miércoles, 17 de junio de 2015

El verdadero perdón y la muerte de la ilusión


Estamos acostumbrados a ver la idea del perdón como “me hiciste algo malo, le confiero realidad a eso malo que me hiciste, pero hago cierto esfuerzo, y te perdono, incluso sintiéndome un poco superior a ti.” Hoy intentaremos ir más allá, y compartir una idea del perdón muy diferente.

El verdadero perdón es darme cuenta de que no hay ni buenos ni malos de la película, porque en realidad no hay película. Es darme cuenta y comprender que tanto la parte que hiere como la parte que se siente herida son ilusorias.

Es ver y comprender que si libero me libero.

Es comprender que si condeno, si mantengo a mi hermano prisionero de mi juicio y resentimiento, me estoy haciendo prisionero junto con él, y que la profunda paz y dicha solo son posibles si estoy libre.

Es comprender la gran liberación que significa no tener la necesidad de armar bandos o pertenecer a bandos, del tipo que estos sean. Es incluso, el don de ayudar a otros a ver la liberación que esto significa, desde actos y palabras sencilllas que van de la mano del sentido común, desde una mirada profunda que dice más que mil palabras. Transmitir y extender esto solo siéndolo.

Hay muchísimos testimonios de personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte (se pueden ver algunos aquí). Son estas experiencias en las que la persona llega a estar clínicamente muerta por cierto período de tiempo, y luego vuelve a la vida.

Las experiencias de los que regresan suelen ser de una belleza más allá de toda descripción posible, intensos colores, viajando por el cosmos, a través de nebulosas … hasta salir del tiempo y espacio, hacia otras dimensiones.

Pero más allá de lo similar y variado de cada experiencia, hay algo en común a todas ellas: los que han experimentado esto invariablemente reportan que se encontraron en un estado en el que no existía ningún tipo de rencor, ningún tipo de angustia ni dolor, ningún tipo de resentimiento ni sensación de separación, solo una profunda e indescriptible Dicha, un profundo Amor, hacia todos y hacia todo, un estado de Unidad.

Eso es lo que somos en realidad, esa es la experiencia de nuestro verdadero y eterno Ser, cuando lo ilusorio que creemos ser deja de existir. ¿Por qué no vivirlo en vida en lugar de esperar a morirnos? ¿Por qué no morir en vida, para renacer y estar más vivos que nunca?

El verdadero perdón es un estado, es una frecuencia, en la que realizo esta verdad que soy, en donde puedo ver con claridad esto que tanto se dice, que todo esto es una ilusión. Se puede ver y sentir a través de ese velo, sentir más alla de este gran juego, y volver, a querer estar aquí con toda el alma y el cuerpo y la fuerza de vida, para ahora si, amar, sin barreras, y ya no un amor especial o selectivo, sino un amor que se expande, que todo abarca y derriba cualquier obstáculo.

 Ese amor que atraviesa la apariencia y reconoce la esencia de mi hermano sea quien este sea.
Es también aceptarme plenamente, aceptarnos como humanos, reconocer que no siempre podemos estar vibrando esto, y permitirnos las aparentes caídas, abrazándolas, sabiendo que siempre vamos a volver al único lugar posible, eso que somos.

Permanezcamos en este Santo Instante en donde convergen todas las dimensiones, donde lo que Realmente Somos y nuestra humanidad se funden en Uno.
Gracias, Gracias, Gracias

Autor: Sebastián Alberoni
Creador del Curso a Distancia: “Camino Espiritual Integrado”

“¿Quién soy yo?”


Lo primero, el comienzo (de la búsqueda interior), es siempre la pregunta “¿Quién soy yo?”; y hay que seguir preguntando. Cuando preguntas por primera vez “¿Quién soy yo?”, el muladar (el primer centro o chakra) responderá: “¡Eres el cuerpo!”… ¡Qué tontería!… No hay necesidad de preguntar, ya lo sabes.

Entonces el segundo centro (o chakra) dirá: “Eres sexualidad”. Luego el tercero dirá: “Eres un sueño de poder, un ego”; etcétera, etcétera.

