miércoles, 19 de abril de 2017

CÓMO CONVERTIRTE EN CRISTO, SEGÚN PHILIP K. DICK


EL ESCRITOR DE CIENCIA FICCIÓN Y MÍSTICO PHILIP K. DICK SOBRE CÓMO DEJAR QUE SE PRODUZCA EL ESTADO DE TOTAL DIVINIDAD EN EL INDIVIDUO

Philip K. Dick se ha convertido en los últimos años en el escritor de ciencia ficción más exitoso, si consideramos todas las películas y series que se han realizado a partir de sus obras, que algunos consideran proféticas de la distopía y enajenación que producen la tecnología y el capitalismo. La vida de Dick, sin embargo, fue bastante dura y no conoció dicho éxito realmente. Sus últimos años fueron consagrados a intentar entender una serie de asediantes visiones gnósticas, las cuales plasmó en su obsesiva The Exegesis (publicada póstumamente).

Dick se identificó con una veta del gnosticismo cristiano radical (no sin cierta paranoia), que considera que este mundo es una ilusión o simulación generada por un demiurgo que oscurece la luz verdadera de la divinidad con sus artificios (en este sentido, similar a la cábala luriana). Creía, sin embargo, que el ser humano era una imagen o una emanación de Cristo y podía despertar al estado crístico a través de un proceso que involucraba sobre todo el recuerdo de la naturaleza verdadera o anamnesis. Dick pensaba que Cristo se emanaba a sí mismo en la humanidad, jugando un juego de olvidar su propia naturaleza para despertar. Dick escribe en The Exegesis:

El creador puede permitirse descender a su propia creación. Puede permitirse eliminar sus memorias (de su identidad) y sus poderes supernaturales... El creador de manera deliberada planta señales en esta irreal creación --señales las cuales astutamente sabe que en el tiempo (eventualmente) le restaurarán su memoria (anamnesis)... Así que ha construido un sistema a prueba de fallas. No hay forma de que no recuerde eventualmente. Se ha hecho sujeto a un espacio espurio, tiempo y mundo (y muerte, dolor, pérdida, decadencia, etc.), pero tiene estas señales que desinhiben o estimulan distribuidas estratégicamente en el tiempo-espacio. Así que es él mismo quien se manda a sí mismo la carta que restaura la memoria.

En esto Dick sugiere un paralelo con el cuento gnóstico de la Leyenda de la Perla. Lo anterior recuerda también una de las frases mas memorables de Borges y por supuesto, más tarde en la historia, la trama de la película The Matrix. Escribe Borges:

El mayor hechicero (escribe memorablemente Novalis) sería el que el que se embrujara él mismo al punto de tomar sus propias fantasmagorías por apariciones autónomas. ¿No sería esta la verdad de nosotros? Yo conjeturo que así es. Nosotros (la indivisa divinidad que opera en nosotros) hemos soñado el mundo. Lo hemos soñado resistente, misterioso, visible, ubicuo en el espacio y firme en el tiempo; pero hemos consentido en su arquitectura tenues y eternos intersticios de sinrazón para saber que es falso.

Dick mantiene que:

un humano puede evolucionar a ser Cristo si Cristo ignita su propio ser en el humano y lo posee... en el momento cuando se lanza el último golpe (de dolor, lesión, humillación, muerte) es Cristo quien está ahí remplazando a la víctima y recibiendo el golpe.

De aquí que sea al recibir el sufrimiento con dignidad y confianza que uno pueda dejar entrar, como si fuere, el programa crístico. Dick no parece decir que uno deba sufrir sino que, ya que la vida es sufrimiento (muerte, vejez, enfermedad, pérdida), es en cómo se encara este sufrimiento que la divinidad emerge:

Huir del sufrimiento inexorablemente involucra fugarse de la vida (la realidad)... pero el secreto y misterioso opuesto de esto, encarar plenamente el sufrimiento --sin vacilar--, puede producir una alquimia mágica: de repente eres tú/de repente es Cristo/así que debes igualar (ser) Cristo.

Podemos interpretar aquí que el genuino sufrimiento, al de alguna manera anular la personalidad y la identificación con un yo separado, en la fe y en el significado de algo más grande, que trasciende la pequeña vida mundana, hace un vacío, crea lo que los místicos cristianos llamaban la kenosis, el vaciamiento de la propia voluntad en favor de la voluntad divina. El sufrimiento es una forma de éxtasis, uno se disuelve en su plenitud, plétora de sensación y universo; vacío de identidad individual: sólo eres sufrimiento... Esta renuncia es por una parte la prueba de la fe, y por otra parte el acto psicoespiritual mismo de aniquilarse para que nazca otra vez la divinidad en uno. Es en este momento de pasión que se cumple la promesa que alimenta la fe, de la divinidad interna, de la divinidad que nunca ha existido separada. Así también se cumple esta especie de tikkun olam en el que, como Dick escribe, "es el salvador quien debe ser salvado y quien en un sentido real es idéntico a aquel que salva". Esta divina metamorfosis no es finalmente más que una homologización del Uno con la creación, la reinstalación del Logos.



De aquí que el mal no exista absolutamente, sino como parte de esta obra mesiánica:

martes, 18 de abril de 2017

La Consciencia lo es todo



Este Advaita, del que hablo, no es en realidad una filosofía porque no se aferra a ningún principio. Es simplemente una recopilación de directrices y conceptos, y declara que ninguno de ellos es verdadero en un sentido absoluto. Se trata de indagar dentro de las limitaciones y los conceptos erróneos sobre cómo son las cosas. Por ello más que una verdad absoluta es un proceso. Sus enseñanzas contienen una serie de herramientas.

La herramienta primordial es que todo es Consciencia; todo es Uno. O, para ser más precisos, Advaita, si se traduce literalmente, significa "no dos". Ésa es la directriz más esencial. No es una verdad. Y una directriz se debe utilizar como medio para averiguar qué es verdaderamente válido; para indagar dentro de uno mismo y descubrir la propia naturaleza. Es un proceso que, cuando ocurre, se entiende como una parte natural del fluir de la vida.

Así que la Enseñanza como ocurre ahora, ya está surtiendo efecto en este momento. Si hay un "yo" autor presente, dirá: "Mira lo que he hecho. He pensado, me he dado cuenta, hoy he visto y he prestado atención, y por ello he obtenido tantos beneficios y resultados". El entendimiento es que es la Enseñanza misma la que te ha hecho reaccionar de la forma que ha querido. Es la Enseñanza misma la que, por su propia fuerza, tiene un impacto sobre ti.


A lo que esta enseñanza apunta es a que la Consciencia es la autora de todas las acciones y la que da vida a todo. Actúa a través de estos instrumentos humanos de la misma manera que actúa a través de los árboles, los pájaros o las cataratas. Los humanos están estructurados de tal forma que cuando la fuerza de la vida fluye a través de ellos reaccionan de acuerdo a su programación. Por lo tanto, hay organismos asesinos, organismos trabajadores, organismos perezosos; todos están creados para efectuar diferentes acciones. Hay organismos de perros, organismos de ardillas, organismos de peces, cada uno de los cuales actúa de acuerdo a su naturaleza biológica y a su programación. La Consciencia actúa a través de todo.

Cada organismo humano está programado genéticamente para producir una amplia variedad de acciones y reacciones. Tiene instintos y necesidades físicas. El organismo reacciona a esta programación de forma orgánica. Necesita aire y luchará para conseguirlo. Necesita agua; necesita comida; necesita calor y cobijo; tiene necesidad de sexo; tiene necesidad de todo tipo de cosas. Las necesidades del organismo le llevan a la acción, de forma completamente independiente a cualquier "yo" egóico. Tus propias investigaciones te mostrarán que no se necesita la presencia de un "yo" egóico para que la acción ocurra.

Es el ego o la mente pensante la que falsamente reivindica la autoría de la Consciencia como "mi" acción. Vocifera y amenaza, sugiriendo que si "yo" me voy no se hace nada. Lo que, por supuesto, ¡es ridículo! Está claro que ése no es el caso. En la ausencia de este "yo" egóico, se crea todo el universo.


La Consciencia lo es todo

Cómo tomar una decisión que cambiará tu vida


La mayoría de las veces somos conscientes de que hay algo importante en nuestras vidas que necesita algún cambio. Incluso a veces sabemos de qué clase de cambio se trata: terminar una relación de pareja, dejar un trabajo o irnos de algún sitio. Sin embargo, no encontramos la ruta que nos lleve del propósito a la acción. Nos nublamos y posponemos esa decisión indefinidamente.

