“No hay nada que reprocharle al científico que describe un mineral, un vegetal, un animal o un ser humano.
Lo que dice es verdad, pero sólo es una verdad parcial.
Para que sea completa, debe situar el objeto de su estudio en el seno de la vida universal a la que pertenece; separado de esta vida, la piedra, la planta, el animal, el hombre, están privados de lo esencial.
Porque los seres y las cosas no existen separadamente, sino como partes de un todo que están conectadas entre sí.
Debemos, pues, aprender a situarlos en el edificio cósmico para ver cómo vibran en armonía y participan en la vida del todo.
Si, por comodidad, nos vemos obligados a estudiarlos separadamente, debemos también tratar de comprender cómo circula de uno a otro este «algo» que no poseen cuando están separados: la vida.
Separad los elementos y la vida se interrumpe;
pero conectadlos con todos los demás elementos de la tierra y del cielo, y la vida reaparece y poseéis el verdadero saber.
Cualesquiera que sea el dominio en el que ejerzáis vuestra actividad, lo esencial es que lleguéis a poner la vida en el centro para verla en su dimensión más vasta.
A partir de ese momento, todos los estudios que podáis emprender se beneficiarán de esta luz.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov.
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