jueves, 18 de mayo de 2017

El Despertar Global (¡Necesita de ti!)



La abrumadora evidencia sugiere que el mundo está en una situación extrema, pero, en silencio detrás de las escenas, la crisis mundial está encendiendo un despertar global masivo, y ¡por primera vez en la historia, millones de personas, como tú y yo, estamos despertando!

No hay negación, estamos en el precipicio de un enorme cambio global, pero, aunque el cambio es inevitable, su naturaleza exacta aún está por determinarse, y, de hecho, lo que hacemos ahora y cómo pensamos determinará el curso de la historia.

De hecho, cada uno de nosotros está despertando para hacer esta elección para nosotros mismos – según la física cuántica, las multi-realidades existen simultáneamente, y por lo tanto, el futuro que usted experimenta depende completamente de usted.
Esto significa que sin su participación consciente, las cosas pueden ir de cualquier manera, pero ¿por qué elegir por defecto, y tomar el riesgo de vivir en un mundo turbulento y triste, cuando se tiene el poder para tomar una decisión consciente y decidir tu propio destino? Si quieres vivir en un próspero mundo de paz, libertad y abundancia para todos, debes escoger esta Realidad Utópica para ti mismo.



Las acciones hablan más que las palabras

De hecho, nuestros pensamientos, creencias e intenciones son responsables de la realidad actual que experimentamos y de la realidad futura que atraeremos, pero va más alla de pensamientos positivos, afirmaciones y listas de visualizaciones; de hecho debemos integrar nuestro Pensamientos, creencias e intenciones en la realidad tomando acciones tangibles que representen la realidad de nuestra elección. Nuestra disposición a tomar una acción inspirada nos alinea con nuestra realidad elegida; con cada paso en esta dirección, unimos la brecha.



Uniendo la Brecha a la Utopía

Sin duda, el estado de nuestra realidad actual es abrumador y puede fácilmente paralizarnos con miedo, pero excusarse en la complacencia o usar la impotencia para racionalizar la parálisis, sólo perpetúa la realidad que queremos cambiar. Además, si nos centramos en lo negativo al quejarnos o aprovechamos los sentimientos de víctima para luchar contra los problemas, inadvertidamente alimentamos esos problemas con nuestra energía de lucha y resistencia. La resistencia no sólo es inútil, sino que son arenas movedizas para el alma.

¿Por qué luchar contra lo que está mal, y dar energía a lo que está mal, cuando podríamos usar ese mismo poder y energía para crear algo mejor? En lugar de desperdiciar energía que se opone a la causa de condiciones no deseadas, tenemos la capacidad de utilizar conscientemente nuestra energía individual y colectiva para implementar soluciones.

La verdad es que no podemos alinearnos con una realidad utópica luchando o negando los problemas de nuestra realidad actual y, de hecho, el camino a la utopía empieza en esta realidad y, por lo tanto, los primeros pasos nos obligan a resolver nuestros problemas actuales. Como siempre, su viaje comienza exactamente donde usted está!



Ya tenemos las respuestas!

En todo el mundo, los conceptos revolucionarios y las innovaciones están surgiendo de los individuos, las empresas privadas y grupos de personas de ideas afines. Las personas comunes y corrientes como tú y yo están proporcionando algunas de las soluciones más importantes para prácticamente todos los problemas globales, incluyendo tecnología de energía gratuita, soluciones para alimentar al hambriento y limpiar el agua contaminada, métodos sostenibles para la construcción, el crecimiento y la gestión de desechos, así como varias formas de innovación ¡Que literalmente podrían liberar a la humanidad!

La Internet es un tesoro virtual de conocimiento y de tecnología a la medida; muchas de estas nuevas tecnologías y metodologías son incluso de código abierto – libre para que cualquiera pueda usarla, copiar, compartir o construir a partir de ella. No se sabe qué joyas podría revelar una “búsqueda del tesoro”, pero aunque este conocimiento está disponible para cualquiera que busque respuestas, al igual que la investigación científica más reciente, la mayor parte de ella es suprimida y, por lo tanto, un gran porcentaje de personas alrededor del mundo ni siquiera saben que  las respuestas que necesitamos ya existen. Sin embargo, la información es poder y, por lo tanto, informar a la mayoría es una clave esencial para la transformación global. Podría ser fácil culpar a los medios por suprimir esta información, pero la supresión tiene una causa más profunda, y regresa a usted y a mí.



El Silencio – el supresor oculto

Muchos de nosotros ya tenemos acceso a este conocimiento vital, pero optamos por suprimirlo de aquellos menos informados porque tememos que no lo entiendan o tenemos miedo de ser juzgados. Dado que parece más seguro retener la información que el juicio de riesgo, racionalizamos el silencio como algo inofensivo, pero en general el silencio apoya la supresión y la supresión de la información perpetúa la falta de poder. Pregúntese: “¿Mi temor al juicio es más importante que compartir ideas que podrían cambiar el mundo?”