Una decisión trascendental está compuesta esencialmente de dos elementos. Primero, debes haber identificado que en verdad existe un problema grave. Y segundo, ya sabes que es necesario cambiar esa situación para superar el problema. Entiendes que ya no es hora de paños de agua tibia, sino que tienes que tomar medidas concretas y, muchas veces, radicales.


“En cualquier momento de decisión, lo mejor que puedes hacer es lo correcto, la mejor cosa siguiente es lo incorrecto y lo peor que puedes hacer es nada”.

-Theodore Roosevelt-

Frente a los graves problemas, casi todos llegamos hasta ahí. Después, nos distraemos con otras cosas o dejamos pasar el tiempo “a ver qué pasa”. No terminamos de tomar la gran decisión que sabemos que debemos adoptar. Quizás lo que necesitamos es de un método para pasar del pensamiento a la acción o para, sencillamente, aceptar que no queremos darle un giro radical a esa situación.


Enseguida vamos a presentar algunas sugerencias que pueden ayudarte en ese difícil proceso de tomar una decisión trascendental. No se trata de un “paso a paso” que debes seguir al pie de la letra, sino de unas pautas acerca de las etapas que es necesario completar antes de llevar a la práctica una decisión definitiva.

Elimina la idea de que tu decisión va a terminar con todas las dificultades

A todos nos encantaría encontrar una decisión perfecta. Una que solucione todo de una vez. Que resuelva los inconvenientes y los erradique al cien por ciento. O sea, una decisión tipo “chuza” o “moñona”. Como en los bolos, que lanzas y tumbas todos los pines de una vez. Para decepción nuestra, ese tipo de decisiones no existen.



Toda decisión implica una o varias pérdidas. No se toma una decisión porque lo resuelva todo, sino porque nos lleva a una situación que mejora significativamente, algún aspecto de la vida que es importante para nosotros. La decisión resuelve un problema que es crucial, pero deja intactos otros elementos que igual tendremos que resolver.

La decisión trascendental también implica una dosis de inconformidad, sufrimiento o privación. Por eso necesitamos valor para tomarla. Piensa que si lo hacemos es porque el problema que queremos resolver ejerce una influencia tan negativa en nuestra vida que hace válidos los sacrificios necesarios para superarlo.

Identifica los riesgos y peligros involucrados en la decisión

Toda decisión trascendente implica también un conjunto de riesgos y, a veces, de peligros. Antes de dar el paso siguiente, debemos intentar delimitar el lugar de los pozos en los que podemos caer. Esto no solamente aumentará la fortaleza para seguir adelante, sino que además le otorgará más firmeza y conciencia a lo que estamos decidiendo.



Aquí es válido utilizar el viejo truco de la lista. Toma una hoja de papel y escribe todos los riesgos implicados en tu decisión. Sé concreto. Trata de ser muy preciso. Identifica cada riesgo y cómo te puede afectar. No omitas nada, incluso si piensas que se trata de un riesgo mínimo, absurdo y sin importancia (es mejor que trabajes con él de manera consciente que de manera inconsciente). Cuando vamos a tomar una decisión definitiva, nada es irrelevante.

Trata de hacer lo mismo con los peligros. La diferencia entre riesgo y peligro es que el primero implica algún daño relativamente menor, pero el segundo compromete de algún modo tu salud o tu vida. Suena extremo, pero por ejemplo para algunos romper con su pareja o cambiar de trabajo, con muchas deudas encima, son peligros. De ahí la parte relativa de esta identificación y el papel que puede jugar la dependencia emocional.

Examina tus emociones y fija un marco de acción

jueves, 6 de abril de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (LAS CUERDAS DE ARPA DEL ALMA)


 ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE.

Vamos a ocuparnos hoy de una explicación que, hasta donde Yo sé, no se ha dado hasta la fecha. Las Corrientes de las Fuerzas Positiva y Negativa, una a cada lado de la médula espinal, 
—siempre activas en su misión de distribución— son como dos cuerdas de arpa: la Negativa es una cuerda de bajo, y la Positiva, de la región aguda. Dentro de este nervio a cada lado de la médula espinal, se encuentra aquello que se parece a una cuerda de arpa. 
Cuando se entra al Sendero Consciente, estas Cuerdas Divinas —como quien dice— comienzan a ser afinadas; y cuando alcanzan cierta tirantez, comienzan a responderle a las Grandes Presencias Avanzadas que tocan sobre ellas, sin que el ser humano esté consciente de ello.



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Nos Tomamos unos días de descanso


Nos Tomamos unos días de descanso, estaremos hasta el día 18 de abril ausentes, por que nos tomamos unas pequeñas vacaciones de relax,
pero no se despisten los quiero de vuelta el 18 y pasare lista jeje

Mientras llega ese día os dejo el ultimo vídeo que hemos subido a youtube en el siguiente post.

Un abrazo y saben que los AMO
Bendiciones mis amados.

Ismael

Tomando tierra


La falta de enraizamiento se asocia normalmente a la sensación de estar “ido”, separado de la realidad física, sin tener los pies en la tierra y con la sensación de no estar conectados ni  afianzados energéticamente en el planeta en el que vivimos. Es un problema común en todos nosotros, ya que hay muchas cosas que nos desconectan del mismo, empezando por un estilo de vida alejado de la naturaleza, y siguiendo por las rutinas y formas que tenemos de evadirnos “hacia arriba”, en vez de afianzarnos “hacia abajo”, para sostenernos y tener una solidez energética que nos ayude a lidiar con las cosas.

Esta falta general de enraizamiento es uno de los problemas que permiten la manipulación mental, algo que mencionamos en el artículo anterior cuando decíamos que:

Como visteis también en el artículo sobre envenenamiento mental, al ser humano se le pueden insertar pensamientos que no son suyos, y se le puede manipular de forma bastante sencilla lo que piensa o cree, ya que el sistema bajo el que vivimos, y diferentes entes con el potencial para ello, pueden ubicar en nuestro cuerpo mental todo tipo de “paquetes” que, a no ser que estemos bastante atentos, y cuestionemos todo lo que se nos pasa por la cabeza (de lo que no estemos seguros si es nuestro o externo), pueden hacernos llegar a creer cosas que nosotros no creíamos, y pueden hacernos pensar o tener, y cambiar de ideas, mediante inserción externa y manipulación energética. Para muchas personas, este es el primer método que tiene el sistema bajo el que vivimos para evitar que hagamos algo, o que nos lancemos a ejecutar cambios potencialmente dañinos para la estructura del sistema, potenciando dudas, pensamientos o, literalmente, insertando ideas que de repente nos parecen que salen de la nada, como “intuiciones”, cuando no son más que burbujas insertadas en nosotros para hacernos dirigir nuestro pensamiento y visión de la realidad hacia un aspecto u otro.

La robustez del elemento tierra

En alquimia, y en todas las enseñanzas esotéricas, mágicas, ocultistas, metafísicas, etc., el elemento tierra nos proporciona esa solidez y esa robustez. La tierra es un elemento que contiene la fortaleza para establecer los cimientos de las cosas y poder así darles un sustrato que permita construirlas y sostenerlas. Cuando nuestro “mundo mental” se nos va de las manos, es cuando hay que echar mano de la ilusión del mundo físico, para volver a tomar control del mismo.

¿Qué significa que nuestro mundo mental se nos vaya de las manos? Significa que, a veces, vivimos metidos en nuestra cabeza, en los problemas, situaciones, eventos y mil cosas que tenemos, nos pasan, creemos que nos están pasando, pensamos que nos van a pasar, etc., pero que aún no tienen un reflejo en la realidad que vamos proyectando y co-creando, sino que, de momento, solo son la idea de la casa que el arquitecto tiene en mente antes de que la casa se haya construido de verdad. Si en nuestra mente nos abruma que tengamos 25 ideas de casas que nos causan todo tipo de vaivenes mentales y emocionales, pero que aún no han pasado de ser más que formas energéticas, entonces hay que bajar al suelo, tomar tierra y parar, antes de que, literalmente, nuestras películas mentales nos lleven demasiado lejos.

