proceso del ego nos ha llevado a un punto de absoluta locura. No tienes más que observar lo que está ocurriendo en nuestro gobierno, y en todos los demás, y verás crisis. En el mundo de los negocios, hay demasiadas empresas que han puesto la obtención de beneficios por encima de todas las demás consideraciones y están destruyendo nuestro medio ambiente. Únicamente un ego [2] puede ser tan inconsciente. Estamos echando millones de toneladas de sustancias tóxicas al aire que respiramos, al agua que bebemos y a la tierra en la que sembramos nuestros alimentos. Todos nuestros cuerpos llevan sustancias tóxicas, incluso los de nuestros bebés. Ningún rincón de la Tierra está libre de los derivados de nuestra codicia. Nuestro gobierno protege a quienes contaminan y, a su vez, contamina tanto, o más, que las empresas. Hemos estado usando residuos empobrecidos para fabricar las cabezas nucleares que se han utilizado en Irak y Afganistán, residuos que tienen una vida media de cuatro mil quinientos millones de años. Hemos usado esas mismas armas en pruebas realizadas frente a las costas de California y del estado de Washington. Luego nos comemos los mariscos de esas mismas aguas. Si esto no es locura, ¿qué es?

La codicia de nuestro gobierno y de las grandes empresas está destruyendo el medio ambiente. Con una absoluta despreocupación por la vida futura, continúan contaminando y destruyendo todo lo que se interpone en su camino. Ambos son un ejemplo perfecto del proceso del ego. Funcionan desde un continuo estado de inseguridad. Ese estado de inseguridad les permite justificar cualquier cosa que deseen hacer. Lo que el ego quiere es el control y esto se aplica igualmente a gobiernos y corporaciones. Ciertamente, las religiones organizadas son otro gran negocio con los mismos problemas de control que tienen los gobiernos.

En la mayoría de los casos, al gobierno le resulta fácil controlar a la gente. Utiliza con nosotros los mismos viejos juegos del ego. Crea temor en las masas — promételes seguridad y dales la esperanza de que algún día serán tan ricas como los propios gobernantes, y las personas pasarán por cualquier aro que pongas delante de ellas. Utiliza el patriotismo, agita la bandera y la gente estará dispuesta a matar en nombre de su país. Las empresas utilizan este método tanto como los gobiernos. No hay un punto donde acaben éstos y empiecen los grandes negocios. Son lo mismo. Los negocios controlan al gobierno y éste controla a la gente.

En los últimos años hemos visto cómo el gobierno norteamericano ha utilizado la inseguridad de la gente para obtener un control mucho mayor sobre nosotros. Hemos visto cómo se pasaba por encima de nuestra constitución en nombre de la seguridad. Actualmente estamos menos seguros que nunca. Estamos mucho más aislados y nunca ha habido tanta gente que nos odie en otros países. Hemos visto cómo nuestro ejército no sólo ha matado a miles de personas inocentes, sino que, además, ha contaminado sus tierras para siempre con cabezas nucleares de uranio empobrecido. Todo el mal que intentamos demostrar en otros países, no es nada comparado con el que nosotros hemos estado haciendo. Y, sin embargo, seguimos actuando como si siempre fuésemos los buenos.

Esto debe acabar y eso sólo puede ocurrir cuando la gente despierte de verdad. No sólo ecológica y políticamente, sino también espiritualmente. No podemos luchar contra los gobiernos y mejorar las cosas. Hacerlo sería caer en los mismos juegos de guerra que ellos han utilizado con todos los demás. Tenemos que ver la verdad y compartir lo que vemos con todo aquel que quiera escuchar. Sin embargo, lo más importante que debemos ver es la ignorancia que existe en nosotros mismos y ser conscientes de que nosotros también intentamos controlarlo todo en nuestras vidas para sentirnos seguros. Los gobiernos son meramente una expresión mayor de lo que todos, como egos, llevamos en nuestro interior. Cuando despertemos, ya no podrán seguir mintiéndonos, ya no buscaremos seguridad fuera de nosotros mismos y actuaremos impulsados por el amor. Sólo entonces podremos llamarnos verdaderamente seres humanos. Sólo entonces veremos cuál es nuestra verdadera relación con toda la Vida.

