La proeza más grande que cada ser ha logrado conquistar es sin duda la experiencia, ya que por medio de ella nutrimos nuestro espíritu. Todo lo que percibimos por medio de nuestros sentidos, a través de nuestra percepción o sentir interno, es lo que nos impulsa a ir más allá, nos anima a adentrarnos en el precioso sendero del aprendizaje; muchas experiencias son difíciles de afrontar, que mejor testigo de esto que tú mismo, pero sabe! Dios nuestro señor nos impone pruebas cuando no estamos preparados ni física, mental ni espiritualmente, con el fin de sacar lo mejor de nosotros y conseguir el sagrado regalo de la experiencia.
Dios ha creado leyes universales para mantener el equilibrio de la creación y una de ellas es la ley de karma, la cual permite que se logre la armonía en todos los reinos del plano físico y de los planos mental y espiritual.
Por los muchos errores que la humanidad ha cometido ha estado sujeta por largo tiempo a la rueda karmica, es la misma rueda de la reencarnación, es la ley que mantiene al ser en este plano físico con el único fin de enseñarle lo que no ha querido aprender, lo mantiene aquí para sane y revoque sus compromisos, tanto con el mismo como con sus hermanos, es decir, para que por medio de su vocación se libere.
La ley del karma en sus diversas formas nos ayuda a regresar a nuestro propio origen, a nuestra verdadera esencia; nos ayuda a alcanzar el equilibrio interior, ya sea por medio de la belleza o el dolor.
Lo que hicimos hoy, es lo que definirá nuestro futuro mañana. Has el bien y serás libre!
Luz y amor en tu sendero
GabrieL
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