Es una ilusión

En Sanación Akáshica tenemos un bloqueo energético que llamamos “ilusión”. Se trata de una disfunción que suele aparecer en el cuerpo mental cuando decodificamos algo que percibimos de forma errónea. El ejemplo más tonto pero sencillo sería como cuando vemos a dos personas que conocemos y creemos que están hablando de nosotros (suposición), y eso nos lleva, sin ningún tipo de cercionamiento por nuestra parte, a montarnos una serie de escenarios mentales en los cuales nos imaginamos de todo respecto a esa supuesta conversación en la que creemos que, supuestamente, están conspirando contra nosotros nuestros amigos.

Esos escenarios mentales son provocados por las rutinas del programa ego que ya explicamos en este otro artículo, ya que siempre está en modo “observación” y “defensa”, procurando que no haya nada que pueda cogernos desprevenidos (al menos en nuestro mundo interior mental). Así, esa generación de supuestos escenarios de algo que supuestamente está pasando nos lleva a otras disfunciones energéticas al generar formas mentales y emocionales negativas que luego causan problemas en cualquier otra parte del sistema energético, al quedarse compactadas en nosotros mismos. Al final, lo más probable, como siempre, es que la causa objetiva del hecho, la conversación entre dos personas que conocíamos, no tuviera nada que ver con lo que nosotros hemos creído que estaba sucediendo, de ahí que, Don Miguel Ruiz, en su libro “Los Cuatro Acuerdos”, un libro de sabiduría tolteca, dice que uno de ellos es “nunca supongas nada”.

Restableciendo contacto con la parte tangible de las cosas

La Eternidad de la Naturaleza


Paul Cézanne dijo: "Todo se desvanece, se desmorona, ¿no es así? La naturaleza es siempre la misma, pero nada en ella nos parece que dure. Nuestro arte debe representar la emoción de su permanencia, junto con sus elementos, la apariencia de todos sus cambios. Nos debe dar una idea de su Eternidad."

Esa declaración debe ser una de las expresiones más claras y profundas de la naturaleza y el propósito del arte en nuestra época. ¿Qué quiso decir Cézanne, estando delante de una montaña, el Monte de Santa Victoria, una de las estructuras más sólidas y duraderas en la naturaleza, cuando dijo: "Todo se desvanece, se desmorona..."?

Cézanne se refería al acto de ver. No percibimos un mundo fuera de la Consciencia. El mundo es nuestra percepción del mundo. No hay evidencia de que haya un mundo aparte de su propia percepción, aparte de la Consciencia. Lo visto no puede separarse del ver y el ver no puede separarse de la Consciencia.

Un objeto sólido no puede aparecer en la Consciencia más de lo que un objeto sólido puede aparecer en el pensamiento. Sólo un objeto que está hecho de materia podría aparecer en el espacio. Sólo un objeto que está hecho de mente podría aparecer en la mente. Y sólo un objeto que está hecho de Consciencia puede aparecer en la Consciencia. Y como todo aparece en última instancia en la Consciencia, todo es, en último análisis, hecho de Consciencia.

Cuando decimos que percibimos un objeto, queremos decir que ese objeto aparece en la Consciencia. Es una percepción que aparece en la Consciencia. Si cerramos los ojos por un momento, la percepción anterior se desvanece por completo. Si reabrimos los ojos aparece una nueva percepción. Aunque pueda parecer que es el mismo objeto el que reaparece, es en realidad una nueva percepción.

Si repetimos este proceso, aparentemente mirando al mismo objeto durante un período de tiempo, la mente va a comparar las diversas imágenes o percepciones y concebir un objeto sólido que aparentemente ha perdurado a lo largo de la aparición y desaparición de las percepciones, y que existe en el tiempo y el espacio, independientemente de la Consciencia que lo percibe.

Este mismo concepto aparecerá y desaparecerá en cualquier otra percepción. Y con el siguiente pensamiento, se concibe un sujeto, un veedor, que supuestamente ha tenido varias vistas diferentes del objeto aparente y que estuvo supuestamente presente antes, durante y después de su aparición.

En este caso tanto el objeto como el veedor, que son concebidos como existentes por sí mismos, independientes del pensamiento que los piensa, son conceptos.

Este objeto y su sujeto, el veedor, son en realidad simple y solamente ese mismo pensamiento que los ha concebido. Y con el fin de concebir un objeto que exista y perdure en el tiempo y en el espacio, el tiempo y el espacio mismos tienen primero que ser concebidos, con el fin de albergar a estos objetos. Del mismo modo, el tiempo y el espacio en sí no son otra cosa que el mismo pensamiento que los ha concebido.

Sin embargo, aunque esta capacidad de la mente de concebir un objeto y su correspondiente sujeto es útil, no refleja un modelo preciso de experiencia. Nuestra experiencia real es que una percepción desaparece totalmente antes de que aparezca la siguiente percepción. Es en este sentido que, como decía Cézanne, todo "se desvanece" de momento a momento.

La aparente experiencia de un objeto sólido se disuelve en esta comprensión, y es sustituida por la comprensión de que nosotros en realidad experimentamos una serie de percepciones insustanciales, fugaces. Es en este sentido que "todo se desmorona". Dicho esto, también tenemos la intuición profunda de que algo, que Cézanne llama "naturaleza", perdura.

¿De dónde viene esta sensación de perdurabilidad o permanencia? ¿De dónde obtiene Cézanne el conocimiento de que, "La naturaleza es siempre la misma", dado que ya ha reconocido que, "Todo lo que vemos se desvanece, se desmorona"?

¿Nuestra personalidad influye en nuestra salud?


Pensemos, ¿cuántas veces hemos oído que de tanta preocupación nos iba a salir una úlcera estomacal? Efectivamente, existe alguna relación entre lo psicológico y lo orgánico, y a su vez entre estas dos dimensiones y la conducta. A lo largo de la historia se han desarrollado muchas teorías que intentaron conectarlas.

Los griegos y romanos ya asociaban carácteres y formas de ser con las apariciones de determinados problemas de salud. Una idea que con el desarrollo científico y el avance del conocimiento médico quedó durante siglos descartada y que hoy volvemos a recuperar. Quizás su intuición fuera mucho más acertada de lo que pensamos.


Así, en la actualidad se trabaja para establecer relaciones entre lo biológico y lo psicológico, enfocando los descubrimientos a la promoción de la salud. Además, gracias a los pasos dados el siglo pasado se pudieron definir con claridad dos tipos de personalidad que conducían a comportamientos poco saludables.

Personalidad tipo A: el estrés y el corazón

En los años 70, los cardiólogos Friedman y Rosenman describieron a las personas con riesgo de sufrir un trastorno coronario. Estas tenían como característica principal una marcada tendencia a autoinducirse estrés. La conducta de estas personas estaba envuelta en:

Impaciencia
Implicación laboral
Alta dosis de competitividad
Hostilidad



Tras varios años de estudios quedó claro que el patrón de conducta A podía considerarse un síndrome. Este aumentaba las posibilidades de sufrir un problema cardiovascular. A estas características hay que añadirles un estado de alerta casi permanente y una necesidad constante de fijar metas y alcanzarlas rápidamente.


Finalmente en el año 1988 se describió el síndrome AHI (agresividad, hostilidad e ira) como el triple factor crítico para sufrir un problema coronario. La explicación biológica pasa por la reactividad del corazón. La presión sanguínea sube debido al aumento de catecolaminas (encargadas de preparar el cuerpo para la acción física). A la vez existe un aumento de glucocorticoides que aumentaría el colesterol. Los estudios realizados reflejaban mayor reactividad en patrones de personalidad tipo A.

Personalidad tipo C: consecuencias de reprimir emociones

“La angustia mental siempre es resultado de la evitación del sufrimiento legítimo”.
-Stefan Molyneux-


A la vez que se estudiaban las consecuencias del patrón de personalidad tipo A, otros estudios se centraban en las personas que practicaban la represión emocional (contención emocional excesiva). Si hay algo que ha llamado la atención a los investigadores son los rasgos de aquellos pacientes con enfermedades autoinmunes y crónicas. Aunque los inicios de estos estudios comenzaron enfocados al cáncer (Temoshok, 1987), poco a poco fueron abriéndose a otro tipo de problemáticas.

Al final las características coincidentes reflejaban:

martes, 4 de abril de 2017

Oraciones y afirmaciones


Instrucciones para la práctica de afirmaciones

Seleccionar una afirmación

Lo más eficaz es practicar las afirmaciones en el momento de despertar, por la mañana, o justo antes de dormir, por la noche. Antes de comenzar a practicar las afirmaciones, es importante sentarse en la postura correcta de meditación, en una silla o sobre una superficie firme. La espalda ha de mantenerse recta, y los ojos, cerrados, concentrando la atención en la región del bulbo raquídeo (en la parte posterior del cuello). Desalojar de la mente los pensamientos inquietos y las preocupaciones.