Recuerda; tienes que parar cuando no llegue ninguna respuesta, no antes. Si llega alguna respuesta, “Eres esto, eres esto”… entonces, ten bien presente que algún ‘centro’ te está dando la respuesta. Cuando los seis centros (desde el centro básico hasta el entrecejo) han sido atravesados y anuladas todas sus respuestas… y sigues preguntando “¿Quién soy yo?” y ninguna respuesta llega de ningún sitio, es silencio total.

Tu pregunta resuena en ti: “¿Quién soy yo?”, y hay silencio, ninguna respuesta surge en ningún sitio, de ningún rincón. Estás absolutamente presente, absolutamente silencioso, y no hay ni siquiera una vibración. “¿Quién soy yo?”…, y solo silencio…; entonces sucede un milagro: ni siquiera puedes ya formular la pregunta. Las respuestas se han vuelto absurdas.

Primero desaparecen las respuestas, luego la pregunta desaparece también –porque sólo pueden vivir juntas; son como las dos caras de una moneda…; si una se ha ido, la otra desaparecerá también. Primero desaparece la respuesta, luego desaparece la pregunta.

Y con la desaparición de pregunta y respuesta, llegas a ‘darte cuenta’: esto es trascendental. ‘Sabes’, y sin embargo no puedes ‘decir’…; sabes, sin embargo no puedes articular palabra acerca de ello. Sabes desde tu ser quién eres, pero no puedes verbalizarlo. Es conocimiento de vida; no es escritura (no es una teoría), no es prestado, no es de otros… Ha brotado en ti…

Y con este brote, eres un Buda. Y entonces comienzas a reírte porque llegas a saber que has sido un Buda desde el mismo comienzo; sólo que nunca habías mirado tan profundo. Estabas dando vueltas y vueltas alrededor de tu ser, nunca habías entrado en tu casa.

Del libro “El Sutra del corazón”, comentado por Rajneesh (Osho)

http://la-clave-de-la-rosa.blogspot.com.es/search/label/Qui%C3%A9n%20soy%3F%20Qui%C3%A9n%20eres%3F

