viernes, 9 de septiembre de 2016

Invierte en aquello que te puedas llevar al morir


Hace años cuando compré mi casa mi madre me preguntó justo antes de coger las vacaciones “hija ¿cómo es que te vas de viaje si no has cambiado las ventanas de tu casa?”. En ese momento algunas ventanas no cerraban bien y entraba un frío considerable por ellas. Quizás lo “sensato” hubiera sido quedarme, en cambio mi respuesta fue “prefiero invertir mi dinero en algo que pueda llevarme al morir”. A día de hoy pienso igual.

Mis ventanas se quedarán aquí. Mis muebles, mi ropa y todo lo que poseo también. Mis viajes, mis lecturas, mis aprendizajes, mis decisiones, mis atrevimientos, mis relaciones, mis recuerdos… Todo eso me lo llevo donde vaya y es lo que me convierte en lo que soy.

Estamos en una sociedad que nos da múltiples ideas sobre dónde gastar nuestro dinero, que nos convence de que somos imperfectos. Deberías quitarte esos kilos de más, deberías de ganar más, deberías de casarte que se te va a pasar el arroz, deberías de ser diez centímetros más alto, deberías de teñirte el pelo que se te ven las canas, deberías de ser mejor madre… Todo a nuestro alrededor indica que ni tú ni yo somos lo esperado, lo perfecto.

Y ahora ¿qué hacemos? Una posibilidad es luchar desesperadamente intentando llegar a un ideal absurdo. Para ello compraremos ropa que transmita nuestro gran estilo, nos someteremos a rigurosas dietas y tablas de ejercicios, compraremos la última maravilla antiarrugas, estaremos muy pendientes de lo que llevan y hacen los famosos y sobre todo, nos dejaremos un dineral intentando aparentar ser alguien que no somos. Al final de esta carrera estaremos como el hámster en la rueda: en el mismo sitio. Un lugar muy, muy lejos de nuestro verdadero ser.

Tratar de convertirnos en otra persona cuesta mucho dinero y al final nos quedamos eternamente frustrados. Solo tenemos que observar las barbaridades que nos cuentan en los anuncios. Si quieres ser buena madre debes tener la casa impoluta. También deberías de saber que el mundo está lleno de gente mala que quiere entrar en tu casa, ante la duda téme a todos y, sobre todo, contrata el servicio de seguridad que solo quiere lo mejor para ti . No está de más que compres un coche que ni necesitas ni te viene bien pagar, porque da mucho estatus. Como estos ejemplos, cientos.

Para ello hay que comenzar a tomar decisiones de compra consciente. Tampoco tiene que ser algo drástico, tómate tu tiempo. Las pequeñas decisiones repetidas en el tiempo son las importantes. La próxima vez que vayas a comprar cremas, comida o ropa pregúntate ¿realmente necesito esto? Y, muy importante, ¿qué emoción me impulsa a esta compra?

Para sacar lo mejor de alguien, hay que poner lo mejor de nosotros


Seguramente en algún momento de tu vida te hayas sentido frustrado porque veías cómo alguien con un gran potencial humano no te estaba dando lo mejor de sí. Incluso, puede que alguna decepción te haya llevado a plantearte si es suficiente con poner lo mejor de uno para poder sacar lo mejor del otro.
Lo cierto es que cuando hablamos de relaciones interpersonales, aunque no siempre podamos ponerle una etiqueta a esa relación, todo lo positivo suma. En algún caso quizás no conseguiremos impulsar la relación para que sea todo lo buena que nos gustaría, puesto que la última palabra es del otro, pero sí nos acercaremos.
Recuerda que lo importante es que el otro nos trate lo mejor que pueda, aunque a veces no sea capaz de aportar tanto como nos gustaría. La paciencia en este caso puede ser una aliada, pensemos que las relaciones también necesitan desarrollarse y crecer para poder brillar.

Mereces tanto como los demás

En nuestras relaciones con los demás, es conveniente no exigir el cumplimento exacto de nuestros deseos, puesto que esta exigencia puede tener el reverso contrario. Piensa que no es una relación sana aquella en la que ambas partes se sienten completamente condicionadas e incluso faltas delibertad. En lugar de eso, poner lo mejor de ti con flexibilidad y paciencia pueden ser la mejor invitación para que otros hagan lo mismo contigo.
Candando en forma de corazón
¿Y no es verdad que, ya sea en una amistad, en una relación amorosa e, incluso, una familiar, nos sentimos queridos cuando ambos nos esforzamos? De hecho, tener en cuenta esta reciprocidad es también beneficioso para con nosotros: de la misma manera que pones lo mejor de ti, también eres capaz de ver el un comportamiento equitativo en el otro.