Elija una de las siguientes afirmaciones y repítala completa, comenzando en voz alta y bajando progresivamente la voz —mientras la repetición se hace a su vez más lenta— hasta acabar en un susurro. 

Después deberá continuar repitiendo la afirmación de forma mental solamente, hasta que sienta que ha alcanzado una profunda e ininterrumpida concentración. A medida que experimente una creciente paz, esfuércese por profundizar su concentración, a fin de que pueda entrar en el reino de la supraconciencia y hacer realidad sus afirmaciones.

Oraciones y Afirmaciones:

¡Oh Protector Omnipresente! […] Pueda yo aferrarme siempre a Ti, en la vida y en la muerte, en la enfermedad, en el hambre, en las epidemias o en la pobreza. Ayúdame a comprender que soy Espíritu inmortal, invulnerable a las catástrofes mundiales y a los cambios que acompañan a la niñez, la juventud o la vejez.



¡Oh Padre!, en mí se halla tu ilimitado poder que todo lo sana. Manifiesta tu luz a través de las tinieblas de mi ignorancia. Dondequiera que tu luz bienhechora está presente, allí mora la perfección; así pues, la perfección está en mí.



Exijo mi divina herencia, sabiendo intuitivamente que todo poder y toda sabiduría existen en mi alma en forma innata.

¿ES LA DEPRESIÓN UN SIMPLE LLAMADO AL DESPERTAR?


“Llévame hacia Cypress Hill en mi auto. Escucharemos hablar a los muertos. Es allá donde hablan. Murmuran como pájaros en Cypress Hill, pero todo lo que dicen es una palabra, y esa palabra es “vive” dicen “¡vive, vive, vive, vive!” eso es todo lo que han aprendido, es el único consejo que pueden dar. Sólo vive. ¡Sencillo! Una instrucción muy sencilla…“

De 'Orpheus Descending’, Tennessee Williams


Déjenme contarles una historia acerca de la vida y la muerte, y los misterios que ocurren en el interior.

Recientemente charlaba con una mujer que estaba ocupada planeando su suicidio. Estaba poniendo en orden sus asuntos financieros, pagando sus deudas y tratando de encontrar unos padres adoptivos que pudieran hacerse cargo de la crianza de su pequeña hija, quien quedaría huérfana después de quitarse la vida. Ella había estado amenazando con suicidarse durante años, y ahora, finalmente, estaba decidida a hacerlo. Sus amigos y familiares, desesperados, habían intentado detenerla, sin embargo ella estaba completamente decidida.

“Esto es todo. He terminado. Mi tiempo aquí ha acabado,” me dijo de una manera tan casual al inicio de nuestra sesión. Todo se había convertido en una carga para ella - su insatisfactorio trabajo, sus necesitados amigos, su brillante pero hiperactiva mente, su fallida búsqueda por un compañero de vida. Incluso su hija la estaba volviendo loca con sus incesantes demandas. Estaba completamente exhausta de ayudar a todos todo el tiempo sin recibir nada a cambio y veía al suicidio como una 'lógica’ e 'inteligente’ solución a su problema de vida.

Dejé que hablara y hablara. Tenía demasiadas cosas que decir y yo intervenía muy poco. Simplemente me puse de su lado, sintiendo y viendo el mundo desde su punto de vista, permitiendo que mi experiencia fuera la suya, íntimamente. Esto fue fácil porque en mi experiencia conocía muy de cerca ese lugar de absoluto agotamiento y desesperación, ese lugar en donde yo 'había tratado de salvar a otros con mucho esfuerzo sin recibir nada a cambio’, ese lugar en donde tal parece que la muerte resultaría ser una bendición y una liberación.

Me uní al club de '¡Nuestras Vidas Son Demasiado y Ya Estamos Hartos! (la membresía es gratuita). Y éramos los fracasados, los incomprendidos, los nunca bien amados, los nunca apreciados, los que anhelan un profundo descanso. Me pregunté si alguien había alguna vez intentado estar con ella en ese lugar en donde se sentía completamente exhausta. Me pregunté si todos esos terapeutas, maestros espirituales, amigos y familia, en todo este tiempo, con sus mejores intenciones, habían intentado solamente salvarla, componerla, alimentar sus creencias 'positivas’ o 'espirituales’ para obligarla a cambiar su mente y 'volverla a la normalidad’, en lugar de entrar en verdadera comunión con ella dentro de su dolor y soledad, validando su experiencia presente. Quizás en el medio de su presente desesperación, algo diferente, algo completamente nuevo, estaba anhelando ser liberado.

Hablamos durante horas. Nos comunicamos con entendimiento, más que con juicios y temores, ella se fue abriendo poco a poco con respecto a sus verdaderos anhelos, sus sueños secretos y sus deseos ocultos. Se hizo evidente que tenía una muy rica, y creativa vida interior a la que jamás había podido dar expresión. Detrás de su fachada, estaba completamente viva, abierta a experimentar, demasiado perceptiva a las energías que le rodeaban, sumamente 'abierta’, como ella lo dijo. Muy en el fondo, tenía un salvaje y apasionado espíritu, pero se había limitado y restringido a sí misma con los años, amoldándose a una vida en donde no era 'ella’, para nada. Había estado viviendo una vida de números, de dinero y de previsibilidad, anulando su espíritu explorador, su poesía y su sentido aventurero.

Con mucho cariño la animé a abrirse a su secreto anhelo por viajar, explorar, salir hacia lo desconocido sin un mapa que la guiara. Comenzó a hablar con mucha pasión sobre esa época en el pasado cuando se sentía libre y sin cargas. Tenía el anhelo de volver a la simplicidad de esos días. Un fuego rugió dentro de ella.

Su anhelo de morir no era realmente un anhelo de morir en el sentido físico. Lo que realmente anhelaba no era dejar de respirar, ni el cese de los latidos de su corazón, sino la muerte del

lunes, 3 de abril de 2017

El mundo es como lo vemos


No vemos el mundo tal como es, sino como creemos que es. Venimos a este mundo desnudos, como el amplio espacio abierto en el que sucede el misterio de la vida. Hay una frescura en nuestra experiencia: todos los sentimientos y sensaciones, cada movimiento de energía, es nuevo. Sin palabras, conceptos ni recuerdos, nos encontramos con este territorio inexplorado con totalidad. Vemos las cosas como son: todo es creado igual en nuestros ojos. La división entre bueno y malo, correcto e incorrecto, aún no ha comenzado.

Sin embargo, con el tiempo, la lente transparente original de la visión inocente es inevitablemente contaminada. Nos enteramos de que algunas cosas duelen ―ya sea física o emocionalmente― y un antiguo mecanismo de supervivencia entra en acción. Decidimos que lo que duele no es amor y nos alejamos para encontrar en otro lugar la imagen de amor que hemos creado. Nos sentimos temerosos, solos, vulnerables, incompletos y buscamos la seguridad y la protección de la totalidad fuera de nosotros mismos. Olvidamos que somos este amor ―que ya somos totalidad― y fabricamos una elaborada teoría de lo que pensamos que somos basada en una identidad equivocada. Se nos olvida que la vida es una expresión de este amor ―que siempre es perfectamente totalidad tal como es― y pintamos un cuadro de la vida basado en la percepción errónea.

Nuestros gustos y aversiones, nuestras esperanzas y temores, ya sea que creamos que la vida es benévola o dura, ya sea que creamos en el destino, el karma, la suerte o la magia ... todo esto y más son moldeados por la historia única de nuestra encarnación en la tierra. Nuestra historia incluye las historias de nuestros padres, las historias de nuestros miembros de la familia, la historia de nuestra educación, nuestra clase, nuestra religión, las alineaciones planetarias en el momento en que nacimos, y la época histórica en la que hemos nacido. Todas estas historias tejen un tapiz de creencias que distorsiona el mundo que vemos. Y luego decimos que lo que vemos es la realidad.