Todo es tu propio Ser


Una mujer interrumpió su peregrinaje por un tiempo para venir a conocer a Annamalai Swami y pedirle sus bendiciones y consejo.
Annamalai Swami: Vayas donde vayas, no te olvides de tu Ser. Si lo logras, no necesitas nada más.
Una vez, un estudiante vino a ver a Bhagavan (*) y le dijo que quería seguir estudiando, a lo que Bhagavan respondió: “Esos estudios te van bien. Sigue estudiando, pero, al mismo tiempo, estudia a la persona que está estudiando. Estúdiate a ti mismo”.
Uno de los antiguos siddhas [santos-poetas tamiles que vivieron hace unos mil años] compuso una canción:
“Anhelaba la verdad. Buscaba la verdad. La buscaba corriendo de un lado para otro. Desperdicié mi vida, mi tiempo y mi energía buscándola por todas partes. Ha sido tanto el tiempo que he desperdiciado en esta búsqueda que ya me he hecho mayor y estoy a punto de morir. Pero, por fin, he comprendido que la auténtica luz está dentro de mí.”
Vas de peregrinaje a distintos sitios pero lo que en realidad estás buscando es a ti misma. Eso es algo que no podrás encontrar buscando fuera de ti, porque tú misma eres lo que andas buscando. Tu auténtica naturaleza es paz, pero, al habérsete olvidado, has perdido la paz y ahora la andas buscando en el mundo externo, donde no se puede encontrar paz alguna.
Ésa es la enseñanza de Bhagaván, mi gurú, y ahora te la estoy transmitiendo a ti.
Debes comprender quién eres y lo que eres y, entonces, quedarte ahí, siendo eso. Si lo consigues, con esto te bastará. Ahora mismo, estás subyugada a la impresión de que eres tu cuerpo y tu mente; pero lo cierto es que eres el Ser. Deshazte de ese “yo” que te imaginas que eres y aférrate al verdadero “yo”, al Ser.
¿Qué esperas obtener de tu peregrinaje, yendo de aquí para allá en un periplo externo? Te estás aferrando a la idea de que eres tu cuerpo y tu mente y, como te lo has creído, ahora estás buscando un Dios externo al que adorar. Aunque esa adoración te puede ir bien, no te va a servir para ir más allá de la mente. Mientras estés aferrada a la idea de que eres una persona dentro de un cuerpo, cualquier cosa que veas será una manifestación de tu propia mente. La mente no se puede trascender adorando tus propias proyecciones externas. Todas estas apariciones externas que ves delante de ti son maia y no disponen de una realidad fundamental en la que existir. Para encontrar el Ser, para descubrir lo que es auténtico y real, tienes que buscar dentro de ti. Tienes que descubrir la fuente, el lugar de donde surgen todas esas proyecciones mentales.
Estás buscando la satisfacción en el mundo externo porque crees que son reales todos esos objetos que ves ante ti. Pues no lo son. La realidad es el sustrato en el que aparecen todos ellos. Eso es lo que tienes que buscar, y no andar buscando dioses externos en distintos lugares de peregrinaje.
Hay un elefante de madera. Si nos fijamos en la madera, no será más que eso, madera, pero si nos quedamos atrapados en su nombre y en su forma, sólo veremos a un elefante y nos olvidaremos de que su naturaleza subyacente es la madera.
Todo es tu propio Ser. Esta forma es distinta; aquella forma es distinta. Esto es más poderoso, aquello es peor. Todo esto son los juicios que haces al ver objetos diferenciados en lugar de tener la percepción auténtica en la que todo es una unidad sin diferenciaciones. Puede que existan distintas variedades de bombillas, pero la corriente eléctrica que las activa y que las mantiene encendidas es la misma en todas ellas. Tienes que aprender a fundirte con esa corriente dinamizante, con el Ser no manifiesto, en lugar de quedarte atrapada en todos los nombres y formas que brotan en él.
Éste es otro verso de uno de los siddhas:
“A causa de tu ego, te vas al bosque en busca de la luz espiritual. Buscas ese darshande luz en Badrinath y en otros centros de peregrinaje del Himalaya. Todo eso es el espejismo de la mente y depende de los estados de la mente y de su funcionamiento. Lo que estás buscando está dentro de ti.”
El undécimo verso del poema de Bhagavan llamado Ulladu Narpadu dice:

martes, 16 de junio de 2015

“El patrón conductual y el tablero rúnico de la mente” David Topí.


Hemos hecho alusión en varias ocasiones a las runas del patrón conductual, y pensaba que, en general, era algo conocido por haber varios artículos en la red que hablan de ello desde diferentes ángulos. Como, por las preguntas que recibo, veo que no es así, os hago un resumen de este artículo extraído del blog “Ciencia Cósmica” y de este otro de Detrás de lo Aparente, donde está bastante bien explicado combinando ambos. Como complemento, la antropóloga mexicana María del Rosario Mendoza hizo en 2005 una tesis doctoral sobre los esenios, quienes parece que tenían cierto conocimiento sobre la estructura de nuestras esferas mentales y donde trabajó y tocó un poco también este tema, que se puede descargar aquí.

Extraído de ambos artículos y de los documentos anteriores, ésta es la explicación resumida de cómo funciona el patrón conductual:

El funcionamiento automático del cuerpo orgánico

Los seres humanos tenemos un sistema automático de funcionamiento regido por el centro motor e instintivo, por el cual no hace falta que nosotros seamos conscientes para que su funcionamiento sea correcto. Estos sistemas automatizados se manejan por “patrones básicos” o programas preestablecidos que vienen cargados de fábrica en nuestro ADN. Nuestro sistema tiene funciones básicas que son autónomas a nuestra voluntad y que efectúan su trabajo sin nuestra intervención, como son las funciones metabólicas de nuestro cuerpo y de conducta de nuestra mente. Estas funciones están regidas por patrones metabólicos y conductuales específicos que trabajan con programas básicos, pero complejos.