El equilibrio de una relación simétrica nos contribuirá a que desarrollemos en ella la mejor versión de nosotros, incluso de manera inconsciente. Eso querrá decir que  percibimos que la otra persona merece la pena y que formamos un buen equipo.

Poner lo mejor de ti es un síntoma de confianza

Stephen Covey afirmó que “si uno quiere despertar confianza, debe ser digno de confianza” y efectivamente para que los demás se abran, puede que debamos ser nosotros los primeros que nos abracemos unidireccionalmente. No tengas miedo a hacerlo, puesto que conocer tus miedos y tus virtudes hará que los demás depositen su confianza en ti para desvelar los suyos, y es muy gratificante que alguien nos considere dignos de ello.
Dos personas en el campo
De hecho, ser capaz de poner lo mejor de uno mismo significa tener la confianza suficiente como para saber que esos miedos, defectos u oscuridades interiores no son lo suficientemente grandes como para eclipsar todo lo bueno que podemos ofrecer. Por ello no te temas, dado que conocerte y valorarte dará la oportunidad, a que quienes te rodean, para que vean todas y cada una de tus virtudes.
“La confianza es un camino de dos direcciones -dijo él con dureza-
-¿Qué insinúa?

jueves, 8 de septiembre de 2016

“Rayos luminosos”


“Todavía no sabéis que los rayos de Sol son capaces de alimentar el espíritu en vosotros. 

Sí, pero sólo si aprendéis a recibirlos, si os abrís a ellos con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. 

¿Todavía no llegáis a admitir que la luz sea más que una vibración física, que sea una entidad viva?…

Mientras sigáis cerrados a esta idea, no podréis beneficiaros de todas las riquezas del Sol.

Procurad organizar vuestra existencia para que la luz ocupe en ella cada vez más espacio. 

En primavera y en verano, id a contemplar el Sol cuando sale, pensando que podéis recibir sus rayos como recibís el alimento, el agua y el aire. 

Y dirigíos también a ellos diciendo: 

«Oh rayos luminosos, penetrad en mí, expulsad las nubes que oscurecen mi cielo.» 

Comprender la Conciencia


Para saber acerca de la Conciencia, es necesario comprender y analizar las experiencias que tienes. Todas nuestras percepciones, sentimientos, pensamientos e ideas actuales no son más que experiencias que tenemos. Cuando estamos despiertos, no hay casi ningún momento en que no tengamos algún tipo de experiencia. Tenemos experiencias de forma continua, a veces son estructuradas y deliberadas, mientras que otras veces son al azar, saltando de un pensamiento a otro.

La experiencia sólo puede ocurrir en la mente y en ninguna otra parte.
Si piensas en ello, la experiencia es la única conexión que tenemos con el mundo exterior. No hay otra manera de conocer y comprender el universo. Si no experimentamos una cosa, entonces cabe preguntarse si existe realmente esa cosa. La experiencia es la única manera de validar la existencia del universo. Comprendemos y aprendemos de la experiencia, no hay otra manera de llegar a conocer el mundo exterior.
La Experiencia descifrada:

La siguiente ecuación simple es un perfecto análisis de una Experiencia

Experiencia = Conciencia + Forma

Estamos siempre conscientes de nuestra experiencia. Nunca podemos decir que hemos tenido una experiencia y que no somos conscientes de ella. Simplemente esto no es posible porque la Conciencia es un prerrequisito fundamental y un ingrediente de la experiencia. Tú estás teniendo una experiencia porque eres consciente de ella. Si no hay Conciencia, no puede haber ninguna Experiencia. Somos conscientes de que tenemos un sin fin y continuo flujo de experiencias. Por lo general, no hay dos experiencias que sean iguales, la parte forma de la experiencia es siempre diferente y no deja de cambiar. A veces es visual, a veces es auditiva, ya veces se basa en los recuerdos del pasado. Las Formas no dejan de cambiar, la Experiencia no deja de cambiar, pero ¿también la Conciencia subyacente no deja de cambiar? Nuestra experiencia confirma que la Conciencia siempre sigue siendo la misma. Parecería que la parte Forma se superpone sobre la Conciencia inmutable para completar la Experiencia.

El factor común en la experiencia de cada uno es la Conciencia. Esta Conciencia parece estar presente en la mente de todos. ¿Puede haber tantas Conciencias diferentes? ¿Está la misma Conciencia presente en la mente de todos? ¿Es tu Conciencia diferente de la mía y de todos los demás? Estas preguntas se responderán por sí mismas una vez que tengamos una mejor comprensión de lo que realmente queremos decir con Conciencia.