La proyección de esta imagen en el mundo es el sueño en el que vive la mayor parte de la humanidad. Si este sueño es una pesadilla o un cuento de hadas es de nuestra propia fabricación. Nuestra realidad personal es una proyección de nuestra historia personal. La pesadilla es lo que experimentamos cuando creemos que alguien o algo es culpable de nuestro sufrimiento. Partiendo de la ignorancia denuestra verdadera naturaleza, creemos estar separados de todo lo que percibimos y del el único ser que anima la totalidad de la existencia. Incluso si la historia es un cuento de hadas con un final feliz, aún lleva al sufrimiento porque cualquier cosa a la que pueda aferrarse el ego ―y esto incluye cada forma, cada idea, cada imaginación, y cada esperanza― está destinada a morir. Y a menos que reconozcamos la luminosidad de lo que permanece cuando todo muere, todavía estamos atrapados en el sueño.

El despertar de este sueño es el reconocimiento de que nuestras creencias sobre el mundo no son la verdad, sino una respuesta mental y emocional condicionada basada en el pasado y proyectada hacia el futuro: este es el comienzo de la clara-visión. Cuando este reconocimiento se lleva a cabo en

NUESTRO PROYECTO DE VIDA


El proyecto de vida de cada uno es amar y gozar de la vida misma. Mientras no seáis conscientes y tengáis el valor para ello, no hay nada más que hacer.

Hace años luz que decidimos jugar. Y en medio de ese juego, creamos la creencia de la separación de nosotros mismos. La finalidad del juego consistía en recordar la apariencia de la separación. Se trata de la irrealidad, la cual es mentira.

Todos somos uno y tenemos que estar unidos, no separados. Quien juega a esta irrealidad es el ego. Este quiere que nos mantengamos separados del otro y además, sentirnos importantes o especiales.

¿Cuál es tu proyecto de vida?

En todos los juegos hay unas reglas. En este juego, la regla que se tiene que cumplir es la de amar.

Todos somos Amor, es la primera regla que hay que cumplir. La segunda es gozar, vivir plenamente.

Aquí el ego juega un gran papel importante. El ego dice que tenemos que ser especiales, mejores que el otro. Ahí es cuando buscamos al vidente, a otra persona para que nos diga lo especiales que somos. Tenemos que dejar de juzgarnos y debemos amarnos.

El ego nos hace poner la capa de salvar al otro, en vez de salvarnos a nosotros mismos. Cada vez que buscáis un proyecto de vida, si os ponéis por encima de otro ser humano, estáis decayendo.

El camino de la evolución y de la involución es muy distinto. Da igual a qué os dediquéis, qué trabajo tengáis o en qué sois los mejores, lo importante es vivir vosotros mismos entrando en vuestra consciencia.

Cuando salimos de casa nos ponemos la careta para todo. Cuando llega la noche y estamos en la cama, por un momento nos paramos a pensar quiénes somos, qué hacemos con nuestra vida. Estamos despistados, no sabemos que hemos hecho con nuestra vida, estamos desesperanzados en soledad. De repente, nos llega a la mente que tenemos que hacer algo, sentirnos, trabajarnos en nuestras emociones.

Si en vuestro caso tenéis un Don, os veis los raritos. ¿Qué hacer con esas rarezas? Nos ponemos excusas como, por ejemplo, “ahora no me va bien hacer nada en cuanto a sentirme y trabajarme”, “uuuf ahora me voy a gastar dinero”. Cuando ese quebranto interno sale de nosotros, nos mantiene separado nuestro ego, nuestras creencias, patrones. Os dicen que si dais una mínima credibilidad a lo que estáis sintiendo, que vuestra vida no habrá tenido sentido. Eso, el ego no lo lleva bien. Ahí es cuando podéis empezar a cumplir vuestro propósito de alma o de vida. Os podéis tomar el tiempo que necesitéis. La eternidad tiene todo el tiempo del mundo. Ahora es cuando tenéis que aceptarlo y tomar medidas, u os lo pensáis y decís: “Bueno para la próxima vida”.

Nuestra misión de vida, nuestro propósito es “ser quien habéis venido a ser”. Para que esto ocurra, tenéis que dejar todas las comodidades, todo el confort. No hay nadie por encima de vosotros, no podéis ayudar a nadie. No os pongáis la capa del ego. Si lo hacéis estará ahí, porque quiere cambiar al otro y esto es un acto de egoísmo.



En el momento de querer ayudar al otro, le quitamos su momento de aprendizaje de lo que ha venido hacer, de su propósito de vida. No le dejamos ver cuáles son sus herramientas, sus dones, ni siquiera vivir. Con esto entraría en la coherencia y responsabilidad de su alma. Si ayudamos al otro, vamos a generar deudas que van amplificar la frustración, y esto no es Amor.

El amor no es interés, es consciencia. El amor no se vanagloria, no es un mercadeo. El amor se contagia, no pide cuentas al otro, no hace daño. El amor es dar el permiso al otro. No juzgadlo, no utilizadlo para que dependan de nosotros y nos quieran.

Si el amor no está instalado en nosotros mismos, en el trabajo, en nuestra vida diaria, pondréis todas las quejas continuamente.

Cuando esté alineado, todo os dará igual y agradeceréis a la vida lo que os da. Tenéis que dejaros recibir, daros el permiso a recibir.

Cuando no estamos en el amor, estamos alejados, estamos en la búsqueda en la proyección y en el juicio, parece no tener sentido nuestra vida. Tenemos que ver el amor en nosotros. Proyectar este

viernes, 31 de marzo de 2017

El poder sanador de la conciencia



La mayoría de nosotros considera que la salud es el estado natural del ser humano y la enfermedad una ausencia o alteración de ese estado, que en términos más metafísicos también conocemos como “estado de armonía” o de “pérdida de armonía”. Pero ¿por qué nos cuesta tanto mantener ese estado natural de manera permanente?
La conciencia tiene mucho que decir al respecto, pero vayamos por partes.
 
El síntoma como aliado

Sabemos que la medicina convencional, en su afán de especialización, investigación y análisis de las estructuras meramente orgánicas, continua a día de hoy perdiendo de vista la totalidad del ser humano a la hora de llevar a cabo un tratamiento. Si bien es cierto que cada vez son más los facultativos que tratan de integrar como buenamente pueden la filosofía holística (cuerpo-mente-espíritu) tan característica de la medicina alternativa, lo cierto es que la propia metodología académica tiende a poner el foco de atención únicamente en la resolución del síntoma (cuerpo).

Pero este método de curación, efectivo en cuanto a que nos quita la dolencia de encima prácticamente al instante, podría compararse a cuando si al prenderse una de esas lucecitas de nuestro automóvil que indican que algo marcha mal, en lugar de interrumpir el viaje para llevar el coche al taller, quitáramos la bombilla para que dejara de importunarnos y diéramos el incidente por resuelto. Si no fuera porque el cuerpo tiene su propio “taller de reparaciones”, no cabe duda de que todos acabaríamos tarde o temprano “tirados en la cuneta de una carretera”. Sin embargo, esto es lo que hacemos cada vez que nos disponemos a apagar el síntoma (a base de analgésicos, ansiolíticos, antihistamínicos, antitérmicos…), sin dedicar un solo minuto a pensar cual ha podido ser la causa de esa dolencia que percibimos como enfermedad.



El cuerpo físico es un magnífico y sofisticado vehículo de expresión y manifestación de la conciencia del ser humano en el plano físico, que como tal, está al servicio de su ocupante. No obstante, ocurre que el cuerpo responde tanto a las órdenes que proceden de la parte consciente del ser, como de su inconsciente. El cuerpo expresa la totalidad del ser. Y aquello que en nuestro cuerpo se manifiesta como síntoma, no es otra cosa que la expresión visible de un proceso invisible que con su señal solo pretende interrumpir nuestra cotidianidad para avisarnos de una anomalía.

Cuando comprendemos la diferencia entre enfermedad y síntoma, nuestra actitud y relación con la enfermedad se modifica rápidamente. Dejamos de considerar al síntoma como nuestro gran enemigo al que hay que aniquilar, para verlo como un aliado que puede ayudarnos a encontrar lo que nos falta, aquello de lo que nos somos conscientes y que es causa de nuestra enfermedad.

Los efectos de la dualidad



Cuando una persona dice de sí misma que es: trabajadora, tolerante, pacífica, amante de los animales, abstemia, vegetariana, etc., significa que a cada una de estas características le precedió una elección. Optó entre dos posibilidades, eligió una y descartó la otra. De este modo con el “soy trabajador, tolerante y pacífico”, excluye automáticamente el “soy vago, intolerante y violento”. Así es como vamos construyendo progresivamente nuestra personalidad e identificándonos con cada uno de los pares de opuestos que conforman nuestra percepción de la realidad. Siempre habrá uno de los dos opuestos que en mayor o menor medida será asumido como propio e integrado en nuestro ser consciente, y su contrario en cambio, considerado como ajeno, acabará siendo desterrado a la “sombra” de nuestra conciencia.