El patrón conductual es una placa energética que está ubicada en la superficie de las esferas mentales, en la parte superior del cuerpo calloso y consiste en una laminilla de seroglobulina beta. Dicha laminilla se subdivide en ocho filas y ocho columnas, formando un total de 64 casillas que cumplen una labor específica y está formada por tres capas o niveles: el nivel externo o de registro, el nivel medio o de interpretación y el nivel inferior o de conexión.




¿Cuál es la función de este tablero rúnico insertado en nuestra mente? Estamos de acuerdo en que todo lo que acontece en nuestro medio ambiente nos afecta según como lo valoremos cada uno, ya que una situación que para una persona es completamente normal, para otra no lo es; para el nudista es normal estar desnudo en una playa, pero para una persona puritana, sería el colmo de la inmoralidad y ninguna entenderá a la otra, pues cada uno piensa tener la razón. El patrón conductual es la lente a través de la cual interpretamos las diferentes situaciones.

Grabando las runas

Del mundo que nos rodea recibimos toda clase de estímulos desde nuestro nacimiento, por medio de nuestros sentimientos y emociones; igualmente del medio ambiente, ya sea éste familiar, escolar, religioso o social. Estos estímulos se convierten en impulsos electrónicos que se graban en la laminilla de seroglobulina; donde quedan registradas todas nuestras impresiones y experiencias en el mundo material. Estas grabaciones se registran en forma de símbolos, que se denominan Runas. Encontramos allí las runas que corresponden al nivel del hombre “común”, cualquiera de nosotros, ocupando las 48 primeras casillas. De igual manera aparecen allí 16 casillas que corresponden a las runas del nivel llamado “SUPERHOMBRE”, un siguiente nivel evolutivo.

Entonces, de los tres niveles que tiene cada runa, el nivel externo es aquel que registra la información en bruto, las señales recibidas de los estímulos externos de los sentidos. El nivel medio o de interpretación es aquel que se ocupa de asociar y decodificar la información recibida por el primer nivel, y el nivel inferior o de conexión es el encargado de conectar los canales aferentes (anatomía biológica o energética que transmite un impulso desde una parte del organismo a otra del mismo organismo) o eferentes (anatomía biológica o energética que trasmite impulsos hacia afuera desde una parte del organismo a otras que se consideran periféricas con respecto de ella) con la memoria celular, registro hormonal, central de archivos volitivos (arquetipos que manejan la voluntad) y memorias védicas de la persona.

Cambios periódicos en las runas

La realidad es

Gilbert Schultz

Palabras son palabras

Ninguna palabra puede capturar el significado de la vida. Todas estas palabras son como cualesquiera otras, sólo palabras. Los libros sagrados y la literatura profana son lo mismo. Están hechos del mismo material: papel, tinta y palabras. No hay nada en ningún libro que pueda sostenerse por sí mismo. Las palabras se registran y evocan un significado, ¿pero de dónde? Tú suministras todo el significado. El destino de todos los libros impresos es quedar reducidos a polvo.

La consciencia no está sujeta a la mente. No hay ningún “llegar a ser consciente” real que tenga lugar en alguna parte. Todo aparece como un desplegarse sobre la consciencia. El despliegue es siempre cambiante, mientras que la consciencia permanece tal como es. Si alguna palabra resuena en ti, bien, si no, no te preocupes. Muévete hacia aquello que resuena. Es la resonancia lo que cuenta. Cualquier supuesto “llegar a ser” que esté apareciendo, pertenece al tiempo y la mente. La consciencia no está sujeta a la mente.

El tiempo es memoria y la mente es tiempo. Toda duda está limitada al tiempo. ¿Y quién es el que recuerda? ¿Quién es ése envuelto en recuerdos? ¡Los recuerdos son sólo olas transitorias de apariencia! Lo constante, es-idad, ES ― tú ERES realidad. ¿Por qué sacrificas tu absoluto silencio y la simplicidad del comprender por un puñado de creencias, palabras y conceptos?

Enfatizar la “iluminación” como algún logro especial es la información más inconducente de todas. Hipnotizada por esa promesa, la mente pasa por alto la perfecta y simple naturaleza de la vigilia ordinaria. Tú debes SER, y sólo puedes ser, siempre, esta presencia que tú eres. No hay ninguna necesidad de colocar una identidad (“yo”) sobre esta cognición desnuda.

