martes, 23 de agosto de 2016

“Pepitas de oro”


“Cada mañana, desde la aurora, el Sol proyecta por el espacio una profusión de pepitas de oro; y con estas pepitas de oro podemos llenar nuestro espíritu, nuestra alma, nuestro intelecto, nuestro corazón y también nuestro cuerpo físico. 

Todo nuestro organismo puede beneficiarse de este oro, desde el cerebro hasta los pies.

Existen diferentes clases de luz.

La que más necesita nuestro sistema nervioso y todo nuestro organismo es la luz que nos envía el Sol antes de su salida. 

Ésta es la luz más sutil, la más espiritual y actúa sobre nuestros cuerpos psíquicos. 

Por eso, si sabemos cómo mirar al Sol, algo se abre en nuestro plexo solar y empezamos a beber la luz. 

Es como un depósito que se llena de una quintaesencia preciosa. 

Cuando el depósito rebosa, ya sólo sentimos la necesidad de distribuir este elixir a todas las criaturas vivas. 

Y no hay mayor gozo que el de dar lo que hemos recibido del Sol.”

Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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