Carl G. Jung denomina “sombra” a la suma de todas las facetas de la realidad que el individuo no reconoce o no quiere reconocer en sí mismo. Todo lo que el ser humano rechaza pasa a su sombra, que es la suma de todo aquello con lo que no se identifica. De este modo el ser humano proyecta en el mundo exterior un mal que no reconoce como propio, precisamente para no tener que encontrar en sí mismo la verdadera fuente de toda desgracia.



Es decir que la enfermedad se nos presenta como una exteriorización de todo aquello que no ha pasado por el filtro de nuestra psique. Y el cuerpo en este sentido es extremadamente sincero. Una sinceridad a menudo difícil de soportar, pues ni el mejor de nuestros amigos se atrevería a decirnos la verdad tan crudamente como lo hace el cuerpo a través de los síntomas. Pero para entender lo que nos está diciendo el cuerpo, tenemos que aprender a interpretar su lenguaje. Un lenguaje psicosomático cuya “piedra de toque” se halla en estas dos sencillas preguntas:

¿Sabes que el Universo trabaja contigo?


Jennifer Hoffman comparte con nosotros su conocimiento sobre como trabaja el universo, específicamente, como trabaja con nosotros para que podamos cumplir con todo lo que buscamos realmente de corazón.


¿Sabes que el Universo trabaja contigo, no para tí? No es posible para el Universo darte algo que no deseas, ni crear situaciones que no hayas energetizado ya en alguna parte de tu realidad. La energía universal no crea algo de la nada; solamente crea aquello para lo que tú ya has establecido un espacio energético mediante tu intención consciente o inconsciente. Tan pronto hayas definido la intención, estableces las vibraciones que crean la realidad. 

El entendimiento es la clave para manifestar todo en la vida porque es como todo es manifestado.Y si la intención es consciente o inconsciente no es importante; todo es lo mismo para el Universo, el cual te ve como infinitamente poderoso y sabio, actuando siempre dentro de lo que es para tu mayor bien.

Cuando oras a Dios, o la Fuente, para ‘arreglar este problema’, el Univero no es capaz de responderte porque tú no has creado nada, no hay intención, y no hay nada que arreglar porque no hay problema alguno.  

El Universo sabe que, ya sea consciente o inconscientemente, tú has creado la situación que ves como un problema. Y tú debes crear la solución energetizando la posibilidad para que un nuevo aspecto de tu realidad esté presente. 

Pudieras pedir ayuda porque sientes que el Universo es mucho más sabio que tú, pero eso es una falacia. Tú tienes toda la sabiduría y conocimientos a tu disposición, y tu habilidad para usarlos está limitada solamente por tus creencias de que el Universo es más sabio, más poderoso, más consciente de tu potencial o de lo que es mejor para tí que tú.

Por eso es importante para tí recordar que tú eres una parte igual de la Fuente o el Universo, como cocreador de tu realidad en una sociedad Divia que existe para permitirte tu reconexión con tu comienzo Divino. Tú eres tan poderoso que creas cada pensamiento y cada palabra — ¿qué estás creando en este momento? ¿estás consciente de lo que estás pidiendo?  

jueves, 30 de marzo de 2017

El silencio es indispensable para regenerar el cerebro


El silencio ha sido fuente de muchas reflexiones a lo largo de todas las épocas. Al mismo tiempo hemos saturado los sitios en los que vivimos con tantos ruidos que cada vez es más complicado encontrarlo. Esto hace que cada vez sean más las personas que al no escuchar ruidos experimentan un abismo dentro de ellas mismas.

Tenemos un oído que actualmente está hiperestimulado. Lo más grave es que casi todos esos estímulos auditivos que recibimos del exterior son más o menos alarmantes. Rugidos de coches, bullicio, músicas estridentes, pitos, timbres… en fin… nada que inspire tranquilidad.


“La arena del desierto es para el viajero fatigado lo mismo que la conversación incesante para el amante del silencio”.

-Proverbio persa-

Más allá de que esto incida en nuestro estado emocional, la ciencia también ha comprobado que afecta el cerebro. Según un estudio llevado a cabo en Alemania por el  Research Center for Regenerative Therapies Dresden hay procesos cerebrales que solo se pueden llevar a cabo en silencio.

Hasta hace poco se pensaba que las neuronas eran incapaces de regenerarse. Sin embargo, con el desarrollo de la neurogénesis se ha comprobado que esto es un error. Todavía no está muy claro qué es exactamente lo que promueve la regeneración neuronal y cerebral. Pero ya hay pistas valiosas al respecto y una de ellas es el silencio.


Experimentando con el silencio

Los investigadores alemanes hicieron en principio un experimento con un grupo de ratones. El estudio consistía en dejarlos en completo silencio durante dos horas al día. Al mismo tiempo se haría una observación de sus cerebros para ver si esto originaba algún cambio.



El resultado fue contundente. Tras un tiempo de estar sometidos a esta rutina, pudo observarse que en todos los ratones estudiados se había producido un crecimiento del número de células dentro del hipocampo. Esta es la región del cerebro que regula las emociones, la memoria y el aprendizaje.

Los expertos también constataron que las nuevas células nerviosas se integraban progresivamente al sistema nervioso central y que luego se especializaban en diferentes funciones. En conclusión, el silencio había producido un cambio muy positivo en el cerebro de los animales.


El silencio ayuda a estructurar la información

El cerebro nunca descansa, incluso cuando en un estado de calma estamos completamente quietos o dormimos. Este maravilloso órgano sigue funcionando, pero de una manera diferente. Cuando el cuerpo descansa comienzan a desarrollarse otros procesos que complementan los que se realizan cuando estamos activos.


La percepción del paraíso en el zen


Entre las diferente tradiciones místicas existe un entendimiento en común del estado de beatitud o éxtasis en unión con la realidad, esto es, que el paraíso es aquí y ahora y que si no lo vemos es sólo por un hábito perceptual. Para la tradición sufí, por ejemplo, el paraíso debe de ser visualizado en el alma y entonces su realidad emerge con una potencia superior al mundo que experimentamos cotidianamente. 

Henry Corbin acuñó el término “mundus imaginalis” para referirse a un mundo autónomo, real en sí mismo, compuesto de una materia más sutil, de la imagen que es de alguna forma la esencia del alma. Así no es equivocado decir que el paraíso está dentro de nosotros y en realidad en todos lados una vez que se libera nuestra percepción.

El gran estudioso y divulgador del zen, D.T. Suzuki, dice: 

Nunca perdimos el paraíso, pero la conciencia humana nos dice que lo perdimos y lo debemos recuperar. De hecho el paraíso nunca se ha perdido, el paraíso no necesita ser recobrado.

Estamos en el Edén, justo como estamos ahora. Ser, y al mismo tiempo no ser. Ser o no ser, pero luego, ser y no ser. Los dos al mismo tiempo. Lo mejor es estar viviendo y, sin embargo, no viviendo. Muriendo y, sin embargo, no muriendo. Este es el objeto de la disciplina zen.

Zen es una nube flotando… sin apego.

Lo que caracteriza al zen es esto, simplicidad y sinceridad y libertad. Esto es lo más importante. Verdadera libertad para ver las cosas en su propia naturaleza. Esas es la libertad. A veces los llamados hechos no son tan importantes.

Pero aquello que los académicos llaman leyendas o imaginaciones son más importantes en el estudio de la naturaleza humana. Los maestros zen nos dicen que la respuesta está en la pregunta misma, tú miras hacia tu pregunta hacia ti mismo. Mi respuesta sólo te aleja de tu pregunta. ¿Quién eres tú para hacer esa pregunta?

miércoles, 29 de marzo de 2017

VISUALIZACIÓN CREATIVA PARA HACER REALIDAD TUS INTENCIONES


El manifestar la vida que deseas es todo un arte que requiere de mucha disciplina, una mente abierta y una buena dosis de fe en la vida.

Con una visualización creativa puedes lograrlo. Una vez que adquieres la práctica de visualizar y crear lo que deseas, nada te detendrá.