Como “el gurú del gurú” de mi último maestro señala: “Tú eres el silencio y la quietud desde la cual surge el universo entero”. La manifestación es sólo la apariencia de “ninguna cosa”. El psicológicamente limitado “yo” no conoce esto, ni tampoco puede conocer realmente nada en absoluto, simplemente porque, en sí mismo, es una entidad supuesta (en la que se cree), hecha sólo de pensamientos, y los pensamientos no pueden conocer nada por sí mismos.

El pensamiento es aparentemente poderoso. Sin embargo, todo pensamiento no tiene más sustancia que la de una efímera mariposa en la imaginación. Nuestra verdadera naturaleza silenciosa absorbe cada sonido. No hay NINGUNA entidad aquí o allí que conozca nada, y no obstante, todo es conocido espontáneamente y sin esfuerzo, con anterioridad a la idea de “yo”.

Puede muy bien que caigas en la cuenta de que esta PRESENCIA desnuda ―esta simple presencia cotidiana, tal como es― es “lo que yo soy”. La presencia no cambia, aun cuando pueda existir la creencia de que está en constante flujo. Es la mente la que está vibrando en la miríada de “cosas”, no la presencia o consciencia.

Cuando la mente concreta su propia vacuidad, todas las preguntas y posibles respuestas desaparecen naturalmente por sí mismas, y se cae en la cuenta de que “lo que verdaderamente soy” está totalmente desnudo, sin ninguna carga. Es CONOCER, la actividad de conocer. No tiene ninguna forma.

La libertad no tiene obligación alguna, ni objetos, ni sujetos, ni ídolos ni imágenes. En el VER desnudo, la creencia es naturalmente reemplazada, sin incidentes, por este CONOCER inmediato, el cual, irónicamente al parecer, ha estado siempre presente, aunque aparentemente cubierto por creencias.

“CONOCER” ES. No hay nada que sacar de este libro. Puede que revele simplemente lo que ha sido siempre obvio, bien a la vista. Si coges un “regusto” de lo que se está señalando, no quedarás solo. Como a un sabueso tras las huellas de un zorro, el aroma te llevará adonde necesitas ir. El aroma es la resonancia en el ser ―el tañer de la campana― el conocer que hay algo innatamente conocido y verdadero, aun cuando la mente no pueda explicarlo.

Es en verdad muy, muy simple. Esta energía pura, que se manifiesta como esta apariencia fenoménica llamada “el mundo y yo”, parece seductora, y la mente tiene el hábito de enredarse con sus propias ocupaciones, pero los hábitos pueden romperse.

Observa a la mente y ve cómo opera. Calla y VE. CONOCER es cognición instantánea, inmediata. ¿Puedes realmente negar que está ocurriendo ahora mismo?

El niño alcanza la “madurez” cuando cae en la cuenta de que Santa Claus pudiera ser un personaje inventado, ¿verdad? Tal vez entonces el adulto alcance la “madurez” cuando haya la “realización” de que el “yo” es también un personaje inventado.

¡No hay NINGÚN individuo real en ninguna parte! Todos los pensamientos aparecen y desaparecen… no obstante, tú permaneces. Aun en el sueño profundo, si alguien llama a tu puerta lo bastante fuerte, o en un terremoto, vas a despertar y levantarte.

La consciencia ES.

Cuando “estás” en sueño profundo, no hay nada que conocer. Los sentidos, abatidos, han sido arrullados hasta la pasividad. En el sueño profundo, has retrocedido hasta tu verdadera naturaleza ― ¡la FUENTE única!

Por la mañana estás repuesto. ¿Necesitas acaso conectar las baterías antes de que la consciencia esté allí? ¡No! La consciencia está allí antes de que abras los ojos. ¡Nunca se fue! Es lo que tú ERES. Una vez despierto te pones en movimiento, y pronto te colocas una máscara y una identidad limitada, inconscientemente, y el drama de la vida se despliega una vez más.