De hecho, la verdad está disponible para que todos la descubran, pero miestras que las mentes de la mayoría estén saturadas con el conocimiento y la tecnología para construir una nueva realidad, debemos estar dispuestos a compartir la verdad y difundir la información a todos.
La Fórmula Invisible para el Desempoderamiento

Pensamientos positivos ¿Cómo impactan a tu salud?


Instala una sonrisa en tu rostro cada mañana, aunque sean tiempos difíciles. De otra forma tu salud puede peligrar.

Los pensamientos positivos dan sustento a la energía de tu ser. Seguramente haz experimentado atravesar una mala racha anímica y, poco después, caer enfermo por alguna dolencia o enfermedad inesperada. Parece coincidencia, pero ambas situaciones están fuertemente relacionadas. Si te permites pensamientos negativos, estás impactando negativamente a tu salud.

Todos hemos tenido malas épocas, sin embargo, debemos elevar nuestra consciencia e instalarnos en una actitud positiva, para poder salir victoriosos de los problemas.

Hoy hablaremos de cómo impactan a tu salud, los pensamientos positivos. Sabemos que somos energía, pero la proyección y efectos de la calidad y cantidad de dicha energía, determinarán el estado de tus cuerpos físico, mental y emocional. Por ello, es necesario que pongas especial atención a los pensamientos que generas.



                                            Una linda sonrisa puede ser la clave.



Tu esencia es de luz divina. Recurre a ella cuando sientas que todo se oscurece.

Es entendible caer en la tentación de pensar cosas “malas” cuando en nuestra vida se presentan situaciones complicadas o muy difíciles. Finalmente, somos humanos y la tendencia a la negatividad, ante los problemas, es comprensible. Más no justificable. Mucho menos cuando, durante los últimos años, se ha dado este gran auge de información referente a la importancia de nuestro estado anímico armónico. Como lectores y seguidores de filosofías holísticas y espirituales, no tenemos pretextos para sucumbir negativamente, ante las vicisitudes de la vida.

Sabemos qué, insistir en generar actitud y pensamientos positivos, suena muy fácil. Aunque ciertamente, en ocasiones, es una meta más que complicada. Por fortuna, hay técnicas que nos ayudan a elevar la consciencia y la actitud frente a los problemas.

Una de ellas, es cambiar el enfoque de nuestra atención. Esto quiere decir que, en lugar de sentarnos a pensar en aquello que tanto nos aqueja, debemos valorar los aspectos de nuestra vida que son armónicos. Por ejemplo, tal vez acabas de perder tu trabajo, pero eres una persona ahorrativa y sabes que no tendrás problemas en atender tus responsabilidades mientras encuentras una nueva contratación laboral. O se averió tu automóvil, pero la universidad a la que asistes está tan cerca de tu casa, que en realidad no significa un problema mayor quedarte unos días sin vehículo mientras lo reparan.



                                      Tu actitud ante los problemas es una decisión

Hacer una lista de las bendiciones y cosas positivas que hay en tu vida, ayudará a que no te enfoques  en las “negativas”

miércoles, 17 de mayo de 2017

El Sonido del Universo Parte 4: de la resonancia humana y el espíritu.


Comenzamos esta serie de artículos ofreciendo una descripción personal de la resonancia del universo, luego mencionando algunas regiones etéreas y pasando a los ámbitos inferiores hasta llegar a la resonancia de la materia. Ahora continuaremos nuestro “descenso” en el mundo material denso y llegamos específicamente a nuestra entidad humana, que es el vehículo de experiencia y expresión.

Respecto a la experiencia, tiene que ver con nuestra recepción de información externa y el proceso que le damos. Esta información, que no es más que alguna forma de energía resonante, siempre nos llega de forma natural.

Podríamos pensar que nuestras experiencias vienen mediante meras “casualidades”, mediante un proceso que nos aparenta funcionar al azar, mediante el también aparente ejercicio de nuestra voluntad o de la voluntad de otras personas, pero visto más profundamente notaremos que siempre, sin excepción, nos suceden de forma natural.

Por otro lado, la expresión se relaciona con lo que sucede después de la primera: nuestra reacción (tanto inmediata como a largo plazo) basada en la evaluación de cada experiencia.

La reacción puede suceder de tres maneras: a favor, en contra o simplemente neutral (apática, o no reacción). Esto significa que la primera nos lleva a usar (consciente o inconscientemente) la información recibida mediante la experiencia, la segunda implica el rechazo inmediato de la información (en muchos casos sin haberla evaluado) y la tercera simplemente no produce efecto alguno en nosotros.