Lo más importante de esta práctica es tener claridad en tus intenciones y objetivos, para que puedas ser muy precisa al pedirle al Universo todo lo que deseas atraer a tu vida.

Ritual para manifestar tus intenciones


Te comparto este ritual que me ha ayudado a manifestar muchas cosas que he soñado.

Es bueno realizar este ritual en las noches, ya que es un momento muy poderoso en el que centras tus intenciones antes de entrar a niveles diferentes de consciencia. Si decides realizarlo por la mañana, te recomiendo hacerlo apenas despiertes y a través de visualizaciones más cortas.

Este ritual te ayudará a tener más claridad con respecto a lo que quieres manifestar; y entre más claridad tengas, mejor va ser aquello que llegue a tu vida, recuerda que el Universo ama la claridad.

Fuera de nuestra existencia como seres humanos no existe el tiempo y el espacio tal cuál lo conocemos nosotras. Por lo tanto, cuando le pides algo al Universo debes de ser muy clara especificando qué quieres, cuándo lo quieres y que lo quieres para tu vida.



-INICIA TU RITUAL DE VISUALIZACIÓN CREATIVA PARA HACER REALIDAD TUS INTENCIONES-

Toma un lápiz y un papel y escribe una meta para este año. Puede ser un trabajo nuevo, una pareja, una casa, un hijo; algo que quieres atraer a tu vida en estos momentos. Utiliza un lenguaje sencillo y que no te confunda.

Luego, abajo de eso escribe, con detalle, todo aquello que gustaría ver alrededor de eso que quieres; escribe en presente, como si ya lo tuvieras (sé muy específica) y lo estuvieras mirando frente a ti.

Una vez que ya hayas escrito lo que deseas, comienza con la meditación, para así poder poner todos esos deseos en tu subconsciente y así los podrás manifestar con mayor facilidad.

La meditación es una excelente forma de atraer lo que deseas porque es la conexión directa con la potencialidad pura del Universo.


COMENZAMOS CON LA MEDITACIÓN DE VISUALIZACIÓN CREATIVA PARA HACER REALIDAD TUS INTENCIONES…

LA ABUNDANCIA


La Abundancia

La energía de la abundancia es un derecho que tenemos todos, nacemos con ella. Si no está activa es porque estamos atrapados en una actitud de miedo, de carencia. A parte, arrastramos esos patrones del transgeneracional que tenemos que sanar.

El Amor lo es todo, es ese gran desconocido que nos protege a un nivel profundo del miedo.

La abundancia no es dinero, pero el dinero sí está dentro de la abundancia. La abundancia es la totalidad del todo. Todo aquello que necesitamos en el instante que lo necesitamos.

Para convertirnos en personas abundantes, debemos convertimos en personas de éxito. Y para ello tenemos que saber realizarnos. Una persona de éxito, no quiere decir famoso.

La realización implica elevar a la condición real o divina cada instante de nuestra vida humana. Debemos ponernos por encima de la matrix, ésa que nos han vendido como esta realidad, y reactivar nuestra esencia. Manifestemos nuestro poder y nuestro brillo, todos los recursos y dones que están en nosotros. Siendo un ejemplo en ti, les sirve a los demás para que ellos también puedan manifestar su poder y brillo. Realizarnos nos saca de ese infierno, el cual nos lleva a las creencias, a nuestro transgeneracional, a nuestro propio pasado y nuestros miedos.

Debemos ser responsables de nosotros mismos.



Yo siembro y me tengo que hacer responsable de esa siembra.

La gente exitosa y abundante no juzga su vida, son conscientes de sus actos, de su incoherencia, de su actitud. Simplemente haciendo ese reencuadre y entrando en la línea del éxito de la realización, entraremos en la energía del dinero. 

La gente que entra en la abundancia no piensa en el dinero.

Todo en esta vida tiene un precio. El precio más barato que vamos a pagar, siempre será el del dinero. El ego nos enfoca al dinero y a nada más. La abundancia es un equilibrio en todo.

Todos hemos nacido con un consciente colectivo muy denso y todos tenemos una instalación de programas que nos han contagiado. Todos tenemos la oportunidad de revisar las creencias, el transgeneracional y el proyecto sentido. Tener una responsabilidad y hacernos cargo de lo que hemos venido a vivir. Debemos sanar, transmutar, limpiar lo que nos ha alejado del amor. Tú eres responsable de ti.

martes, 28 de marzo de 2017

La gente buena no cambia porque piensa con el corazón


A la gente buena también les suceden cosas malas. Porque el destino es arbitrario, el mundo ciego y el egoísmo a veces muy afilado. Sin embargo, las personas nobles jamás renuncian a sus raíces a pesar de las decepciones, porque quien piensa con el corazón no entiende de desprecios ni de frías razones.

Todos conocemos personas con este perfil. Es más, cada vez que vemos un acto de nobleza, de altruismo desinteresado o de heroicidad la mayoría nos sentimos inspirados o incluso reconciliados con el propio mundo. Algo muy parecido a esto sucedió hace solo unos días, en el lamentable atentado ocurrido en el corazón de Londres el pasado 22 de marzo.


“Un gramo de bondad vale más que una tonelada de intelecto”
-Alejandro Jodorowsky-


Tobias Ellwood, subsecretario parlamentario en el Ministerio de Relaciones Exteriores, no dudó en salir del Parlamento de Westminster a pesar de las recomendaciones. Quería prestar ayuda. Durante varios minutos hizo lo posible por salvar la vida de un policía herido, taponando la herida y practicándole el boca a boca hasta la llegada de un helicóptero. No pudo ser. Sus gestos de impotencia y desesperación al no poder salvarlo dieron la vuelta al mundo.

Todos empatizamos con su dolor. Al día de siguiente, todo el espectro político alabó su capacidad de reacción frente al resto, y esa determinación que más allá del miedo, la alarma o la indecisión, hizo que actuara con la determinación de quien solo ansía ayudar, de quien por encima de todo prioriza a los demás.



¿Qué es mejor? ¿Sentirse bien o hacer el bien?

La pregunta puede resultar un tanto extraña: ¿qué puede ser mejor? ¿Invertir en el propio bienestar o priorizar el bienestar ajeno? Es muy posible que muchos de nuestros lectores se digan a sí mismos que la respuesta es sencilla, puesto que algo tan simple como hacer el bien ya revierte en el propio equilibrio y satisfacción personal. Sin embargo, esta conclusión no está tan clara para los expertos. De hecho, esta misma idea ha intrigado durante varios años a los especialistas en el comportamiento humano.


Lo que nos dice la investigación

Los investigadores de la UCLA (Universidad de California) realizaron un interesante estudio donde concluyeron que existen dos tipos de propósitos vitales en el ser humano, y que cada uno de ellos tiene implicaciones biológicas.

Estos serían los datos.

En primer lugar estarían las personas que se caracterizan por aspirar hacia un bienestar hedónico. Es decir, un tipo de felicidad que tiene su origen exclusivo en la autogratificación, en la búsqueda vital del propio bienestar.

Por otro lado, también se definió lo que se conoce como “bienestar eudaimónico”. Se trata de otro tipo de propósito mucho más profundo y elevado, ahí donde uno mismo intenta desarrollarse y crecer como persona para dar lo mejor de sí a los demás.



Conclusiones

Ya eres lo que buscas


Bienvenido a satsang


Eso que anhelas, eso que añoras, es eso que está siempre presente. Eso es quien tú realmente eres.

Cuando digo tú no me estoy refiriendo a tu cuerpo. Tu cuerpo está dentro de eso. No me estoy refiriendo a tus pensamientos. Tus pensamientos están dentro de eso. No me estoy refiriendo a tus emociones. Tus emociones aparecen y desaparecen dentro de eso. No estoy hablando de tus circunstancias. Las circunstancias también aparecen y desaparecen dentro de eso.

Los cuerpos, los pensamientos, las emociones y las circunstancias cambian. Aparecen y desaparecen. Pueden ser buenos o malos. Pueden ser agradables o desagradables. La verdad de quien tú eres es permanente e inamovible. La gran buena nueva es que, sea como sea que te imagines a ti mismo, puedes reconocer quien verdaderamente eres. Independientemente de la experiencia de ti mismo como un cuerpo o como el pensamiento "yo soy este cuerpo", tú puedes recibir de tu propio ser la transmisión directa de la verdad. Esa transmisión es satsang. El satsang confirma tu verdadera identidad como conciencia pura, libre de todo aquello que es percibido como una limitación.