Uno debe “entrar” en la propia nada conscientemente, para realizar la verdadera naturaleza de uno. Si estas palabras ayudan en algo, santo y bueno. Deja a los “otros” aferrarse a sus sagradas creencias de estar atrapados en el tiempo, atrapados en un sistema de creencias mecánico o habitual. Los pensamientos son materia muerta. El pasado, muerto y terminado. En este presente vivo “deja que los muertos entierren a los muertos” ―deja que el pasado se haga cargo del pasado― y sé esta inmediatez, que es eternamente ahora. Es tiempo de sacudir la jaula de las creencias erróneas. Sin una sacudida, las tristes historias del “yo” simplemente se perpetúan. Así que… ¡no más historias tristes sobre “mí”!

La realidad es

¿CÓMO PODEMOS ACEPTAR?


La aceptación es una de las cosas más difíciles, es todo un trabajo interior que requiere de mucha comprensión.

Cuando se da una situación concreta en la vida, la cual te produce malestar, como por ejemplo tener un trabajo que no disfrutas y no te sientes feliz con él; no te gusta y es algo que te ves obligado a vivir, pero no puedes de ninguna manera cambiar la negatividad y el rechazo que sientes con respecto a ello, suele surgir resignación en ti.

La resignación no es aceptación, la resignación es cuando algo no te gusta, no sientes alegría con ello, pero interiormente dices "no tengo más remedio que aguantar".

Llegar a este punto, es ir en contra de nosotros mismos, pues no podemos realizar ninguna actividad si no sentimos en lo más profundo de nuestro interior alegría alguna. De aquí surge el enojo, la ira, la depresión, la resignación, la esclavitud... Te sientes totalmente preso, sin alternativa alguna, y no eres feliz. Te ves "obligado" a vivir esa experiencia que la vida te ha puesto delante, sin otra solución.

Esto es un karma.

Cuando la vida te pone delante cualquier experiencia de la cual sientas sufrimiento y negatividad, es karmático.

Por tanto, la única manera que tenemos de transformar nuestra negatividad y resistencia interior ante la experiencia es con la ACEPTACIÓN.

¿Y cómo podemos aceptar?

Con comprensión... con sabiduría... con una visión superior.

Sabemos que la vida está regida por el karma, la ley de causa y efecto. También sabemos que todo es impermanente.

Somos conscientes de que en la vida venimos a experimentar lecciones para "aprender" de ellas (volvernos más sabios y conscientes), por tanto, lo único que debemos hacer para lograr aceptar es CAMBIAR NUESTRO ENFOQUE. Es decir, cambiar nuestra manera de ver las cosas... mirar desde otra perspectiva más elevada y superior, conscientemente, con sabiduría, sin identificarnos con la experiencia en sí, ya que es en la propia experiencia donde se esconde el aprendizaje, la lección.

Si cambiamos nuestra percepción de las cosas, podremos lograr más comprensión y por tanto, más aceptación.

En el ejemplo anterior sobre el tener un trabajo que no nos satisface, no nos produce alegría, hemos de ser conscientes de que en ese trabajo se esconde la gran lección que la vida nos ha traído. Hemos de observar en nuestro interior y discernir; buscando el "por qué y para qué tengo que vivir esto".
Cuando indagas en tu interior, descubres que ese trabajo es la gran oportunidad para ti de lograr un estado más elevado de consciencia.

"¿Qué es lo que tengo que aprender de este trabajo que no me gusta?"...
La respuesta puede ser "ser más paciente", "ser más tolerante", "adquirir más sabiduría", "volverme más consciente", etc...

No hay ninguna experiencia que no nos aporte más sabiduría, pues la vida no suele darte lo que quieres sino lo que necesitas para impulsar tu estado consciencial.

Por tanto, viendo la situación desde esta perspectiva más elevada (sin estar identificado, atrapado, en ella), es cuando podemos aceptar que todo lo que experimentamos en la vida es para nuestra propia evolución.

Una vez hayas aprendido lo que tenías que aprender de esa experiencia, automáticamente ésta desaparecerá; ese karma se disolverá... ya lo habrás liberado, trascendido.