Si continuamos la línea de observación y análisis que en los sucesivos artículos nos ha traído hasta este punto, nos damos cuenta entonces que todo el mundo material es energía resonante manifestada y que las características de cada cosa (como la solidez) reflejan el grado de densificación de esta. Por supuesto, hoy sabemos que tal densificación de la materia se debe a la composición atómica de cada cosa, que en diferentes combinaciones produce objetos sólidos, líquidos, gaseosos y algunos estados intermedios entre estos.

Esto significa entonces que nosotros, como seres humanos y como parte de El Todo, somos también algún tipo de energía. Pero sería demasiado simplista intentar vernos como una mera unidad homogénea con funcionamiento básico. Solamente considerando la complejidad de nuestro cuerpo físico notamos que esa parte de El Todo que somos es sumamente complicada, interconectando armónicamente órganos, materiales y sustancias que aportan una extensa variedad de funciones. Si a esta parte añadimos las otras que son invisibles (internas y externas), comenzamos a tener una idea de que somos en realidad un conjunto de sistemas energéticos.

Según ha ido notando y comprobando la ciencia cada día más, el ser humano es un compuesto complejo de varios sistemas energéticos que operan un mismo espacio. O sea, somos anatomía multidimensional cuyas partes (cada una) son formadas por vibración de diversas frecuencias que están en interacción continua las unas con las otras.

Estas partes incluyen los órganos individuales, cuya tasa energética define no sólo sus cualidades físicas (por ejemplo, un hígado gelatinoso), sino también sus funcionamientos individuales. Su tasa vibratoria (y por ende su funcionamiento) está ligada directamente a la variable tasa del planeta de acuerdo con los ciclos diarios, mensuales, anuales, etc., y hasta, más específicamente, a la tasa vibratoria del ambiente (localidad) en que vivimos. La milenaria acupuntura china nos dice, por ejemplo que el funcionamiento más activo del hígado sucede entre la 1 y las 3 a.m. y que por tal razón cualquier tratamiento médico o energético a un paciente que padezca de este órgano debe ser suministrado durante ese periodo.




Entre los sistemas energéticos sutiles mayores del ser humano, aclarando que entre cada uno existe una gran variedad de sistemas secundarios, se encuentran los siguientes:

A. Cuerpos energéticos: Al decir “cuerpos energéticos” nos referimos a varios campos energéticos de diferente sutileza, propiedad y frecuencia vibratoria, todos interrelacionados entre sí. Se les llama “cuerpos” porque existen como parte invisible del físico, no separados los unos de los otros, sino integrados. La medicina espiritual moderna ha tomado los nombres antiguos de estos sistemas energéticos, que se conocen como etéreo, astral, mental y causal que en este orden tienen tasas ascendentes de vibración.

Para tener una idea de cuán complejos energéticamente somos los seres humanos, veamos que, solamente considerando el cuerpo físico, cada órgano, cada material (hueso, piel, etc.), cada líquido, cada tipo de célula, en fin, absolutamente todo componente, tiene sus propias cualidades, patrones y ciclos vibratorios y por lo tanto son resonantes. Cada uno de estos campos tiene una función y un conjunto de características individuales, básicamente “filtrando” energía de, estando en sintonía con, o funcionando en las diferentes franjas vibratorias de, El Todo universal.

En la parte invisible del ser humano, aunque en diferentes sistemas espirituales los diferentes procesos energéticos humanos han sido llamados de diversas maneras:

1. Cuerpo etéreo,
que es el llamado “cuerpo vital”, vinculado directamente con todo el funcionamiento autónomo de los órganos físicos mediante los centros energéticos.

2. Cuerpo astral,
que es considerado el “asentamiento”de las emociones, los deseos, los temores y todo lo relacionado con estos aspectos.

3. Cuerpo mental,
que está subdividido en tres grados ascendentes, es el sistema energético que nos distingue como seres humanos, lo que nos separa definitivamente de los animales. Su parte inferior sirve como vehículo de expresión de los instintos, la intermedia maneja el intelecto (la porción cognoscitiva) y la superior destaca la esencia espiritual de los seres humanos. Nuestra existencia como seres “mentales” es definida por la franja vibratoria en que nuestros procesos mentales predominantes estén centrados. O sea, nuestro grado evolutivo individual depende del nivel energético en que estemos operando normalmente.

Los seres humanos considerados “básicos” (prácticamente animales pensantes) funcionan a base de sus instintos, usando de manera casi exclusiva su mente inferior. Al evolucionar nos convertimos en seres humanos más sofisticados, adquirimos el intelecto que nos facilita razonar, aprender, etc. y llevamos una vida diferente a la anterior. En algún momento durante nuestra existencia despertamos a nuestra realidad espiritual, nuestra vida toma un giro y se centra en una percepción más sublime. Nuestros pensamientos, palabras, acciones, gustos, deseos, aspiraciones, metas, etc., revelan dónde está centrada nuestra existencia. Paralelamente revelan cuál es nuestra frecuencia de vibración resonante y cuál de nuestros cuerpos energéticos está dominando nuestra existencia. Eso no significa que un ser humano sea mejor que otro, sino que simplemente cada uno está en diferentes estados evolutivos. Estas etapas se refieren al desarrollo total del ser humano, tanto como especie que como individuo.