Cuando se escucha esta buena nueva, cuando realmente se la escucha, se produce una apertura sin medidas. Nadie ha descrito jamás una finalización de la autorrealización. Lo que sí tiene un fin es la preocupación de imaginarte que eres una entidad separada de la conciencia sin límites.

La autorrealización no es algo que pueda ser capturado en palabras. Aunque usaremos palabras, ninguna ha sido capaz de expresar o tocar la gloria del verdadero ser. Yo estoy aquí para indicarte eso, para celebrarlo y para reírme de la endeble excusa de que eso podría realmente ser obstruido por cualquier cosa.

Yo no tengo nada que enseñarles. La autorrealización no tiene nada que ver con aprender. No te estoy pidiendo que recuerdes nada. No te estoy pidiendo que hagas nada o que obtengas nada nuevo. No se necesita nada nuevo. 

Te estoy pidiendo que te des cuenta de que ya eres eso que quieres. Y estoy simplemente sugiriendo, como mi maestro lo sugirió a mí, y como su maestro se le sugirió a él, que te tomes un instante, una milésima de segundo, para permitir que la actividad de la mente se detenga. En esa milésima de segundo, ¡qué descubrimiento se produce! En esa milésima de segundo recibes la invitación a entregarte a lo que se revela cuando la atención no está centrada en el cuerpo, el pensamiento, la emoción o la circunstancia. ¡Este es un instante de suma importancia! En este instante, el cuerpo desaparece. En este instante de silencio perfecto descubres lo que está permanentemente presente, lo que siempre estuvo aquí, lo que tú eres permanentemente. Este instante de silencio es la invitación al verdadero refugio, al verdadero retiro, a la verdadera paz, independientemente de todo lo que va y viene.

¡Qué instante es este!

lunes, 27 de marzo de 2017

El material más fuerte que existe es el alma resiliente


El material más fuerte que existe no es el grafeno ni el diamante, es el alma resiliente y ese corazón que ha sellado con hilo dorado las heridas más afiladas de la adversidad. Este concepto no es ni mucho menos el ingrediente perfecto para la felicidad, es una actitud ante la vida, es la esperanza invitándonos a seguir adelante.

Decir que vivimos en un tiempo resiliente es evidente, las circunstancias nos empujan a ello, aunque si hay algo que todos sabemos es que no siempre se logra con la misma eficacia. No todo el mundo se sobrepone por igual a una circunstancia de estrés o de dificultad personal. Cada uno de nosotros arrastramos nuestras anclas privadas, nuestros océanos de injusticia, nuestros mares degradantes y no siempre sabemos cómo salir de ellos.


“Es inútil volver sobre lo que ya ha pasado y lo que ya no existe”
-Frédérich Chopin-

Para que esto sea así intervienen diferentes factores enmarcados en nuestra propia cultura. Vivimos en una sociedad acostumbrada a poner etiquetas: tú eres inteligente, tú eres torpe, tú eres una maniática, tú eres un fracasado, aquel es débil y el de más allá es fuerte.

Esa obsesión por llevar cada rasgo a un extremo y ponerle una etiqueta permanente nos sume muchas veces en un estado de desesperanza absoluta, donde dejamos de creer en nuestro propio potencial, aislándonos en nuestros rincones privados, en nuestros sufrimientos de carne, lágrimas y abatimiento. A veces no nos basta con que nos digan aquello de que todos podemos ser resilientes, porque la resiliencia, y esto es importante, difícilmente brota en soledad.


Necesitamos también la confianza de alguien, la cercanía de un entorno empático y facilitador donde poder germinar de nuevo: más fuertes, más libres, más hermosos, más dignos…





Por qué algunos somos más resilientes que otros

La clave que nos hace a unos más resilientes que otros se halla en la habilidad de nuestro cerebro para soportar o resistir las situaciones de estrés. Hay por tanto un factor biológico y que la neurociencia se ha encargado de estudiar. De hecho, a través de trabajos como el publicado en la revista “Nature” comprendemos un poco más este fascinante pero a la vez complejísimo proceso que da forma al cerebro resiliente.

Estos serían los principales mecanismos que determinan nuestra mayor o menor resiliencia:

La Última Revolución


Hace más de cien años, el pintor Paul Cézanne dijo: "Vendrá un tiempo cuando una zanahoria, recién observada, provocará una revolución".

¿Ha tenido lugar ya esta revolución? ¿está ocurriendo lentamente o está a punto de ocurrir? ¿Y cuál es la revolución a la que se refería Cézanne? ¿Cómo puede algo tan insignificante, intrascendente y ordinario como observar una zanahoria provocar una revolución?

Cézanne quería decir que si pudiéramos ver incluso un objeto tan sencillo y cotidiano como una zanahoria, como realmente es, nuestra experiencia sería revolucionada. Pero, ¿qué significa ver un objeto como realmente es? La clave está en la frase "recién observada", lo que significa ver con claridad, sin los obstáculos de los conceptos que el pensamiento superpone en nuestra experiencia. En realidad, la mayoría de nosotros somos completamente inconscientes de que nuestra experiencia es filtrada a través de una fina malla de pensamiento conceptual que hace que parezca muy diferente de como es en realidad.

Como el sabio chino Huang Po dijo, hace unos 1.200 años, "La gente descuida la realidad del mundo ilusorio". ¿El mundo ilusorio? ¡Esto es incluso más radical que Cezanne! Una cosa es recién mirar una zanahoria, una azada, una casa o el mundo, pero otra muy distinta es considerarla una ilusión. ¿Qué quiso decir?

A menudo escuchamos en la enseñanza no-dual frases como: "El mundo es una ilusión". Pero estas frases pueden crear una rebelión en nosotros, porque sabemos que nuestra experiencia es muy real. Entonces, ¿cómo conciliar estas dos posiciones — una, "el mundo ilusorio" y dos, la innegable realidad de nuestra experiencia?

Todo lo que aparece debe aparecer en o sobre algo. Por ejemplo, aparece una imagen en una pantalla; una silla aparece en el espacio de una habitación, las palabras de una novela aparecen en una página; aparece una nube en el cielo.

¿Qué pasa con la mente, el cuerpo y el mundo? Nuestra única experiencia de ellos es lo que actualmente aparece para nosotros como pensamientos, imágenes, sentimientos, sensaciones, visiones, sonidos, texturas, sabores y olores. En otras palabras, todo lo que conocemos de una mente, un cuerpo o un mundo son apariencias, y todas estas están apareciendo y desapareciendo continuamente. Es posible que tengamos un concepto de una mente, cuerpo o mundo existiendo continuamente, pero nunca realmente experimentamos tal objeto.

Como Cezanne también dijo: "Todo se desvanece, se desmorona". Todo lo que conocemos del mundo son percepciones que aparecen y desaparecen continuamente. Sin embargo, todo lo que aparece y desaparece debe hacerlo en o sobre algo. ¿Qué es ese algo?

Comencemos con los pensamientos: dondequiera que nuestros pensamientos aparecen lo hacen obviamente en lo que nos referimos como nuestro "ser". ¡Nuestros pensamientos no aparecen fuera de nuestro ser! Sin embargo, no podemos ver o encontrar ese "algo" en el que los pensamientos aparecen porque no tiene cualidades observables. Como tal, es abierto, vacío, transparente. Pero eso no significa que no sea conocido. No puede ser conocido como un objeto y, sin embargo, no es desconocido.

Si estamos leyendo estas palabras estamos, por definición, viendo la pantalla en la que se escriben, aunque no seamos conscientes de que la estamos viendo. Si estamos leyendo una novela estamos, del mismo modo, viendo el papel. Si estamos viendo una película estamos, nos demos cuenta o no, viendo o experimentando la pantalla. Si estamos viendo las nubes, estamos experimentando el cielo. No es posible ver las palabras, la novela, la película o las nubes sin que, al mismo tiempo, experimentemos eso en o sobre lo que aparecen.

Por lo tanto, si estamos experimentando pensamientos estamos necesariamente experimentando eso en lo que aparecen. Del mismo modo, si estamos experimentando una sensación o una percepción —y la única experiencia que tenemos de un cuerpo o del mundo son sensaciones y percepciones— entonces estamos también conociendo o experimentando eso en o sobre lo que éstas aparecen.

¿En qué aparecen nuestras percepciones del mundo? ¿En qué aparecen las sensaciones corporales?