¿Cuál es el significado de Ser Humano? ¿Alguna vez has pensado en las posibilidades de tu existencia como ser humano?
Cuenta una historia que había un águila que nació y creció entre gallinas. Como todos sabemos las gallinas solo pueden alzar el vuelo unos cuantos metros y nada más, no pueden realizar vuelos largos como lo hacen otras aves. El águila que había crecido entre las gallinas pensaba que ella era una gallina más y por lo tanto tampoco podía volar más allá de un par de metros, por lo tanto nunca lo intentó. Así que su vida estaba destinada a permanecer en un gallinero comiendo maíz sin poder explorar el mundo.
El águila se despertaba en las mañanas y veía con añoranza unos pájaros volando por el cielo sobre el gallinero, los veía dar un par de vueltas sobre el gallinero y luego alejarse hacia el infinito. Estas aves que ella veía diariamente eran águilas igual que ella, pero ésta no lo sabía, y todos los días sentía el deseo de poder volar como aquellas aves, sintiéndose triste y frustrada por no poder hacer lo que ellas hacían.
Esto sucedió durante muchos años y con cada año que pasaba el águila se sentía peor, más triste, mas frustrada, creyendo un imposible su sueño y resignándose a vivir como una gallina. Una mañana una de las águilas que diariamente surcaba los cielos descendió hasta el gallinero donde se hallaba el águila que se creía gallina y la invitó a volar.
El águila que se creía gallina le dijo – No puedo, solo soy una gallina.
El águila que había descendido del cielo sintiéndose extrañada por la respuesta, ya que ella conocía la verdadera esencia del águila le dijo – Tú no eres una gallina, eres un águila.
Pero el águila que se creía gallina pensó que todo era un absurdo, tantos años comiendo maíz en un gallinero, conociendo su rutina, ¿cómo no iba a saber distinguir entre un águila y una gallina? Siempre había vivido ahí, por lo tanto tenía que ser una gallina. Siempre había volado un par de metros a lo sumo, por consiguiente era una gallina.
Entonces el águila que había descendido del cielo tomo al águila que se creía gallina y la llevo hasta la rama más alta del árbol más alto que había en las inmediaciones e insto nuevamente al águila que se creía gallina para que volara, pero esta se encontraba llena de pánico, inmóvil, pensando que si se caía moriría.
El águila que se creía gallina permaneció en el árbol una, dos, tres horas, dos, tres, cuatro, cinco días, seis, siete semanas sin moverse, ya sintiendo que iba a morir de hambre o de un fuerte golpe si perdía el equilibrio y se caía. El águila que había descendido del cielo se dio cuenta que el águila que se creía gallina nunca volaría, así que corto la rama de la que se encontraba sujeta el águila que se creía gallina.
El águila que se creía gallina al sentir que no tenía nada sobre lo cual apoyarse y viéndose caer de forma vertiginosa pensó que este sería su final; pero de repente en medio del pánico sus alas se extendieron al máximo y comenzó a volar. Así fue como el águila descubrió su grandeza, su verdadero potencial, quien era en realidad y a partir de ese momento cumplió su sueño de volar y conocer el mundo.
De pequeños creemos todo lo que nos dicen. Esa es la naturaleza del niño, ver el mundo como lo ven los otros. Pero nunca nos enseñan a cuestionar lo que nos dijeron y llegamos a ser adultos creyendo lo que aprendimos de pequeños. “Eres niño y por eso no puedes llorar, los hombres no lloran”, “eres mujer y no puedes jugar con carros”, “¿cómo se te ocurre perder tu tiempo bailando? Eso no te dará dinero”. Y así, existen una infinidad de cosas que nos dicen y tantos años viviendo de la misma manera y con las mismas creencias terminamos haciéndolas parte de nosotros, como le pasó al águila. Lo único que sabía hacer era vivir como gallina.
¿Quién soy Yo?
¿Cuántas veces hemos pensado en la imposibilidad de lograr nuestros sueños? ¿Cuántas veces hemos creído que somos algo que no somos en realidad? ¿Cuántas veces hemos dudado de nuestro potencial?
Cuando dejamos de ser lo que en realidad somos y queremos, nos sentimos frustrados y víctimas.
Pero es justamente el desconocimiento de quienes somos en realidad lo que hace que nos sintamos de esta manera. ¿Quién soy Yo? “Un padre”, “un hijo”, “pintor”, “arquitecto”, “el dueño de la empresa”, “Una mujer”, “el gerente”… y nos llenamos de títulos, algunos dirán “Juan”, “María”, “Pedro”, “Lina”. ¿Qué significado tiene para nosotros todo esto? Estos son títulos que nos sirven para desempeñar un rol pero no somos ese rol, entonces debemos cuestionarnos quienes somos en realidad. Tampoco somos nuestros prejuicios, ni el lugar de dónde venimos, ni las cosas que hacemos o sentimos. Así como el águila descubrió que no era una gallina, que comer todos los días maíz no la hacía gallina, así mismo debemos descubrir que hacer algo diariamente no nos convierte automáticamente en ello, entonces ¿quiénes somos en realidad?