4. Cuerpo causal:

Engaño y sinceridad


Los dos conceptos que vamos a abordar hoy están basados en las reglas del juego de una sociedad en la que, al no poder ver, saber, percibir o ponerte directamente en la piel y en la psique de las otras personas, es difícil, en muchos casos, distinguir el uso de uno de ellos respecto al otro.

¿Por qué es tan sencillo que se engañe a la opinión pública respecto a cualquier tema, solo por el hecho de saber usar unas técnicas que se basan en la forma en la que el ser humano decodifica la realidad? ¿Por qué se usa el engaño como un arma de manipulación para conseguir objetivos que no se pueden conseguir siendo sinceros?


Una cualidad elevada vs un mecanismo del ego

En general, la sinceridad, como “arquetipo”, es una cualidad del espíritu, del ser, del Yo Superior, de aquello a cómo llaméis a las partes más elevadas del ser humano, que manifestada en la personalidad, otorga un comportamiento noble y elegante, directo, alineado con la verdad de esa persona (o de ese ser) a la hora de entenderse con los demás.

El engaño, por el contrario, es un mecanismo de defensa y gestión de la realidad del ego, que tiene por objetivo conseguir todo lo que necesita para sus propios intereses de la manera que considere conveniente.

Puesto que el programa ego tiene por particularidad y programación ver todo y a todos como separados y diferentes a si mismo, no tiene problema en crear los diferentes Yos, patrones y programas de la personalidad que usarán el engaño como una de las múltiples formas de gestión de las situaciones encontradas a diario en la sociedad actual, mientras que, en el otro extremo, nuestro ser, YS, etc., al ver a todos siendo parte de todos, y saber que todos estamos conectados con todos, tiende a decantarse siempre por la vía directa de la sinceridad para aquello que necesita, ya que solo siendo claro con aquellos a los que se percibe (desde otros niveles de consciencia), como parte de uno mismo (en otros niveles de existencia), se hace sencillo y alineado con las leyes y procesos que rigen la vida el gestionar esa misma realidad y existencia.


Alineación con el arquetipo “verdad”

Así, el engaño no está alineado con el arquetipo de la verdad, la energía pura que define este concepto, que existe como tal a niveles mentales y causales (como cuando os expliqué la herramienta de usar el fuego de la verdad para saber si algo era falso o cierto en nuestra psique). Por lo tanto, el engaño genera, y pone en marcha, situaciones de causa y efecto que se moverán con la misma energía y en la misma dinámica, y que, una vez puestas a rodar, ya no hay quien pare las bolas que se crean.

Así, el engañador en algún momento será engañado, causa y efecto, pero no sabrá que recibe el engaño porque en algún momento engañó, simplemente maldecirá a quien le ha engañado, proceso que, seguramente, viene porque en otra situación anterior quien le engañó fue también engañado a su vez, y esto se remonta al inicio de los tiempos. La sociedad, de esta manera, vive tratando de obtener lo que sea como sea, sutilmente en la mayoría de los casos, en otros a gran escala y con engaños masivos, pero siempre es una cuestión de ego y personalidad, no del ser o Yo Superior o niveles elevados de consciencia.

La sinceridad, por otro lado, también nos dicen que no siempre es buena, ya que el receptor de esos brotes de sinceridad que todos tenemos a veces, no sabe encajar, no puede decodificar o no acepta este tipo de comunicaciones en formato “verdad”, que el emisor le comunica. Por supuesto, ese formato “verdad” es la verdad del emisor, que no tiene por qué coincidir con la suya, pero aun así no hay engaño inducido, premeditado o subyacente en la comunicación.

En muchos de estos brotes de sinceridad, tampoco será el ser de la persona quien se esté expresando, pues para la mayoría de nosotros, la consciencia de nuestro Yo Superior está solapada bajo nuestra consciencia artificial y personalidad virtual, y no es más que un observador de lo que le sucede a esta sin intervenir. En estos casos, la sinceridad de personalidad a personalidad puede herir, ya que se suelta lo que uno piensa de buenas a primeras, sin tener en cuenta el modo de recepción y decodificación del contenido de lo emitido, por la persona que lo recibe.


Sinceridad con amor y empatía

La sinceridad de ser o YS a ego siempre tiene el componente del amor imbuido, y por lo tanto, no es dañino ni busca serlo, mientras que la sinceridad de ego a ego puede tener el problema de que es simplemente la comunicación entre dos sub- facetas del carácter de esa persona que se comunican sin filtros ni analizan si lo que se expresa está alineado, ya solo no con el arquetipo “verdad”, que a priori si lo está, sino con el arquetipo de amor, de empatía, etc., algo más difícil de conseguir en el plano humano.