Analizando la Conciencia:

La Conciencia es la fuerza más poderosa del universo y es la realidad subyacente de este universo. Tiene el poder de conectar con una forma presente en la mente y crear una experiencia de la que tú eres consciente. Pongamos una analogía, piensa en el sol. Cuando no hay luz del sol, no puedes ver nada, pero en presencia de la luz todo se hace visible. De la misma manera, cuando cualquier forma viene en presencia de la luz de la Conciencia, la bombilla de la experiencia se enciende en tu mente y eres consciente de la forma. Si piensas en ello, incluso la luz del sol es una forma en presencia de la luz de la Conciencia.

Si estudias cuidadosamente la Conciencia, concluirás que la Conciencia se compone de un Sujeto y un Objeto con las siguientes funciones:

Tiene que haber un Sujeto, que es consciente de la experiencia. Este sujeto es el conocedor de la Conciencia.
Tiene que haber un Objeto, que debe ser experimentado. Este objeto es la parte conocida de la Conciencia.
Tiene que haber Inteligencia por la cual el sujeto llega a conocer al objeto. Esta es la parte conocer de la Conciencia.
Conocedor, Conocido y Conocer son los 3 poderes de la Conciencia. Debe quedar claro que

Conciencia = Sujeto + Objeto + Inteligencia
Poder de la Conciencia = Poder del Conocedor + Poder de Conocer + Poder de lo Conocido
La Conciencia se compone de Sujeto, Objeto e Inteligencia y tiene tres poderes diferentes – Conocedor, Conocer y Conocido. Se debe entender que el Sujeto y el Objeto y los tres poderes no son algo que está fuera en el mundo, sino que están dentro de la Conciencia y constituyen la Conciencia. Si alguno de ellos no está presente, la conciencia no va a funcionar, y será incompleta.

Si hay un objeto que observar, pero no hay sujeto, no habrá conciencia porque no hay nadie para ver el objeto.
Si hay un sujeto, pero no hay ningún objeto para ver, no habrá conciencia porque el sujeto no tiene objetos para observar.
Si hay un objeto, pero el sujeto no tiene manera de conocer lo que es este objeto, no habrá conciencia. Este conocer debe tener inteligencia.
Allí donde hay conciencia, el Sujeto, el Objeto y la Inteligencia deben estar presentes con todos los tres poderes. Tratemos de entender esto con más detalle.

1. El Poder de Conocer o Inteligencia
El componente conocer o inteligencia de la Conciencia es extremadamente poderoso, de hecho, el lenguaje y las palabras no pueden ser suficientes para describir su increíble poder. He aquí algunos ejemplos que indican su fuerza y poder.

Ejemplo 1: Estoy viendo un árbol. Una forma más vedántica de decir esto sería "Yo soy el veedor que ve un árbol".

Esta es una experiencia sencilla que tenemos en cada momento, pero muestra el extraordinario poder de la Conciencia. Dividamos esta experiencia en los diferentes componentes de la Conciencia:

“Los pactos en los planos superiores”


Continuando con el tema del nacimiento, hay que hacer notar que muchas veces, el recién nacido trae consigo vestigios de lo que ha vivido intensamente en la vida anterior. Conozco un caso, por ejemplo, de alguien que ha tenido en esta vida problemas respiratorios debido a que su muerte anterior se debió a una pulmonía que no pudo ser curada porque la sufrió en un barco, cuando pertenecía a la Armada Francesa, en los principios de la Segunda Guerra Mundial.

Hay firmes evidencias de que los fallecidos durante el ataque nuclear a Japón muestran deformaciones importantes “a nivel de alma”, debido a la descontrolada energía que se activa durante la explosión nuclear, que altera el equilibrio energético aún en otras Dimensiones y que se manifestarán en los nacidos posteriormente, cuyas almas han pasado por ese trance.

Corresponde que señale que ése fue el motivo de la advertencia extraterrestre a los gobiernos mundiales a partir de las pruebas atómicas, sobre todo a Rusia y a EEUU, que obligó a estos seres no humanos a entrar en contacto con habitantes terrestres a fin de detener la carrera nuclear, por el peligro que implica para toda la humanidad.

Es conocido (y se encuentra documentado en Internet) el hecho de la desactivación permanente de las cabezas nucleares de los misiles intercontinentales que reposan en los silos atómicos, que son realizadas por naves ET y que las autoridades militares no pueden explicarse cómo sucede.