Agradece por cada situación y vivencia, pues en ella se esconde el más grande de los tesoros "impulsar y expandir tu estado de consciencia y adquirir más sabiduría y comprensión."

Camino al Despertar

lunes, 15 de junio de 2015

ESTAS TENIENDO PROBLEMAS CON TU MEMORIA? PERCEPCIONES PENTA DIMENSIONALES


Muchos estáis teniendo problemas con vuestra memoria. Quizá no estéis seguros de por qué sean causados, si es porque os deslizáis cada vez más en el AHORA, o porque tenéis algún problema en vuestro vehículo terrenal. En muchos de vosotros ha surgido este “problema” porque estáis pensando multidimensionalmente con vuestro cerebro tridimensional.

Vuestro cerebro tridimensional no fue creado para pensar multidimensionalmente. Pero por causa de que vuestra consciencia se está expandiendo más allá de los límites del Mundo físico, necesitáis “cambiar de velocidad” al pensamiento multidimensional de vuestra Mente Multidimensional.

Vuestro cerebro físico está calibrado para percibir las realidades de las Dimensiones 3ª y 4ª, mientras que vuestra Mente Multidimensional está calibrada para percibir la 5ª Dimensión y más arriba. En otras palabras, para procesar lo que percibís en los bordes de vuestras percepciones tridimensionales, debéis calibrar vuestra consciencia con las ondas cerebrales superiores.

Vuestras percepciones tridimensionales han llegado al límite tratando de computar frecuencias de más allá de la 4ª Dimensión. De aquí que vuestras breves vislumbres de lo que está apenas más allá de la visión y la audición tri/tetradimensionales, sólo pueda llegar a un nivel subliminal de vuestro cerebro tridimensional.

Tu vehículo terrenal está sintiendo que hay algo muy diferente, pero no puede determinar qué es ese “algo”. Todos estos cambios de vuestra percepción son causados porque estáis haciendo la transición de las percepciones tri/tetradimensionales, a las percepciones Penta-Dimensionales y superiores.

Las percepciones tetradimensionales se presentan cuando estás soñando o cuando estás empeñado en una labor creativa o gozosa. Gradualmente, te estás acostumbrando a estas percepciones. Cuando te acostumbres a esta frecuencia de estímulos, se convertirá en tu nueva frecuencia “estándar”.

Luego pasarás a las percepciones Penta-Dimensionales. Nuestros arraigados están experimentando cada vez más algo que pasa velozmente por su consciencia, parpadea en el borde de su visión, susurra suavemente a su oído y/o pasa velozmente por su cuerpo.

Estas varias percepciones se están incrementando mientras os entrenáis en la realidad Penta-Dimensional que SIEMPRE os ha rodeado. Sí, la 5ª Dimensión siempre ha sido un componente de vuestra realidad, pues las frecuencias superiores de la realidad existen infinitamente dentro del AHORA del UNO.

La densidad del temor y la ira que han rodeado a la querida Gaia por más “tiempo” queMuchos estáis teniendo problemas con vuestra memoria. Quizá no estéis seguros de por qué sean causados, si es porque os deslizáis cada vez más en el AHORA, o porque tenéis algún problema en vuestro vehículo terrenal. En muchos de vosotros ha surgido este “problema” porque estáis pensando multidimensionalmente con vuestro cerebro tridimensional.

Vuestro cerebro tridimensional no fue creado para pensar multidimensionalmente. Pero por causa de que vuestra consciencia se está expandiendo más allá de los límites del Mundo físico, necesitáis “cambiar de velocidad” al pensamiento multidimensional de vuestra Mente Multidimensional.

Vuestro cerebro físico está calibrado para percibir las realidades de las Dimensiones 3ª y 4ª, mientras que vuestra Mente Multidimensional está calibrada para percibir la 5ª Dimensión y más arriba. En otras palabras, para procesar lo que percibís en los bordes de vuestras percepciones tridimensionales, debéis calibrar vuestra consciencia con las ondas cerebrales superiores.