En un mundo ideal de comunicación interpersonal, todo el mundo sabría instantáneamente que piensa, siente y vive el otro (algo que requiere la activación y funcionamiento a pleno rendimiento del centro emocional superior y del centro intelectual superior), por lo que el engaño no sería nunca posible, y el concepto de sinceridad ni siquiera sería un concepto o cualidad deseable, o buscada, ya que sería la norma y lo común, lo standard. Aún estamos lejos de llegar a eso.

Sigue siendo más deseable ser sinceros en todo y con todos y aceptar las consecuencias, pero sigue siendo más rentable, especialmente para aquellos en el poder en todos los sectores y niveles de gestión de la sociedad, seguir basando las relaciones y comunicaciones en el engaño, sutil o no, parcial o total, pues tanto entra dentro de la energía y concepto de engaño un anuncio que te maquilla lo que no quieren que sepas de un producto, como una persona que te miente directamente si conviene a sus intereses particulares, políticos, económicos, sociales, etc.


Buscando el equilibrio siendo impecables

martes, 16 de mayo de 2017

“El espejo de las relaciones”


Cuando estamos dispuestos a aceptar los lados luminoso y oscuro de nuestro ser, podemos empezar a curarnos y a curar nuestras relaciones. Tú y yo somos lo mismo. Todos somos espejos de los demás y debemos aprender a vernos en el reflejo de las demás personas. A esto se llama espejo de las relaciones. Todos somos inevitablemente parte de la misma conciencia universal, pero los verdaderos avances tienen lugar cuando empezamos a reconocer esa conexión en nuestra vida cotidiana.

Las relaciones son una de las maneras más efectivas para alcanzar la unidad en la conciencia. Piensa en la red de relaciones que mantienes: padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, relaciones amorosas. A través del espejo de las relaciones, de cada una de ellas, descubrimos estados prolongados de conciencia.

Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros. Sentimos rechazo hacia las personas que nos reflejan las características que negamos en nosotros. Si sientes una fuerte reacción negativa hacia alguien, puedes estar seguro de que tú y esa persona tenéis características en común, características que no estás dispuesto a aceptar. Si las aceptaras, no te molestarían.

Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás, cada relación se convierte en una herramienta para evolución de nuestra conciencia. La próxima vez que te sientas atraído por alguien, pregúntate qué te atrajo. ¿Su belleza, gracia, elegancia, autoridad, poder o inteligencia? Cualquier cosa que haya sido, sé consciente de que esa característica también florece en ti. Lo mismo se aplica a las personas hacia las que sientes rechazo.

La naturaleza esencial del Universo es la coexistencia de valores opuestos. No puedes ser valeroso si no tienes a un cobarde en tu interior; no puedes ser generoso si no tienes a un tacaño; no puedes ser virtuoso si no tienes la capacidad para actuar con maldad. Gastamos gran parte de nuestras vidas negando este lado oscuro y terminamos proyectando esas características oscuras en quienes nos rodean.

Un encuentro con una persona que no te agrada es una oportunidad

El Sonido del Universo Parte 3: de la Resonancia Material.


Con este nuevo artículo combinamos nuestro análisis de la resonancia abstracta con aquella perteneciente a los objetos físicos y los aspectos energético-resonantes del mundo visible tal y como lo conocemos. Para establecer la premisa del uso de la palabra “materia”, este escrito no la usa en su acepción científica (“la sustancia de la cual los objetos físicos están compuestos”), sino en el sentido simple como los propios “objetos físicos” que tienen peso y ocupan espacio. En este sentido nos apartamos a propósito de la perspectiva científica que intenta definir estrictamente la materia.
Recordemos que nuestro enfoque básico es poco científico y más espiritual.

La materia que nos rodea es tan resonante como cualquier otro componente universal. Recordando que todo está en El Todo, la materia resulta ser una porción particular del sistema vibratorio universal y es particularmente la energía que puede verse, exceptuando la luz.

Esta franja vibratoria es parte del llamado “espectro electro-magnético”(de ondas) denominado como “la radiación electromagnética que emite o absorbe una sustancia”.

Estas regiones energéticas pueden ser observadas y medidas mediante espectroscopios para determinar su longitud de onda, la frecuencia y la intensidad de la radiación. En la parte visible del espectro (de la luz) hay radiación gamma, X, ultravioleta, infrarroja, etc., cada una de diferente intensidad o frecuencia.