Tampoco en el centro experimental de Ginebra (Suiza) pueden explicarse cómo se escapa la Antimateria (hace muchos años que se ha desarrollado científicamente) de los envases magnéticos necesarios para contenerla y, que a pesar de que se ha logrado hacerlos perfectos, SIEMPRE tienen una fuga, como si se tratara (y se trata) de un sabotaje. Si el hombre dispusiera libremente de la Antimateria, podría destruir al mundo entero en un instante.

De esta forma, civilizaciones superiores a la nuestra impiden que el hombre dé fin al planeta e interfiera en otras dimensiones y universos paralelos.

También concuerda el hecho que les fue severamente advertido sobre las consecuencias de una Tercera Guerra (Nuclear) y por ello, los mercaderes de la muerte han decidido hacer su negocio sangriento manteniendo “guerras parciales y localizadas”, circunscriptas a ciertas regiones o países determinados, elegidos de antemano: Irak, Afganistán, Siria, etc.

Continuando con el tema de los pactos previos al nacimiento, en mi caso personal, siempre sentí un profundo interés por conocer cómo se había desarrollado la Segunda Gran Guerra, desde muy pequeño, y más grande comprendí que había visto el comienzo de “la película”, pero me había quedado sin presenciar el final (fallecí en el principio de dicha guerra) y por eso quería enterarme de cómo sucedió.

Me llena de emoción el “recordar” la visión de mi madre y mi hermano menor en el muelle despidiendo el barco y luego mis Guías Espirituales me explicaron el porqué de mi gran aficción al nombre Philippe, que yo asociaba a Philip, Phielip o algo así. Philippe era el nombre de mi único hermano, despidiéndome en el muelle, por última vez.

Mi madre de ese entonces era viuda, posiblemente mi padre había fallecido en la Primera Guerra, y la falta de recursos familiares había hecho que yo me enrolara en la Marina.

Todos estos hechos dolorosos, dejan marcas en el ser que deben ser sanadas y reconfortadas antes de la entrada a las Dimensiones superiores, y esto justifica cierto tiempo entre encarnación y encarnación.

Hace 200 años atrás, por ejemplo, el período promedio entre una encarnación y la siguiente era un ciclo de 180 años, siendo actualmente de apenas 10 años o algo más, aproximadamente, debido a la aceleración proposital de la experiencia que estamos actualmente atravesando.

Esto también explica que nuestros niños actuales sean tan despiertos y tengan ya formado su carácter desde bebés; claro, son seres que “han muerto” hace poco tiempo y si observamos sus actitudes, su forma de expresarse decidida y audaz, nos sorprendemos… porque no tenemos idea de que en realidad, estamos tratando con abuelos, no con niños.

Por eso, ellos se niegan a veces a obedecer ciertas normas que ya han aprendido en una vida cercana anterior y que saben que son erradas para su futura formación; quieren a toda costa ser independientes e incluso, desde bebés intentan tomar el mando del grupo familiar. No son niños, son “viejos”, de allí su carácter.

Durante la realización del Anteproyecto, algunos de estos personajes que “encontrará casualmente” en su próxima vida, están en el mismo plano que su propia alma; pero otros están encarnados en la Tierra y entonces, el convenio se hará con el Yo Superior de la persona encarnada.

Todas aquellas personas que de una u otra forma serán importantes en nuestra vida terrena, han concertado el encuentro en tiempo y forma para este plano tierra, con nuestra alma antes de nacer. No hay casualidades, hay pactos que debemos cumplir.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

“Poner la vida en el centro”


“No hay nada que reprocharle al científico que describe un mineral, un vegetal, un animal o un ser humano. 

Lo que dice es verdad, pero sólo es una verdad parcial. 

Para que sea completa, debe situar el objeto de su estudio en el seno de la vida universal a la que pertenece; separado de esta vida, la piedra, la planta, el animal, el hombre, están privados de lo esencial.

Porque los seres y las cosas no existen separadamente, sino como partes de un todo que están conectadas entre sí. 

Debemos, pues, aprender a situarlos en el edificio cósmico para ver cómo vibran en armonía y participan en la vida del todo.

Si, por comodidad, nos vemos obligados a estudiarlos separadamente, debemos también tratar de comprender cómo circula de uno a otro este «algo» que no poseen cuando están separados: la vida.

Separad los elementos y la vida se interrumpe;

El Propósito de la vida (Eckhart Tolle)


Nuestro propósito es estar plenamente en el "ahora" para estar alineados con nosotros mismos en este momento.

Podemos llegar a ello desde la conciencia, siendo una entidad que trasciende nuestros pensamientos.