También hemos perdido contacto con la realidad en nuestro entorno social. Hemos permitido que las religiones creadas por el ego nos conviertan en máquinas de matar, llenas de odio, para defender nuestras creencias frente a las creencias religiosas, igualmente insensatas, de otras personas. Tenemos a una raza odiando a otra sin ninguna razón, excepto la inseguridad y las imágenes del ego. Vivimos en medio de mentiras, hasta tal punto que tenemos una idea muy vaga, o ninguna, de cuál es la verdad. Nuestros supuestos líderes nos mienten todo el tiempo. Incluso sabemos que lo hacen; sin embargo, no hacemos nada al respecto. La mayoría de nosotros nos hemos convertido en mentirosos. Nuestros hijos ven a los adultos mentir y hacen lo mismo. No estamos educando a nuestros hijos para que piensen libremente y sean veraces. ¿Cómo podríamos enseñarles lo que no sabemos y tampoco honramos? Les estamos enseñando a ser robots indiferentes para que formen parte de las masas de máquinas económicas que están matando la vida en este planeta. La religión está enseñando a nuestros hijos a confiar en Dios, pues ÉL nos salvará. Eso no va a ocurrir. Nosotros somos los únicos que podemos salvar este planeta. Mientras mantengamos esta apatía y acudamos a otros en busca de ayuda, estaremos permitiendo que la destrucción continúe, hasta que sea demasiado tarde, si no lo es ya.

Nos encontramos, claramente, en un estado de crisis. Si no sientes que es así, o estás mal informado, o estás en un estado de negación total. La pregunta es: este estado de crisis ¿será suficiente para provocar una transformación en el mundo capaz de hacernos despertar a tiempo para detener la locura y hacer lo posible por poner fin a la destrucción de nuestro hogar? El despertar espiritual es un despertar total. No tiene nada que ver con dioses, salvadores, danzas cósmicas, ni con ninguna otra cosa. Es ver la realidad de la vida de una forma clara y honesta, y descubrir que somos, verdaderamente, un solo Ser. ¿Tendremos que ver morir en vano a millones de personas más antes de llegar a una crisis lo bastante profunda para producir un verdadero cambio? ¿Es necesario que veamos cómo mueren los océanos? ¿Es necesario que veamos cómo desaparecen las aves? ¿O que nuestros recién nacidos sean tan deformes que ni siquiera parezcan humanos? ¿O que todo el mundo tenga cáncer? Todo esto está ocurriendo en estos momentos, en mayor o menor grado. Y, sin embargo, nos sentamos a ver nuestros deportes y nuestras series en la tele, y a beber una cerveza más, mientras cada día mueren de desnutrición más de cuarenta mil niños. Hay millones de personas en este país que no reciben atención médica, mientras nosotros gastamos miles de millones de dólares en guerras contra otros países en busca de beneficios económicos ¿Qué podrá sacudirnos lo suficiente para que actuemos?

“Si aumentas la conciencia, los cambios en tu vida vienen solos”


Jon Kabat-Zinn, biólogo molecular, investigador y promotor de ‘mindfulness’ en Occidente.

Tengo 72 años. Catedrático de Medicina en la Universidad de Massachusetts. Llevo 47 años casado, 3 hijos y 3 nietos. 

Debemos aprender a vivir juntos con nuestras diferencias. La diversidad es una fuerza positiva. Me interesa la experiencia directa de la interconexión, pero no las creencias.




Mi madre, que vivía conmigo, murió a los 101 años. Los últimos 25 años con ella fueron una delicia.

¿Por qué?

Era pintora y a medida que envejecía experimentaba el mundo como Monet: veía formas de luz que la mayoría no observamos. Mi padre era un científico de renombre mundial, experto en el sistema inmunitario. La suya era una polaridad muy interesante.

Polaridad que usted ha integrado.

Cierto, descubrí la meditación zen a los 21 años y desde entonces he investigado de manera científica las capacidades del mindfulness (atención plena) para sanarnos. He demostrado la eficacia de una práctica espiritual milenaria y la he puesto a caminar en Occidente.

¿Por qué le dio por meditar?

En aquella época trabajaba en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) con el premio Nobel Salvador Luria. Estábamos desarrollando la comprensión del genoma, todo era muy interesante, pero me sentía infeliz. En el MIT se desarrollaban armas para el ejército y estábamos bombardeando un país, Vietnam, que ni siquiera tenía fuerza aérea.