En términos simples, la vibración resonante de la energía incluye regiones cuyas intensidades (frecuencias) son suficientemente bajas para ser captadas por el ojo humano. Estas regiones vibratorias definen para nosotros los estados de densidad de la materia: mientras más lenta la vibración, más sólida (compacta, densa) la materia; mientras más rápida la vibración, más etérea es.
La densidad de la materia (gaseosa, líquida y sólida) depende de la fuerza ejercida por la unión atómica de la misma. Los átomos son unidades vibratorias que se agrupan natural y artificialmente con mayor o menor facilidad los unos con otros para formar las moléculas que forman la materia. En la materia compuesta por varios tipos de átomos, la fuerza de su enlace químico contribuye a definir su densidad. Por ejemplo: unir 2 átomos de carbono, 6 de hidrógeno y 1 de oxígeno produce etanol, con una densidad de 0.81 gramos por centímetro cúbico; el enlace de 2 átomos de hidrógeno y uno de oxígeno produce agua, con una densidad de 1 gramo por centímetro cúbico; y el oro (monoatómico) tiene una densidad de 19.3 gramos por centímetro cúbico.

Lo curioso de la materia es que hoy día puede ser observada externa e internamente, en ambos casos presentándonos cualidades muy diferentes. Externamente vemos y tocamos objetos sólidos que aparentan ser totalmente compactos, impenetrables físicamente y totalmente inertes. Internamente vemos que los objetos son porosos porque están formados por átomos unidos entre sí que, lejos de ser “materia muerta”, están en continuo movimiento… mostrando un tipo de vida. Otra paradoja es que el agregado químico-atómico de la materia tiene la vibración (resonancia) externa más lenta que encontramos en el universo mientras sus componentes básicos (los átomos) mantienen una alta tasa de vibración individual.

Las cualidades físico-energético-resonantes de la materia también son reflejadas en forma de sonido, color y sensaciones provenientes de los objetos. Por ejemplo, los objetos metálicos emiten un sonido, un color y una cualidad sutil diferentes a aquellos hechos en madera. Basándose en estas diversas cualidades se han inventado aparatos para detectar en forma precisa diferentes sustancias, como el contador Geiger, que percibe radiación gama, beta y en algunos modelos también alfa.
Cada metal específico, cada madera específica, tiene su propio tono, color y sutileza individual. Si añadimos a este conjunto de cualidades el tamaño de cada objeto, así como su complejidad de diseño (forma geométrica, alto, ancho, largo, etc.), tendremos una mejor idea de las propiedades resonantes de cada cosa.

A las cualidades físicas de los objetos debemos añadirles sus cualidades sutiles. La energía resonante que emite cada objeto es percibida por el ser humano, aunque normalmente no lo notamos. La mayoría de nosotros sabemos cuando un objeto nos agrada con tan sólo verlo, e inmediatamente sentimos el impulso de tocarlo. Hacer contacto con el objeto se torna en tomar una muestra de su resonancia; la afinidad entre la resonancia de estos y de nosotros es corroborada inadvertidamente de este modo. Pensemos un momento en todo lo que nos rodea en el plano físico y cuánto de esto influye en nuestro vivir a cada momento. Los objetos que tenemos en nuestro hogar y cómo los tenemos colocados, toda la materia que nos rodea en el espacio en que nos movemos y en los lugares que frecuentamos (para trabajo, estudio, entretenimiento, etc.), todo, absolutamente todo, nos afecta para bien o para mal.


Radiestesia



Hay formas de saber cómo nos está afectando lo que nos rodea. Una de éstas formas es la Radiestesia (actividad que se basa en la afirmación de que los estímulos eléctricos, electromagnéticos, magnetismos y radiaciones de un cuerpo emisor pueden ser percibidos y, en ocasiones, manejados por una persona por medio de artefactos sencillos mantenidos en suspensión inestable como un péndulo, varillas “L”, o una horquilla que supuestamente amplifican la capacidad de magnetorrecepción del ser humano). Aunque la Radiestesia ha sido catalogada como “pseudociencia” por los sistemas académicos, no podemos descartarla totalmente sin analizar sus elementos lógicos. Cierto es que en términos generales muchos practicantes de la Radiestesia la han querido presentar como una ciencia, aun cuando no se circunscribe al método científico actual establecido. Sin embargo, ningún sistema filosófico, espiritual ni religioso ha podido hacerlo.

Tenemos el caso, por ejemplo, del Espiritismo, el cual muchos de sus adeptos también han querido darle el apellido “científico”, pero al explicar esta acepción se limitan a llamarlo “una Ciencia de Observación”. Semejante nomenclatura se queda corta en el siglo XXI, porque hoy día la experimentación científica se basa en dos fundamentos:

1) Reproducibilidad: capacidad de repetir un experimento determinado en cualquier lugar y por cualquier persona.

2) Falsabilidad: capacidad de una teoría para someterse a todas las pruebas que pretendan mostrar su falsedad.

La Reproducibilidad requiere evidencia pública que apoye una hipótesis y la certeza absoluta de obtener siempre los mismos resultados. La Falsabilidad exige asegurarse de que los resultados del experimento no puedan ser explicados lógicamente por otro método (el “método hipotético deductivo experimental”) diferente al propuesto por sus conclusiones.