Vuestras percepciones tridimensionales han llegado al límite tratando de computar frecuencias de más allá de la 4ª Dimensión. De aquí que vuestras breves vislumbres de lo que está apenas más allá de la visión y la audición tri/tetradimensionales, sólo pueda llegar a un nivel subliminal de vuestro cerebro tridimensional.

Tu vehículo terrenal está sintiendo que hay algo muy diferente, pero no puede determinar qué es ese “algo”. Todos estos cambios de vuestra percepción son causados porque estáis haciendo la transición de las percepciones tri/tetradimensionales, a las percepciones Penta-Dimensionales y superiores.

“Ni mundano, ni espiritual; ni lo exterior, ni lo interior; ni activo, ni pasivo” Emilio Carrillo.



Es la mente, al funcionar con base en los contrastes y al usarla para lo que no le corresponde ni está preparada, la que divide y distorsiona la realidad inventando un mundo ficticio lleno de opuestos, de extremos… Salta conscientemente por encima de ellos y no te etiquetes ni aprisiones con ninguno…

 No seas mundano… ni seas espiritual.

 La vida es la totalidad, vive toda ella sin rechazar nada porque la vida nada rechaza: ¿cómo iba a hacerlo si todo forma parte de ella misma y en ella existe y se integra? Lo mundano y lo espiritual tienen su sitio exacto en la vida, pero no como vivencias separadas y confrontadas, sino conectadas e interrelacionadas, interactuando y retroalimentándose siempre entre sí… En la existencia, lo mundano se encuentra con lo espiritual y lo espiritual con lo mundano…

No te clasifiques, no te autolimites, no optes por lo exterior ni por lo interior. Esas divisiones pertenecen a la mente. El interior y el exterior son uno: el exterior es solo la prolongación del interior; el interior, la penetración del exterior. Si optas por lo exterior, notarás que te falta algo, que tu vida no es completa porque te has volcado excesivamente en lo externo y no captas ni disfrutas experiencias interiores. Y si eliges lo interior, percibirás esa misma carencia de algo en tu vida porque le has prestado demasiada atención a lo interno y eso te ha lastrado y coartado para vivenciar el mundo exterior.

Ni mundano, ni espiritual; ni lo exterior, ni lo interior… Ni activo, ni pasivo… Recuerda lo ya compartido: la cristalización de la consciencia es la acción. No una acción al rebufo del lío de los pensamientos y el barullo de las emociones, sino una acción despierta y consecuente con lo eres y es… Y lo que hagas como fruto de esa acción, hazlo totalmente, con toda tu atención, con todo tu ser… ¿Qué sucederá? Que, tras la actividad, la pasividad llegará a ti: la pasividad te envolverá como consecuencia de la actividad desarrollada. Será una pasividad tan potente como la actividad desplegada. Vívela plenamente y… ¿qué pasará?

La pasividad consciente dará paso de manera natural a la actividad, a la acción que es plasmación de la consciencia… Actividad y pasividad no son opuestos, sino que configuran el fluir de idéntica energía, solo se diferencian en el ritmo. No elijas ni la una ni la otra. Si haces algo centrado en ello enteramente, disfrutando de la actividad con toda tu energía y sin que nada de ti se mantenga alejado de lo que estás haciendo, entonces el descanso vendrá a continuación automáticamente. Y al gozar el descanso completamente, sin que ninguna parte de ti sea ajeno a él, la actividad le seguirá de modo consustancial y espontáneo porque, al reposar, recuperas energía y emanará de ti el compartirla de nuevo.

Evita los extremos. No hagas ninguna distinción entre lo mundano y lo espiritual, lo exterior y lo interior, la pasividad y la actividad… Fluye, sé equilibrado. Esos hipotéticos opuestos son igual que los dos ojos: si elijes uno serás capaz de ver, pero tu visión perderá hondura. No dividas. La vida es una, tú eres uno. No te vayas a los extremos. Entonces los dos extremos se encontrarán, se equilibrarán. Y en ese equilibrio entre ambos, tú trascenderás los dos y ya no serás ni esto ni aquello: ni mundano, ni espiritual; ni exterior ni interior; ni activo, ni pasivo…