Al desprendernos de todas estas etiquetas impuestas durante años podemos empezar a sentir ansiedad de no saber quiénes somos realmente. Las etiquetas que tenemos son nuestra ropa para cubrir la desnudez de quienes somos y es aterrador quitarnos la ropa y vernos desnudos frente al espejo sin poder reconocer ese reflejo que se ve al otro lado. Si te empeñas en conseguir títulos y cosas solo estarás sobreviviendo. La respuesta de saber Ser esta dentro de cada uno y nadie más tiene esa respuesta. Pero quizá nos hemos alejado tanto de nosotros mismos que necesitamos más tiempo del que creíamos para poder encontrar esa respuesta. El camino hacia nuestro propio Yo puede ser largo pero con cada paso vamos sintiendo la alegría de acercarnos a ese algo que un día perdimos.
Queda entonces el reflejo de un Ser humano. Y volvemos a la pregunta inicial ¿qué significa Ser humano? Tenemos un cuerpo físico con el cual percibimos diferentes aspectos de la realidad, podemos oler, saborear, tocar, ver y escuchar. Pero además tenemos la capacidad de sentir emociones y pensar. Nuestra capacidad de pensar es lo que nos diferencia de los animales. Pero no es solo esa capacidad racional que nos diferencia de otros seres lo que nos hace humanos, es un significado más trascendental, más allá de nuestra corporeidad.
Deepak Chopra en “Las siete leyes espirituales del éxito” nos hace ver cómo físicamente somos una cantidad de sustancias químicas al igual que muchas otras cosas sobre la faz de la tierra, somos un puñado de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y otros elementos más. Entonces, ¿qué hace que no seamos una planta o un animal? ¿Esa forma física que tenemos tiene algún sentido en nuestra experiencia humana? ¿Las experiencias que vivimos diariamente nos permiten encontrar ese significado de lo que es Ser humano? Entonces, ¿por qué todos pasamos por experiencias diferentes? Podemos identificarnos con estas experiencias y pensar que somos víctimas del destino, que simplemente estamos aquí para sufrir, creer que somos lo que vivimos. Pero seguiremos llenos de etiquetas, que definirán quienes somos, pero que no corresponden a nuestro verdadero Ser. Muchas de estas experiencias nos cuestionaran si vale la pena vivir.
La ignorancia de nuestra Esencia
La ignorancia de la verdadera razón para existir, de Ser humano, es lo que nos produce el miedo a enfrentarnos a esa verdad suprema, y por ello preferimos continuar creyendo que somos “empleados”, “jefes”, “hijos”, “padres” y todas las etiquetas que nos colocamos.
Porque si somos una simple etiqueta ya sabemos cuál es el camino que debemos recorrer hasta el día en que muramos, pero si nos quitamos las etiquetas, tendremos que enfrentarnos a algo más, a nuestra verdadera esencia, a algo para lo que nunca nos prepararon, algo para lo cual no existen manuales;
Ser humano significa reconocer nuestra corporeidad y las experiencias perceptibles solo como parte de un aprendizaje, sin identificarnos con ellas, significa trascender todo este mundo físico para ver qué hay detrás de todo eso que percibimos con los sentidos.
Ser humano significa saber que todo lo que pase en este plano físico no corresponde a mi verdadera esencia y que por tanto no voy a ser dañado por nada de lo que me suceda, aunque pierda mi cuerpo, esa esencia siempre permanecerá.
Ser humano significa tocar la vida de otro ser humano para juntos crecer en experiencia y sabiduría. Trascender lo terrenal para hallar lo espiritual. Ser humano significa Ser, simplemente Ser.
Podemos ver esas experiencias como un camino de aprendizaje, como el águila que tuvo que vivir entre gallinas mucho tiempo no porque fuera una víctima de las circunstancias sino para descubrir y valorar su verdadera esencia. Para apreciar mejor la posibilidad de volar, pero también para aprender sobre el coraje. Por eso cada cual tiene experiencias diferentes, para aprender eso que a cada uno de nosotros le hace falta saber. Las experiencias no son situaciones que simplemente nos marcan para cumplir con un rol, si las miramos con mayor profundidad nos están ayudando a encontrar quienes somos en realidad, a encontrar ese verdadero Ser que hay en nosotros. Las pruebas que tenemos en la vida son solo pasos para acercarnos a nuestra verdadera esencia, pero solo lograremos pasarlas si somos capaces de abrir nuestras alas como lo hizo el águila para llegar a descubrir quiénes Somos en realidad.
Chopra, Deepak. Las siete leyes espirituales del éxito.