¿Cuántas filosofías o sistemas espirituales pueden someterse exitosamente al filtro exigido por la ciencia? En realidad, ninguno, porque los conocimientos espirituales están en una categoría distinta a la de los conocimientos científicos.

Los métodos de comprobación de los conocimientos espirituales provienen de evidencia encontrada en muchos casos mediante métodos alternos que usan las regiones más profundas de la psiquis humana. La certeza de la intuición, de la clarividencia y de la mediumnidad, por ejemplo, no puede ser medida por las secas, frías y calculadas fórmulas científicas, especialmente bajo un sistema científico que no se atreve a reconocer las cualidades etéreas (espirituales) del ser humano aunque no tenga explicaciones lógicas para refutarlas.

La Radiestesia tiene la particularidad de depender directamente de las cualidades resonantes de una persona sensitiva para sondear, leer e interpretar energías sutiles. Esto sitúa esta práctica en dos ámbitos, el técnico y el espiritual. El zahorí, o radiestesista, es tan importante como los implementos usados, algo que es casi contrario a la práctica científica. Mediante la Radiestesia se puede cualificar la energía de la tierra, de espacios cerrados, de alimentos, de personas y así de casi cualquier objeto. Por este medio, por ejemplo, el radiestesista experimentado puede decir si la energía de un predio de terreno es favorable a la vivienda o a la agricultura, si una manzana en particular está en un estado saludable o dónde en el subsuelo hay agua más accesible.

Por otra parte, los seres humanos podemos tornarnos “radiestésicos” mediante el ejercicio de nuestras capacidades internas. Mediante el “rastreo concentrado” podemos tornarnos más sensitivos a las energías que nos rodean. Hay personas que son un reto para la ciencia porque pueden percibir y analizar, algunas con precisión sorprendente, las cualidades de la resonancia.
Estos “barómetros humanos” por lo general han llegado a ese estado con la ayuda directa de la meditación y la práctica de “observación activa”.


Resonancia mecánica



Este tipo de resonancia es un fenómeno que se produce cuando un objeto es sometido a la acción de la resonancia de otro. Bajo circunstancias normales las resonancias afines producen condiciones energéticas armónicas. Sin embargo, en algunos casos en que dos objetos vibran a tasas iguales y la amplitud de resonancia aumenta progresivamente la fuerza combinada, los efectos pueden resultar peligrosos. Este efecto clásico fue demostrado en los anuncios comerciales de televisión que mostraban a la cantante Ella Fitzgerald produciendo un tono tan alto que rompía un vaso de cristal.
La resonancia mecánica es definida como “la tendencia de un objeto a absorber más energía cuando su frecuencia es igual a la frecuencia natural resonante”

Cuando la resonancia de la voz de la cantante se une a la del cristal, la fuerza de la energía combinada aumenta a tal punto que se torna destructiva y la naturaleza tiende a eliminar una de las fuentes. Hay casos clásicos que son relatados comúnmente al mencionar este tema, como el del puente que se derrumbó debido a la resonancia producida por la marcha sincronizada de tropas durante la Segunda Guerra Mundial y el colapso del puente Tacoma Narrows (estado de Washington) en 1940 debido a la vibración aeroelástica causada por la combinación de la resonancia de la estructura y del viento que lo cruzaba.

Una demostración más simple y menos peligrosa de la resonancia mecánica es vista al utilizar dos diapasones de la misma frecuencia. Cuando uno de estos es golpeado y luego acercado al segundo, este otro comienza a vibrar espontáneamente debido a las ondas vibratorias generadas por el primero. Cuando un objeto es sometido al estímulo energético de otro, parte de la energía del primero pasa naturalmente al segundo. Si la resonancia vibratoria de ambos está en la misma frecuencia determinada se dice que la tasa de absorción de energía está en su máximo. Esto puede resultar en la inestabilidad del sistema resonante creado y en muchos casos puede obligar una ruptura en el mismo.
La historia también nos cuenta la situación en que el ingeniero serbio Nikola Tesla a principios del siglo 20 experimentaba con un oscilador mecánico en Nueva York, emitiendo resonancias de tasas ascendentes que sacudían varios edificios. Al llegar al nivel de resonancia de su propio edificio la vibración era tan fuerte que él tuvo que desactivar la máquina. Este aparato más tarde fue llamado coloquialmente “la máquina de terremotos”.


