Estamos acostumbrados a ver la idea del perdón como “me hiciste algo malo, le confiero realidad a eso malo que me hiciste, pero hago cierto esfuerzo, y te perdono, incluso sintiéndome un poco superior a ti.” Hoy intentaremos ir más allá, y compartir una idea del perdón muy diferente.
El verdadero perdón es darme cuenta de que no hay ni buenos ni malos de la película, porque en realidad no hay película. Es darme cuenta y comprender que tanto la parte que hiere como la parte que se siente herida son ilusorias.
Es ver y comprender que si libero me libero.
Es comprender que si condeno, si mantengo a mi hermano prisionero de mi juicio y resentimiento, me estoy haciendo prisionero junto con él, y que la profunda paz y dicha solo son posibles si estoy libre.
Es comprender la gran liberación que significa no tener la necesidad de armar bandos o pertenecer a bandos, del tipo que estos sean. Es incluso, el don de ayudar a otros a ver la liberación que esto significa, desde actos y palabras sencilllas que van de la mano del sentido común, desde una mirada profunda que dice más que mil palabras. Transmitir y extender esto solo siéndolo.
Hay muchísimos testimonios de personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte (se pueden ver algunos aquí). Son estas experiencias en las que la persona llega a estar clínicamente muerta por cierto período de tiempo, y luego vuelve a la vida.
Las experiencias de los que regresan suelen ser de una belleza más allá de toda descripción posible, intensos colores, viajando por el cosmos, a través de nebulosas … hasta salir del tiempo y espacio, hacia otras dimensiones.
Pero más allá de lo similar y variado de cada experiencia, hay algo en común a todas ellas: los que han experimentado esto invariablemente reportan que se encontraron en un estado en el que no existía ningún tipo de rencor, ningún tipo de angustia ni dolor, ningún tipo de resentimiento ni sensación de separación, solo una profunda e indescriptible Dicha, un profundo Amor, hacia todos y hacia todo, un estado de Unidad.
Eso es lo que somos en realidad, esa es la experiencia de nuestro verdadero y eterno Ser, cuando lo ilusorio que creemos ser deja de existir. ¿Por qué no vivirlo en vida en lugar de esperar a morirnos? ¿Por qué no morir en vida, para renacer y estar más vivos que nunca?
El verdadero perdón es un estado, es una frecuencia, en la que realizo esta verdad que soy, en donde puedo ver con claridad esto que tanto se dice, que todo esto es una ilusión. Se puede ver y sentir a través de ese velo, sentir más alla de este gran juego, y volver, a querer estar aquí con toda el alma y el cuerpo y la fuerza de vida, para ahora si, amar, sin barreras, y ya no un amor especial o selectivo, sino un amor que se expande, que todo abarca y derriba cualquier obstáculo.
Ese amor que atraviesa la apariencia y reconoce la esencia de mi hermano sea quien este sea.
Es también aceptarme plenamente, aceptarnos como humanos, reconocer que no siempre podemos estar vibrando esto, y permitirnos las aparentes caídas, abrazándolas, sabiendo que siempre vamos a volver al único lugar posible, eso que somos.
Permanezcamos en este Santo Instante en donde convergen todas las dimensiones, donde lo que Realmente Somos y nuestra humanidad se funden en Uno.
Gracias, Gracias, Gracias
Autor: Sebastián Alberoni
Creador del Curso a Distancia: “Camino Espiritual Integrado”