Momentos turbulentos.

Philip Kapleau, experiodista, explicó en la conferencia que tras cubrir los juicios de Nuremberg comenzó a tener terribles jaquecas que consiguió sanar retirado en un templo zen. Empecé a meditar una hora diaria para comprobar si eso era posible y nunca lo he dejado.

¿Cómo consiguió aplicarlo a la ciencia?

Tuve suerte, se abrieron puertas que me permitieron crear la Clínica para la Reducción del Estrés y el Centro de Atención Plena para la Medicina en la Universidad de Medicina de Massachusetts.

Sus colegas le debían de mirar raro.

Sí, pero obtuve resultados contundentes e inapelables. Desarrollé un programa (Rebap) para la reducción del estrés basado en la atención plena y en 1982 publiqué mi primer artículo científico sobre los beneficios en pacientes con dolor crónico y estrés. El año pasado se publicaron 674 artículos, es un crecimiento exponencial. Ha llegado el momento.

¿Qué propone usted?

La conciencia plena se ejercita prestando atención de manera activa en el momento presente y sin juzgar. Desarrollar la capacidad de abrazar la realidad de las cosas es curativo y transformador, cambia nuestro cerebro, tal como demuestran las investigaciones neurológicas.

Habla usted como un gurú.

Nuestro programa no tiene nada de alternativo, formamos parte de los departamentos de medicina y tenemos pruebas científicas. Los pacientes consiguen controlar el dolor crónico, la ansiedad, el pánico y paliar los efectos del cáncer o enfermedades del corazón, pero yo se lo recomiendo a cualquier persona.

Implica un cambio de vida.

Si aumentas la conciencia, los cambios en tu vida vienen solos. Requiere disciplina, pero lo más curioso es que no hay que hacer nada. Lo que propone la atención plena no es que uno cambie su vida, sino que se enamore de ella.

Sugestivo.

La atención plena te da otra manera de sostener tu experiencia desde la presencia, algo que no nos enseñan en la escuela. Te enseñan a pensar, pero a menudo el pensamiento no nos es útil a la hora de solucionar problemas vitales.

¿La atención plena lo consigue?

Hemos documentado los cambios experimentados por 20.000 pacientes que han seguido el programa de ocho semanas en nuestra clínica, y que en el mundo son millones de personas.

¿Meditar nos cambia el cerebro?

Estos 5 sintomas indican que tu tercer ojo se está abriendo


Desde la antigüedad, el tercer ojo ha sido venerado por todo tipo de culturas. Hoy en día, lo conocemos como la glándula pineal, pero todavía se le llama el tercer ojo en el ámbito espiritual. Es visto como un signo espiritual que representa nuestra capacidad de conquistar todo tipo de desafíos en la vida cotidiana, aprovechando nuestra sabiduría interior.




En la mayoría de las tradiciones orientales, el tercer ojo es una cosa que cualquiera puede percibir y obviamente sentir, si tiene un fuerte sentido de sí mismo y atención plena. A eso se refieren con la conexión entre cuerpo y espíritu. Cuando meditamos y ejercitamos con consistencia, el tercer ojo se abre y su guía interior se hace más fuerte. 


A continuación, te damos una pista de las 5 señales que indican que tu tercer ojo se está abriendo:


1. Sensación de presión entre los ojos



Generalmente, cuando el tercer ojo comienza a manifestarse en un nivel mucho más profundo, hay una conciencia relacionada con la sensación entre las cejas. Podría parecer como si alguien nos estuviera tocando ligeramente en ese momento, o podrías sentir una difusión de calor. A veces esta sensación podía aparecer desde la nada, como si fuera una señal que nos hiciera retroceder en estado de ánimo espiritual.



2. Intuición en aumento



Entre las señales más obvias de apertura del tercer ojo está el aumento en la previsión o la intuición que comenzamos a experimentar. La intuición es la capacidad de saber que algo podría suceder antes de que lo haga, o saber que algo está bien o mal debido a un sentimiento. A menudo viene y se va sin notificación. Sin embargo, con el tiempo, este sentimiento podría ser más fuerte, y convertirse en un proceso de guía en nuestra vida cotidiana.


3. Sensibilidad a la luz