Planetas resonantes



lunes, 15 de mayo de 2017

La Evolución de la Iluminación


Mis enseñanzas tratan de la iluminación espiritual ― tanto de lo que podríamos llamar la iluminación tradicional como también de lo que yo llamo la nueva iluminación, o Iluminación Evolutiva. La iluminación tradicional es lo que aprendí de mi maestro, pero la Iluminación Evolutiva es lo que he descubierto y creado desde mi propio trabajo en el último casi cuarto de siglo. Durante este tiempo, he descubierto una nueva fuente de liberación emocional, psicológica y espiritual que existe fácilmente al alcance de cualquier persona, cualquier persona que tenga los ojos para reconocerla y el corazón para desearla. En pocas palabras, la iluminación está evolucionando. Ya no se encuentra sólo en la felicidad del Ser intemporal; se encuentra también en la urgencia extática del Devenir evolutivo.

Fue sólo después de muchos años de profunda introspección, dialogando con maestros y pensadores de todas las tradiciones, y el trabajo comprometido con miles de buscadores espirituales de todo el mundo que comencé a comprender en qué consiste esta nueva iluminación, por qué es tan diferente de lo que ha llegado antes, y por qué, como yo creo, tiene la clave no sólo para nuestro desarrollo personal, sino para nuestra evolución cultural. En el pasaje que sigue, voy a compartir brevemente con ustedes el viaje que llevé a cabo desde la antigua a la nueva iluminación.

Me convertí en un maestro espiritual en 1986 después de un intenso despertar que irrevocablemente transformó mi vida. Mi propio maestro, H.W.L. Poonja, provenía de la tradición Advaita Vedanta, y fue la simplicidad intemporal de esta antigua enseñanza la que catalizó mi despertar. La esencia de mi realización fue simple: todo ES lo que es. Fue una experiencia clásica de iluminación o satori ― viendo a través de la ilusión del tiempo directamente en la intemporalidad, despertando al eterno Ahora, el místico, absoluto, no dual y no relativo Fundamento del Ser. Mi maestro me enseñó ―como él fue enseñado por su maestro, el gran santo Ramana Maharshi― que la libertad que estaba buscando ya estaba presente como el mismo fundamento de mi propia conciencia.

Ese fundamento o trasfondo, la dimensión más profunda de lo que todos somos, ya existe siempre antes del tiempo y del proceso creativo. Es por eso que los místicos de todas las épocas nos han dicho que no hay ningún lugar adonde ir y nada que hacer, excepto realizar ESO. Después de mi propio despertar a esta verdad eterna, inicialmente enseñé de la misma forma como yo había sido enseñado. Mi respuesta espontánea a los que vinieron a mí en los primeros años de mi carrera docente fue simplemente esta: Date cuenta y ríndete. Date cuenta y descubre ese misterio que no puede ser comprendido por la mente, y ríndete a eso y sólo eso. Date cuenta de que nunca has nacido. Ríndete al hecho de que nunca has sido no-libre. Date cuenta de que nunca hubo un problema y nunca has dejado esa realización. Ríndete a eso y sólo eso. Estaba convencido más allá de de toda duda por mi propia experiencia que no había ningún lugar adonde ir, nada que hacer, y nadie que ser o llegar a ser. De hecho, en aquellos días, yo estaba tan seguro acerca de este punto de vista que cuestionaba la autenticidad de cualquier enseñanza espiritual que diera a entender que había algo que llegar a ser en el futuro que no fuera lo que ya siempre somos.

Esta enseñanza no es nueva. Ha sido la joya preciosa que ha pasado de maestro a discípulo desde hace miles de años. El objetivo perenne al que apunta es esencialmente la trascendencia ― una dramática liberación o escape del tiempo, la mente y el mundo que uno descubre cuando despierta al dominio intemporal, sin forma del Ser. En la mayoría de las enseñanzas místicas tradicionales, este énfasis en el más allá de la trascendencia como objetivo de la iluminación no ha cambiado desde que el Buda predicó el dharma en la antigua India hace dos mil quinientos años o desde que Adi Shankara escribió su Joya Suprema del Discernimiento en el siglo octavo. Y para nosotros los posmodernos, tampoco ha cambiado desde los días de gloria de la década de 1960, cuando el psicólogo de Harvard convertido en un rebelde psicodélico Richard Alpert, también conocido como Ram Dass, publicó su innovador manifiesto espiritual y llamada a las armas Be Here Now. Casi cuarenta años después, los best-sellers espirituales siguen proclamando el mismo mensaje: Trasciende la mente y el tiempo. Descansa en el "ahora", en la infinitud del momento presente. Todo lo demás es una ilusión temporal.

Desde esta perspectiva, el mundo y toda la manifestación es un mero "juego" de la consciencia, o lila como se le llama en el Vedanta: Lo que acontece aquí no es en última instancia real. Sólo lo Absoluto, el Fundamento no manifestado, inmutable, eterno y sin forma, es real. Por lo tanto, nada tiene que cambiar en este mundo manifestado, y la verdadera libertad se encuentra en escapar por completo de él. ¿Por qué albergar una ilusión? ¿Por qué tratar de mejorar lo que en principio no es real?